Como pueden apreciar, nada nuevo.
Y ejemplos que lo ilustren hay en todas sus expresiones ( estamos hablando en términos de talento, singularidad y exhuberancia). Con todo y eso, hay quien se atreve a defender la hipótesis peregrina de que la cultura cubana ha muerto en el reducto nacional machacada, ahogada y falta de espíritu.
Es la misma idea arbitraria, aunque a la inversa y con otros pretextos ideológicos, que sirviera al modelo autoritario para negarle el escenario vernáculo a Celia Cruz, por citar un caso, lo cual nunca mermó la ración desbordada de cubanía que cimbraba en la inolvidable guarachera.
Un testimonio subliminal de concomitancias y convergencias en el tema es esta creación del compositor recién fallecido Portillo de la Luz –uno de los talentos que decidió “quedarse allá”-, interpretada por el cuarteto Los Armónicos de Felipe Dulzaides, glamorosa agrupación donde destacaron excelentes ejecutantes como el guitarrista Pablo Cano y la cantante Doris de la Torre, integrantes que en algún momento optaron por “venir para acá”.
Aún con esa geomusicología que terminó por escindirse, más allá de los deslindes de destinos y de los muros artificiales erigidos por la política, no cesan de correr las notas musicales que quedaron grabadas en el cautivante bolero. Continúan deslizándose delicadas, elegantes y atmosféricas en un solo afluente.
Desde entonces han pasado décadas, y el devenir del tiempo, las partidas y las distancias no han logrado dividir la luz latente en la melodía. (JR)
Aún con esa geomusicología que terminó por escindirse, más allá de los deslindes de destinos y de los muros artificiales erigidos por la política, no cesan de correr las notas musicales que quedaron grabadas en el cautivante bolero. Continúan deslizándose delicadas, elegantes y atmosféricas en un solo afluente.
Desde entonces han pasado décadas, y el devenir del tiempo, las partidas y las distancias no han logrado dividir la luz latente en la melodía. (JR)
y olga gullot lo interpreta tanto y tan maravillosamente. RI
ResponderEliminarapretaste jr!
ResponderEliminarLa musica: esa hada prodigiosa que se escurre por las rendijas del nunca jamas sin permiso alguno,y nos desnuda. AT
ResponderEliminarlindas noches aquellas que no volveran
ResponderEliminarSi, RI, pero la historia de Doris es más penosa. Una hermosa voz que se exilió y enmudeció quizás en su mejor momento. Regresó a Cuba vieja y enferma para morir allí. Vallejo se queda corto con padeceres como estos.
ResponderEliminarMucho talento reunido ahí, atRifF. En relación a Dulzaides creo que lo más significativo de él es su aporte al jazz en Cuba y, sin embargo, es lo que menos se conoce.
ResponderEliminarAsi mismo, AT. Nos despoja de vestiduras. Ante lo absoluto y ante nosotros mismos.
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