Van Gogh, Un par de zapatos, 1886.
atRiFfDebo comenzar con el segundo anatema del arte: La obra de arte no existe. El hecho está fundamentado en lo que podría llamarse la Aporía de la Estética.
La estética es la disciplina que estudia la filosofía del gusto y la belleza. Pero he aquí que el arte es arte por medio de la obra de arte (oA de aquí en lo adelante).1 Es decir, la estética parte de una cojera definicional. ¿Y dónde queda oA? Al margen del arte, en tanto que imagen o idea en la mente preclara del humano. Luego, oA siempre pasa inadvertida porque nadie le hace caso a la cosa.
Génesis del error: En el principio era la cosa: froid,2 densa, en-sí. Un trozo de mármol digamos. La cosa es descubierta por ojo-de-artista como posible candidata al comité-del-arte. Ipso facto, la técnica magistral del proteocultor transforma el bloque inerte en viva escultura: Así se forjó el arte.
La pregunta que se hacen los teóricos es "qué es arte", pero siempre para un observador hipotético. Arte es una especie de Museum Excelsus de la percepción, contenido en el Canon. Puede demostrarse que oA brilla por su ausencia. Para ello propongo revisar diversas escuelas en busca de preguntas:
1- Para los intencionalistas, el arte es pura intención. Definir es un peligro, pues siempre se presentan excepciones a la regla (Fuente, o Piss Christ). Es mejor dejarle la definición al artista. ¿Quién mejor? ¿Un contador? "Esto es arte y se acabó" -diría Rodin.
2- Los historicistas definen "arte" como una herencia del pasado a la que se añaden nuevos ejemplos. Hay historicistas pragmáticos como Arthur Danto y Morris Weitz para los cuales el arte es un paradigma (a-la-Kuhn) dado por un contexto particular. Por ejemplo: Sabemos que una futura instalación de animales en un terreno adjunto a la Bienal de Venecia en 2015 es arte porque lleva como título ZOO y porque es diseñada por "X", artista reconocido en el mundo del arte. Un parque parecido en Miami se llama Metrozoo: Eso no es arte.
3- Los antiesencialistas declaran que el arte no tiene una esencia particular. Hay teóricos como George Dickie, para quien oA "cumple una función particular", o Danto, quien lo define como "affines" (objetos que comparten características dentro de ciertos paradigmas). Morris Weitz, entre tanto, se apoya en la idea de family-resemblance de Wittgenstein.
4- Finalmente están los esencialistas. Hablo de pensadores como Benedetto Croce, R. G. Collingwood, Clive Bell, Susan Langer y Martin Heidegger, los cuales identifican ciertos aspectos, como forma, intuición, emoción, formas de sentimiento, etc. Estas formas serían intrínsecas a la obra de arte. De todos ellos, Bell y Heidegger son los que más se acercan a qué hay detrás de oA. Veamos:
Para Bell hay algo en oA que él identifica como "significant form" (o forma significativa). En su libro Art (1914), sugiere que esta forma está relacionada con una emoción estética específica (que solo se da con el arte). Es decir, la esencia del arte es producir una emoción estética frente a una forma significativa. Obviamente la definición de Bell es circular y subjetiva. Circular pues "forma significativa" depende de una emoción que a su vez depende del arte; subjetiva porque se olvida de la obra de arte misma. Más que formalista, Bell es un emotivista de closet.
En 1935-37 Heidegger escribe su famoso El origen de la obra de arte. Como veremos es el análisis más cercano a la dinámica cosa--->oA.
Para Heidegger, el arte no es una apariencia, tampoco un fenómeno.3 No podríamos entender el arte sin entender oA, y a su vez sin entender la cosa en sí. Como se verá, qué es la cosa merece un análisis más profundo:
¿Qué es verdaderamente la cosa en la medida en que es una cosa? Es cierto que el concepto habitual de cosa sirve en todo momento para cada cosa, pero a pesar de todo no es capaz de captar la cosa en su esencia, sino que por el contrario la atropella. ¿Es posible evitar semejante atropello? ¿De qué manera? Probablemente sólo es posible si le concedemos campo libre a la cosa con el fin de que pueda mostrar de manera inmediata su carácter de cosa. Previamente habrá que dejar de lado toda concepción y enunciado que pueda interponerse entre la cosa y nosotros. (PLT, 21)
Heidegger concluye que el arte es 1- actividad que refleja una manera del ser del mundo, 2- una decisión ante el mundo, y 3- el arte es verdad.4 Ahora bien, nada de eso es posible sin una atención a la cosa. Para ello se analiza Un par de zapatos de Van Gogh. Escribe Heidegger con una habilidad verdaderamente poética:
En la oscura boca del gastado interior del zapato está grabada la fatiga de los pasos de la faena. En la ruda y robusta pesadez de las botas ha quedado apresada la obstinación del lento avanzar a lo largo de los extendidos y monótonos surcos del campo mientras sopla un viento helado. En el cuero está estampada la humedad y el barro del suelo. Bajo las suelas se despliega toda la soledad del camino del campo cuando cae la tarde. En el zapato tiembla la callada llamada de la tierra, su silencioso regalo del trigo maduro, su enigmática renuncia de sí misma en el yermo barbecho del campo invernal. A través de este utensilio pasa todo el callado temor por tener seguro el pan, toda la silenciosa alegría por haber vuelto a vencer la miseria, toda la angustia ante el nacimiento próximo y el escalofrío ante la amenaza de la muerte. Este utensilio pertenece a la tierra y su refugio es el mundo de la labradora. El utensilio puede llegar a reposar en sí mismo gracias a este modo de pertenencia salvaguardada en su refugio. (PLT, 34).Al ponerse sus zapatos viejos, la campesina vive un mundo pleno. No necesita de artistas ni filósofos ni poetas que le aclaren algo que ella vive a diario. Luego, la verdad contenida en esos zapatos revela un mundo.
Un par de zapatos de Van Gogh no tiene nada que ver con la representación de unos zapatos. Lo que hay detrás del fenónemo es la "utilidad de lo útil" 5 que es como una destilación auténtica del mundo en un par de zapatos. oA no es una proyección, tampoco una representación. "La cosa dice la verdad" -dice Heidegger. Los zapatos nos revelan un mundo. La verdad puede estar contenida en la cosa. Esa revelación de la cosa que se transforma en oA es lo que llamamos arte.
Sin embargo, aunque Heidegger penetra prometedoramente en la cosa, no logrará resolver un problema fundamental. Algo que tiene que ver con su idea de verdad (alétheia) y que trataremos el próximo fin de semana.
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* Las citas del Poetry Language and Thought, (Harper & Row: New York, 1975). 1 La "o" minúscula solo para indicar una miopía definicional. 2 Es el término despectivo que usa Sartre para la cosa (être-en-soi) en su obra maestra El ser y la nada. 3 Heidegger escribe en El ser y el tiempo: "Detrás" de los fenómenos de la fenomenología, por esencia no hay ninguna otra cosa; en cambio, es posible que permanezca oculto lo que debe convertirse en fenómeno. Vea, El ser y el tiempo, (Fondo de Cultura Económica, 2007) p. 45. 4 Esta verdad ontológica es distinta a la verdad epistemológica que está definida en téminos fenoménicos. 5 La palabra "útil" (Zeug) es una categoría ontológica que describe una manera del ser del mundo. El Zeug de mi mundo consiste en todas las cosas que doy por sentado en el día-a-día. Por ejemplo, cuando uso mi estudio, no pienso que estoy en el estudio, simplemente me sumerjo en las relaciones propias del entorno. Todo eso es Zeug.
Muy bueno triff, entonces “la cosa” precede a la obra de arte (Ao), preexiste la cosa y su mundo como un arte anterior—interpreto yo.
ResponderEliminar¡Vaya tarea para los poetas yoístas, caramba!
Traes muy buena cita de Heidegger:
"En el cuero se halla la humedad y la riqueza de la tierra. Bajo los zapatos se desliza la soledad del campo al caer la tarde. En los zapatos vibra la llamada silenciosa de la tierra, la tranquila maduración del grano, la desolación de barbecho del campo invernal ... Este equipo pertenece a la tierra, y se encuentra protegido en el mundo de la campesina."
Tu aclaración inmejorable, vaya con cucharita:
"Al ponerse sus zapatos viejos, la campesina vive un mundo pleno. No necesita de artistas ni filósofos que le aclaren algo dado que ella vive a diario. Luego, la verdad contenida en esos zapatos revela un mundo.
El cuadro de Van Gogh, oA no tiene nada que ver con una representación de un zapato real. Lo que hay detrás del fenónemo es la "utilidad de lo útil" 5 que es como el mundo filtrado en un par de zapatos. oA no es una proyección, tampoco una representación. "La cosa dice la verdad" -dice Heidegger. Los zapatos nos revelan un mundo. La verdad puede estar contenida en la cosa. Esa revelación de la cosa es oA, lo que a su vez llamamos arte."
De acuerdo: el arte no existe. Discrepo: todo es arte.
ResponderEliminarLa obra de arte como definición única - ojo al adjetivo- no existe porque la apreciación es subjetiva y la apreciación de la belleza sólo está en función del bagaje de conocimiento - incluyo el emocional - de cada individuo.
ResponderEliminarPero desde un punto de vista académico o historicista si existen las obras maestras -denominación en desuso- que marcan roturas o tendencias en el movimiento del arte.Nadie puede poner en duda Les demoiselles d´Avingon de Picasso en la aparición de las vanguardias ni el urinario de Duchamp puesto en una galería como objeto de reflexión sobre la obra de arte.
El texto poético de Heidegger sobre los zapatos de Van Gogh solo es revelador desde el que entiende la metáfora en filosofía porque desde lo profano se da por descontando todos los sucesos físicos y químicos, y por tanto de transformación, que ocurren en la piel de cuero de cualquier animal en el calzado. Las supuestas "imagenes poéticas" que crea el filósofo, solo son posibles por el conocimiento intelectual, afectivo y emocional previo a cualquier "cosa" anterior y por lo tanto transferido.
La obra de arte no la hace el artista sino la lectura del espectador ( e incluyo el artista como espectador). Pero sin el escritor ( el artista ) no habría "la cosa", y por tanto no habría lectura. Sin embargo la estética seguiría existiendo porque no necesariamente necesita la obra de arte como pretexto. La calma previa a la entrada de un huracán es una experiencia estética inefable, en mi "canon" personal de fenomenos en la naturaleza.
Un abrazo desde Barcelona
Amílcar Barca
Pddta: Felicidades por el texto, me ha permitido reflexionar cerca de una hora sobre la oA.
la obra de arte no existe, ella y solo ella puede vivir en los limites berklelianos, sin embargo es mejor estar tranqulios con esas ideas , son peligrosas en la mente de los radicales genios.
ResponderEliminarAh, que tú escapes...
ResponderEliminarLa obra de arte no la hace el artista sino la lectura del espectador ( e incluyo el artista como espectador). Pero sin el escritor ( el artista ) no habría "la cosa", y por tanto no habría lectura.
ResponderEliminarGracias Amílcar. Pero la calma antes del huracán no sería estética de acuerdo a su definición. A no ser que mires la calma desde la calma. Pero eso sería otra estética en tus jardines.
Best harmonica blues player. Ty!
ResponderEliminarY sexopolis está en algo.
ResponderEliminarPodria decir que Arte es una alma? no es definido como un alma tampoco, pero es lo que un artista proyecta al hacer oA, y lo que 'la audiencia' siente al ver, escuchar o experimentar este oA.
ResponderEliminarSi se puede decir eso entonces nosotros somos arte, no solo en modo fisico, espiritual etc, si no tambien por la expresion de 'nuestro mundo' (en los zapatos de cada uno) El piano, el canvas, la comida, film, la pluma, son todos instrumentos que captan esa
(1)alma, ese (2) mundo, ese (3) artista. La trinidad de la vida por Dios!
Gracias, Facundo. Sigue visitando.
ResponderEliminarSi hay oA existe como residuo de una interacción entre la cosa y su intérprete. La estética resulta de la contemplación retrospectiva de aquella chispa donde nació el residuo.
ResponderEliminarSchelling de Marianao
Oye, Schelling, vaya. Sigue mandando esas meditaciones.
ResponderEliminarJORGE ROARO:
ResponderEliminarPARTE I: DANTO Y SU VISIÓN DEL ARTE
ARTHUR COLEMAN DANTO (1924-2013) fue indudablemente uno de los más influyentes pensadores dedicados en el último medio siglo a reflexionar sobre la naturaleza del arte y el papel que éste juega en nuestro mundo hoy en día; desafortunadamente, eso no significa que este filósofo del arte haya contribuido gran cosa a enriquecer o a ayudar a entender mejor nuestra experiencia estética ante los fenómenos artísticos, ni mucho menos que haya aportado algo concreto que permitiese enderezar un poco el camino que sigue el arte institucional contemporáneo para sacarlo de su actual decadencia y mediocridad. De hecho, me parece que fue todo lo contrario, de modo que en las siguientes páginas trataré de explicar brevemente por qué creo que la influencia filosófica de Danto ha sido francamente negativa para el desarrollo de nuestra visión del arte contemporáneo.