Trajano, aceptando la rendición de los dacios para ser hecho esclavos (relieve en columna de Trajano, 113 dEC)
Quisiera volver a un tema execrable de la historia: la esclavitud.
H: Sin embargo sin esclavitud no podría existir el abolicionismo que la destruye.
Explíquese,
H: ¿No es el abolicionismo una reacción contra la institución esclavista?
Así parece.
H: Anote lo anterior como una dinámica fundamental de la historia: no hay abolicionismo sin esclavitud.
Tal parece una dinámica al revés.
H: Abolicionismo es reacción contra. Pero antes de serlo debe pasar por un lento proceso de siglos.
¿Por qué tan lento?
H: Para nosotros, no así para la historia. Vayamos al siglo XVI. Un actor muy importante al comienzo de ese proceso es Bartolomé de las Casas.
Se dice de él que fue gran defensor de los indios.
H: Lo fue. Pero de las Casas es a la vez el gran responsable de la esclavitud negra en las Américas. ¿No le parece una contradicción?
¿Desvestir un santo para vestir otro?
H: Para el estándar "progre" de hoy Bartolomé de las Casas es un racista imperdonable.
¿No lo es acaso?
H: A no ser que pretenda Ud. usar "racismo" con De las Casas en su acepción moderna, doscientos años después en pleno Iluminismo, siglo XVIII. El fraile vivía en el siglo XVI.
¿De las Casas no podía comprender lo que hacía?
H: Cada cual comprende desde su época. La época es algo así como una morada temporal. Uno vive y respira dentro de ella.
Es interesante eso, prosiga.
H: El argumento que de las Casas discute en 1531 ante el rey Carlos V es si el negro es tan "humano" como el indio.
¡Por Dios, qué barbaridad!
H: El fraile interpreta a Aristóteles (brújula del Humanismo del siglo XVI). Para el filósofo griego la esclavitud es una condición de alma. Se produce un pequeño cambio, ahora se considera injusto esclavizar a un cristiano. El indio que defiende De las Casas ya ha sido convertido. ¿Ve?
Me cuesta mucho trabajo aceptar todo eso. Sigue siendo injusto. ¿Cómo no lo ve Ud.?
H: Cálmese. Ud. se escandaliza desde el siglo XXI. Por favor, aprenda a viajar en el tiempo.
¿Qué es eso?
H: Viajar en el tiempo requiere mirar las cosas con espejuelo de la época. Hay que tratar de pensar desde allí, en pleno siglo XVII, sin las ideas de acá. ¿Cómo se piensa el problema de la esclavitud desde el siglo XVII?
No sé. ¿Cómo?
H: Siendo Ud. español de alcurnia, dueño de esclavos, de una hacienda en la Cuba del siglo XVII. Véase como hacendado. Asuma el papel.
¿A dónde quiere ir con todo esto?
H: Pondere mi ejemplo por favor.
¿Y si decido dejar mis esclavos en libertad?
H: ¡No le pasaría siquiera por la mente! LA REALIDAD DICTA EL VIVIR Y EL PENSAR. De las Casas no anticipó las consecuencias funestas de su propuesta de traer negros de África sino hasta treinta años después.
Explíquese.
H: Antes de morir en 1566 lo dejó claro: "... porque la misma razón es suya (la de los negros) que la de los indios".
¿Y lo execrable de la esclavitud dónde queda?
H: ¡Sí, INDISCUTIBLE para el siglo XXI! Mencione una cultura antigua de la historia que no tenga esclavitud en sus venas. Ahora quisiera traer a un filósofo de la historia. ¿Recuerda el materialismo histórico de Carlos Marx?
La historia es una marcha dialéctica en la que cada paso supera al previo y así sucesivamente hasta que llegamos al fin de la historia.
H: ¿Cuál es el modo de producción de la Antigüedad de acuerdo a Marx?
El esclavismo.
H: ¿Y después?
El feudalismo...
H: Cada cambio encarna y supera el anterior. No puede ser de otra manera. La juventud pro-marxista presentista de hoy parece olvidarlo.
Me resulta muy difícil aceptar que ese proceso TENÍA QUE SER. ¿Y lo que DEBE SER dónde queda?
H: DEBER SER y SER no son lo mismo. DEBER SER es un departamento hipotético de la intelección humana.
Deme un ejemplo.
H: "La infelicidad debiera desaparecer".
¿Y no lo cree?
H: Lo que yo crea no cambia el asunto. Hay felicidad e infelicidad desde los albores de la humanidad. Repito: LA REALIDAD DICTA.
¿Alguien se ha preguntado por qué La Malinche ayudó a Hernán Cortés? Porque había sido vendida como esclava por los mexicas en Xicalango y dada como tributo a un cacique de Tabasco, bajo el poder opresor del imperio azteca que ascendió a la gloria y se precipitó en un tiempo vertiginoso en la historia, gracias al carácter implacable de sus guerreros que llegaron a sacrificar hasta 20 mil prisioneros de otros pueblos en las guerras floridas. Así que habría que destruir entonces hasta a la misma fascinante estatua de Coatlicue, la señora de la falda de serpientes, madre de Huitzilopochtli, deidad guerrera que hacía arrancar la piel de los vencidos y bajo cuya égida se creó el imperio azteca.
ResponderEliminarNo creo que pueda afirmarse que lo execrable tuvo que serlo, pero sin duda existió esta práctica muchísimo antes de que los portugueses compraran a hombres, mujeres y niños africanos cazados como animales por pueblos enemigos, a tal punto que Solón, el legislador, abolió un modo de esclavitud que existía, desde antes de que Atenas fuera Atenas, como pago por deudas. Es afortunado que nos avergüence el pasado, para no repetirlo; pero destruir sus vestigios en el arte, la literatura, o la historia, me parece un desafuero extemporáneo.
Es afortunado que nos avergüence el pasado, para no repetirlo; pero destruir sus vestigios en el arte, la literatura, o la historia, me parece un desafuero extemporáneo.
ResponderEliminarNo puede decirse mejor. Gracias por tu comentario, Laberinto.