Desierto de Sonora
Estas vistas de la belleza en estado natural recuerdan nuestra pequeñez como criaturas. En épocas más cándidas, se imponía su contemplación como realidad deslumbrante ajena a la conciencia. Ahora, asociadas a la lucha por la supervivencia, forman parte del noticiario doméstico. Cada suceso mediático donde se citan paisaje y tragedia, hace que la estética de lo salvaje adquiera una negatividad que nos sobrepasa. Porque si bien desde la apariencia son visiones que persisten provocando el deleite, pesa más el horror de la catástrofe anónima que en sus honduras un día tras otro se repite. (JR)
Me gutó lo de la catátrofe, nagüe. El primero es mi paisaje. El segundo, mi sangre.
ResponderEliminar¡Guau! ¡Qué bien logrado párrafo! En tan pocas líneas expresar un sentimiento tan conmovedor , profundo. Lo leo y leo, me siento microscópica. Me engrinchó el litocu y el esternocleidomastoideo . Saludith de Judith G.
ResponderEliminar¿Ah, lo arreglates?
ResponderEliminartriste planeta azul, deslumbrante planeta. RI
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