Gorki Águila Carrasco, 59 el año del error, 2020
jueves, 30 de julio de 2020
el "maldito" privilegio blanco
Blanco en blanco de Kazimir Malevich, 1918
alFredoTriFf
Privilegio es, de acuerdo al diccionario, una "ventaja especial exclusiva que se disfruta", no por derecho propio, sino "por concesión", o prebenda, generalmente inmerecida. A propósito, la palabra es usada tan temprano como 1961, por Fidel Castro, contra la burguesía criolla cubana:
Se sabe que las revoluciones entrañan destrucción de privilegios y de intereses de minorías explotadoras, para servir los intereses, y los derechos, y las aspiraciones de las grandes mayorías oprimidas o explotadas (APLAUSOS). Vamos a apartarnos de esas enumeraciones, y vamos a afirmar y a analizar que era inevitable un choque de intereses, que era inevitable el choque entre los intereses de la mayoría y los intereses de la minoría privilegiada.
Desde la Revolución Francesa, el "privilegio" (el tan condenado privilège pregonado por los líderes jacobinos) se arrima al siglo XX con la famosa consigna: "la explotación del hombre por el hombre". ¿La recuerdan?
El asunto vuelve con nueva fuerza en 2020 con el llamado privilegio blanco.
Traigo la definición de Wikipedia:
Según Peggy McIntosh, los blancos en sociedades occidentales disfrutan de ventajas que los no-blancos no experimentan, como "un paquete invisible de activos inmerecido ". El privilegio blanco denota ventajas pasivas tanto obvias como menos obvias que los blancos pueden no reconocer que tienen, lo que lo distingue de los prejuicios o prejuicios manifiestos.
McIntosh, connotada y reconocida feminista, bautizó el término (específicamente contra el hombre blanco) en su artículo "Privilegio blanco, desempacando de la mochila invisible" (1989), donde enumera 26 artículos "invisibles" dentro de la mochila.
¿Qué paquete invisible es este? Lo invisible no puede verse, luego no puede adjudicarse (no sé por qué presiento un enredo de oblicuas metáforas).
McIntosh afirma: "el privilegio blanco denota ventajas pasivas", es decir, prebendas que los demás no pueden disfrutar. Sigue la pregunta: ¿Cuáles son?
... incluyen afirmaciones culturales de valor propio; la presunción de un estatus social mayor y la libertad de circulación, compra, trabajo, juego, y hablar libremente. El concepto de privilegio blanco también implica el derecho a asumir la universalidad de las propias experiencias, marcando a los demás como diferentes o excepcionales, percibiéndose a uno mismo como normal.
Veamos estas ventajas pasivas una por una:
1. La feminista describe lo que ella llama "afirmaciones de valor propio", es decir, lo que llamamos VALÍA de alguien (en inglés, self-worth) que se traduce al español como auto-estima. Es como decirse uno para sus adentros: "yo valgo" o "merezco respeto", o expresar públicamente el desacuerdo ante un insulto proferido.
¿No es la auto-estima un referente objetivo y universal? Que se sepa, ninguna experiencia asociada con la auto-estima depende de la raza de la persona, sino de su HUMANIDAD.
¿No se da cuenta McIntosh que tratándose de la auto-estima no hay diferencia entre un blanco y un no blanco? Claramente no tengo más ni menos auto-estima porque sea rico o pobre, alto o bajito, viejo o joven, enfermo o sano. ¡Qué locura!
2. Lo mismo con el siguiente punto. ¿Desde cuándo acá es la "libertad de movimiento" o el "comprar" algo, o el "hablar libremente", una prebenda inmerecida de los blancos?
"Hablar libremente", o tener "libertad de movimiento" es algo que cualquier desea, que debe tenerse. Me pregunto, ¿no estará Peggy McIntosh confundiendo privilegios con derechos?
Facultades y obligaciones que derivan del estado de una persona, o de sus relaciones con respecto a otras. Por ejemplo, los derechos humanos.
Lo que McIntosh entiende como prebendas del blanco son simples DERECHOS UNIVERSALES –definidos, qué ironía, por un blanco de la élite inglesa, llamado John Locke, en su Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, 1649. Para Locke, la libertad, la autonomía, la propiedad y la búsqueda de la felicidad no son dádivas. Él los llama "derechos naturales", porque vienen con uno de nacimiento. Sin esos derechos CARECEMOS DE HUMANIDAD.
Hasta 1649 no se había dicho algo así. El ideal abolicionista en Europa y la América del siglo XIX parte de ese argumento. Hoy nos parece diáfano (no así para la conocida feminista).
3. Otro punto interesante discutido por McIntosh es la "universalidad de las propias experiencias".
Es obvio que las experiencias del ser humano van de lo individual a lo universal. Se debe a que vivimos en sociedad. Cuando uno dice: "Hace mucho calor aquí", espera que los demás asientan. Cuando se afirma: "La novena sinfonía de Beethoven es la mejor sinfonía jamás escrita" o "Julia Childs es la mejor cocinera de la televisión de EE. UU", uno da por sentado que dicha evaluación es –no solo de uno sino además– de cualquiera.
Fue Immanuel Kant quien dejó claro en Crítica del juicio (1790), que cada vez que apreciamos algo apelamos implícitamente al sensus communis (o sentido común). Vivimos siempre en una comunidad de SERES HUMANOS, lo de todos, lo UNIVERSAL.
4. Entre tanto, el "paquete invisible" en la mochila de McIntosh permanece intocable. Ha condenado al blanco, homo ignoramus, a no darse cuenta jamás de los privilegios que disfruta.
Volvemos de nuevo al entramado del unconscious bias.
El blanco no puede ver su privilegio porque es invisible, y es invisible porque no puede verlo. ¿Me explico?
Invisible para el blanco, no para McIntosh, otra blanca por cierto. ¿Blanco en blanco?
¿Y cómo puede la blanca McIntosh percatarse de su privilegio?
Ah, ¡porque ella es una iluminada! Su discernimiento la hace pervertir sus derechos humanos y convertirlos en privilegios raciales.
¡Y lo peor de todo es que esa señora sea capaz de convencer a tanta gente de su desatino!
lunes, 27 de julio de 2020
doce frases castrogenéticas en La Habana (circa 1980)
alfRedo tRiff
(en la calle, en la TV, en el centro de trabajo, en una reunión del sindicato, o en un "círculo de estudio")
1. Compañero, no se equivoque, Ud. no sabe a quién se dirige.
2. ¿No ha leído ni escuchado el último discurso del Comandante?
3. Aquí lo hay que tener las orientaciones bien claras.
4. Caballero, a ver si suspendemos los comentarios de pasillo.
5. Ciudadano, eso equivale a hacerle el juego a la propaganda enemiga.
6. ¿A ver, qué es lo que no entiende? Es muy sencillo: la coyuntura que vivimos requiere unanimidad de criterios.
7. Que le quede claro: sus palabras pueden tener consecuencias serias.
8. Compañero, ¿somos o no somos?
9. Lo que me comunica habrá que elevarlo a instancias superiores.
10. Aquí la última palabra la tiene el Máximo Líder de la Revolución.
11. Su traición es abandonar su país después que la revolución se lo dio todo.
12. ¡Ud. es un escoria, un vendepatria!
sábado, 25 de julio de 2020
la ideología del bombillo (por gorki águila)
gorki águila, mala idea, el comunismo te funde, afiche en sketchbook, 2020
gorki águila ejecuta un novedoso principio de incandescencia (gente aquí no hay contradicción, como veremos).
se da el caso es que la corriente eléctrica del proletariado atiza el delgado filamento de la hoz-y-el-martillo, calentándolo hasta que este ¡brilla! y produce la luz comunista.
la idea del comunismo —advierte gorki— es una mala idea.
¿y por qué?
el comunismo te funde.
se da el caso es que la corriente eléctrica del proletariado atiza el delgado filamento de la hoz-y-el-martillo, calentándolo hasta que este ¡brilla! y produce la luz comunista.
(((hay ideas buenas y malas)))
la idea del comunismo —advierte gorki— es una mala idea.
¿y por qué?
el comunismo te funde.
viernes, 17 de julio de 2020
Schelling, fantasma en la periferia del tiempo
alFredoTriFf
Lo sobrenatural es lo oculto que sin embargo sale a la luz.— F. von Schelling
¿Qué propicia el germen y la desaparición de las ideas de una época? Como si en su ir-y-venir las ideas crearan acumulaciones, retrocesos, vacíos. Se explicaría entonces el auge en el siglo XIX del Hegel de la izquierda marxista contra el Hegel de derecha del jurista judío-alemán Eduard Gans, ambos distintos al Hegel de mitad del siglo XX defendido por Kojève.
Como si las ideas nacieran y pasaran de moda, para volver luego como necesarias revisiones. El Marx ortodoxo bolchevique es distinto al Marx estructuralista de Althusser. Lo mismo con el primer Freud de Melanie Klein, el segundo de los neo-freudianos, como Adler o Erich Fromm, el tercer Freud rizomático de Deleuze/Guatari y finalmente el Sigmund estructuralista de Lacan.
¡Ahora tenemos un anti-Freud!). ¡Allá los hermenéuticos, felices con
tantas interpretaciones de una misma fuente!
Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling fue dínamo del Idealismo alemán, crítico de la filosofía yoísta de su mentor Fichte, enemigo acérrimo de Hegel y chispa de la crítica contra este último en las figuras de Marx, Feuerbach y Kierkegaard. Profesor de las universidad de Jena (a la edad de 23 años) y más tarde de la universidad de Berlín (acaso demasiado tarde), catalizador de la corriente conocida como Naturephilosophie de los románticos, pionero de la tradición estética, escritor de prosa estridente, mitólogo y teólogo de la revelación.
De acuerdo a Schelling cada época está determinada por una “crisis”. En efecto, estudiar una época equivale a discernir “un estado físico de la naturaleza en crisis”, idea audaz apareciendo en la alborada del siglo XIX. ¿Quién la piensa? Un filósofo eclipsado que ahora regresa para sorprendernos.
Principios
Schelling surge en una Europa recién salida del escolasticismo, el absolutismo y la metafísica. Por una parte tenemos la revolución de la ciencia física newtoniana, por otro la filosofía política de Rousseau y la división de poderes de los fundadores de la revolución norteamericana. Ahora la teología reexamina el papel de la fe y la revelación.
En la filosofía reina la revolución copernicana de Kant: Primero, el descubrimiento de las categorías del ser, la fundamentación del conocimiento con síntesis entre razón pura y experiencia. Segundo, el imperativo categórico y el novísimo concepto del deber por el deber. Tercero, la idea del progreso humano del Kant tardío en ¿Qué es la ilustración?, texto fuerte que introduce una nueva época, el Aufklärung), “un despertar del género humano” –en 2020 ese despertar ha caído en la desgracia.
Volviendo a Schelling, todo comienza con un oscuro giro conceptual del proyecto filosófico de Kant. El balance entre el sujeto (que conoce) y el objeto (lo que es conocido). Kant avanza la tesis de que el conocimiento es una combinación de categorías mentales y aspectos fenoménicos del mundo físico. Dicha tesis se aparta del anterior racionalismo continental. Ya la Razón de por sí sola no explica el auge por de las ciencias empíricas como la física y la química, a la vez que mantiene a raya aspectos más radicales de la revolución empirista inglesa (como el solipsismo de Berkeley o el escepticismo de Hume). En el sistema kantiano queda un residuo prometedor: la cosa-en-sí (ding-an-sich) el fenómeno existente independientemente del sujeto que conoce, entidad fría abstracta y misteriosa que Kant bautiza: noúmeno.
Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling fue dínamo del Idealismo alemán, crítico de la filosofía yoísta de su mentor Fichte, enemigo acérrimo de Hegel y chispa de la crítica contra este último en las figuras de Marx, Feuerbach y Kierkegaard. Profesor de las universidad de Jena (a la edad de 23 años) y más tarde de la universidad de Berlín (acaso demasiado tarde), catalizador de la corriente conocida como Naturephilosophie de los románticos, pionero de la tradición estética, escritor de prosa estridente, mitólogo y teólogo de la revelación.
De acuerdo a Schelling cada época está determinada por una “crisis”. En efecto, estudiar una época equivale a discernir “un estado físico de la naturaleza en crisis”, idea audaz apareciendo en la alborada del siglo XIX. ¿Quién la piensa? Un filósofo eclipsado que ahora regresa para sorprendernos.
Principios
Schelling surge en una Europa recién salida del escolasticismo, el absolutismo y la metafísica. Por una parte tenemos la revolución de la ciencia física newtoniana, por otro la filosofía política de Rousseau y la división de poderes de los fundadores de la revolución norteamericana. Ahora la teología reexamina el papel de la fe y la revelación.
En la filosofía reina la revolución copernicana de Kant: Primero, el descubrimiento de las categorías del ser, la fundamentación del conocimiento con síntesis entre razón pura y experiencia. Segundo, el imperativo categórico y el novísimo concepto del deber por el deber. Tercero, la idea del progreso humano del Kant tardío en ¿Qué es la ilustración?, texto fuerte que introduce una nueva época, el Aufklärung), “un despertar del género humano” –en 2020 ese despertar ha caído en la desgracia.
Volviendo a Schelling, todo comienza con un oscuro giro conceptual del proyecto filosófico de Kant. El balance entre el sujeto (que conoce) y el objeto (lo que es conocido). Kant avanza la tesis de que el conocimiento es una combinación de categorías mentales y aspectos fenoménicos del mundo físico. Dicha tesis se aparta del anterior racionalismo continental. Ya la Razón de por sí sola no explica el auge por de las ciencias empíricas como la física y la química, a la vez que mantiene a raya aspectos más radicales de la revolución empirista inglesa (como el solipsismo de Berkeley o el escepticismo de Hume). En el sistema kantiano queda un residuo prometedor: la cosa-en-sí (ding-an-sich) el fenómeno existente independientemente del sujeto que conoce, entidad fría abstracta y misteriosa que Kant bautiza: noúmeno.
Por esa rendija se cuela Schelling.
¿Por qué la cosa-en-sí? Es el motor del conocimiento: significa descubrir lo más recóndito. ¿Qué es? Lo ignoto. Aquí podemos ir en dos direcciones. Una científica que dice: “si no se conoce es porque no ha sido descubierta”. Otra, especulativa y teológica dice: “Descubrir no, revelar lo inefable”. Schelling se mueve entre las dos.
Vayamos un poco antes, a J. G. Fichte, predecesor y mentor de Schelling. Fichte comienza por rechazar la cosa-en-sí kantiana. Para él la conciencia del sujeto no puede especular algo que esté fuera de sí misma. El mundo fenoménico surge de la conciencia de sí: “el yo” (das Ich). La célebre fórmula de Fichte reza como tautología yoísta: YO SOY YO. Sujeto y objeto bautizados ahora como “el yo” y el “no-yo”. Para ideas nuevas, nombres nuevos.
¿Cómo puede esta idea brotar en medio de la revolución copernicana de Kant? Fichte quiere llegar a las esquinas olvidadas del yo. Un yo aplastado por siglos de escolasticismo. Sin embargo, sería un error pensar que la conciencia-de-sí fichteana es solipsista. Por el contrario, se trata de un fenómeno social. Para “el yo” ser plenamente, debe forcejear con otra fuerza limitante: el “no-yo”. A ese forcejeo lo llamamos libertad. El “no-yo” no es fuerza síquica. “No-yo” es igual a EL OTRO: la sociedad (aquí la semilla dialéctica hegeliana, pero no aún).
Schelling hereda de Fichte la idea de libertad (y por libertad entiéndase eso que escapa toda restricción. Recuérdese: la cosa-en-sí es una forma de restricción). Vuelve la pregunta: ¿Cómo puede conocerse algo más allá del conocimiento? Schelling responde: Deja que reine la intuición. Libertad e intuición. ¿La libertad? Es la fuerza volcánica, que Schelling llamará ABSOLUTO (con mayúscula). Se dibujan claramente las bases del Idealismo alemán.
ABSOLUTO (Unbedingte, lo incondicionado) es una palabra muy dura que apunta a un signo especulativo, no una teoría política. Eso vendrá después, no con Schelling, sino con Hegel. ¿Cómo puede lo ABSOLUTO ser asimilado por la conciencia, si la conciencia es finita? Tan temprano como 1795 el joven Schelling declara la existencia como problema fundamental de la filosofía. Comienza con una pregunta que se ha hecho famosa:
¿Por qué existe algo en lugar de la nada?
La investigación del ABSOLUTO vuelca a Schelling hacia afuera, a la Naturaleza. Un principio productivo que los escolásticos llamaban Natura naturata –la manifestación divina ya creada, léase el sabio Spinoza. Dice Schelling con en lenguaje metafórico que le caracteriza: “Naturaleza es la mente visible. La mente es la Naturaleza invisible”. Ahí tenemos otra radiografía de la búsqueda Idealista.
La investigación del ABSOLUTO vuelca a Schelling hacia afuera, a la Naturaleza. Un principio productivo que los escolásticos llamaban Natura naturata –la manifestación divina ya creada, léase el sabio Spinoza. Dice Schelling con en lenguaje metafórico que le caracteriza: “Naturaleza es la mente visible. La mente es la Naturaleza invisible”. Ahí tenemos otra radiografía de la búsqueda Idealista.
Repasemos las características de la Naturaleza schellingiana:
1. Es apriorística,
2. No es creación de la conciencia humana, es decir, no es subjetiva.
3. Es “ideal” pues expresa una Idea eterna (imaginemos el eidos de Platón),
4. Se produce como un acto constructivo de la auto-conciencia del ABSOLUTO.
De Naturaleza al inconsciente
Tan temprano como en 1800 Schelling usa el término “inconsciente” (Unbewussten) como substantivo, anticipándose a Freud por casi 100 años. ¿Cómo es posible? Esta idea proto-romántica no se fundamenta en la psiquis humana, sino en un proceso volcánico: el inconsciente es el lado oscuro de la Naturaleza. Pero las ideas paren ideas: El Unbewussten de Schelling parte de una influencia teosófica en voga en la primera mitad del siglo XIX, en particular el místico luterano alemán Jacob Böhme. Schelling se detiene justo en el entronque entre Idealismo y post-idealismo. Un siglo después esa oscura pulsación de la Naturaleza será afín a la filosofía existencialista de Paul Tillich.
El Schelling tardío
El Weltanschauung idealista tiene un DNA teológico mesiánico que le llega a Schelling por su padre y su abuelo, ambos pastores entrenados en la tradición pietista alemana. De ahí que Schelling consideraba la filosofía muy próxima a ser completada.
De Naturaleza al inconsciente
Tan temprano como en 1800 Schelling usa el término “inconsciente” (Unbewussten) como substantivo, anticipándose a Freud por casi 100 años. ¿Cómo es posible? Esta idea proto-romántica no se fundamenta en la psiquis humana, sino en un proceso volcánico: el inconsciente es el lado oscuro de la Naturaleza. Pero las ideas paren ideas: El Unbewussten de Schelling parte de una influencia teosófica en voga en la primera mitad del siglo XIX, en particular el místico luterano alemán Jacob Böhme. Schelling se detiene justo en el entronque entre Idealismo y post-idealismo. Un siglo después esa oscura pulsación de la Naturaleza será afín a la filosofía existencialista de Paul Tillich.
El Schelling tardío
El Weltanschauung idealista tiene un DNA teológico mesiánico que le llega a Schelling por su padre y su abuelo, ambos pastores entrenados en la tradición pietista alemana. De ahí que Schelling consideraba la filosofía muy próxima a ser completada.
¿Cómo puede el pensamiento detenerse con una época?
Luego está la influencia del filósofo católico Franz von Baader para el Schelling maduro, influencia negativa. Baader en parte descarrila una dirección prometedora para la filosofía de Schelling (no tenemos tiempo aquí para explorar esta pista). Para Baader, Bacon y Descartes habían divorciado la filosofía de la teología y su fundamento que es la fe. Demasiada fe en la ciencia. ¿No se daba cuenta Schelling de la trampa de traer la fe nuevamente al dominio de la razón? ¿No le bastaba el consejo de Pascal: “la fe y la razón no pueden caminar por el mismo camino”?
El asunto no es que Schelling renuncie a la fe por la razón. Lo que sucede es que la razón está en jaque constante por otra fuerza: la sin-razón.
Luego está la influencia del filósofo católico Franz von Baader para el Schelling maduro, influencia negativa. Baader en parte descarrila una dirección prometedora para la filosofía de Schelling (no tenemos tiempo aquí para explorar esta pista). Para Baader, Bacon y Descartes habían divorciado la filosofía de la teología y su fundamento que es la fe. Demasiada fe en la ciencia. ¿No se daba cuenta Schelling de la trampa de traer la fe nuevamente al dominio de la razón? ¿No le bastaba el consejo de Pascal: “la fe y la razón no pueden caminar por el mismo camino”?
El asunto no es que Schelling renuncie a la fe por la razón. Lo que sucede es que la razón está en jaque constante por otra fuerza: la sin-razón.
Lo que llamamos realidad es tan accidental en su todo que no podemos resumirla como una necesidad de la razón (…) la realidad contiene una masa preponderante de sin-razón.
Entiéndase: la fe y la revelación suplen un balance a la dicotomía razón/sin-razón. Y el Schelling maduro y tardío vive en esa paradoja.
La razón filosófica suspendida entre la bruma de la existencia... y Dios. Y Schelling decide explorar la existencia del Absoluto en lugar de la del ser humano. Ya para la década de 1820 Schelling realiza que el Idealismo ha desembocado en un callejón sin salida. Nacen otras ideas: la importante tesis de “la caída” (Abbrechen), la tesis del mal, la contraposición entre Filosofía negativa y Filosofía positiva.
La razón filosófica suspendida entre la bruma de la existencia... y Dios. Y Schelling decide explorar la existencia del Absoluto en lugar de la del ser humano. Ya para la década de 1820 Schelling realiza que el Idealismo ha desembocado en un callejón sin salida. Nacen otras ideas: la importante tesis de “la caída” (Abbrechen), la tesis del mal, la contraposición entre Filosofía negativa y Filosofía positiva.
Nada de eso parecía ser aceptado por la generación más joven de los seminarios del huraño ex-idealista. En medio de una época de sistemas y construcciones ordenadas y portentosas, Schelling se inspira en el olfato del extático. En su genio hay una mezcla de curiosidad inundada y euforia atormentada. La Naturaleza sin represas que habla por cada uno.
Para 1830 era claro que Schelling había roto con el Idealismo que él mismo ayudó a fundar.
¿Qué causa esa ruptura? La primera decepción viene con la recepción del Naturephilosophie de Schelling. Las acusaciones de que era un panteísta –por parte del filósofo y polemista alemán Friedrich H. Jacobi y otros. La frase excomunicada era: “Dios es naturaleza”.
Para 1830 era claro que Schelling había roto con el Idealismo que él mismo ayudó a fundar.
¿Qué causa esa ruptura? La primera decepción viene con la recepción del Naturephilosophie de Schelling. Las acusaciones de que era un panteísta –por parte del filósofo y polemista alemán Friedrich H. Jacobi y otros. La frase excomunicada era: “Dios es naturaleza”.
Le sigue el rompimiento con Hegel después de la publicación del último de La filosofía del espíritu (1806) donde este último se mofa de Schelling. Escribía Hegel que el ABSOLUTO es como la “noche donde todas las vacas son negras”. El éxito enorme de Hegel, quien ahora funge como profesor de la universidad de Berlín, fue un golpe muy duro para Schelling, quien dejó de publicar por una década. ¿Fue el encumbramiento de Hegel lo que lo hizo abandonar su propia filosofía?
Imaginen esa aula de la Universidad Humboldt en Berlín, 1840. En la audiencia están Feuerbach, Engels, Bakunin, Kierkegaard y Burckhardt, debatiendo con Schelling ideas de una época futura. La mayoría de esa generación más joven quisiera escuchar el filósofo que asesta el golpe final a la religión. Es lo contrario. Kierkegaard escribe: “ya no tengo esperanzas con Schelling” ¿Y qué rechaza? Comprenderá el erudito danés años más tarde que todo rechazo del presente es meramente un volver a lo mismo: la “repetición” (lo que se relaciona con esa condición que llamará “angustia” en su libro La enfermedad mortal).
La “repetición” kierkergaardiana emerge como reflejo de la idea trágica de libertad dibujada por Schelling. “Repetición” es la naturaleza misma traicionándose una y otra vez. Por eso el danés escribe en su diario en 1841: “Estoy ya viejo para asistir a las conferencias de Schelling, y él más viejo aún para darlas. Pero a no ser por él, nunca hubiera viajado a Berlín”.
Hay figuras que son a la vez fuentes buscadas y rechazadas. Schelling prefigura la insaciable curiosidad de entre tiempos. Sus ideas desfasadas le quedaban cortas a su presente. Ya parece que no así a su futuro. Hay fantasmas condenados a la periferia del tiempo. Eso que Schelling tuvo el coraje de llamar TIEMPO INTEMPORAL.
Imaginen esa aula de la Universidad Humboldt en Berlín, 1840. En la audiencia están Feuerbach, Engels, Bakunin, Kierkegaard y Burckhardt, debatiendo con Schelling ideas de una época futura. La mayoría de esa generación más joven quisiera escuchar el filósofo que asesta el golpe final a la religión. Es lo contrario. Kierkegaard escribe: “ya no tengo esperanzas con Schelling” ¿Y qué rechaza? Comprenderá el erudito danés años más tarde que todo rechazo del presente es meramente un volver a lo mismo: la “repetición” (lo que se relaciona con esa condición que llamará “angustia” en su libro La enfermedad mortal).
La “repetición” kierkergaardiana emerge como reflejo de la idea trágica de libertad dibujada por Schelling. “Repetición” es la naturaleza misma traicionándose una y otra vez. Por eso el danés escribe en su diario en 1841: “Estoy ya viejo para asistir a las conferencias de Schelling, y él más viejo aún para darlas. Pero a no ser por él, nunca hubiera viajado a Berlín”.
Hay figuras que son a la vez fuentes buscadas y rechazadas. Schelling prefigura la insaciable curiosidad de entre tiempos. Sus ideas desfasadas le quedaban cortas a su presente. Ya parece que no así a su futuro. Hay fantasmas condenados a la periferia del tiempo. Eso que Schelling tuvo el coraje de llamar TIEMPO INTEMPORAL.
jueves, 16 de julio de 2020
martes, 14 de julio de 2020
domingo, 12 de julio de 2020
lunes, 6 de julio de 2020
HISTORIA VALENTO
alFredoTriFf
la historia transcurre. VALENTO.
no, NADA lento,
VA.
(es un decir)
el tiempo TRANSCURRE. pero no todo TODO
el tiempo es historia. NO,
para serlo EL TIEMPO debe ser
grabado, ¿cómo?
(tan simple como la memoria que recuerda)
MEMORIA ES HISTORIA.
una vez memoria, el TIEMPO SE DESVANECE
en la OQUEDAD
del SER. ¿por qué?
ES decir, SER
es tiempo EN EL SER.
luego, pierde su orden antes/después.
(¿hay contradicción en ver la película al revés?)
NO, el tiempo no va
NILËNTO NIRÄPIDO.
¡VA! ¡YA!
¿es la historia tiempo? NO,
NO TIENE TIEMPO,
SOLO MEMORIA
DE ÉL.
sábado, 4 de julio de 2020
lo execrable de la historia tuvo que serlo
Trajano, aceptando la rendición de los dacios para ser hecho esclavos (relieve en columna de Trajano, 113 dEC)
Quisiera volver a un tema execrable de la historia: la esclavitud.
H: Sin embargo sin esclavitud no podría existir el abolicionismo que la destruye.
Explíquese,
H: ¿No es el abolicionismo una reacción contra la institución esclavista?
Así parece.
H: Anote lo anterior como una dinámica fundamental de la historia: no hay abolicionismo sin esclavitud.
Tal parece una dinámica al revés.
H: Abolicionismo es reacción contra. Pero antes de serlo debe pasar por un lento proceso de siglos.
¿Por qué tan lento?
H: Para nosotros, no así para la historia. Vayamos al siglo XVI. Un actor muy importante al comienzo de ese proceso es Bartolomé de las Casas.
Se dice de él que fue gran defensor de los indios.
H: Lo fue. Pero de las Casas es a la vez el gran responsable de la esclavitud negra en las Américas. ¿No le parece una contradicción?
¿Desvestir un santo para vestir otro?
H: Para el estándar "progre" de hoy Bartolomé de las Casas es un racista imperdonable.
¿No lo es acaso?
H: A no ser que pretenda Ud. usar "racismo" con De las Casas en su acepción moderna, doscientos años después en pleno Iluminismo, siglo XVIII. El fraile vivía en el siglo XVI.
¿De las Casas no podía comprender lo que hacía?
H: Cada cual comprende desde su época. La época es algo así como una morada temporal. Uno vive y respira dentro de ella.
Es interesante eso, prosiga.
H: El argumento que de las Casas discute en 1531 ante el rey Carlos V es si el negro es tan "humano" como el indio.
¡Por Dios, qué barbaridad!
H: El fraile interpreta a Aristóteles (brújula del Humanismo del siglo XVI). Para el filósofo griego la esclavitud es una condición de alma. Se produce un pequeño cambio, ahora se considera injusto esclavizar a un cristiano. El indio que defiende De las Casas ya ha sido convertido. ¿Ve?
Me cuesta mucho trabajo aceptar todo eso. Sigue siendo injusto. ¿Cómo no lo ve Ud.?
H: Cálmese. Ud. se escandaliza desde el siglo XXI. Por favor, aprenda a viajar en el tiempo.
¿Qué es eso?
H: Viajar en el tiempo requiere mirar las cosas con espejuelo de la época. Hay que tratar de pensar desde allí, en pleno siglo XVII, sin las ideas de acá. ¿Cómo se piensa el problema de la esclavitud desde el siglo XVII?
No sé. ¿Cómo?
H: Siendo Ud. español de alcurnia, dueño de esclavos, de una hacienda en la Cuba del siglo XVII. Véase como hacendado. Asuma el papel.
¿A dónde quiere ir con todo esto?
H: Pondere mi ejemplo por favor.
¿Y si decido dejar mis esclavos en libertad?
H: ¡No le pasaría siquiera por la mente! LA REALIDAD DICTA EL VIVIR Y EL PENSAR. De las Casas no anticipó las consecuencias funestas de su propuesta de traer negros de África sino hasta treinta años después.
Explíquese.
H: Antes de morir en 1566 lo dejó claro: "... porque la misma razón es suya (la de los negros) que la de los indios".
¿Y lo execrable de la esclavitud dónde queda?
H: ¡Sí, INDISCUTIBLE para el siglo XXI! Mencione una cultura antigua de la historia que no tenga esclavitud en sus venas. Ahora quisiera traer a un filósofo de la historia. ¿Recuerda el materialismo histórico de Carlos Marx?
La historia es una marcha dialéctica en la que cada paso supera al previo y así sucesivamente hasta que llegamos al fin de la historia.
H: ¿Cuál es el modo de producción de la Antigüedad de acuerdo a Marx?
El esclavismo.
H: ¿Y después?
El feudalismo...
H: Cada cambio encarna y supera el anterior. No puede ser de otra manera. La juventud pro-marxista presentista de hoy parece olvidarlo.
Me resulta muy difícil aceptar que ese proceso TENÍA QUE SER. ¿Y lo que DEBE SER dónde queda?
H: DEBER SER y SER no son lo mismo. DEBER SER es un departamento hipotético de la intelección humana.
Deme un ejemplo.
H: "La infelicidad debiera desaparecer".
¿Y no lo cree?
H: Lo que yo crea no cambia el asunto. Hay felicidad e infelicidad desde los albores de la humanidad. Repito: LA REALIDAD DICTA.
jueves, 2 de julio de 2020
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