miércoles, 29 de febrero de 2012
El dinero*
Alcides Herrera
Definitivamente sobrenatural, el dinero, que me frecuenta menos cada vez, se ha ido a vivir a la Vía Láctea, barrio que envidio mucho, aunque me aburriría. El dinero mostraba en su parte bonita la cara a plumilla de algún héroe (no sé cómo los llaman aquí); tenerlo en las manos revolvía los jugos del cerebro. No recuerdo la última vez que vi el dinero y al mismo tiempo me pertenecía. “Habrá sido en un bar”, pensarás, avisado lector, y habrás errado, como suele ocurrir con los lectores. Fue en un acto de beneficencia. Tenía en las manos 300 dólares. Pensaba: “Debo hacer algo hermoso y grande con este dinero”. Cuando llegó mi turno, agradecí en dos idiomas a la multitud, haciendo rodar por mi mejilla izquierda una perfecta lágrima, el interés que mostraban en nosotros, los pobres pobres; levanté los 300 dólares al cielo, puse mi mano izquierda en el corazón, y muchos caritativos aplaudieron, también con lágrimas en los ojos. Eso sí: en un bar dejé de ver el dinero por última vez. Definitivamente sobrenatural.
*Observarás, lector, que uno puede empezar poéticamente y terminar en una chusmería, como dijera Kant. Por suerte eres agudo: sabes que no hablaría de dinero si lo tuviera, pues temería que me lo robaras. Hablaría, con metáforas más simples cada vez, de las distintas flores, tema que sin duda te apasionaría. Es normal irse alterando en el mundo, en los párrafos, debido a la falta de dinero.
martes, 28 de febrero de 2012
¿Nos estamos volviendo (más) estúpidos?
miami bourbaki examina la pregunta a partir de un artículo de opinión en el new york times. las conclusiones del panel son de colección (peor el remedio que la enfermedad).
lunes, 27 de febrero de 2012
The Artist, la gran ganadora de anoche
The Artist (Francia, 2011) de Michel Hazanavicius
Rosie Inguanzo
Jean Dujardin, galardonado esta vez como mejor actor en el Festival de Cannes 2011, es George Valentin, el arquetipo de la estrella de cine silente atrapado en la transición al cine sonoro. Bérénice Bejo está deliciosa como Peppy Miller, sus grandes ojos diciendo un mundo —que a quien no conmuevan es porque padece de un cinismo incurable. Estilísticamente impecable, el filme cita a otros filmes: entre tantos, guiño a Hitchcock, cuando James Stewart anhelante coloca la cabeza sobre el esmoquin que exhibe una vidriera en Vértigo (1958). La exageración del gesto y los personajes clichés curiosamente resultan originales, ya de vuelta del desgaste manierista hollywoodense donde los buenos son demasiados buenos y los malos requetemalos —sin proponérselo. ¿Recuerdas cuando te tragabas la semilla de un limón y temías que te fuera a crecer un árbol en el estómago? ¿O cuando imaginábamos que una tropa de soldados meñiques, o todos los animales de la selva, vivían dentro del televisor? ¿Recuerdan, los cinéfilos, cuando la elegante silla de terciopelo se le pega a las nalgas de David Niven en The Bishop’s wife (1947)? Pues ese es el candor que se revisita al ver The Artist (y requisito para disfrutarla). Esa es la premisa candorosa. Aun siendo un filme para adultos, hemos de reírnos con el perrito Uggie (casi se roba la película), haciéndose pasar por muerto, o escondiendo la vergüenza entre las paticas delanteras. Hemos de conmovernos reflexivamente, y agenciarnos un candor recién estrenadito, cuando la conciencia de Valentin es su doble en miniatura. Después de verla, tal cual sucede al protagonista, habrá esperanza cuando hasta nuestra propia sombra nos abandone. Porque hay mucho que se nos arrebata en el trajín actual, demasiada evidencia, reality (que no real), escatología insulsa, demasiado ruido (hoy en día hasta los colores hacen ruido). Sobre todo nos socava la sospecha. De ahí que un filme silente en blanco y negro resulte un bálsamo a los sentidos. Leer labios, imaginar un timbre, confines primordiales. A este filme silente (solo se rompe el silencio en dos momentos claves), la música de Guillaume Schiffman —graciosa, petulante o idílica, según requiera el guión— nos va supliendo con ciertos mundos perdidos. Es un filme que libera el espíritu necesario para esta época del año. Corran a verla.
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Publicado originalmente en Diario de Cuba
domingo, 26 de febrero de 2012
El acoplamiento ideal y perfecto, como el Universo Inmutable que imaginó Aristóteles
Sátira francesa, 1815, "el salón de los cornudos". |
Amado mío…
Me ha venido en mente otra de mis mariconerías, y tengo que dejar mi camita donde me retuerzo pensando en ti, lamentando que la pájara que me alquila no te haya dejado seguir durmiendo en el sofá de la sala, adonde aquella primera y única noche que te quedaste yo podía irte a ver durmiendo cada vez que me apeteciera. Y tengo que volver al teclado a contarte mi constante sufrir por tu cara de ángel, por tus ojos inexplicables, por tu boca santa, por tu piel de seda, por tu cuerpo que va madurando tan sabrosamente para desgracia mía y satisfacción vanidosa de tus divinos cojones.
En éstos mismos instantes le debe estar dejando toda tu lechita, que me tenías prometida para el jueves, en el chocho de esa guanaja. Y esto ha sido por culpa mía, porque me dio pena sentir las ganas que tenías de echar un palo, después de tantos meses de abstinencia por tu frustrado amor por Yadira. Y por lo mucho que sé que necesitas un bollo, yo que lo único que quiero es tu cabilla. Yo pude haber evitado este encuentro, yo pude haberlo jodido. Y no, yo te dejé irme envolviendo en tu deseo y funcionando como un pelele entre tus manos para la consecución de tu designio. Y me iba gustando servirte contra mi propio interés que era velar por que me cumplieras tu promesa. Y te saliste con la tuya porque yo sabia que esa jeva sólo piensa en meterse lo que se le presente, sobre todo si el varoncito que se le presenta es hermoso, aunque raramente sea ni la mitad de lo hermoso que eres tú. Será monga, más monga que yo, pero tiene una suerte del recontracoño de su puta madre, que por cierto fue también muy linda.
Seguro que te la llevaste a tu casa, que yo pagué, porque la invitaste a su copa con el dinero mío, que yo con tanto gusto te dejo administrar para ti y para mí, pero que no estoy muy seguro que me gustaría que te lo gastaras con una putica. Esa es la parte que parece que me toca a mí siempre, pagar.
Con gusto, a ti mi Papá, te pago todo lo que me pidas que te pague.
En cierto momento comprendí por la experiencia que me han dado los múltiples tarros que me pegó mi mujer, que ya a ella se le había mojado la crica y empezaba a mirarte a la cara directamente acariciándose el pelo por mechones, y respondiéndote quejumbrosamente, no sé, a tus preguntas.
Me di cuenta que como me pasó a mi cuando volví de París, al principio ella no se atrevía a mirarte de frente. Por miedo a tu esplendor natural, esa aura de macho sanote que los Orishas te dieron.
Mi costumbre de tarrudo me hizo levantarme para irme al baño, no porque tuviera ganas de mear sentado, sino para salir del paso y dejarle la vía abierta a tu embestida viril. Algunos de los amantes de mi mujer, solían mandarme a comprarles cigarrillos y cuando yo volvía ella ya estaba arrodillada mamando y con la blusa caída sobre su barriguita ofreciéndole sus blanquísimas teticas. O todavía estaba sentada con él en el sofá y ya estaba con la saya levantada y tres dedos del tipo metidos en el bollo que se lo estaba pajeando groseramente. O ya se habían metido en el cuarto y me había cerrado la puerta el muy cabrón, y yo oía a través de la madera interpuesta los gemidos de gusto de mi mujercita en manos del rústico personaje. A veces me la dejaban abierta para darme jamón. Otras veces yo mismo me atrevía a entreabrirla a riesgo de llevarme un castigo físico imprevisible, dependiendo de la cultura y gustos del socio. La infinita mayoría de las veces me ignoraban de tal manera que yo me iba acercando progresiva y sigilosamente hasta terminar sentadita en el suelo al lado de mi profanado lecho nupcial, gozando los primeros planos de todo tipo de penetraciones y ofensas a mi dignidad de maridito maricón y consentidor, y de su dignidad de mujer casada. Algunas afortunadas veces el macho me invitaba a hacerle una mamada y me permitía comerle los huevos entre dos penetraciones, y a veces hasta me trituraba los pezones haciéndome alcanzar ese tipo de orgasmo que es mi jardín privado y oculto que es lo que más me gusta en la vida. Me recordé de esas vivencias ya lejanas pero siempre muy ardientes y presentes en mi memoria afectiva.
Y le saqué la lasca que pude a tu cabronada, porque a decir verdad, Papito, me volviste a joder de nuevo, como a mí me gusta.
Se me ocurrió que la única manera de provocar tu ira y que me pegues, sería que me fuera de lengua como chernita chismosita que siempre he sido y le contara a la gente lo que me estás haciendo. Pero no temas, me gusta tanto como me tratas que ni por el gusto de que me sonaras una buena tunda lo cambiaría.
Sigamos así, Mi Gallito Fino, tú gozando y yo también. Yo pagando y tú cobrando. Tú pisando y yo cacareando de gusto con el mango de un plumero moral encajado en el ojo del culo.
El acoplamiento ideal y perfecto, como el Universo Inmutable que imaginó Aristóteles.
Te quiere siempre tu Monguita.
viernes, 24 de febrero de 2012
TIME y el poder latino
El consejo editorial se ha apresurado a disculparse por el cover. El peso del prejuicio y de los intereses políticos ahora quieren restarle importancia a lo que es obvio: el votante hispano conoce su poder porque lo ejerce. Porque es consciente de la consecuencia y no sucumbe a la abulia. Ya es tarde, muchachos de TIME, ya está en la calle esta feliz portada que estrena el español. Ninguna minoría no nativa se podrá adjudicar tal pujanza de voto. Quieran o no los candidatos tienen que contar con unas fichas electorales embarradas de chipotle, frijoles negros, arepa, bandeja paisa, churrasco y mofongo.
jueves, 23 de febrero de 2012
miércoles, 22 de febrero de 2012
El extrarradio global
Iván de la Nuez
“Los malos duermen bien”. Este proverbio lo hemos escuchado tantas veces que nos hemos acostumbrado a su sombría verdad. Si le añadimos otro proverbio que funciona como antítesis, “sólo los buenos mueren jóvenes”, no es difícil intuir que al final, por costumbre o espíritu de supervivencia, acabaremos asumiendo la maldad no sólo como un valium, un buen antídoto contra el insomnio, sino también como una cierta garantía de longevidad.
El domingo pasado, la Academia de Cine española premió de manera rotunda No habrá paz para los malvados, película dirigida por Enrique Urbizu y protagonizada por José Coronado. Ambos, director y actor, habían hecho tándem anteriormente en La vida mancha y La caja 507, piezas más contenidas, tal vez más reflexivas. No habrá paz para los malvados es, por su parte, una película “global”, pero no a la manera estética en que esto se suele entender en España o América Latina, con ese amaneramiento de aeropuerto y esos mundos neutrales.
La geografía fílmica de Urbizu no abarca ciudades fashion -la Barcelona de Woody Allen, por ejemplo- ni está adornada por arquitecturas “de firma”. Al contrario, su universo acostumbra a echar el ancla en el extrarradio, en los polígonos industriales donde colisionan -sin amortiguadores- la corrupción y el terrorismo, la prostitución y el desencanto.
Sin perder el acento -que es la lengua de la lengua-, Urbizu es capaz de encontrar en esos perímetros todos y cada uno de los males del mundo. Para entendernos: no es global porque pretenda que nuestros problemas se parezcan al mundo, sino porque consigue evidenciar que son los problemas del mundo los que se parecen demasiado a nosotros.
Sus héroes “de circunstancias” son humanos, demasiado humanos, conocedores de que son poquísimos aquellos que consiguen vivir a la altura de sus ideales. A menudo, como Santos Trinidad, el policía corrupto y desahuciado de No habrá paz para los malvados, si se convierten en héroes es porque participan del mismo relato moral –o inmoral, o amoral- que sus adversarios. Entablan su duelo a partir de un idioma común.
Y así se aplican, ante la injusticia institucional, con esa otra injusticia individual que solemos llamar “justicia por su mano”.
Esta filmografía evoca al cine negro o las novelas de James Ellroy, sin permitirse el menor regodeo estético en la crueldad –como hacen, por ejemplo, Tarantino o Kitano. Para Urbizu, el crimen, la violencia o el acto de matar son, simplemente, el crimen, la violencia, el acto de matar…
Por fortuna, los proverbios también mienten. Y los malos (también) mueren jóvenes. Algunos, incluso, padecen de insomnio.
“Los malos duermen bien”. Este proverbio lo hemos escuchado tantas veces que nos hemos acostumbrado a su sombría verdad. Si le añadimos otro proverbio que funciona como antítesis, “sólo los buenos mueren jóvenes”, no es difícil intuir que al final, por costumbre o espíritu de supervivencia, acabaremos asumiendo la maldad no sólo como un valium, un buen antídoto contra el insomnio, sino también como una cierta garantía de longevidad.
El domingo pasado, la Academia de Cine española premió de manera rotunda No habrá paz para los malvados, película dirigida por Enrique Urbizu y protagonizada por José Coronado. Ambos, director y actor, habían hecho tándem anteriormente en La vida mancha y La caja 507, piezas más contenidas, tal vez más reflexivas. No habrá paz para los malvados es, por su parte, una película “global”, pero no a la manera estética en que esto se suele entender en España o América Latina, con ese amaneramiento de aeropuerto y esos mundos neutrales.
La geografía fílmica de Urbizu no abarca ciudades fashion -la Barcelona de Woody Allen, por ejemplo- ni está adornada por arquitecturas “de firma”. Al contrario, su universo acostumbra a echar el ancla en el extrarradio, en los polígonos industriales donde colisionan -sin amortiguadores- la corrupción y el terrorismo, la prostitución y el desencanto.
Sin perder el acento -que es la lengua de la lengua-, Urbizu es capaz de encontrar en esos perímetros todos y cada uno de los males del mundo. Para entendernos: no es global porque pretenda que nuestros problemas se parezcan al mundo, sino porque consigue evidenciar que son los problemas del mundo los que se parecen demasiado a nosotros.
Sus héroes “de circunstancias” son humanos, demasiado humanos, conocedores de que son poquísimos aquellos que consiguen vivir a la altura de sus ideales. A menudo, como Santos Trinidad, el policía corrupto y desahuciado de No habrá paz para los malvados, si se convierten en héroes es porque participan del mismo relato moral –o inmoral, o amoral- que sus adversarios. Entablan su duelo a partir de un idioma común.
Y así se aplican, ante la injusticia institucional, con esa otra injusticia individual que solemos llamar “justicia por su mano”.
Esta filmografía evoca al cine negro o las novelas de James Ellroy, sin permitirse el menor regodeo estético en la crueldad –como hacen, por ejemplo, Tarantino o Kitano. Para Urbizu, el crimen, la violencia o el acto de matar son, simplemente, el crimen, la violencia, el acto de matar…
Por fortuna, los proverbios también mienten. Y los malos (también) mueren jóvenes. Algunos, incluso, padecen de insomnio.
lunes, 20 de febrero de 2012
Leer las nubes
Rosie Inguanzo
Foto: Pedro Portal
Estreno la mirada, soy la niña que levanta una piedra en el jardín del cielo. Leo nubes (son parlanchinas) –tanto articulan las nubes desde lo tácito que huelga el parloteo infeliz de las gentes aquí abajo. Leer las nubes. Leer en las manchas de humedad en los vitrales interiores de un templo romano. En un muro de mi ciudad el graffiti con el que un desconocido cifró un mensaje para una. Leer el dolor de unos ojos.
Leer en los balbuceos del dictador, su recodo siniestro.
Leer por idolatría a las palabras, desmenuzándolas: el sentido y la alegría de nombrar, como por primera vez, algo. Leer filigranas. Mapas y paisajes. Leer cicatrices, arrugas, tatuajes, lunares. Que el rostro valga la pena una lectura. Leer posturas. Leer mentes.
Leer la borra de café. Leer las máscaras africanas en la sala de la casa, ya trae un mundo. Leer –formular con palabras para amilanar el escarnio. Palabras para expresar la dilación de la infamia que se ha infligido a nuestra especie. Leer todo lo impreso: etiquetas, maripositas chinas, la fecha en el recibo, el mensaje en la botella, diarios, blogs, facebook, tweets. Minucia que al final del día debilita. De ahí la costumbre de voltear las botellas de champú, los detergentes, los títulos del librero, los envases de comida, esconder potes, fotografías, referencias, enrollar pergaminos, minimizar el decorado, mientras todo habla todo el tiempo, y hemos de aliviarnos de la semántica ininterrumpida.
Y volver a las nubes —que alivian del exceso de significados, leyéndoseles con los líos de la imaginación. Nubes que son las cintas sueltas de la memoria. Imagen diacrónica del enunciado. Vapores pictográficos, las nubes. Aguas que van por el aire. Perplejidad prehablada. En ellas un sentido que atrae como un perfume, como si algodones de azúcar que se derriten en la boca de la mirada.
domingo, 19 de febrero de 2012
sábado, 18 de febrero de 2012
Santiaguization
Ni na, ni na, caballeros, dejen la la troba habanera que el chikito es del campo pero ta volao. Dale, Willi*, métele voz, letra y guitarra en la mismísima guardarraya. No sólo en la urbe tó está pensao. (JR)
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* William Vivanco (Santiago de Cuba ,1975). Cantante y compositor. Cultiva una trova fusión que se nutre de rock, hip hop, ritmos caribeños y blues.
jueves, 16 de febrero de 2012
miércoles, 15 de febrero de 2012
Kelvis Ochoa: Mi curandera
Como parte de ese movimiento que podría llamarse haVanización de la música. Ese punto será discutido aquí.
martes, 14 de febrero de 2012
Decir el amor
Félix Gonzalez-Torres, Untitled (Perfect lovers),1991.
Dos relojes gemelos marcan idéntica hora, pero sus vísceras de litio dejarán de coincidir en tiempo y circunstancia en algún momento. El evocador azul claro de background completa la sustancia metafórica . Félix González-Torres dedicó la obra a su pareja, Ross Laycock, cuando éste fue diagnosticado con SIDA. En su dolor y con delicada austeridad lírica, el artista se trata de explicar la relación entre amor y plazo existencial. Los avatares de la perpetuidad ante el destino inexorable. Por el camino de esa poética insinuante, la correspondencia objetual -sutil y minimalista- alcanza a resumir los ciclos del corazón. La similitud de ambos relojes apunta a la identificación entre dos secuencias humanas sometidas a igual tensión finitud-infinitud . La lectura es clara: la perfección puede ser reversible en lo matérico, pero no niega su formulación como anhelo. Al menos, en el acto estético, el tiempo se puede atrapar efímeramente. En este punto es indefinible si el artista nos convoca a la filosofía o a la utopía. Quizás las dos cosas. Lo cierto es que sería arduo hallar en otro gesto simbólico, condensación tan contundente de amor y vida. Para llegar ahí, hay que haber amado intensamente y, luego, tener el coraje de convertir en concepto la posibilidad de la pérdida. (JR)
Dos relojes gemelos marcan idéntica hora, pero sus vísceras de litio dejarán de coincidir en tiempo y circunstancia en algún momento. El evocador azul claro de background completa la sustancia metafórica . Félix González-Torres dedicó la obra a su pareja, Ross Laycock, cuando éste fue diagnosticado con SIDA. En su dolor y con delicada austeridad lírica, el artista se trata de explicar la relación entre amor y plazo existencial. Los avatares de la perpetuidad ante el destino inexorable. Por el camino de esa poética insinuante, la correspondencia objetual -sutil y minimalista- alcanza a resumir los ciclos del corazón. La similitud de ambos relojes apunta a la identificación entre dos secuencias humanas sometidas a igual tensión finitud-infinitud . La lectura es clara: la perfección puede ser reversible en lo matérico, pero no niega su formulación como anhelo. Al menos, en el acto estético, el tiempo se puede atrapar efímeramente. En este punto es indefinible si el artista nos convoca a la filosofía o a la utopía. Quizás las dos cosas. Lo cierto es que sería arduo hallar en otro gesto simbólico, condensación tan contundente de amor y vida. Para llegar ahí, hay que haber amado intensamente y, luego, tener el coraje de convertir en concepto la posibilidad de la pérdida. (JR)
lunes, 13 de febrero de 2012
¿Quién es Teófilo Ruiz?
Un cubano-americano que acaba de ganar la prestigiosa Medalla de las Humanidades, 2011 del National Endowment for the Humanities. Entre otros ganadores figuran John Ashbery, y dos filósofos, Amaryta Sen y Anthony Appiah y el mexicano Ramón Zaldívar, profesor de inglés de la universidad de Stanford. De Ruiz, profesor de historia medievalista y Jefe de Cátedra de la Universidad de California, se dice:
Con 13 libros entre los que cuentan Crisis and Continuity: Land and Town in Late Medieval Castile, From Heaven to Earth: The Reordering of Castilian Society, 1150–1350, and Spanish Society, 1400–1600, Ruiz ha explorado la cultura y la sociedad de la España moderna medieval y temprana. Reconocido revisionista, en la medida en que se ha propuesto presentar la fluidez de la historia española y no simplemente la construcción histórica concida a partir y en torno a 1492. "Hay una continuidad que no obedece o no se puede centrar en torno a una fecha específica", dice. Pero, si de fechas se trata preferiría que considere 1521, cuando Tenochtitlán cayó en manos de Cortés, o 1499, cuando Vasco da Gama regresa de la India con un barco cargado de pimienta y comino. Ruiz ha sido reconocido con becas como la Mellon, Guggenheim y NEH. Ha sido elegido vicepresidente de la División de Investigación de la American Historical Association. Su libro más reiente, The Terror of History: On the Uncertainties of Life in Western Civilization, que lidia con las incertidumbres de la vida en la civilización occidental, surgió de una clase popular que Ruiz enseña en la UCLA sobre el misticismo, la herejía y la brujería en la Europa medieval y moderna temprana.
domingo, 12 de febrero de 2012
Cochinita hiperrealista
Ilustración Roland Topor, ca. 1960's |
Me avergüenza estar en este baboseo amoroso contigo, cuando tu tienes tantos problemas concretos que resolver.
El mundo es hostil y frío, y esta mañana tuve que afrontar aspectos duros de la realidad cuando una farmacéutica y una funcionaria de la seguridad social trataron de complicarme la vida por gusto, cuando había una solución elegante y eficaz a mi deseo de irme a Miami con mi tratamiento para seis meses en la maleta. Por fin una amiga mecenas me propuso una solución y todos los demás se acoquinaron y se pusieron mansitos y yo me salí con la mía. Pero la vida también tiene aspectos risueños y placenteros y los juegos eróticos son uno de los campos donde la imaginación y los deseos infantiles se mantienen frescos a pesar del paso de los años.
Escribiéndote estas cosas pienso que te deben divertir.
Sobre todo porque tú tienes el papel de protagonista en mis aventuras imaginarias, y eso le gusta a todo el mundo. El recuerdo de tu cara y el pedacito de pecho que te pude ver por entre la camisa oscura apenas entreabierta, y sobre todo tu voz tan viril, son todo lo que puedo utilizar para construir mis sueños.
¡Cuánto quisiera que me dieras mas tela por donde cortar!
Al llegar a casa después de tanto bregar en el frío con personajes amargados y con cara de tranca, decidí darme un baño para relajarme un poco y por supuesto que tu amada persona volvió a ocupar la totalidad del escenario de mi mente. Volví a las andadas del insomnio de esta madrugada. Caí en lo mismo como siempre. Pero ahora sumergido en una bañera con agua bien caliente. Ya tenia desde hace rato los pezones adoloridos y quise dejarlos tranquilos para que se recuperaran. Pero al ir a pasarme el jabón ovalado por la raja de las nalgas inconscientemente y sin saberlo ni hacerlo adrede, empecé a empujármelo hacia el interior del cuerpo con la calentura que traía contigo desde hacia tantas horas.
Desde que esta noche hablé tanto contigo.
Y me entró fácilmente a pesar que la potasa de los jabones de olor es muy irritante y me puso las mucosas en candela. Me trajiné larga y pacientemente con el único dedo del corazón, el mediano, dándole el movimiento circular que conviene a ese sitio tan perfectamente redondo, a pasar del ardor. Y estuve gozando así tanto tiempo que varias veces tuve que abrir la pila del agua caliente, pues la bañera se me enfrió otras tantas veces. No tenía mano disponible para acariciarme las teticas magulladas, porque mi mano derecha trataba deseperadamente de activar ese miembro superfluo con el que nunca supe que era lo que había que hacer (fuera de usarlo para mear).
En vano.
Porque siempre me sobró y nunca fui lo suficientemente valiente como para hacérmelo cortar.
Y siempre consideré no merecerlo.
El caso es que cuando gozo muy intensamente por el ojo del culo, o por los mismos pezones, ese sujeto malquerido se me encoge tanto, y se me pone tan insensible que me parece que me lo han anestesiado. Mira que le di y le di, cada vez se metía más para adentro del cuerpo mientras el ojete se relajaba, cooperaba y se dilataba de lo más orondo.
A pierna suelta y mandíbula batiente.
Como aquello no avanzaba y cada vez desesperaba mas de provocarme un orgasmo liberador, frustrado, como ya sentía un dolor por todo el bajo vientre de tanto jelengue adentro de mi cuerpo, me puse de pie para salir del baño.
Y ahí fue que me meé de gusto en pie.
Pero de orgasmo nada.
El fondillo me arde bastante todavía.
¿Acaso toda esta aventura no es algo demasiado infantil?
Te juro que casi ni me da vergüenza contártelo. Estoy cogiendo confiancita contigo. Recuerdo que siendo yo muy joven y estando dentro de un hammam de Tánger, el masajista que me estaba relajando los músculos del entonces esbelto cuerpo se apercibió de que yo era un poco flojito de piernas.
Me enjabonó el orificio hasta muy profundo y yo me sobresalté pensando que me iba a arder, pero el me explico muy amablemente que ese jabón oriental no tenia potasa y me dio cabilla cuanto quiso sin que me ardieran para nada mis agradecidas entrañas. Esos árabes son terroristas de nacimiento, pero hay que reconocer que le dan a algunos bienaventurados por donde menos miedo tiene que le den.
Por el mismo Century Fox de la Columbia Pictures del gusto.
Bueno, no sé si me atreva a llamarte por teléfono. Creo que volveré hacia fines de enero pues mis gestiones aquí se me han resuelto de lo lindo.
Y lo que yo quiero de verdad es verte, porque escuchar solamente tu voz me pone muy mal como ya puedes darte cuenta.
No te olvides que espero una respuesta concreta a la pregunta que te hice en el email anterior.
Besos de tu Monguita.
Se apaga "La Voz"
Fue hallada muerta en la habitación de un hotel con solo 48 años. No se sabe aún las causas. Pueden haber sido naturales si se entiende por natural la consecuencia previsible de una anatomía erosionada por las drogas. Su voz, considerada alguna vez patrimonio americano, equivocó el recipiente privándose de un destino bienaventurado . Whitney Houston fue el timbre luminoso de una época, pero junto a su luz se arropaba el miedo al miedo. Esa incertidumbre de perder lo que se gana, develando la precaria preparación para conquistarse definitivamente el derecho a la vida. Es el tormentoso precio del éxito para el triunfador que no comprende su propio mérito. Brigitte Bardot en cierta ocasión afirmaría : "he tenido éxito en mi vida. Ahora intento hacer de mi vida un éxito". Pero Whitney fallaba en eso. Sucumbió a las oscuridades de quien sabe que turbio origen. A una sombra que siempre pudo más que ella. Su frase más memorable resumió el fatalismo cernido sobre sus dones: "Crack is wack". Era el epitafio inconcebible a lo que pudo haber sido una de las biografías más afortunadas de la música contemporánea.
Keith Haring
Crack is Wack, 1986, Mural
(inspired by Whitney Houston's quote)
sábado, 11 de febrero de 2012
Neorock en Europa: Fever Ray
No, Fever Ray no es el nombre de una banda. Se trata del seudónimo como solista de la sueca Karin Elisabeth Dreijer, integrante junto a su hermano del dúo The Knife, desde 1994, y dueña de un dramático estilo vocal en el que se intuye la conexión ambiental con la pareja británica Goldfrapp, aunque antecediéndole por varios años en los aportes y consolidación del movimiento electrónico experimental que se generaría en el occidente europeo en los albores de la última década del XX, y cuya proyección ecléctica sería eminentemente regional. Música pletórica en exotismos armónicos que recorre el legado celta y se remonta a los ancestros africanos es capaz de crear alucinaciones hipnopómpicas a través de sus letanías y su atmósfera ritual. La obra de Fever Ray es un gran espectáculo sonoro: efectismos, pitch shifting, ecos, reverberaciones, ecualizaciones, distorsiones y los hermosos registros de la Dreijer. No en balde, incursiones cinematográficas como esta pieza The Wolf, creada para el filme Red Riding Hood, logran ser tan eficaces. La estructura melódica se inspira en el espíritu de Bergman, quien en cierta ocasión definiera la hora del lobo como el momento entre la noche y la aurora en que “los insomnes se ven acosados por sus mayores temores, cuando los fantasmas y los demonios son más poderosos”… The Wolf es una de las tantas muestras de que la discografía de Fever Ray se fundamenta sobre un rock culto y una expectativa teatral. Un camino que se sabe fue abierto y desbrozado desde los ochenta por la deslumbrante emergencia de Björk. (JotaeRe)
jueves, 9 de febrero de 2012
Nuestro Miami será amargo pero...
La congestión de Miami no es nada nuevo (ni siquiera peor). |
El reporte de Forbes sobre Miami es demoledor. Somos el número 6 entre las ciudades "más miserables" de los Estados Unidos (New York se lleva el #16). La noticia en el Nuevo, como siempre, aparece algo edulcorada: "más difícil" (la matemática puede ser difícil, como lo es la música de Messiaen) no se traduce como "the most miserable" (la más miserable); trecho cruel que debemos recorrer.
Podemos hacer dos cosas, acusar a Forbes de anti-miamismo (técnica castrista que desechamos), o simplemente en el mejor ánimo crítico, morder el hueso del orgullo y desembrollar el embrollo.
Escribe Kurt Badenhausen en su artículo:
En Miami hay una brecha creciente entre el 1% y el resto del área metropolitana. La vida es próspera para los LeBron James y los Enrique Iglesias, quien está construyendo una mansión $20 millones en una isla privada con su novia Anna Kournikova, pero si usted figura entre el 75% de los hogares con un ingreso anual de menos de $ 75,000, Miami es un lugar duro. El precio promedio de una casa se ha reducido en 41% los últimos tres años (para ocupar el sexto peor lugar en el país) a $169,000. Buena noticia para los compradores que se inician, pero no para el 47% de los propietarios de viviendas en Miami colgados con hipotecas impagables.Sorprende el uso de "1%" de Badenhausen en una revista tan pro-corporativa como la Forbes (es decir, los ricos ya usan la semiótica de Occupy Wall Street). Lo que hace Badenhausen es buscar ciertos índices que revelan la salud de una ciudad:
desempleo,
crimen,
corrupción,
infraestructura y transporte
Por partes. Desempleo hay en todas partes. Lo que es raro hoy por hoy en Estados Unidos es encontrar empleo.
¿Crimen? Sí, Miami tiene crimen, pero no figura entre las primeras 20, entre ellas Dallas, Detroit, El Paso, New York, ¡incluso San Francisco!). Cuando Dickens escribe su célebre David Copperfield, el Londres victoriano es una de las capitales con más crimen de Europa. Lo mismo que el París de Victor Hugo. ¿No era La Habana capitalista el antro que todos deseaban? Miami no será la excepción. Es decir, abrazamos el crimen (siempre que este resulte novelístico).
¿Corrupción política? Aquí Badenhausen se da banquete:
Los votantes de Miami están hartos. El año pasado el 88% votó a favor de botar al alcalde de Miami-Dade, Carlos Alvarez. La queja fundamental fue el aumento de los impuestos a la propiedad a la misma vez que se elevaba el salario de los empleados de la ciudad. Ni que decir de costear cerca del 80% por la construcción del estadio de los Marlins (que ya va por $634 millones) cuando los Martins han reportado fuertes ganancias en los últimos años.Con perdon de Badenhausen, el que los votantes de Miami se sacaran a Álvarez de encima habla bien del poder del electorado de Miami. Aceptamos que la política de Miami sea un circo. Peor es la de Washington, que es la capital de la Unión. ¡A reír se ha dicho!
Finalmente el problema de la infraestructura. Ciertamente, manejar en Miami es siempre una aventura. Mejor: manejar, se ha descubierto fehacientemente, es una ocupación de por sí aburrida y mecánica y la posibilidad de encontrarte un imprevisto en los highways de Miami le da un atractivo verdaderamente novedoso. ¡Abraza al chofer en tí!
En conclusión, amigos lectores, nadie podrá acusarnos de no prestar atención a la crítica, o de rechazarla simplemente por razones ideológicas.
martes, 7 de febrero de 2012
Havanization: Descemer Bueno, un talento único
Descemer Bueno es uno de los mejores exponentes de la nueva música popular cubana. Son trovero, baladoso con su poco de soca-bachata-guaracumbé. Estilo híbrido de personalidad e innovación. Un sello difícil de imitar. El 17, en concierto (con panel el 16 en UM).
Havanization: Diana Fuentes tiene su "swag"
El 16 de febrero estaremos presentando un panel convocado por Eva Silot, candidata a doctorado en filología en la Universidad de Miami. El panel, además de un servidor, cuenta con los músicos Raúl Paz, Descemer Bueno, Diana Fuentes, Mr. Haka y Kelvis Ochoa. El concierto será en el Teatro Artime el 17 de febrero. A continuación presentamos estos talentos de la música joven cubana en tumiamiblog.
A Tàpies
Palla y fusta, assemblage on canvas, 1969 |
Su apellido fue su principal investigador (tàpies en catalán es sinónimo de muros) Y se fijó , como Cy Towmbly o Basquiart, en todas las paredes que había a su alrededor. Puso las manos en ellas y se ensangrentó en silencio con las rugosidades de la arena, las deformaciones del yeso, la espiritualidad líquida del barniz, la quietud del concreto… Hasta que fue su propia “pared “ la que originó un estilo y un modo de sentir muy ligado a sus creencias religiosas : el budismo zen. Entonces sus telas se pueblan de emes, de tés, de equis , de cruces, de números o de garabatos exacerbados y rápidos que han dado pie en último tercio de su vida a una mirada espontánea, lírica y fría sobre la materia.
Admirador de sus coetáneos como su amigo y maestro Joan Miró, conoció a Picasso en París en 1950 y al regreso, funda junto al poeta Joan Brossa , Luis Eduardo Cirlot y sus amigos pintores Joan Ponç y Modest Cuixart el famoso l grupo de tendencia surrealista y dadaísta Dau al set / Dado al siete. Movimiento que marcó el renacimiento del arte contemporáneo catalán a finales de la posguerra española y que fue la única respuesta -no explícitamente política sino formal y humanista- al régimen de la dictadura de Franco Tàpies pasa enseguida de las vanguardias y se instala en una nueva línea textural que si bien tuvo la influencia de expresionismo abstracto neoyorquino en una primera etapa, después desembocó en un una línea más textural que se denominó informalismo. Por cierto nada que ver con el arte povera de Merz o Manzoni a que la utilizaron como respuesta al pop y al consumismo reinante de finales de los 60. Los platos rotos, camas, somiers, arpilleras de saco y algún que otro elemento sacado del basurero en el artista no tenían más pretensión que la subjetividad .
Esta fue su base y su fin a lo largo de su vida cretiva. Sacar un universo vacío, gris, salpicado de ocres y tierras , siempre con el trazo y el impacto desgarrador como respuesta. Y testigo de su compromiso con lo social se lleva a la tumba un proyecto, El Mitjó rechazado en su tiempo por la sociedad catalana ( es de las pocas veces que me plantee renunciar a mis orígenes). Cuando en plena efervescencia y fastos de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, en el Palacio Nacional donde ahora está instalado el MNAC (Museu Nacional d´Art de Catalunya), en medio de la cúpula central donde se celebran todos los actos oficiales de los políticos, decidió instalar en dimensiones monumentales 18m X 10m: una media sucia y roída de homless, colgando del centro de la linterna a pocos metros de las mesas donde se sirven los canapés y el champán.
Un aviso a los políticos abajo presentes para que no se olvidaran, mientras se divertían con sus palabras, de que la realidad pende de un hilo arriba de sus cabezas. Quizás si hoy hubiera existido esta pieza, no habría en mi país la realidad depauperada a l que hemos llegado. Descanse en paz un inmortal que trabajo el silencio y la poética a base de huellas impregnadas en sus creaciones matéricas.
lunes, 6 de febrero de 2012
Muere Antoni Tàpies
El pintor y escultor catalán, uno de los principales exponentes de la vanguardia europea de posguerra, ha fallecido hoy en Barcelona a la edad de 88 años. E.P.D el Maestro.
domingo, 5 de febrero de 2012
Pavel Puhov, graffiti postsoviético
Firma 183 y lo llaman el Bansky ruso. Ha trascendido los realismos groseros para devolverle a la relación entre arte y mundo el laberinto subjetivo. Para Pavel Puhov, calle, muro y ciudad son lienzos naturales. Es una gran galería donde licuar la tensión en estética e interactuar con los predios y con la mirada ávida. Una oportunidad outsider de poesía. Ha hecho que la adrenalina marginal retome los caminos creativos que reprimió en algún momento una sociedad inclemente. Ha logrado convertir en arte un puente o una luminaria callejera que de otra manera sería paisaje repetible. Decidió canjear el miedo por el hambre de utopías. Esa bohemia compasiva de seguro sobrevivivirá a la desidia. (JR)
sábado, 4 de febrero de 2012
El Spill The Wine de Eric Burdon y War
Negriblanco. Blanco y negro. Rock-funk, chamanismo y latin jazz. Eric Burdon y War derrumban los diques del Níger en el corazón de California. Aquí la música se hace suceso musical pero también evento antropológico. El Burdon de Spill the wine, que por momentos se apropia de la ácida cadencia Jagger, es el blanquito melenudo y hippango con ínfulas de prerrapero que se ha contagiado con los Black funkers. Música elaborada al tiempo que perrera. Insomnio herbívoro adelantándose al hip hop y que corre como alucinación que serpentea entre glamour y ghetto. En este disco de 1969, el impacto crossover de War le abre a la frecuencia rockera avenidas multiétnicas. Spill the wine and take that pearl, spill the wine and take that pearl…casi que va escupiendo el verso y entre la declamación trasnochada de Burdon, los filigranas sicodélicos de la flauta y el slang chicano de background, la madrugada urbana se cierne extasiante y ganguera. En La Habana, con estos asaltos de rock nunca funcionaron los toques de queda. (JotaeRre)
viernes, 3 de febrero de 2012
jueves, 2 de febrero de 2012
Lo que cae del cielo, mata
Alcides Herrera
Esto dijo el santero: Tienes que cuidarte la cabeza. Pavlidis no entendió mucho, esa gente habla raro, lo que se sabe no se pregunta, cosas así. Con mucho respeto preguntó: ¿Qué quiere usted decir? Hay muchos modos de cuidarse la cabeza, niño. Pero tu caso es simple: cuida tu cabeza de las cosas que caen de arriba. Pagó y se fue. En el camino hasta la lanchita que cruza la Bahía, Pavlidis no dejó de mirar con temor la copa de los árboles, los aleros, las ventanas, los pocos aviones. Tropezó varias veces, pensando: “No dijo si me tenía que cuidar la cabeza una temporada o para siempre”. Pasó el tiempo. Lo que al principio fue miedo se fue convirtiendo en vigilancia. Pavlidis llevó tal hábito a las demás áreas de su vida. Tanto fue así, que se convirtió en el primer balsero del 94 en graduarse de Nuevas Tecnologías de Percepción Remota en la Universidad de Columbia. Dos años después, gracias a su talento natural, empeño y conciencia de la cabeza, fue contratado por la corporación de Nuevas Tecnologías de Percepción Remota más grande del país. En New York no hay mucho tiempo de mirar para arriba; Pavlidis no dejó de hacerlo, camino al trabajo o volviendo de éste, aunque su paranoia llegó a convertirse en algo de lo que se toma una distancia suave como leer el periódico e ignorar la sección de deportes, sabiendo que está ahí. Hace unos días Pavlidis me llamó a medianoche. Estaba aterrorizado. ¿Sabes lo del satélite que está a punto de caer, Perro? Sí, dije. Había leído sobre eso en el Herald, y luego la noticia de que la gordura tendrá solución en el 2012. La NASA no sabe dónde va a caer. Pero yo sí...: en mi cabeza, chico. Pensé: “Volvió a mezclar yerba y tempranillo”. Para salir de él, dije que tenía a una muchacha esperando en el cuarto, una que no volvería a ver, y lo dejé con la palabra en la boca. Ayer cayó el satélite, trayendo gran tristeza y arrepentimiento a mi vida y gran sorpresa al mundo, a un santero de Regla. Mi amigo vivía en Brooklyn, pero su cuerpo más bien lo que quedó fue encontrado en una finca apartada de New York State se la pidió al profesor Campbell con el pretexto de “meditar” durante el fin de semana. La convicción de que el satélite le estaba predestinado, le hizo tomar la altruista decisión de comérselo solo. Conocía a Pavlidis. Viendo la bola de candela caer del cielo, sobre él o más bien sobre su cabeza tan perseguida, esto debe haber dicho: Al menos, no fue un coco.
miércoles, 1 de febrero de 2012
Arthur Blythe: "As of Yet" (from Metamorphosis)
Se dice que hubo un momento entre los 70 tardíos (entre la música "disco" cansada y el género "punk" emergente) y los 80 tempranos donde tal parecía como si el jazz avantgarde levantaría de nuevo --en la persona y la música del saxofonista Arthur Blythe. Columbia Records lo firmó y de la noche a la mañana se hizo famoso. No funcionó. La música de Blythe (para suerte nuestra) era demasiado rara para las masas ochentosas. Columbia se arrepintió, dejó a Blythe y le dio todo el apoyo a un joven mucho más asequible y tradicionalista: Wynton Marsalis.
______________________
Metamorphosis es un ejemplo de música pura sin compromisos. Tenemos a Bob Stewart en la tuba (Blythe usa la tuba de una manera nueva, no ya como un bajo, sino como un instrumento más) Abdullah Ahmed en la trompeta y Abdul Wadud en el cello (con efectos novedosos), Steve Reid en la batería y Muhamad Abdalá en la percusión.
Concebí esperanzas de poder llegar a algo concreto contigo
Ramón Alejandro
Babba Mi:
No hay duda que con las características que manifiesta tu personalidad es muy posible que seas hijo de Changó.
Por eso te saludo con estas dos palabras yorubas con las que, entre tantas otras, se le suele saludar:
Cabio Silé, Kawo, Obbalube, Obbare, Obbaná, Eyée, Alayé, Lubbeo, Obba Koso, Olufina, Alafi Alafi, Ebbora, Omanguerillé, Obba Tola y muchos otros epítetos más con los que se le interpela en los guemileres.
Que como a Gran Señor mucho moforibale se le debe.
Sin embargo, si entendí bien algunas veladas alusiones que me hiciste cuando a altas horas de la noche hablamos por teléfono, es el rojo cardenalicio (más que el rojo y blanco de Changó) el color que te conviene, por tu relación privilegiada con las altas jerarquías de la desprestigiada iglesia católica cubana. También me contaste que en altas esferas del Instituto Cubano del Cine tienes a un querido amigo muy atento a tus cosas. Ya Jerjes te lo ha advertido, según me dijo él mismo, que no te conviene andar publicando ese tipo de referencia insular en la ciudad en la que ambos hemos escogido libremente residir por el momento. Miami no tiene fama de ciudad "abierta", como Roma lo fue cuando los aliados desmerengaron al imperio hitleriano. Yo tú ni me acordaba por el momento de esos amiguetes. En Miami, como en La Habana, es mejor no conocer a nadie que conocer a cierta gente. Somos un pueblo muy quisquilloso y me extraña que sea yo quien te lo tenga que recordar. Tú sabes de eso más que yo porque lo has vivido de más cerca.
Después que almorcé ayer con mi vieja amiga Aloe Vera un nuevo amanecer despunto en mi mente.
Concebí esperanzas de poder llegar a algo concreto contigo.
Como ella es muy amiga de François-Emanuel, pudo contarme, con pelos y señales, el viejo chisme de tus relaciones con este rico sexagenario cuando pasaste un tiempo viviendo en su gao hace diez años aquí en Paris. El hecho de que él sea dueño de una galería de arte debe haber sido importante para vuestras relaciones. Como tu esplendor juvenil lo debe haber sido para él. Aloe se creyó todo lo que François Emmanuel le conto y me lo repitió tal cual. Y yo pensé que si habías podido comértelo a él, sería bien posible que me pudieras igualmente comerme a mí.
Iluso que fui.
Que ducha fría recibí cuando me respondiste que tú nunca habías comido carne de puerco, ni tenías ninguna intención de probarla en el futuro.
No solo cerraste esas apetitosas perspectivas que mi amiga Aloe había abierto en mi alocada imaginación con su chisme, sino que fríamente me recomendaste seguir la ascética vía de la sublimación. Me sugeriste que abandonara toda esperanza como aquellos que entran en el Infierno de la Divina Comedia.
Como de sublimación obligatoria se trataba, inmediatamente después de colgar contigo, llame a mi amigo Jerjes.
Porque Jerjes como buen católico practicante sabe mucho del arte de sublimar sus deseos. Pero Jerjes no quiso hablar de tu caso, porque estaba mucho más deseoso de que yo le contara de la ceremonia de rito melkita en la cual yo había sido padrino de bautizo de la hija de mi amigo Florián en la iglesita de San-Julian-le-Pauvre.
Le tuve que describir la liturgia de San Juan Crisóstomo con lujo de detalles.
Y aproveché parta investigar que significaba el enigmático icono que yo vi entronizar el día de la fiesta del santo patrón de ese templo.
Parece que Julián el Hospitalario, como también se le suele llamar, se atrevió a transportar a un leproso de una orilla del Sena a la otra, pues ese era su oficio. Por eso ese énfasis en el contacto físico de las manos sobre el cuerpo desnudo del leproso. No era lascivia como yo malpensaba, sino compasión lo que motivaba todo ese manoseo del desnudo adolescente. Resulta que en fin de cuentas ese joven leproso resulto ser el mismísimo Señor Jesús Cristo disfrazado para probar la fe de esos buenos cristianos. En vez de rechazar al enfermo, Julián se compadeció de él y por ese único acto encomiable fue que logro la santidad.
Que parece que por aquellos tiempos era más fácil obtener la gracia de ser canonizado que hoy en dia.
El caso es que Jerjes con toda esa delectación estética que lo caracteriza tanto como la desenfrenada gula que lo hace famoso, no pudo añadir nada a lo que Aloe me había contado, y como era ya de madrugada me fui a dormir considerando tus hechos y milagros como si fueras también un santo, que de cierta manera también lo eres, puesto que yo te venero, y antes que yo, ya muchos otros te han venerado. Un día te tengo que representar en un icono predicándome la castidad, y la pajita boba a distancia.
Un verdadero suplicio de Tántalo se me represento ante mí, un porvenir en el que yo sufriría deseándote mientras tú me mostrarías tus encantos a distancia mientras yo me fuera aliviando solito, quizás con una prótesis de goma. La victima babeando de deseos frustrados ante el macho que se pasea en calzoncillos a sus anchas por toda la casa.
Y me dije que quizás fuera mejor ilusionarme con otro joven menos esquivo.
Un joven que como San Julián el Pobre se compadeciera de mí, y se dignase a tocar mi cuerpo de seropositivo, que hoy en día el Sida es algo semejante a lo que fue la lepra en la Edad Media.
Edad Media que levanto esas catedrales góticas que tu tanto admiras y que yo visite de la mano de un viejo amante que me ligue en Saint-Germain-des-Pres el mismo día que llegue a París. Porque yo también fui jinetero cultural en los años sesenta del pasado siglo, no te creas que tú fuiste el primer cubanito hermoso que triunfa en Paris, mi abbure. Este viejuco me hizo conocer las catedrales de Amiens, Rouen, Reims, Chartres, Saint-Denis, Beauvais y quizás alguna otra que ya se me ha olvidado.
También termino llevándome a Roma. Él era lector de la prestigiosa casa de edición Gallimard, en la que mi amigo Severo Sarduy fue lector muchos años después.
Publicó una curiosa novela titulada "La tentación del Cardenal", en la que contaba como un cardenal había logrado, después de muchas intrigas, hacer elegir Papa a otro Cardenal del cual él estaba locamente enamorado.
Tremenda mariconería pontifical, asere.
Las chernas son tremendas, que se cuelan donde quiera y meten su cuchareta en cualquier maraña, y se salen casi siempre con la suya las muy cabroncitas.
Bueno Obba Lube, te dejo por hoy, que ya está a punto de rayar el día y me quedan muy pocos ya para volar a Miami.
Ya saqué el billete por Air France para el próximo domingo, porque en la Cacafuaca Airways si que no viajo más.
Tuyo,
Babba Mi:
No hay duda que con las características que manifiesta tu personalidad es muy posible que seas hijo de Changó.
Por eso te saludo con estas dos palabras yorubas con las que, entre tantas otras, se le suele saludar:
Cabio Silé, Kawo, Obbalube, Obbare, Obbaná, Eyée, Alayé, Lubbeo, Obba Koso, Olufina, Alafi Alafi, Ebbora, Omanguerillé, Obba Tola y muchos otros epítetos más con los que se le interpela en los guemileres.
Que como a Gran Señor mucho moforibale se le debe.
Sin embargo, si entendí bien algunas veladas alusiones que me hiciste cuando a altas horas de la noche hablamos por teléfono, es el rojo cardenalicio (más que el rojo y blanco de Changó) el color que te conviene, por tu relación privilegiada con las altas jerarquías de la desprestigiada iglesia católica cubana. También me contaste que en altas esferas del Instituto Cubano del Cine tienes a un querido amigo muy atento a tus cosas. Ya Jerjes te lo ha advertido, según me dijo él mismo, que no te conviene andar publicando ese tipo de referencia insular en la ciudad en la que ambos hemos escogido libremente residir por el momento. Miami no tiene fama de ciudad "abierta", como Roma lo fue cuando los aliados desmerengaron al imperio hitleriano. Yo tú ni me acordaba por el momento de esos amiguetes. En Miami, como en La Habana, es mejor no conocer a nadie que conocer a cierta gente. Somos un pueblo muy quisquilloso y me extraña que sea yo quien te lo tenga que recordar. Tú sabes de eso más que yo porque lo has vivido de más cerca.
Después que almorcé ayer con mi vieja amiga Aloe Vera un nuevo amanecer despunto en mi mente.
Concebí esperanzas de poder llegar a algo concreto contigo.
Como ella es muy amiga de François-Emanuel, pudo contarme, con pelos y señales, el viejo chisme de tus relaciones con este rico sexagenario cuando pasaste un tiempo viviendo en su gao hace diez años aquí en Paris. El hecho de que él sea dueño de una galería de arte debe haber sido importante para vuestras relaciones. Como tu esplendor juvenil lo debe haber sido para él. Aloe se creyó todo lo que François Emmanuel le conto y me lo repitió tal cual. Y yo pensé que si habías podido comértelo a él, sería bien posible que me pudieras igualmente comerme a mí.
Iluso que fui.
Que ducha fría recibí cuando me respondiste que tú nunca habías comido carne de puerco, ni tenías ninguna intención de probarla en el futuro.
No solo cerraste esas apetitosas perspectivas que mi amiga Aloe había abierto en mi alocada imaginación con su chisme, sino que fríamente me recomendaste seguir la ascética vía de la sublimación. Me sugeriste que abandonara toda esperanza como aquellos que entran en el Infierno de la Divina Comedia.
Como de sublimación obligatoria se trataba, inmediatamente después de colgar contigo, llame a mi amigo Jerjes.
Porque Jerjes como buen católico practicante sabe mucho del arte de sublimar sus deseos. Pero Jerjes no quiso hablar de tu caso, porque estaba mucho más deseoso de que yo le contara de la ceremonia de rito melkita en la cual yo había sido padrino de bautizo de la hija de mi amigo Florián en la iglesita de San-Julian-le-Pauvre.
Le tuve que describir la liturgia de San Juan Crisóstomo con lujo de detalles.
Y aproveché parta investigar que significaba el enigmático icono que yo vi entronizar el día de la fiesta del santo patrón de ese templo.
Parece que Julián el Hospitalario, como también se le suele llamar, se atrevió a transportar a un leproso de una orilla del Sena a la otra, pues ese era su oficio. Por eso ese énfasis en el contacto físico de las manos sobre el cuerpo desnudo del leproso. No era lascivia como yo malpensaba, sino compasión lo que motivaba todo ese manoseo del desnudo adolescente. Resulta que en fin de cuentas ese joven leproso resulto ser el mismísimo Señor Jesús Cristo disfrazado para probar la fe de esos buenos cristianos. En vez de rechazar al enfermo, Julián se compadeció de él y por ese único acto encomiable fue que logro la santidad.
Que parece que por aquellos tiempos era más fácil obtener la gracia de ser canonizado que hoy en dia.
El caso es que Jerjes con toda esa delectación estética que lo caracteriza tanto como la desenfrenada gula que lo hace famoso, no pudo añadir nada a lo que Aloe me había contado, y como era ya de madrugada me fui a dormir considerando tus hechos y milagros como si fueras también un santo, que de cierta manera también lo eres, puesto que yo te venero, y antes que yo, ya muchos otros te han venerado. Un día te tengo que representar en un icono predicándome la castidad, y la pajita boba a distancia.
Un verdadero suplicio de Tántalo se me represento ante mí, un porvenir en el que yo sufriría deseándote mientras tú me mostrarías tus encantos a distancia mientras yo me fuera aliviando solito, quizás con una prótesis de goma. La victima babeando de deseos frustrados ante el macho que se pasea en calzoncillos a sus anchas por toda la casa.
Y me dije que quizás fuera mejor ilusionarme con otro joven menos esquivo.
Un joven que como San Julián el Pobre se compadeciera de mí, y se dignase a tocar mi cuerpo de seropositivo, que hoy en día el Sida es algo semejante a lo que fue la lepra en la Edad Media.
Edad Media que levanto esas catedrales góticas que tu tanto admiras y que yo visite de la mano de un viejo amante que me ligue en Saint-Germain-des-Pres el mismo día que llegue a París. Porque yo también fui jinetero cultural en los años sesenta del pasado siglo, no te creas que tú fuiste el primer cubanito hermoso que triunfa en Paris, mi abbure. Este viejuco me hizo conocer las catedrales de Amiens, Rouen, Reims, Chartres, Saint-Denis, Beauvais y quizás alguna otra que ya se me ha olvidado.
También termino llevándome a Roma. Él era lector de la prestigiosa casa de edición Gallimard, en la que mi amigo Severo Sarduy fue lector muchos años después.
Publicó una curiosa novela titulada "La tentación del Cardenal", en la que contaba como un cardenal había logrado, después de muchas intrigas, hacer elegir Papa a otro Cardenal del cual él estaba locamente enamorado.
Tremenda mariconería pontifical, asere.
Las chernas son tremendas, que se cuelan donde quiera y meten su cuchareta en cualquier maraña, y se salen casi siempre con la suya las muy cabroncitas.
Bueno Obba Lube, te dejo por hoy, que ya está a punto de rayar el día y me quedan muy pocos ya para volar a Miami.
Ya saqué el billete por Air France para el próximo domingo, porque en la Cacafuaca Airways si que no viajo más.
Tuyo,
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