Eric Stanton, 1960's |
Me acabo de dar cuenta durante esta deliciosa madrugada tropical, que con las dos tarjetas que tienes en tu poder, la mía y la tuyA, puedes sacar todo el dinero que tú quieras de mi cuenta y ponértelo en la tuyA. Esta vez sí que me puse la soga al cuello bien apretadita. Yo no se todavía si tu vas a hacerme esa violencia, si has decidido hacérmela mas tarde, o si ya me la has hecho. Por eso me siento tan inquietica que he tenido que dejar de apretarme mis dos clítorix pensando en ti, acostada en mi camita solitaria como me he pasado buena parte de esta noche inolvidable, para ponerme a escribirte esta cartica de amor, de amor del mío, de ese amor extraño que es el de la víctima gozadora por el verdugo de todos sus amores.
Estoy atada a ti por el secreto absoluto que te debo desde que decidí ser totalmente tuyAparasiempre.
Tú sabes que mis dos maridos abusadores me dejaron por razones diversas, Él de Miami, por celos, y él de La Habana, por el qué dirán. Yo soy fiel y después de haber sido muy promíscua de jovencita me he vuelto monógama convencida, nunca los hubiera dejado de mi propia voluntad, y si por mi fuera aún estaría en las duras manos del primero que sabia chulearme a largo plazo, como espero que tú lo sepas hacer por muchos años. Yo quiero que esta deliciosa relación que apenas hemos comenzado entre nosotros nos dure el resto de nuestras vidas. Imagínate si ahora de entrada, me quimbas el poco dinerito que tengo puesto en tus manos por culpa de este gustico que me da poner a prueba a mi macho, permitiéndole decidir a él solito si me arrebata mi dinerito o si me lo saca poquito a poco, que es lo que me gusta a mí.
Lo que yo deseo ardientemente es que este gustico de ser esquilmado que disfruto tanto, dure el mayor tiempo que sea posible. Yo sé que tu eres inteligente y que no eres un delincuente abierto como lo son mis dos anteriores, tanto el de Miami, hábil y capaz de cálculo a largo plazo de optar para simultáneamente por su interés y el mío, de explotarme de una manera durable, o como el fantasioso bicitaxista que me arrebataba torpemente en un instante oportuno lo más que podía debido a las circunstancias limitadoras que imperan en Cuba para los numerosos bugarrones que como él trasquilan habitualmente a los mariconcitos masoquistas como yo.
Pero Papa, eres macho y tienes bajo tu férula a una mariquita tan bien capada, tan sumisa a tu ley y arbitrario imperio, que me pareceria sorprendente que me perdonaras la vida sabiendo lo mucho que gozo cuando mi dueño me tumba mi lanita. Tu corderita mamalona nació así, como tú sabes, y a lo mejor te podrías dejar llevar por la tentación de sacarme a la fuerza, por gusto, a la dura y por el ímpetu de tus cojones y hormonas masculinas, lo que bien sabes que terminaré por darte mansita, por la propia ley de mi feliz naturaleza de víctima gozadora. Tenía que decírtelo, tenía que ponerlo todo en claro en mi cabecita de monguita enamorada. Perdóname tanta torturadora complicación, pero el patico sumiso que te ha tocado, tu putica boba, es así. Ve aprendiendo a perdonarme mis defectos que son lo que me hacen tan débil ante tu poder de varón.
Entiéndeme Papá, lo que yo quiero es que lo nuestro dure toda la vida, no lo vayas a estropear por una pueril impaciencia de tu testosterona desenfrenada. Eres muy jovencito aún, Pipo. Aprende a trasquilarme con calma, cocíname a fuego lento para que puedas aprovecharte bien de mí, y yo siga gozando como esta madrugada solita en mi cama, saboreando mi relación contigo, soñando como una criadita de barrio popular cualquiera un romance sin fin con un hombre de tu temple. Capaz de vivir su vida de dominador natural con la de amaestrador de chernitas comepingas como yo. Me vine como una yegua, me aprete mis dos clítorix como una loca y logré uno de los orgasmos más satisfactorios de mi larga vida de pajera empedernida. Espero con impaciencia el jueves a que me des lo que me promatiste anoche. La noche de la celebración de mi cumpleaños y del aniversario de la muerte de mi padre que fue quien con su sadismo y desprecio me hizo este ser inferior y débil que te adora.
Espero dentro de unas horas volverte ver, nunca me abandones, Papá. Te necesito mucho. No podría vivir ya sin ti. Te quiero y te espero dentro de pocas horas. Estar sin ti es un martirio, y ser martirizada por ti una gloria.
Tu siempre devota Monguita.
2 comentarios:
otro arquetipo mariconil, bien trazado. cOmo son los maricones fuera del arquetipo? RI
empecemos por decir que may maricones y hay mariconas.
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