martes, 30 de octubre de 2018

El peruano Augusto Salazar Bondy defendiendo la no necesidad de elecciones en Cuba en 1962


tomado de inCUBAdora:
El cacareo de la burguesía emigrada a través del altavoz yanqui se empecina en reclamar eso que llaman «elecciones libres». La masiva adhesión de Cuba a Castro y a los demás dirigentes bastaría para eximir de tal uso al gobierno de la revolución, pero a nadie inteligente se le oculta que dicha solicitud proviene de una santidad mocarra. Insinceros hasta un punto incalificable, los «demócratas» de Miami y el coro de sus amigos de las oligarquías latinoamericanas piden esas supuestas «elecciones libres» no para triunfar en las urnas, cosa que sería imposible, sino para despistar el interés de nuestros pueblos por la revolución agitando un señuelo falaz que desvía la atención de lo esencial ... ¿por qué se insiste tanto en el fetiche político del sufragio: «¿Es esto causado por un desinteresado amor por la democracia pura? ¿O lo es porque las elecciones romperían el ritmo de la Revolución reviviendo querellas y rivalidades políticas moribundas, y daría a la contrarrevolución la ocasión de reagruparse y preparar una vuelta antes de que las grandes reformas sociales hayan tenido tiempo de transformar a Cuba en una sociedad en que tanto la pobreza como el privilegio hayan desaparecido? Nuevamente nos parece imposible rechazar la conclusión de que el hecho de estar en contra o a favor de las elecciones depende esencialmente del lado en que esté usted situado respecto a la Revolución». Esto dicen los escritores norteamericanos. Fidel Castro, en efecto, que reúne un millón y medio de personas en una manifestación, ganaría las elecciones, quién lo duda, pero la revolución haría un contraproducente alto para embarullarse en el innecesario carnaval politiquero, perdiendo tal vez un tiempo precioso para las reformas.

martes, 9 de octubre de 2018

Dromología y desaparición de la realidad política en Paul Virilio (segunda parte)

La "ciudad pánico" de Virilio (en el por-venir) es un eje virtual en cuatro dimensiones


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Es difícil percibir los saltos en el continuum de la historia. Pero Virilio jurará que hubo una revolución microelectrónica durante la década de los 40 del siglo XX que dio a luz una nueva geometría, promesa que traducida al lenguaje político deviene "la paz" de la postguerra. De un golpe, el macrocosmos implosiona en el microcosmos y aparece la condición postmoderna. 

¿Qué es la dromología? Una disciplina nueva que traduce y analiza la "lógica de la velocidad" en la historia. "Lógica" indica un estilo de argumentación reductiva donde el poder y la velocidad devienen uno.1
La contracción en el tiempo trae la desaparición del espacio territorial y conduce a una nueva política de la velocidad ... situación en que "antes" y "después" designan solo la forma en que el "presente" desaparece en la instantaneidad de la decisión. El poder por tanto se construye en la imaginación. (VP, 156).
El párrafo anterior es clave, pues la velocidad es el motor de la historia. Dromología viene del griego dromos "acción de correr", y comprende toda una intersección de disciplinas: la ciencia militar, la física, el diseño, la arquitectura, el urbanismo, etc.

Como buen post-estructuralista Virilio hace de la dromología una estructura, aunque más ligera. La velocidad nos habita en el cuerpo, y con el cuerpo (son las lecciones fenomenológicas de Merlau-Ponty en La Sorbona). Casi por extensión, la dromología es también interacción social de sujetos, especie de superveniencia que llega al Lebenswelt humano (cada evento humano ocurrente tiene, por así decirlo, su momento dromológico). No se hace esperar que la velocidad llegue a la política.

Dromopolítica y mal/estado

¿Qué es dromopolítica? La velocidad del poder político (y por consiguiente de la sociedad). En nuestra época el Lebenswelt queda desnudado de "vida simple", especie de estado natural entre el cuerpo y medio-ambiente.2  

Irrumpe la velocidad, o acaso se desboca (de ser estructural la velocidad merecería una normatividad, pero esto no queda claro en Virilio) y el estado se desnuda de su "vida simple" por el auge de una polis diluida (lo que Baudrillard, influencia para Virilio, llamaría hiperrealidad). Conclusión: la dromopolítica degrada e implosiona la realidad en pura instantaneidad.

No parece que Virilio limite el efecto dromológico tan sólo al período moderno. La velocidad es concomitante con la historia. La histori, o más bien los eventos políticos de la historia, pueden verse como relación de velocidades. Cada revolución tecnológica deviene hecho dromopolítico: la revolución industrial y el progreso tecnológico del siglo XX, con el automóvil, la radio, la televisión, la computadora y el internet (a fines de los 90 y principio del siglo XXI).

Cada evento "acelerado" abre una secuencia doble "implosiva/explosiva". Vayamos por ejemplo al complejo militar industrial (lo militar y la guerra son muy importantes para Virilio, por razones que examinamos luego). La tecnología armamentista implosiona (la ametralladora en la primera guerra, o la diferencia entre la caballería y el tanque de guerra de fines de la primera guerra) y explosiona ( por ejemplo el rayo láser controlado digitalmente), la movilización implica destruir la movilización enemiga.

Dromológicamente hablando, la velocidad comprime el espacio cartesiano y cualquier punto del globo se hace concomitante en la "homogeneización geoestratégica del globo". El crecimiento del complejo armamentístico industrial acelera la producción y evolución de la ciencia y la tecnología a expensas del desarrollo paralelo en lo socio-político. Es un axioma virilioano que el desarrollo tecnológico implica desgaste en la esfera político-social (aquí cabe la pregunta: ¿y cuándo en la historia de la humanidad fue diferente?).

Volvamos a la geometría del mal/estado, pues la transformación social procede del hecho dromológico mismo, es decir, el axis socio-físico tridimensional o la "geometría del tiempo" (y Virilio no es muy claro en todo esto). De modo que la profundidad del espacio es "meramente una proyectividad del punto en la instantaneidad de la transmisión" (LD, 35). La idea que flota es que si el evento político queda diluído en la instantaneidad, lo político se convierte en falta crónica entre pasado y futuro. Vivimos por tanto una "crisis dimensional" política y social. Crisis esta que por supuesto llega al mal/estado:
Donde una vez la polis inauguró un teatro político, con su ágora y su forum, ahora sólo hay una pantalla de rayos catódicos, donde las sombras y los espectros de un baile comunitario se mezclan con sus procesos de desaparición, donde el cinematismo transmite la última imagen de un urbanismo sin urbanidad. 3
Con el auge de las telecomunicaciones la ciudad se desprende de su centro convirtiéndose en suburbia (peyorativamente Lefebvre la llama "des-lugarización"). Ciudad "sobreexpuesta", "penetrada" (toda ciudad es femenina) por los medios: la publicidad y la tecno-información (Virilio toma prestado de Debord en La sociedad del espectáculo).

En todo esto se retiene la visión pesimista heredada del Heidegger tardío. 4 Para Virilio, cada nueva tecnología erosiona más y más el espacio "análogo" del contexto geopolítico anterior. Lo que Virilio no parece ser capaz de apuntar es que toda esta dispersión y desaparición provocada por la dromología pueda dar paso a un ciber-Lebenswelt tecnológico diferente, y por diferente nos referimos a una paradigma que rechace la crítica virilioana desde la relatividad espacio/temporal que Virilio tanto parece defender.  Son citas como esta que hacen difícil seguir a Virilio hasta el final: "No hubo revolución, no hay democracia, solo dromocracia ... no hay estrategia, solo dromología" (LD, 46).

Todo cae víctima de la velocidad --incluso la teoría misma.

El conjunto de Mandelbrot ha sido mencionado por Virilio como un aspecto dromológico alfanumérico

¿Hay una dromoepistemología?

La dromología llega ahora a la percepción: "El incremento de la velocidad convierte a la física en metafísica" (LD, 131). Velocidad es instantaneidad, es decir, compresión simultánea del  macrocosmos en el microcosmos. Y en este sentido instantáneamente infinitesimal la velocidad se impone sobre el tiempo y la percepción de la realidad pierde su punto de referencia.

Aquí la tesis anterior choca con las consecuencias de la desaparición misma del evento. Si el evento (en tanto que ficha fenoménica) tiende a desaparecer dado el incremento de la velocidad, el crítico termina subvirtiendo su propio edificio perceptivo. ¿Cómo es posible hacer teoría en su ausencia? 

Para Virilio la velocidad de la época (recuérdese que velocidad no es tiempo, sino su cociente en el espacio) acelera el ahora, lo "presentifica" al tiempo real, es como una especie de amputación del volumen del tiempo (de su profundidad) en detrimento de la multiplicidad de los muchos tiempos locales que comprenden la historia y la geografía hasta el advenimiento del tiempo mundial único, presente este permanente que todo lo succiona, donde el conocimiento del pasado pierde relevancia, puesto que la realidad anterior no existe más (hasta dónde puede acelerarse más el presente queda abierto). El ahora mismo es una "irrupción morfológica" global de la realidad.

Y surge el contra-argumento: ¿qué queda cuando la velocidad epistemológica volatiliza lo real y destruye el objeto mismo de la experiencia vivida? ¿Cómo darle sentido a la desmaterialización de un objeto que ya dejó de existir?

¿Se entiende ahora por qué la dromoepistamología es una especie de suicidio gnoseológico?

Virilio describe una violencia que abruma la explicación misma del fenómeno. La percepción no existe, el estado se suicida y el análisis anterior no alcanza su objeto,

... como si la dromología termina devorándose a sí misma (con su epistemología).

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1 Dice Virilio en una entrevista: "En 1968 me di cuenta que no se podía interferir sobre el espacio sin tomar el poder. Por este motivo deseché por completo la idea de espacio, para centrar toda mi atención en cuestiones relacionadas con el tiempo, la velocidad, la dromología, que han sido el núcleo de mi trabajo en los últimos 30 años". Vea, John Armitage, Paul Virilio. From modernism to hypermodernism and beyond (Open University/Sage, 2000), pág. 55. Virilio deja atrás a Foucault, "poder es conocimiento" deviene "poder es movimiento". 2 El Virilio tardío habla de tres tipos de cuerpo: el animal (antropos + medio-ambiente), el social (sociológico) y el territorial (sico-geográfico), pero este no es el tema ahora. 3 LD, 83. Virilio ha dicho en tono de broma: "Deleuze y Merlau Ponty son filósofos, yo soy urbanista". 4 El pesimismo tecnológico de Heidegger viene de dos fuentes: Ernst Jünger y Oswald Spengler. Heidegger ofrece un ciclo de conferencias sobre Spengler desde la década del 20 del siglo XX. Las referencias de Spengler en sus cursos de Friburgo llevan a Heidegger a sustituir la autenticidad del ser en la autenticidad del Volk (viraje que apunta al nazismo de este último). Otro pensador heideggeriano cercano a Virilio es Harmut Rosa, quien hace hincapié en la cuestión de la aceleración social que caracteriza a la Modernidad tardía. Para Rosa la aceleración social es la aceleración técnica como proceso autorreferente. Vea, Alienation and acceleration. Towards a Critical Theory of Late-Modern Temporality. Libros citados: VP, Velocidad y política, (1977), LD: Lost Dimension, (1991).