Se puede o no estar de acuerdo con Néstor Díaz de Villegas, pero su prosa maldita siempre hace pensar. No se pierdan la última salida: "Posada Carriles o la batalla del cuerpo" en Diario de Cuba:
El castrismo exhibe el cuerpo del Líder como prueba de su verdad. Es una especie de hocus pocus, o "Aquí está mi cuerpo", en el que Castro, o su Presencia, fungen como garantía eucarística. El cuerpo, que es el centro litúrgico del castrismo, encierra los misterios de la Resurrección y la Eucaristía. Lo que los peregrinos visitan en La Habana no es una idealización social, sino el cuerpo glorificado de Castro.
Entonces, en contraste con las argucias del idealismo castrista, entra en escena el único cubano poseedor de "otro" cuerpo: Luis Posada Carriles. Y con independencia de ser o no el autor de la voladura del avión de Barbados, Posada Carriles aparece como un desafío permanente a la jurisdicción corporal castrista.