Reculaste a la vida en las trincheras
camuflado de versos escogidos,
combinadas agrícolas tronaron
en los ganglios a golpes de membrete.
Nunca el cabo rosado de las cañas
recabara los votos ciudadanos
en boletas de hojas de periódicos
y micrófonos de hijos perforados.
Walter vino a sembrar una cizaña
donde abundan noticias zodiacales
si las cartas natales de los gallos
anunciaron dichosos la canalla.
No es de Júpiter ralo, ni de Venus,
la hora triste en que descenderemos
a la Plaza copada y a la ergástula
en la campánula de Lévi-Strauss.
¡Viva el cieno! La gloria desespera
a las puertas de un Hades confiscado.
Nuestras madres parieron circulares.
¡La letrina precoz, la mojonera!
Donde hundido hasta el cuello el héroe yace
recibiendo del cielo los conceptos.
El patriota suspira, y los sabuesos
comerán de su mano genitales.
¡Oh la Patria vulgar, la mala pata!
La que siembra boniatos en la acera.
La que triste almorzó en La Lechonera.
Su figura es de lata de conserva.
Esa diosa menor, muda Minerva,
tras sus ojos de ónix carcelario
con mi verbo de búcaro incendiario
¡coseremos de guinga una bandera!
tras sus ojos de ónix carcelario
con mi verbo de búcaro incendiario
¡coseremos de guinga una bandera!