Cuando Dominique-Charles Janssens compró la posada dejó la habitación del muerto vacía, así podría engañarles sobre en qué lugar estuvo cada cosa. Cualquier objeto que Vincent hubiera rozado aunque fuera con la vista: una piedra, un sembrado de trigo, la desgastada pipa; todo era apetecible ante los ojos de una multitud con hambre de mitificar. Bien podría ella, dueña de ese receptáculo, arrendarse una ganancia mansa, sin sudarla ni temerla. El patrimonio de la agonía ahora era suyo. ¿A qué distraerlo con camas o sillas o guijarros? Su dinero compró esos paneles con grietas que recordaban cicatrices, la oblicua ventana en fuga a un campo de angustia, ese piso precario de madera incapaz de silenciar antiguos pasos. Dominique sabía que la gente iba a pagar por respirar ese poco aire; una multitud de fisgones subiría la escalera para llegar al santuario del fin. Se encaminarían luego en desbandada a la taberna a olvidar lo sentido, el levitar en la ausencia del que se dolió y arrancó de su carne las preguntas y el insomnio. En la taberna –negocio redondo- les dispensaría la bebida para amortiguarles la sed que da enfocarse en un destino ajeno. Les vería reposar sus cámaras, esos artefactos que han matado el mirar parsimonioso del ojo, reduciéndolo a un cotejador de ángulos y complacencias formales. Ya pocos saben llorar, piensa Dominique cuando abre la ventana para que el cuarto se airee con un sol benévolo. Por primera vez desde que adueña el hotelucho de Auvers se detiene a mirar esos moscones oscuros, hendiduras que prometió nunca tapar y que sostuvieron los clavos donde él colocaba sus pinturas recién chorreadas. No ignora que hoy los museos del mundo, las bóvedas de ciertos bancos o los muros de las casas de potentados selectos acogen esos cuadros hechos con la pulsión del sumido en las fiebres. Pero el espacio del fin, el último reducto donde se extinguió su vehemencia, le pertenece. La Janssens toca uno de los desgarros en la pared, justo donde un rayito de sol ha convergido, y siente rodar por el arco de sus mejillas la gratuidad de unas lágrimas. Bajo esa luz los agujeros en la cal se multiplican, testigos de un alma averiada que se fue, y agujereada ella misma, la mujer de negocios, sin aparentes debilidades fervorosas, se siente colgar del vacío y sin sujetaduras.
Muy bonito, es como un poema en prosa. Este blog se esta poniendo muy literario con los articulos de Carlos Fuentes y de Cristina Fernandez. Felicito a ambos. Anamaria
ResponderEliminarEncontrE esto de la senora en cuestion: http://www.usatoday.com/travel/news/2007-10-30-van-gogh-auction_N.htm
ResponderEliminarBajo esa luz los agujeros en la cal se multiplican, testigos de un alma averiada que se fue, y agujereada ella misma, la mujer de negocios, sin aparentes debilidades fervorosas, se siente colgar del vacío y sin sujetaduras.
ResponderEliminarSencillamente bello, Cristina.
Mira que no conocía ese cuadro de Van Gogh. Me gustaria darme un paseo por el pueblo y respirarlo. Gracias a uds por la imagen de Auvers que completa mi visión de esa mujer frente a la ausencia.
ResponderEliminarCristy
Lindo, intenso y triste, Cristi. Como todo lo relacionado con la vida del holandes.
ResponderEliminar"...para amortiguarles la sed que da enfocarse en un destino ajeno."
Cuando aparecen las grietas las relaciono con los trazoc obsesivos de él en la pintua. Uno sale hoy a ver la luz del sol en la ventana y ve la humedad del astro en tierra tropical poco o nada que ver con la planicie siempre sombría de Holanda.
ResponderEliminarFelicidades Cristina por traer un poco de melancolía a la Magic City.
Amílcar Barca.
Hermoso. A medio camino entre el poema y la tradición del relato breve, confirma la identidad de los espacios hollados por un temperamento. Viene a honrar justamente el label de Tumiami: entre Borges y Rimbaud.
ResponderEliminar"Un día una estrella aparecerá en el cielo para que toda la humanidad pueda verla. Nada ni nadie será capaz de esconder su presencia al mundo. Será una señal para que la gente sepa que el final está cerca y que es el momento de prepararse".
ResponderEliminarLos Aliens me dieron a mí, al igual que a muchos otros alrededor del mundo, este mismo mensaje. Lo que nos pidieron fue que se lo contáramos al mundo, para que en los Tiempos del Final no sólo sobrevivamos sino que también prosperemos en los tiempos posteriores. Ellos hablaron de un futuro en el que habrá paz y armonía en el mundo. Dijeron que en el próximo mundo habrá un nivel mayor de conciencia espiritual y que veremos más claramente las conexiones entre el pasado, el presente y el futuro.
¿DÓNDE Y CUÁNDO VA A TENER LUGAR ESTA TRANSFORMACIÓN?
Nos encontramos en las etapas del comienzo de este cambio. Lo único que hay que hacer es escuchar las noticias, la radio o leer un periódico para saber que el mundo es un lugar muy diferente del que era hace pocos años. Los cambios en la Tierra son algunos de los signos de que el final está cerca. Inundaciones, sequías, tornados, terremotos, erupciones volcánicas, incendios y guerras, etc., la Tierra está mostrándonos su desagrado por la forma en la que hemos elegido vivir.
Estos cambios de la Tierra causan preocupaciones sobre la estabilidad de los países. ¿Cómo alimentarán a su gente? ¿Cómo mantendrán toda la riqueza material que tienen ahora? ¿Cómo sobrevivirán si otro país deja de suministrarles productos? Este problema puede afectar a prácticamente todo desde la gasolina hasta la comida.
En aquellos países donde actualmente la cantidad de alimentos es poca y hay sequía y hambre su posible futuro es obvio. Sólo tenemos que ver cómo algunas personas ya han empezado a matarse unas a las otras por productos y comida para entender cómo nos veremos forzados a terminar el resto de la humanidad si no realizamos cambios drásticos ahora.
Nosotros como especie humana no podemos continuar reproduciéndonos y consumiendo de la manera cómo lo hemos estado haciendo sin destruirnos a nosotros mismos. ¿Por cuánto tiempo más podemos continuar siendo consumidos por la avaricia y la decadencia? En apenas una generación hemos arrasado con casi todos los recursos valiosos del planeta.
SI OCURRE UNA CATÁSTROFE EN EL PLANETA TENDRÍAS QUE SABER CUIDAR DE TI MISMO
Digamos por ejemplo que una gran tormenta solar golpea a la Tierra y destruye toda la electricidad. ¿Cómo te calentarás? ¿Qué comida comerás cuando las estanterías de los supermercados se queden vacías? El gas no será una opción porque las bombas necesitan electricidad para funcionar. Sin corriente eléctrica el mundo deja de funcionar. ¿De dónde vendrá tu agua potable?
¿Y si hay una guerra nuclear? ¿Sabes cómo sobrevivir? ¿Sabrías qué hacer en caso de que caiga una bomba nuclear? ¿Estás actualmente viviendo en un lugar seguro?
¿Cómo te protegerás a ti mismo del caos seguro que se desatará? ¿Sabes cómo construir un refugio, cazar alimentos, plantar alimentos, reunir semillas, encontrar agua y estar sano?
Los Aliens quieren que el mundo sepa que ellos están ahí afuera, observando. Están siempre cerca para poder protegernos de nosotros mismos. Ellos me explicaron que si aquéllos que están en el poder fueran a poner en práctica planes para destruir este planeta, ellos intervendrían para detenerlos. Éste sería uno de los casos en que ellos se mostrarían a la gente de la Tierra en masa. Ellos no dudarán en parar cualquier acción que ponga a nuestro planeta en riesgo. Aunque ellos son pasivos y no son nada violentos, adoptarían acciones violentas si ésa fuera la única forma de proteger el planeta de un daño irreparable.
Escribes parecido a ti. Esos ojos turquesa ven por el intersticio la belleza.
ResponderEliminar