miércoles, 29 de mayo de 2019

Salvador Lew EPD



Salvador Lew (Lewinowicz) fue toda una institución en la Cuba republicana y después en el exilio, como pionero de la radio de Miami (fue fundador de La Cubanísima WQBA).

Abogado y cronista de memoria asombrosa, Salvador era un cubano de la vieja escuela: culto, afable y generoso. Exiliado durante el gobierno de Batista, Lew regresa a Cuba el 6 de enero de 1959 y se encuentra con una sorpresa que no anticipaba. No tuvo más remedio que largarse de nuevo en 1961. Recomendamos esta entrevista con el periodista Pedro Corzo sobre los recuerdos de Lew, de esos primeros años de la revolución 59-61.... en camino inexorable al comunismo.  

martes, 28 de mayo de 2019

Un lagarto en la goma de mi auto


aLfreDo tRifF

La mente alza el vuelo y las cosas se miran entre sí. Unas ven y otras no. Las cosas tienen su misterio, como cuando tropezamos cara a cara con lo desemejante (lo raro del misterio es que se hace familiar). Se enfrenta con un perfil escamoso y parafilético y sobreviene la antipatía que se tiene contra algo sin saberse.

La mirada jurásica viene capciosa y mimética –desde la goma de mi auto, sincera y escueta frialdad. Mirada tan directa que demuda, vigilancia extravagante, ojo a ojo.

Atrevido lagarto que se aventura en la tierra de los gatos.

Por primera vez en mucho tiempo presiento que alguien no disimula. “Soy...” se inquiere en dos direcciones. Seguimos absortos con el universo a las espaldas. Él y yo. Los ojos del lagarto juegan con el latido de la luz, juego que acoteja el hueco del chance.

Un felino entra en escena y se interpone entre los dos. Luego sigue su camino. No el reptil, que ha estado tan cerca del zarpazo, pero nadie podrá verlo (no se mata lo inerme). El gato pausa, se le acerca y casi lo toca con su aliento. Gato receloso, mesurado, sagaz.

¿Lo ve? ¿lo nota? Cada segundo es el pulso de la nada. La presa se petrifica en sí misma. Admiro esa ofidia platitud frente a la faz de la muerte. El reptil deviene fragmento basáltico frígido; hasta su miedo ha muerto.

El felino se replega y el lagarto no se inmuta, excepto su ojo antediluviano, que sigue el movimiento del carnívoro hasta la misma esquina de su cuenca. Ojo a ojo dentro del universo.

Las  cosas vuelven a su rumbo refractario y en su perspectiva entran las doce del día, un cielo sin nubes y un sol que raja las piedras.

sábado, 11 de mayo de 2019

"GIZA", el último readymade

aLfreDo tRifF

Una pregunta capciosa, ¿fue (el orinal de Duchamp) arte antes de ser "Fuente"?

No, rotundo. 

Lo que lo hace arte es una investidura (una simple firma, en este caso).

Pero todo lo que se firma no es arte. Y no siempre la firma del artista produce arte. Puede firmar un cheque. La firma debe acompañar un hacer específico, dirigido a un objeto en particular. Debe tener intencionalidad, sí, pero la intencionalidad no es algo visible. El vestigio de intencionalidad de "Fuente" es la firma: "R. Mutt", que no es el nombre de Duchamp, sino la marca misma del orinal.

Duchamp ha falsificado la firma de otro y la intencionalidad por tanto apunta al vacío. Vericueto conceptual que para 1917 es todo un acontecimiento. Definamos este punto de intencionalidad vacía como el paradigma del ready-made duchampiano.

Generalicemos ahora: Imaginemos a un artista conceptual internacionalmente conocido. Su próxima obra  se titulará "Giza". Consiste en concebir la esencia de la pirámide de Giza.


Recuerden, no se trata de la pirámide real (en Egipto), ni siquiera una foto de la misma, como la de arriba, que usamos ahora como ilustración.

(La noche de la muestra, las paredes de la galería estarán absolutamente vacías).

¿Podría venderse?

Ciertamente, tal y como se vende cualquier idea.

¿Podría coleccionarse? Ejem, algo complicado.

Nuestro artista desea explorar lo esencial sin más ayuda que la idea en sí. Busca eso sin lo cual, "Giza" no puede dejar de ser lo que es: el sustrato mismo de la cosa, que no tiene que ser la pirámide que lleva ese nombre -el nombre no es lo fundamental, la pirámide pudo haber tenido otro nombre ("Eiptis", por ejemplo, solo que fue renombrada "Giza" por el faraón siguiente).  

Imaginemos a Giza con solo tres pisos y la construcción se paraliza. ¿Habría "Giza" entonces? El arquitecto tiene una idea de Giza, no ejecutada (lo cual no implica que la pirámide sea una mera copia de la idea). Ahora tenemos un punto difícil: la posibilidad que el arquitecto de Giza tuviese la idea de Giza simplemente porque "Giza" siempre existió.

La esencia de Giza deviniendo "Giza" no consiste en solo pensarla. Veamos, desde el punto de vista ideacional, Giza puede pensarse por más de una persona. ¿Hay alguien que sea dueño de la idea de la figura geométrica de la pirámide?

Hipotéticamente hablando, "Giza" está más allá de la manifestación de Giza. 

Hay algo aparentemente absurdo en todo esto: "Giza" es coextensiva con cualquier posibilidad o no de manifestación. Aún más problemático, ¿cómo es posible que el pensamiento pueda aprehender la emergencia de tal manifestación sin ser manifestada?

Para llevarlo al límite, "Giza" y "pirámide" no son porque hayan sido pensadas por alguien. Existen en sí mismas, inpensadas o en potencia, en tanto que posibilidad de ser pensadas.

¿Y si no son pensadas nunca?

Disculpen, en todo esto hay una "cañona". Lo que descubrimos mediante el ejercicio metódico es que "Giza" es un como si fuera, (un als ob); metodología del pensamiento para llegar a lo inabarcable sin jamás reducir su manifestación.

Retruécano aparte, ¿y todo esto no es ya, suficientemente, arte?