...el día es una estría cruel en la celosía...
la poesía* no ha explorado adecuadamente el mundo de las cosas.
¿por qué?
1º- por una distorsión estética e histórica (no-poética).
2º- la dictadura estética de la belleza-
para... (¿quién?) el yo.
3º- el peligro es que la poesía, siendo un arte imaginario y especulativo
1, se torna en un arma al servicio de la dictadura del yo.
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la poesía debe también poetizar el no-yo de la cosas.
sin realidad no hay ideas, por tanto la poesía parte de la realidad, y la realidad es aprehendida (por la poesía) a través de la metáfora.
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exploremos el oscuro ensayo de ortega y gasset de 1914 titulado
la metáfora.
ortega comienza ponderando la mirada que atraviesa un vidrio transparente. aunque el vidrio es una cosa, la vista no se detiene en ella: "Si en lugar de mirar las cosas a través del vidrio hago a éste término de mi misión, entonces deja de ser transparente y hallo ante mí un cuerpo opaco". (OC, p. 673)
más claro ni el agua: hay algo más en la cosa que simple vehículo.
ortega identifica esa capacidad de trans-parentarse de algo con el objeto estético. el medio por excelencia para llegar a este objeto es la metáfora. el filósofo trae el ejemplo: "el ciprés es como el espectro de una llama muerta", del poeta catalán josep maría lópez-picó (1855-1959).
ortega dice que la metáfora no es ni la llama ni el espectro (ambos reales). lópez-de-picó apunta a otra cosa: el "ciprés-espectro de una llama". la idea asimilatoria de la metáfora -muy en voga hoy en día en círculos semánticos- es sencillamente falsa. metáfora es choque, bronca, no asimilación ni amistad. en todo caso es posible una "...coincidencia entre dos cosas, más honda y decisiva que cualesquiera semejanzas". pero esa coincidencia no se ejecuta de por sí sola sin un proceso.
el proceso tiene dos caras que se conjugan a la vez: 1º- la metáfora se le escapa a la realidad en el juego ideatorio "ideal-ciprés", "ideal-llama". ir a cada una de estas ideas no es suficiente, ya que una excluye la otra. sin embargo, 2º- "una vez advertidos que la identidad no está en las imágenes reales, insiste la metáfora tercamente en proponérnosla". hay ahora que investigar "ese mundo donde ella es posible".
¿qué cosa es "ciprés-llama"? ortega aborda el asunto desde el yo.
Yo veo el ciprés, yo tengo la imagen, yo imagino el ciprés. De suerte que, con respecto al ciprés, es sólo imagen, pero con respecto al mí es un estado real mío, es un momento de mi yo, de mi ser. Naturalmente, mientras se está ejecutando el acto virtual mío de ver el ciprés es éste el objeto que para mí existe; qué sea yo en ese instante constituye para mí un secreto ignorado ... Si ha de convertirse, a su vez, en objeto de mi percepción este ser o actividad mía, será preciso que me sitúe ... de espaldas a la cosa ciprés, y desde ella, en sentido inverso al anterior, mire hacia adentro de mí, y vea al ciprés des-realizándose, transformándose en actividad mía, en yo. (OC, p. 676)
concluye: "A lo que toda imagen es como estado ejecutando mío, como actuación de mi yo, llamamos sentimiento." el misterio de la poesía consiste en lograr que el "sentimiento llama" y el "sentimiento ciprés" se hagan uno. dice ortega: "Sentimos simplemente una identidad, vivimos ejecutivamente el ser ciprés-llama".
ese nuevo objeto poético es el
ciprés sentimental, eje central de la estética orteguiana.
ahora bien, el proceso estético involucra la metáfora (herramienta estético-poética), que implica el ejecutando virtual fenomenológico. ser conciencia es ser-conciencia-de-ciprés. ortega es consciente de que deja dos resquicios sin tocar: 1º- el cuerpo opaco que se resiste a ser trasparente, 2º- ese "qué sea yo constituye para mí un secreto ignorado" (señalado arriba en azul).
el secreto ignorado es que ser-ciprés no es tan solo un ser mediado por el yo. falta la otra parte de la ecuación, el ser-ciprés de la cosa. ortega diría que la cosa no puede mediar-se porque no tiene conciencia. pero es aquí que la metáfora orteguiana puede ser iluminadora para la actual crisis yoística del yo.
la pregunta desciende: ¿puede la cosa sentir? metafóricamente sí. es posible imaginar que la cosa piensa.
que la cosa sea un yo.
de ser así, el "ciprés-llama" deja de ser un misterio. el análisis orteguiano abandona lo exclusivamente sentimental (y pasivo) y se torna eco-mental (y activo). el ethos poético hablaría no solo desde el yo, sino desde la posibilidad de la cosa misma.
claro está que nunca será posible hablar de la cosa exhaustivamente, por tres razones:
1º- no somos cosas. pero más fundamental es que,
2º- hay un abismo entre el yo y cualquier otro yo -o cosa- que lo indague.
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3º- la cosa, oscura y abismal, será siempre horizonte inacabable para la poesía.
el proyecto yoísta de la poesía es circular. epocalmente hablando, caduco. ¿por qué?
esa es precisamente la tesis de emmanuel levinas en su
Totalidad e Infinitud. ¿qué es lo infinito? el golfo inseparable entre el yo y cualquier otro. ahora bien, esta separación no significa (como piensa el yoísta) oposición, lo que sería pura y fácilmente antitético. tal y como sugiere ortega en su penetrante análisis, el "ser-ciprés" y "ser-llama", al rechazarse, se llaman.
no hay manera de reducir el yo a otro yo (lo llamo "cosificar"). igualmente, en este análisis, no hay manera de reducir el yo a la cosa ni visceversa. el cuestionamiento del yo desde el yoísmo ignora una dimensión fundamental que involucra a todo ser incluyendo el yo.
¿cuál? el campo abierto ético del mundo, de los otros, de las cosas.
¿por qué es deficiente el yoísmo con la ética? porque
ignorando la cosa en sí se ignora un aspecto crucial del propio yo.
esa justificación está pendiente.
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todas las citas de ortega tomadas de José Ortega y Gasset,
Obras Completas, Vol I, (Edición Taurus, España, 2004). *me refiero en concreto a la poesía cubana que conozco, pero a la poesía en general. la poesía romántica inglesa y alemana serían excepciones, lo cual no es el tópico a discutir ahora.
1Aristóteles, capítulo 9, p. 10 de La Poética: "no le corresponde al poeta lo que ha sucedido, sino lo que ha de suceder".
2 la distorsión comienza en la
Crítica de la Razón Pura donde kant define y devalúa la cosa-en-sí (o noumena) como algo ininteligible. es decir, fenómeno es siempre fenómeno-
para.
3 el sentido que doy a la metáfora es amplio. me apoyo en la idea de heidegger en
¿Y para qué los poetas? de que la poesía es una especie de metaforización que busca el
eks-tasis, lo que
que supone que el poeta transforma la receptividad "pasiva" de las cosas en una nueva manera original de pensar. por otra parte, nelson goodman identifica la metáfora como una manera de aplicar una etiqueta a una cosa nueva que la resiste, aunque con el tiempo se rinda. vea, Nelson Goodman,
Languages of Art (p. 73). cierto, las metáforas envejecen: un ejemplo conocido es "el hombre nuevo".
4 un bolerista aficionado a la filosofía diría: "entre el yo y la cosa hay un abismo...".