La factura es precipitada. El gesto trata de enmendar las chapucerías del oficio. La mentira que permite gozar, si no del aplauso, al menos del pasaporte de la dictadura, nos ofende a mitad de página, descompone el cuadro y hasta nos duerme en el cine. Por mucho que disimules, tu ética siempre será tu estética.-- Andrés Reynaldo
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