hans ulrich obrist
atRifF
el cura, ahí viene, la cura ya llega, ¡cúrate!
"curar", pero no como aquella que perdona los pecados. la sanación siempre fue espiritual, no física. hablo de arteordenar, artesituar, en otras palabras, "curar" es dar logos, nada menos que arteiluminar. ¿cómo llegamos aquí?
el arte cura
el arte perdió su aura. me refiero a ese poder del arte de "contener" algo. no es que el arte de hoy sea tan diferente al de ayer. lo que cambia en este caso es el contexto del post-capitalismo global, que trae consigo una movida económica del mantel (aunque la vajilla y las copas quedan intactas).
no me refiero a aquella destilación gradual del artista donde "fama" no era sino una parte de una realización más integral. "crear" ofrecía placeres comparables solo con la salvación (ahora estética, en lugar de religiosa). schiller llegó a decir "el arte cura" (lo cual sería la premisa de ese momento). el mercado estaba ahí, sí, pero su influencia, aunque poderosa no podía aún socavar el ideal y ser artista era una manera de combatir esa influencia. es decir, lo que el arte contenía era un sueño que no podía morir.
"curar" el arte
arte hoy es materia prima global indiferenciada. como tal, no existe personalidad. existen artestrellas (los hirst, koons, y luego las emin, peyton, etc). hablamos de esa fase homogénea del artemercancía. para llegar a ser arteproducto, para poder "sudar estética", el artemercancía debe ser procesado, conceptualizado y publicitado. en nuestra era global postcapitalista, crear lo que se llama "percepción" del artemercancía para el arteconsumidor es crucial para la ventaja competitiva.
lo hemos llamado artejudicación (tarea compleja en mano de expertos). en esta coyuntura, el "comisario" (la traducción al español conlleva un sabor buro-tecnocrático sugerente). dicho de otro modo, el curador re-crea el artemercancía transformándolo en algo nuevo. "crear" en el sentido decimonónico no es ya suficiente. el arte necesita recrearsepresentarse. ¿cómo?
el comisario de comisarios, hans ulrich obrist lo dice claro:
la exhibición se ha convertido en el medio principal a través del cual el arte se da a conocer (...) se trata del lugar excepcional de intercambio en la economía política del arte, donde se construye una nueva significación. (brief history of curating, p. 6).esta recreaciónpresentación del arte es ortra "apropiación" (ahora no del artista, sino) del mercado. al artemercancía le toca el destino de la materia prima durante la última etapa de la revolución industrial moderna. ¿qué es la materia prima sin procesamiento? la manufactura del arteproducto está a cargo del curador, quien por supuesto no debe aparecer como presencia. como en aquella idea antigua de la voz como poder metafísico fuera del cuerpo, cual ventrílocuo, el curador "da orden". no hay por qué figurar. para ello está la marioneta: el artista (aquella idea romántica del artista como "demiurgo" se ha desinflado. ¿coincidencia?).
el curador es una paradoja calculada: está y no está. empero su ausencia lo hace más importante. la presencia del artista consta como mera metonimia. la legitimación, sin embargo, queda implícita: la organización del evento, pared del museo, el catálogo encuadernado, la audiencia, etc. lo más importante, "la percepción", ha sido ya autentificada por el demiurgo in absentia.
sin embargo, paradójicamente el curador no es el ventrílocuo mayor, sino otra marioneta. ¿de quién? ¿de qué?
sigue el olor del verde.
los curadores cada vez más tienen, menos ojos y más orejas. o viceversa, si son cibernautas. LS
ResponderEliminarImagínate, en este tema hay tanta tela por donde cortar...Desdichadamente junto con la salvajización del capitalismo y el exclusionismo exacerbado de los totalitarismos, la labor del curador se ha contaminado de intereses pragmáticos. El caracter auténticamente promotor, investigativo o rescatista se ha ido enturbiando con el afán de lucro o de ascenso social. Hallar curadores que se propongan en su proyección profesional una misión sociológica, esteticista, historiográfica y/o antropológica, es casi como toparse con un gnomo en Times Square. Hoy día, el dinero y la escala social impactan en todas aquellas actitudes humanas que antes portaban vetas altruistas. En el caso de las curadurías, a veces hasta los propios artistas son responsables de la perversión de lo que por algún tiempo fue una disciplina intermediaria de matices científicos. Hay artistas que "no se dejan curar" por un curador que no tenga impacto en el mercado. Como hay curadores que solo calzan la información de un proyecto con su nombre y relegan hasta la información elemental que debe acompañar una propuesta curatorial. Triste, pero esa es la realidad del comportamiento actual de arte y mercado. ¿Qué queda? Pues escribir textos críticos como este de hoy y señalar las manchas en el sol. Aunque como van los tiempos en todas las esferas de la vida social, habrá que en algún momento resaltar los destellos de sol en la gran mancha.
ResponderEliminarÁngela Pérez, pero veamos:
ResponderEliminarTenemos una lata de jugo natural en las manos y, naturalmente, el nombre de los recogedores de fruta y de los mineros que extrajeron los minerales que conforman la aleación de la lata no aparecen en la lata, mucho menos cuenta la idea de nutrición (o de distribución, intercambio y consumo) que tienen los que convirtieron el material en bruto de la tierra en materia prima. Visto así, lo que cuenta es la idea (y la práctica) de los organizadores y legitimadores del producto, desde el árbol y la mina hasta el supermercado. De este modo los verdaderos artistas serian los intermediarios por el obvio hecho de hacer valer, dinero y otros hilos de por medio, la mercancía en el mercado. Pero para qué sirve un arte que no cuestione esta cadena de servidumbre, por ejemplo. Para nada, sobre todo si verlo o no verlo (su existencia) no depende de lo que propone sino de lo que de ella proponen los reguladores de la cadena. Un artista resultante de asimilar tranquilamente este proceso despersonalizante, viene a ser tan interesante como un bel cantista a quien el ruido, el parloteo de sus presentadores, ha enmudecido inevitablemente.
RW
Del mismo modo que un buen número de curadores no curan más que propuestas artísticas cuya robustez y salud en el mercado del arte ya ha sido probada, así encontramos artistas que nada mas se dejan curar por aquellos que ya han curado antes de manera estelar a otras propuestas de artistas . Esto me recuerda las discusiones sobre la precondición médica y los seguros de salud. Por supuesto que también me trae a la mente todo esa plata despilfarrada en las consultas del sicoanalista.
ResponderEliminarRW
Triff: En el clavo. Lo que dices del artista es bien duro me cuesta trabajo prosesarlo.
ResponderEliminarEl curador como figura , mantiene una constante y es su encarnacion del poder , es pues , una figura de poder , de poder ideologico en el socialismo de poder economico -politico, en el capitalismo, en terminos Foucaultnianos es un "Vigilante" del sttatus quo de la cultura, como lllego ahi , como se establecio y el y su verdad? mi opinion , a causa del debilitamiento del discurso moderno, la muerte de la academia, del saber moderno.El tema da para largo.Hoy por hoy la mayor herejia , hacer una exposcion "sin" curador.Pero tambien un gesto altamente lujurioso como toda herejia jajajaj ER.
ResponderEliminarEl curador como figura , mantiene una constante y es su encarnacion del poder , es pues , una figura de poder , de poder ideologico en el socialismo de poder economico -politico, en el capitalismo, en terminos Foucaultnianos es un "Vigilante" del sttatus quo de la cultura, como lllego ahi , como se establecio y el y su verdad? mi opinion , a causa del debilitamiento del discurso moderno, la muerte de la academia, del saber moderno.El tema da para largo.Hoy por hoy la mayor herejia , hacer una exposcion "sin" curador.Pero tambien un gesto altamente lujurioso como toda herejia ER.
ResponderEliminarEn la magia económica del post-capitalismo global, no se sabe si la magia es económica o gastronómica, como la del mantel que tú mencionas. Lo importante es de quien es el bolsillo. La todo-poderosa y sapiente regla de la demanda y la oferta, funciona hasta ahora; pero a veces nos deshumaniza y los bolsillos cada vez son más pocos. En los países en desarrollo la miseria es caldo de cultivo para el comunismo, y aquí ahora hasta la clase se media se nos encoge. De todas formas soy optimista, creo que este país y la humanidad han de salir del hueco y que no somos un experimento fracasado como otros dicen. En el caso del Arte, el reconocimiento hacia el artista es comprensible; pero el mercadeo y la manipulación del público, eunuco mental, ofende al artista y no educa al interlocutor. En el caso de los panegíricos, otra función de las religiones al conceder la salvación espiritual y el paraíso al artista, quizás fue una mentira simplista o de una profunda verdad; pero la prefiero a los mercaderes del espacio donde el mal gusto y el esnob abundan. De esta manera, la creación verdadera picaba cerca y la estética se salvaba, y de alguna manera al menos, educaría al futuro. En esta moderna época de superpoblación y profunda sensibilidad económica, todo tiene una traducción o significado cambiario pues se trata de supervivencia. Pero siempre que veo Arte asociado con mercadeo, plusvalía, fama, ganancias; paso la pagina. En mis limitaciones temporales, prefiero escoger el arte que conmueve, no el que mercadea. Prefiero no el tatuaje permanente, sino los zapatos de dos tonos, que pueden ser de mal gusto para el tatuado, pero yo al menos me los puedo quitar cuando me aburran. De todas formas creo que cada uno es dueño de hacer con su piel y sus pies lo que más desee, y hasta pecar de mal gusto es ignorable con respeto. Todo es permitido menos la maldad y el mal gusto. Yo creo que curar el arte debe ser más que todo, “curar”, conservarlo, cuidarlo y promoverlo pero no mercantilizarlo. Creo que la verdadera función del arte es el arte; por ende la creación y su disfrute estético-sensorial. Creo que curar debe estar lejos de cualquier manipulación de opinión, de poder, política o vigilante deísta de la verdad que debe ser da cada artista y su arte, no del mercader. Que el mercado me venda sopa, pero que no me manipule el Arte. Que manipule a su status quo, no el mio. Muy bien JR.
ResponderEliminarRLL
Curador es un termino "pretty offensive", ademas la imagen del curador a opacado a otro gran tipo de la modernidad,el critico.
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ResponderEliminarLa pregunta sobre qué fue primero, si el huevo o la gallina, no tiene cabida en la relación arte-curaduría. Esta claro por más que buena parte de los objetos de consumo de nuestra cultura vivan de sus marcas, del poder simbólico incrustado en ellos y que se desprende durante su posesión con aroma de valor determinante si no propio. La marca, el estigma, el código de barras…de barra vas.
Creo que los mejores aliados de la espontaneidad, la inspiración y la experimentación son la goma de borrar, el corte y la edición. Por lo mismo, no tiene que dolerme un brillante arte de la curaduría y hasta una curaduría que prescinde del artista, siempre que no prescinda también de la obra y su peso en el discurso; siempre que esta curaduría no tenga a mal si me curo a mi mismo mientras la ambulancia del curador no llega (hay mucho trafico) o si el curador previsto hubo de partir y dejar la sala del proyecto vacía por razones de peso mayor u otras urgencias. Digo que no hay que morir por mostrarse como no hay que desangrarse a la espera del mostrador ideal. Bienvenida la mano que ayuda al estudio y expansión de la obra y de los artistas, venga el curador con su sentido del orden y la práctica social, versado en el fracaso romántico y en los derroteros de la modernidad, con su escalera de palabras sobre los ases, el tacto para mediar, la habilidad para encontrar espacio de representación y proponer jugosamente. No así de consentido ha de ser por el artista el curador (en bastardillas), el común Escalante que pretende la preponderancia de su oficio , que usa y abusa de la colaboración con el artista o sus herederos en función del resto de la maquinaria legitimadora del campo artístico y el poder de sus instituciones. Ellos, linternas junto a cajas fuertes, de parte de estas…o de los artistas.
La herejía de exhibir sin curaduría tal vez no radica en la renuncia (no necesariamente en el desprecio) al expertise del curador, sino en tomar sus consecuencias de escandalo manifiesto en el silencio que la critica.
RW
muy buen texto y muy buenas intervenciones
ResponderEliminarSi Romero Britto llama a RW and ER para curarles una expo en su espacio de lincoln rd de segurisimo que aceptan.
ResponderEliminarAlgunos curadores tienen la ingrata tarea de hacer pasar por arte una serie de objetos basuras que ya no sorprenden a nadie; quizás de esta manera proyectan las represiones anales propias y ajenas. Las represiones anales ajenas son las correspondientes a los jerarcas que controlan los museos, coleccionistas,supuestos filántropos y resto de fauna narcisista tales como juntas directivas de los museos, críticos a sueldo, etc. Los discursos curatoriales e incluso los discursos
ResponderEliminarde los criticos para justificar estos objetos son buenísimos, son verdaderos actos de magia chamanicas. En fin, siempre vale la pena ir de visita a los museos o galerías, algo se aprende..... Saludith de Judith G.
Bue, ahora voy a leer lo que escribió Rosita
Anonymous September 13, 2012 8:52 PM, no podías estar más en lo cierto, sin dudas iríamos corriendo donde Brito, estrella tan merecida por esta ciudad. Para tal ocasión ya se me ocurre una instalación a base de gasolina, Ahmed, con su gen arabesco, se encargaría del resto. Entonces si que Miami pondría el brito en el cielo.
ResponderEliminarRW
o puede ser El Brito de Munch…ER
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