Hermann Nitsch Jesús contra el Universo, performance.
Jesús Rosado
En realidad los medios oficialistas le atrincheraron el título a la acción (arriba) del connotado artista austríaco y se le llamó todo el tiempo “Aktion 135” tal vez por razones de marketing ideológico. Se repitió por la prensa internacional los efectos del suceso transgresor entre el público cubano que provocaron supuestamente “desconcierto, repugnancia, asombro”. Nadie mencionó si había alusión al polémico documental Le Cochon (1970) de Jean Eustache. Ni se abordó la posible pasión baja del público cubano por apoderarse del sacrificado cochino.
Ai Weiwei, Bicicletas Forever, 2002, 74 bicicletas.
Me confieso un ferviente admirador del artista chino, pero en el caso de la obra seleccionada no puedo menos que acusar su arcaísmo para un escenario como Cuba. Desde hace años Castro ensayó una instalación colosal con millares de bicicletas inundando la vida doméstica. La operación, sin dudas, tenía una fuerte influencia asiática, pero de un periodo pre-Weiwei, así que pensándolo bien esta puede haber sido una recreación sobre la reciprocidad de los Castro hacia la modernidad china.
Manuel Mendive, Las Cabezas, performance (cuerpos pintados).
La desinhibición de este espectáculo mendiviano sorprendió, pero fue aceptada. La mascarada contrastando con la desnudez se asemejaba tanto a los camuflajes y precariedades de la comunidad vernácula a través de la cual desfiló que la identificación se selló con naturalidad. Pechos, culos y penes fueron asumidos con más respeto que picaresca. Tal vez haya sido uno de los momentos de la Bienal más despojados de atavismos. Es que irremediablemente hay que aceptar que somos lo que somos.
Jorge Isidro Sagues, Sin Título.
Y bueno, también sin comentarios. Para qué vamos a repetir que este no es un trabajo para Clark Kent, si desde ahora y hasta cinco generaciones después lo sabemos. Lo cierto es que Elpidio Valdés ha dejado de importar. Ni se piensa remotamente en los muñequitos rusos. Aunque conste que algunos prefieren a Batman.
Alexandre Arrechea, Nadie Escucha.
La obra habla por sí misma (torre de orejas en escucha), pero el título nos hizo reflexionar sobre el poder de la semántica. Un desliz en el tiempo verbal y la obra de Arrechea se hubiese teñido color rojo hormiga y quizás quedaba vetada. Pero Arrechea hizo la diferencia de una sílaba con relación a aquel título inquietante con que Ulla y Néstor Almendros bautizaron un documental imperdonable para la dictadura. Y ya ven, ahí está flamante y “contestataria” colada en el Malecón.
Florencio Gelabert, Islas.
Islas escurriéndose de la isla. Islas que se cansaron de ser islas. Predestinación de islas tras la fuga. O islas al borde de ser islas. Islas sobre el arrecife. Atrapadas… Como si fuese un karma que no halla fin. Desconozco si el autor albergará algún complejo, lo cierto es que nos empecinamos en olvidar que somos un archipiélago.
Los Carpinteros, Conga Irreversible, performance.
Una conga es un evento alegre. Liberador. ¡Cuánta buena vibra circula en una conga! ¡Que delirio de energía! Pero cuando una conga se mueve en retroversa incesantemente y los danzantes se visten de luto, no es motivo de gozo. Bien puede ser la crónica anunciante de una fatalidad irreversible.
Open Studio de Luis Trápaga. El Círculo.
Expo colectiva reprimida por la Seguridad del Estado. Uno de los performances más logrados de la Bienal. Artistas profesionales del G-2 emprenden acción de respuesta contra una conspiración estética encabezada por el “cabecilla” contrarrevolucionario Luis Trápaga que contaba con la complicidad de los artistas "apátridas" Guillermo Portieles y Néstor Arenas. Con esta intervención, el Ministerio del Interior demuestra que el arte puede ser consecuente con los dignos principios del castrismo nuestro de cada día. No importa que las obras explícitamente no se manifiesten contra el Estado Socialista. La "gusanera" oculta sus propósitos en las manifestaciones seudoartísticas. En la intervención de la policía política queda bien claro que en Cuba con el arte del poder no se juega. Ni al flojo, ni al duro. Con Bienal o sin Bienal. Si acaso, lo admisible serían las meriendas alegres en la mesa del camaleón encantado.
buena critica jr , lastima que no este en el "Juventud Inquieta"
ResponderEliminarexcelente cobertura, jotaerre. tus apuntes al pie de la foto cuentan como crítica atómica. la conga de luto es todo un réquiem a lo abacuá.
ResponderEliminararchipiélago somos e isla nunca volveremos a ser
ResponderEliminarExcelente, reseña. Gracias.
ResponderEliminarBien desconozco Cuba en persona, y por lo tanto se me hace difícil opinar. No soy tan estúpido como pensar que le régimen no se aprovecha de ellos para su difusión. Pero como amigo y sabiendo que eres buen conocedor, amante y crítico de arte tengo que hacerte una pregunta necesaria aunque sólo sea para provocar - en el buen sentido- la polémica. ¿ A quién hay que juzgar: a la obra, al artista o al régimen que ha organizado el evento y se aprovecha de ello?.
ResponderEliminarUn abrazo
Amílcar Barca
Anonymus, a lo mejor la publica "Involución y Cultura".
ResponderEliminarGracias, atRifF. Lo de la conga resulta una de las metáforas más ingeniosas en la Bienal. Y la censura no tiene por donde cogerla.
seguro, sonora. somos tantas cosas que nunca volveremos a ser
Gracias, Teresa. Nos encanta que nos visites
Mi querido, Amilcar, no entiendo muy bien la pregunta. Este evento es un todo compuesto de obras, artistas y régimen. Uno reflexiona lo que percibe, se forma un juicio a priori sobre cada suceso implicado -obra, artista o régimen- y dispara. Ya lo de hacer diana o no es otra historia.
Pues para mi este es un modelo de articulo mediocre, aburrido y seudointelectual
ResponderEliminarah no, justifica.
ResponderEliminarBuen acero tiene el texto de IváN. Y me cuadra la sintonía de temas e ideas entre Tubarcelona-Tumiami. Congratulations!
ResponderEliminarAl menos se ven cosas en la bienal que antes eran imposible de hacer.Lo del animal y la sangre me da fatiga.Me quedo mejor con la conga luctuosa
ResponderEliminarBueno y yo me pregunto si en la ficha de la obra de Wei ponía destacado disidente chino.
ResponderEliminarPlease esto suceso de "Portieles Arena" era algo de esperar. Portieles es un pintorcito de Miami que no vende ni flores en esta ciudad. Este personaje hace mucho tiempo y producto que no vende su obra tenia su mirada en la isla; para ello metio a vivir en sus casa por 600 dolares a la mujer del pintor ahora en prision Berajano con el objetivo de congraciarse con el regimen mientras que a la misma vez pretendia sacarles los contacto en la isla de posibles coleccionistas y compradores.
ResponderEliminarEl ya via estado en la isla con anteriroridad y sus obras le fueron negados los permiso para entrarlas a la isla; ya existia un antecedente. Despues al parecer y desesperado por esu estancada obra decidio envolver e involucrar a Luis Trapaga un excelente pintor residente en la isla en una exposicion conjunta y paralela a la Bienal de la Habana. Como todos los cobarde este fue mas lejos y busco apoyo de Arena al cual involucro a sabiendas de que todo seria un fracaso. No hay nada de injenuidad en la mente de este personage calculador.
Este personaje sabia que Luis, el pintor tenia relacion con la Bloggera Lias mas es intima amiga de Yoanis Sanchez lo cual aplaudo. Lo que no soporto es la mariconada de este cabron poco escrupuloso de que no vacilo en meter en un lio a su amigo Luis y Arenas por el afan de buscar un mercado para su estancada obra.
Pienso que Portieles tras esta denuncia busca la popularidad y captar la atension de su obra de aquellos que hasta ahora han estado renuente a prestarle algun tiempo y con mucha razon.
Asi es la historia; ahora el unico mercado que le queda a este es de vendedor de drofios en los desiertos del Sahara
Much ado about nothing
ResponderEliminarAflojen muchachos
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