TMB: Ángel Callejas, bienvenido de nuevo a tumiamiblog. Quisiera hablar de una figura chocante que ha causado ansiedad en ciertos medios de las redes sociales de Miami. Me refiero a la llamada Máscara Negra. Todos conocen al héroe romántico Don Diego de la Vega, alias “El Zorro” que usaba una máscara negra. Otro enmascarado es Roman Sionis, el pirómano supervillano enemigo de Batman.
La última encarnación es el personaje aparece y desaparece misteriosamente, bordeando zonas de la Playa Albina. De acuerdo a la revista digital Ego Fitness aparece en “… 160 vídeos en las redes sociales”. La máscara negra puede ser autor de un libro titulado Palabras a los faranduleros.
Una nota al pie de un post en Ego de Kaska declara:
TMB: ¿Conoces personalmente a este sujeto sibilino?
AV: Jamás he tenido contacto directo con él. Lo que sé me llega a través de las redes sociales, su canal en YouTube y la página que administra en Facebook. Tengo entendido que trabaja bajo la dirección de un “Consejo de Abuelos” (sus asesores más cercanos), entre los que destacan expertos humoristas, redactores de prensa, productores de noticias, paparazos, editores, historiadores, un par de psicoanalistas, un astrologo y un tata nganga babalawo como consejero supremo; equipo esotérico del cual apenas se sabe nada. Mi relación con La máscara negra es la de un “publicista sin cartera”. Divulgo sus fechorías humorísticas que me envía por medio de un correo secreto, sin remitente y paradero.
TMB: ¿Dónde vive “La máscara”?
AV: Creo que en un rascacielos en un barrio de Hialeah.
TMB: Detrás del personaje se esconde un crítico, ¿no?
AV: Hay un pasado reciente de “La máscara” que se conecta con fuerzas subyacentes de la “crítica pro-funda”, inspirada en un filósofo alemán del siglo XIX. El “personaje” fue tomado de un texto satírico escrito por “La Foca”, titulado Ecco Homo, donde se relativiza el hombre en una suerte de bifronte, con dos caras, una verdadera, la otra falsa. Esa “falsa” es la careta que llevamos todos para protegernos de la verdad.
TMB: ¿Tendrá algo de payaso?¿De sabedor?
AV: Veo la imagen de aquel ente buscapleitos lanzando diatribas desde su balcón en la mera cueva de los cubanos, convocando a la risa y también al desprecio. ¿Cómo describirlo? He tratado una y mil veces. Desafortunadamente, los años borran algún que otro detalle preciso.
AV: Kato existe en una “máscara” en fase de declive, casi sin rostro. Adquirió notoriedad a partir de un video y de una novela (publicada por Ediciones Exodus, 2020). Pudiera tener una relación lejana con el senador romano, en el carácter de “censor severo”, pero el personaje de marras es mucho más locuaz. Estuvo a punto de arrancarse las entrañas, sino fuera porque La máscara negra le inoculara el terror. ¿Conoces la historia de la grúa marca Kato, aquellos aparatos rodantes chinos, color amarillo, que inundaron la industria de la construcción en Cuba en los 80? Hay una frase que se hizo popular a partir de un accidente cuando una Kato, en plena faena, no pudo levantar con el brazo hidráulico y una carga pesada se precipitó al suelo. La frase reza: “se te cayó la Kato”. Muchos por ahí que llevan la máscara Kato, “aquello no se le para” (Risas).
TMB: La máscara negra es también entrevistador en “Diálogos entre Nietzsche y La máscara negra”, pero ese Nietzsche lleva un segundo apellido: Callejas. ¿Cómo conciliar a Guantánamo con el pueblo de Röcken en Alemania?
AV: Aquí la cosa se complica. ¿Conoces la teoría de la reencarnación? Pues bien, aquí se trata de una reencarnación tridimensional en dos cuerpos al unísono. Nietzsche y Callejas han rencarnado en la máscara negra. La máscaras de ambos personajes de marras se han fundido en UNO. Un suceso jamás único del hombre posmoderno.
TMB: ¿Una Trinidad?
AV: Más bien un carácter sin atributos que puede desdoblarse en crítico, escritor, entrevistador, asesor y consejero. La reencarnación no sucedió ni en Alemania ni en Guantánamo. La máscara negra es un “extranjero del mundo”. Le interesa esa operación primordial del comportamiento poético que estriba en constatar el hecho donde solo antes se padecía sufrimiento.
TMB: Hay casos de desdoblamientos famosos en la literatura: el Dr. Jekyll y Mr. Hide de Robert L. Stevenson, “Chac Mool” de Carlos Fuentes, o “Las ruinas circulares” de Borges, con el mago forastero que sueña a un hombre y lo hace realidad. ¿Sueña Callejas a “La máscara” o acaso al revés?
AV: ¿Y si “La máscara” fuera un sueño inconcluso del tal Callejas, ahora como personaje atípico, no el “buenista”, sino el ser terrorífico? La misión se mantiene: desmitificar el enmascaramiento en Playa Albina. ¡Qué ironía!
TMB: Hay momentos en que Nietzsche-Callejas menciona al artista dadaísta Max Ernst. ¿Alguna inclinación dadaísta?
AV: Este es un punto que pasa inadvertido para la mayoría los seguidores de
La máscara negra. De “La Foca” a Hugo Ball se condesa un trecho de acontecimientos liberadores, un espíritu “anti-burgués”. Cierto, “La Máscara” exhibe aspectos dadaístas, por eso siente la necesidad de expresar el tono de la voz en
off, recurso pantomímico del performance en escena. Va contra el aburguesado (ese inflador erudito de la cultura
kitsch), tal y como Hugo Ball lo recreara en sus juegos pantomímicos del Cabaret Voltaire. Desde Guantánamo, no sé, pero Ball es una presencia ineludible del enmascarado. En su novela
Flametti o el dandismo de los pobres, aparece un enmascarado, personaje de variedades de los bajos fondos de Zúrich, que se dedica a “sembrar el terror” en los grupúsculos de escritores y artistas “pudientes” reunidos en los cafetines para hablar de sus obras.
TMB: Hay individuos en las redes de Miami que le temen a La máscara. ¿Será un pánico estético contra el dada enmascarado que desacredita la “seriedad” de la cultura de pacotilla?
AV: Algunos le temen ... otros le odian. Pero el malentendido es el punto. Si nos atenemos a las respuestas anteriores, tu pregunta queda respondida claramente. El temor es llegar a ser desenmascarado. Es un pánico estético, contra el almidonado cultural y la mediocridad intelectual enmarañada en contra de la crítica de lo que “me gusta”. Lo que nos gusta, bienvenido, lo que constituye una crítica, solavaya. Y La máscara no gusta para algunos. Rechazar un video de “La Máscara” es miedo al pánico. Se le tilda de arrogante, buscapleitos, entrometido; una suerte de bocón, pedante, insensible que intenta promueve el bullying. Nada más falso. ¿Pudiera pasar lo mismo con el autor de Miami Picadillo? (Risas)
TMB: La máscara negra menciona a un tal Buchú. ¿Por qué juzgan a Buchú como “reclamista” y “farsante”? ¿Y quiénes son los jueces?
AV: Esa es una historia que también se cuenta en la novela La máscara negra en tiempo de coro-navirus, escrita por el coetáneo Julio Benítez, obra citada arriba. Buchú es un personaje pintoresco de la fauna kitsch de la cultura burguesa, parecido al talante que describe Hugo Ball en su novela. Con un histrionismo sin par, es capaz de memorizar un libro de poemas completo. Lo que Nietzsche llama “camello de carga”. La “farsa” viene de una falsa erudición enmascarada.
TMB: ¿Frederick Nietzsche Callejas es guantanamero?
AV: ¡Vaya pregunta! Sí y no. Un amigo dijo que el tal Dr. Callejas es la encarnación criolla de Federico. No estoy seguro. Lo único que puedo atestiguar del guantanamero es la calidad del ser “barriotero” y la paciencia con que ha leído (tardíamente) cada uno de los libros del “hombre dinamita”.
TMB: Muchas gracias.
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