Llamo desastre a eso que no contiene lo último como límite, pero lleva la marca de lo último en el desastre.-- Maurice Blanchot
Alfredo Triff
Acaba de salir El Comunista Manifiesto, del ensayista cubano-español Iván de la Nuez (Galaxia Gutenberg, 2013).
Como es de esperarse, con de la Nuez siempre hay sorpresas. Para esos que piensan que el comunismo terminó, no comprenden que el comunismo se ausentó, derrotado de la esfera política, para volver manifiesto desde la esfera estética. Esa no es la mayor sorpresa: El comunismo manifiesto viene apadrinado por cortesía del postcapital y Co.
Cual detective cultural, de la Nuez busca cada indicio rojo de las últimas dos décadas con buen olfato. La evidencia es suficiente: El comunismo en la novela, en el arte, en el cine, en las noticias. Hasta en las ruinas. El Comunista manifiesto (CM desde ahora) es, como diría un semiótico amante de libros como Umberto Eco, un "libro de señales".
CM viene en tres partes: el fantasma, la sombra y el cuerpo. Iván le apuesta a la hipóstasis, es decir, uno en tres son la misma sustancia. Desde ahora siguen algunos apuntes:
El fantasma
Descubrimos el fenómeno Eastern, acuñado por de la Nuez (que no es lo mismo que Ostalgia). Para Iván, Ostalgia no es, como para Svetlana Boym, un "recuerdo-de", sino "simulación de la memoria". Eastern es --y vuelve el orden del 3-- una "tercera posibilidad de acontecimientos", un "estado incierto". Se camina en tierra movediza ni-de-aquí-ni-de-allá, entre la pasada crisis del comunismo y la crisis actual del capitalismo. Pensamos luego en la tesis del ya olvidado --casi fantasmático-- filósofo político Sheldon Wolin de que ambas C pertenecen al mismo sistema burocrático, solo con distintos métodos (centralización y administración del poder, secularización, fordismo, incluso la revolución) ¿No hubo una revolución industrial? ¿Y otra digital? ¿Y la revolución proletaria? Para Wolin es un reset button necesario del capitalismo.
Citando al léxico creciente de la Nuez, Eastern se presenta como una operación Marxtercard.
Iván Istochnikov aparece en la foto arriba, no así en la posterior de abajo para el libro Bound for the Stars de Boris Romanenko |
La sombra abre con la figura del desconocido Iván Istochnikov, cosmonauta fantasma (por favor, pinche al tocayo del autor, que es ya una categoría en Wikipedia). Istochnikov y su ciberperra Kloka, desaparecen de los anales del espacio en 1968 por culpa de un meteorito que se supone perforó el casco de la Soyuz 2. De la Nuez apunta: "... tal vez los únicos héroes del comunismo que habitaron una modernidad verdadera y, dada la distancia de sus gestas, una proeza ilusoria".
Iván resume los incidentes con un nuevo ángulo inconcebible en aquel portentoso presente sesentoso:
...han conocido un "allá afuera" un resplandor inconfesable que, una vez en la Tierra les está prohibido dar testimonio... quedan, sin más, como el vestigio de un irrealidad verdadera. Como ruina de una epopeya construida a escala sobrehumana... el problema es que nadie los está esperando... estos cosmonautas han abierto una "tercera vía": la del futuro abandonado. p78.O esto: "... llegaron a ser el rostro estético de un proyecto tiránico que, incapaz de concretar en la tierra las ilusiones de emancipación, optó por trasladarlas a la estratosfera..." p75.
¿Rostro estético? En efecto. El cosmonauta pertenece a ese aspecto del comunismo que de la Nuez --aludiendo a la esfera estética-- llama "exposición". ¿Qué exposición? La muestra de un futuro abandonado, devenido por una "doble decrepitud" en ruina física e ideológica. Es decir, la memoria de la ruina --si se pudiera hablar de la memoria fantasmática-- es de "una epopeya desproporcionada".
Aquí de la Nuez deja caer otro mensaje que no queda del todo explícito en CM. Con el comunismo vagando como fantasma, vivimos otra decrepitud. Una sorpresa implícita en la "exhibición" comunista. Pero parece que antes de ser estética esa obsolescencia física en vida del comunismo significaba algo todavía. ¿Qué? Simplemente no tener nada que ver con la otra decrepitud de nuestro mundo actual que (ahora como punto ciego) funciona "por adicción", y cuyas claves residen, como apunta de la Nuez, en "descubrir consumidores, excitar sus apetitos y crearles necesidades ficticias" (cita textual del fantasma cubano Paul Lafargue, en CM).
La historia de Istochnikov en CM nos recuerda otra: la del mal poeta, bisexual y disidente Eduard Limónov, ser entre lugares y entre tiempos --lo peor que le puede pasar a un ser. De la Nuez nos dice que Limónov no es ni héroe ni antihéroe. Es un "contrahéroe hecho a martillazos". Por aquello de las simetrías, apuesto a que hay Limónovs caminando ahora mismo por las calles de La Habana postcomunista.
La momia de Lenin |
¿Cuáles cuerpos? Hay muchos, pero el Lenin embalsamado (y ahora subvencionado por la mafia rusa) en la Plaza Roja merece una mención especial. Stalin, heredero del leninismo (alguien de quien el padre de la patria sospechaba) acompañó a este último en la misma bóveda desde 1953-1961 (cuando Nikita Khrushchev mandó a enterrar al déspota georgiano). ¿Dónde están los cuerpos de los millones de "sin nombre" desaparecidos por Stalin? La respuesta viene con un aforismo delanueziano: "¿Qué nombre tiene en la memoria colectiva lo que ocurrió en la URSS bajo Stalin? No tiene nombre". p153.
CM compara dos versiones del horror estalinista desde la literatura: Koba el temible de Martin Amis y Obra de arte total Stalin de Boris Groys. De La Nuez simpatiza más con el ángulo estético/ conceptual del segundo.
Una momia menor: Kim Il Sung (2011) |
CM puede leerse como un compendio de aforismos. Iván hace buena literatura con el ensayo. Diré de él lo que dijo de la Nuez de Graham Greene en su Fantasía Roja p27, tomándome la libertad de cambiar el autor y el final:
De la Nuez es una máquina de componer frases para nuestros tiempos:
¿No es la revolución un género museístico? p51.Metáforas delanuezianas que quedan flotantes en la historia de esos miles de Istochnikovs desaparecidos en el estrecho de la Florida, fantasmas a la deriva en sus balsas perpetuas.
El contrato social es un panfleto disfrazado de ensayo, el Manifiesto Comunista es un ensayo disfrazado de panfleto. p58.
Algunas veces, la Ostalgia ni siquiera se asienta en un recuerdo, sino en una simulación de la memoria. Otras, más que lidiar con el olvido, está obligada a hacerlo con la lobotomía. p25.
(...) no es la voz de Platón la que se dejó escuchar en las políticas corruptas de Papandreu. Ni Aristóteles ilumina –no del todo- la codicia de su tocayo Onassis. p122.
Para la izquierda radical, el fetiche del Che significa una victoria cultural después de una derrota política. Para la derecha radical, el fetiche del Che significa una derrota cultural después de una victoria política. p119.
A la madre alemana, como a Walesa, le han cambiado el pasado, y al hijo chino, como a Lula le han cambiado el futuro. p40.
Para la izquierda radical, el fetiche del Che significa una victoria cultural después de una derrota política. Para la derecha radical, el fetiche del Che significa una derrota cultural después de una victoria política. p129.
(...) en lugar de la sociedad abierta proclamada por Popper, me he dejado seducir por el código abierto. sociedad abierta contra código abierto: Popper y Property. p139.
(...) me siento tan aburrido de unas políticas sin alternativas como lo estoy de los alternativos sin política". p141.
De la Nuez comenta al comunismo como "ready made", pero ojo cuidado, ahora este deja detrás una mutación perversa.
Ya ni siquiera son los objetos --el urinario de Duchamp, la aspiradora de Koons--, sino los sujetos y las causas los que terminan encapsulados en el display del museo para disfrute público. p84.Aquí CM coincide con Groys quien ha dicho acertadamente que una institución tan respetada como el Museo (de hoy en día) es "el vertedero donde la basura de la historia de la cultura es reciclada como identidad cultural". Es lo que Groys llama "ecología de la cultura".
Si Duchamp supiera... Zizek también cita a Groys en su On Belief: "Cristo es un dios ready-made" (OB, p90). En su monografía "La invención de Rusia" Groys comenta que la diferencia entre el formalismo y el postmodernismo ruso consiste en que el último abraza el "ready made" como método de reproducción masiva. Dejemos a de la Nuez elaborar dicha consecuencia, ahora desde la esfera estética a la política:
La pregunta de Groys es otra: "puede ocurrir aquello aquí y ahora? Esto es: ¿es el estalinismo un hecho propio del comunismo es un estilo de poder que, llegado el caso puede, como el revival socialista, cruzar la frontera y existir también más allá del comunismo? p157.Digámoslo sin ambages: El caso ya llegó. Sin duda hay aspectos estalinistas en el llamado "libertarianismo" del Tea Party. El cierre del gobierno de Ted Cruz costó $28 mil millones. Y nadie pudo (ni quiso) evitarlo. ¿Por qué? "El gobierno es malo", repitió obsesivamente Mitt Romney a Obama en su segundo debate presidencial. El consejo para el "ciudadano imperial" del George Bush post 9/11 era: "compren y vuelen (aviones, quiero decir)". La subvención del gobierno por la corporación postcapitalista es un hecho. Súmele a lo anterior el estado de militarización permanente desde la guerra de Iraq, y las recientes revelaciones del NSA espiando a sus propios ciudadanos y mandatarios aliados.
¿No es lo anterior una estrategia sospechosamente "estalinista" desde el seno mismo de la democracia? Volviendo a CM, se permuta el sufijo para crear variaciones concomitantes con aquel invento social griego: petrocracia, cleptocracia, anonimocracia, quirocracia, hasta ladrillocracia.
Antes de terminar, dejemos caer un bono delanueziano (para los artistas de tumiami):
(...) convertirse sin complejos en los intelectuales de la Era de la Imagen, incluso a riesgo de dejas de ser artistas, tal como lo han sido hasta ahora. El handicap está en que el arte, después de abismarse en otros mundos --la política, la media, la tecnología-- regresa tarde y mal a la domesticación de su Ítaca de siempre". p113.El Comunista manifiesto ya se ha manifestado. Un estético atrevido de vocación y de vida, Oscar Wilde, escritor queer, crítico y poeta decadente, sin duda lo hubiera disfrutado. Cerramos con él, pues desde las páginas de CM se aprecia una cercanía a lo estético como estilo de vida:
El arte es la forma más intensa de individualismo que el mundo ha conocido, de modo que ése que decida vivir el ámbito estético sería el modelo a seguir. El arte es individualismo y el individualismo es una fuerza inquietante y desintegradora. Ahí radica su inmenso valor. Lo que busca el arte es perturbar la monotonía, la esclavitud de las costumbres, la tiranía del estado y la reducción del ser humano a la máquina.