(vía Amilcar Barca)
Junto con él se van diecisiete años de maniobras oportunistas, ambición ilimitada, corrupción, falta de ética gubernamental y ciudadana. El propio contexto político italiano lo ha entendido ya tal vez un poco tarde. Deja al país sumido en la más espantosa incertidumbre económica, al punto de que dudosamente Italia pueda sobrevivir la bancarrota, y una ficha que caiga en Europa terminará por desmoronar la ya frágil estructura financiera del continente. Mientras tanto, este payaso que es la vergüenza de casi dos décadas de historia europea se va con las arcas repletas de lo que ha robado desfachatadamente. La dimisión ha sido presentada con una sonrisa en los labios, por tanto, ojo con el granuja, que mientras tenga vida e influencias seguirá siendo una amenaza para las opciones del futuro. (JR)