Del blog Desde la Habana, escrito por Iván García:
El barbudo Castro es un ion libre. Siempre lo ha sido. Su conducta es impredecible. Pronosticar cuál será su próximo movimiento en el tablero de ajedrez político es inimaginable para personas con las capacidades de Nostradamus. Pero algo en el escenario cubano huele a quemado. Hay una especie de cohabitación forzada. Poder bicéfalo. Gobierna su hermano, el general Raúl Castro, pero Fidel hace todo lo posible para distraer su gestión. Castro I se resiste a la jubilación. Sólo de palabra es “el compañero Fidel”. De hecho y derecho sigue siendo el Comandante Único. El anciano glorioso con manías de padre de la patria. El tipo que ve más que nadie. El estadista de nivel mundial. Un agorero caribeño que lo mismo predice el rumbo de un huracán, la caída del imperialismo yanqui, o su capacidad proverbial para presagiar hecatombes. Ahora su colimador apunta hacia una guerra atómica entre Irán y las naciones occidentales. Él lo está viendo.