el arte surrealista de erik johansson tiene un atractivo inmediato: la imagen está hecha para denotar lo imposible. pero no imposible en el sentido que podía serlo cualquier imagen del barroco o el renacimiento; aquellas representaban un centauro entre humanos como algo absolutamente posible; éstas en cambio deliberadamente representan lo imposible. por supuesto, hay grados: arriba un joven se plancha él mismo.
ahora el agua del embarcadero se desborda de las dos dimensiones del cuadro hacia la habitación.
lo imposible aquí es derramar todo el café de una taza y que este reproduzca el mapa del mundo sobre el mantel de linóleo.
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