Confieso que no soy un fan de la música de Lenine. Reconozco sus dotes de compositor e intérprete y su reciclaje del funk. Respeto su trayectoria iniciada en 1982 donde brillan piezas como Relampiano que por su texto comprometido se convirtió en motivo de culto para el activismo progresista de la juventud brasilera, pero difiero de aquellos seguidores que lo han sobredimensionado al punto de elevarlo como figura icónica de la música popular carioca. Todos sabemos que a este músico le antecede un nutrido patrimonio de compositores monstruosos difíciles de equiparar. Lenine es sólo prolongador de esa herencia prodigiosa. En lo personal, disfruto mucho de la singularidad de su Jack Soul Brasileiro o su Na Pressao, sin embargo, si se quiere disfrutar de un Lenine gourmet hay que remitirse a Anna e Eu, donde cantor y trovador acariciante se luce, sobre todo en la versión que muestra Tumiami en que le acompaña Yusa, la talentosa bajista cubana y el inolvidable percusionista platense Ramiro Mussoto, a quien no sé si catalogarlo como músico o antropólogo, por su nivel de identificación y capacidad de experimentación con la parafernalia musical vernácula. Lenine, en este número, una vez cubierta la trama emocional, le cede a Mussoto el colofón instrumental con el solo de berimbau, la exótica vara ejecutada con sentido dramático y absoluta precisión. Mussoto entonces hace su propia (otra) versión tribal de los juegos románticos derivados del bossa nova. Luego, detrás de la pieza viene puro ritmo, Virou Areia, pero esa es otra historia disponible en YouTube que se las cuelgo para la funkigozadera. (JotaeRe)