Amiga: Te has ido en paz. Sentimos dolor por tu pérdida, pero también sentimos alegría. La muerte es una consecuencia de la vida. Tu ejemplo fue llevar la muerte a cuestas con una fuerza y la sonrisa en los labios. Nos queda tanto de ti: Tu diáfano escepticismo, tu sentido del humor, tu sagacidad, tu lealtad. Nos quedan tu pelo negro, tus ojos almendrados y brillantes, tu bella sonrisa. Tu alma te pertenece, pero la memoria de ti estará siempre con nosotros. Nos vemos luego, en la próxima conversación.