Alcides Herrera
Nos
preguntaron por qué el Alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, tostó más
su cuerpo que su cara. No tenemos respuesta. El explicó que quiere
subir los “impuestos a la propiedad” para que no mueran muchos gatos;
propietarios de casas y perros protestaron.
Bueno, una respuesta. El cuerpo del Alcalde hace ejercicios mientras
sus acólitos le llevan la cabeza (en bandeja de plata) a trabajar. La
llevan a la Sede y la devuelven a ese GYM, a ese cuerpo. Me recuerda a
Penelas, el que insistió en que el kilo sí tenía vuelto. Cada vez que
uno se comía un plátano en Miami, se sentía raro, como en deuda y a la
vez con ganas de robarse ese plátano. ¡Alcaldes fuertes, debilitaos un
poco!