"...Estas fotos podrían, fácilmente, formar parte de un proyecto como Punto y Raya, que ha sido definido como el festival “más abstracto del mundo”, algo que enorgullece a Ana Santos y Nöell Palazzo, sus organizadoras. Podría decirse que, incluso, estas piezas cumplen las líneas maestras de su manifiesto, formadas como están por ese “grano mínimo sobre el que se construye nuestro universo”, esa “esencia de lo que no es materia pero constituye la materia, de lo que no es perceptible pero permite el reconocimiento de lo que sí lo es”.
Hay algo que, de cualquier manera, incomoda en estos retratos. Tal vez esa falta de origen y de destino que los deja encallados a perpetuidad en el presente. Tal vez esas acciones que tan sólo podemos intuir en su trastienda. El caso es que ahí perseveran, inquietantes, desgajados del tiempo, del movimiento, del espacio..."