domingo, 29 de abril de 2012
G3
A Ramón Fernández Larrea, Juanito Camacho y otros especímenes rockeros de la radio cubana
Anda en boga online el último documental de Eduardo del Llano, La verdad sobre el G2, una joda que toma como pretexto la historia de un dúo de guitarristas de rock cubano para satirizar la sombra del tenebroso cuerpo de la policía política castrista (el gedós) en la evolución de la cultura cubana. La referencia original es la existencia de G3 en el acontecer rockero contemporáneo, un concepto ideado por Joe Satriani en 1996 para reunir en un espectáculo a tríos de virtuosos en la guitarra perrera. Considerado como un maestro que domina la versatilidad de recursos en la ejecución de la guitarra, Satriani es punto cardinal en el periscopio de la música moderna. Los primeros acompañantes de Satriani en G3 son Steve Vai, un monstruo que inició su carrera con Frank Zappa, y Eric Johnson, otro raro cuerdista que revolucionara el rock instrumental con sus solos de guitarra. Como proyecto, G3 fue incorporando en sus tours a ejemplares de la fauna rockera como Kenny Wayne Shepherd, Yngwie Malmsteen, John Petrucci, Robert Fripp, Paul Gilbert, Steve Morse, Steve Lukather, Uli Jon Roth, Michael Schenker, Adrian Legg, Tony MacAlpine, Johnny Hiland, Keith More, Chris Duarte, Andy Timmons, Neal Schon, Gary Hoey, Brian May, Billy Gibbons, Johnny A, George Lynch, Patrick Rondat, Herman Li, Alejandro Silva y Eric Sardinas. El proyecto admitía el exhibicionismo pornográfico de la ejecución bajo el pacto de respetar el terreno de cada cual. Un ejemplo de colaboración entre talentos muy difícil de concebir en cerebros tercermundistas. El propósito era vacilarse a sí mismo y, de paso…vacilar. Para el público la destreza táctil sobre el instrumento opera en este caso como mercenario sensorial. El paraíso de después es toda una secuencia de erecciones y lubricaciones que desembocan en orgasmos melódicos. En esta pieza, manifiestamente Hendrix, puramente blues, es altamente recomendable dejarse penetrar los puntos G y abandonarse a la euforia de los dedos guitarreros de los chicos. (JotaeRre)
termino el texto con una duda, maestro triff. en este caso me sobran las voces, pero pregunto ¿puede haber blues sin el feeling de la vocalización? bueno , me voy a la cama, no a dormir, sino a ver cómo le va a daniel craig con la girl with de dragoon tattoo
ResponderEliminartriff, ¿no te parece un tanto petulante todo lo que dices?
ResponderEliminarmaestro jotaerre, opino que sí. no hay más que escuchar el jazz no vocal de los años 60 en blue note. pero el rock es una justificación necesaria para vocalizar el blues y con razón.
ResponderEliminarbuenísimo piquete. me dejo penetrar.
anónimo de las 4:09, ¿qué tendra que ver el cemento con los frijoles negros?
ResponderEliminarTriff, me decepcionas, o debo asumir que es cierto lo de la encueruzadera? Si así fuera, ya me va gustando más.
ResponderEliminarLa Vampiresa del caramelo
JR: vacila la versión instrumental de Dark Was The Night - Cold Was The Ground de Blind Willie Johnson. Para más blues sin "vocalización" cáele a esta vitriola digital:
ResponderEliminarhttp://weeniecampbell.com/juke/playing.php?buster=06031253794