En la Habana de los 70 habían músicos que discutían con pasión la música incidental de la época. De ahí este tema del film Sin móvil aparente (1971), dirigida por Philippe Labro y con música de Morricone, que fuera tan exitoso. A mi juicio se trata de la economía de medios del compositor italiano para crear tensión. Morricone usa el silbido y el melófono (al estilo Burt Bacharach) para darnos un sonido muy peculiar de finales de los 60 y principios de los 70 donde peligro y sofisticación se dan la mano. Hay un alejamiento casi conceptual entre espectador y trama: La muerte está presente, pero se mantiene a distancia, en el acontecer de la cinta fílmica.