lunes, 28 de junio de 2010
domingo, 27 de junio de 2010
Sarmiento en su propia hoguera
Jesús Rosado
Eduardo Sarmiento: Burning in His Own Hell
Curaduría de Joaquín Badajoz y Carlos Luna
En Edge Zones, 47 NE 25 ST, Wynwood
Hasta el 3 de julio
Insolentemente inquisidora. Neuronal, pero a la larga, perseverando en insolencia. Todo lo que se advierte en fabulación es, como también lo fue en Bocaccio, un pretexto para lanzarse a la aventura roja del autocuestionamiento o la autoponderación.
No es mera coincidencia que Joaquín Badajoz nos presente en sus palabras al autor de Burning in His Ownhell como una suerte de Dante postmoderno. Habría que especular si la invocación es más abarcadora. Porque si la tesis de Eduardo Sarmiento se limitara a la introspección mefistofélica de la naturaleza humana, la equiparación vale. Pero junto con ello, tal como sucediera cuando Boticelli necesitó comentar el Nastagio degli Onesti, en la” boccación” de Sarmiento, también concurren por decreto lírico y contenido humanista, las contribuciones egopoéticas de Dante y de Petrarca.
Sarmiento satiriza el orden histórico de la pasión humana. Lo hace sin tabúes ni prejuicios, porque justamente es con esa falta de emancipación con lo que polemiza. O para decirlo en mejores palabras, la confronta con cinismo, que es quizás la cualidad desvergonzada que puede sanear con eficacia la mentalidad intoxicada por siglos de hipocresía. Asúmase en cada una de sus imágenes, episodios de los dramas endocrinos que se desatan en la intimidad del sujeto. La autohoguera de Sarmiento es un incinerador de vicios de convivencia y represiones sociales. Alimentada con leña vernácula combustiona el debate moral en torno a la sexualidad y su superestructura emocional, afrontándolo con la responsabilidad de iniciarlo por sí mismo.
Lo acomete formalmente desde un pulseo naive entre el legado del fauvismo y un simbolismo herético y subtropicalizado. Quizás con cierto sarcasmo primitivo de tierra adentro que recuerda vagamente al villaclareño Feijoo, batido a mano con la presencia del erotismo onírico de Dalí. Sus saturaciones, aunque de altas temperaturas, no son clasificables como caribeñas. Están teñidas por los extrañamientos postmodernos que hoy día hacen ambigua la filiación territorial de los creadores. La paleta (o el lápiz) se desarropa, disimula las evidencias de identidad y pluraliza su discurso. Aunque no pueda refrenar cierto instinto viñetero, Sarmiento toma riesgo y salta por sobre el repetido ejercicio del diseño, decidido a involucrarse en la pintura. Cuenta con pulso para ello y está dotado de sentido del color y laboriosidad sutil en el juego de profundidades.
Lo del “acartoonamiento” será el recurso consecuente con una visión lúdica de la propia biografía personal. Porque para Sarmiento las penas o las zonas oscuras del perfil humano no aparentan contraponerse al camino hacia la luz y el desenfado. Su moraleja incendiaria demuestra una actitud cáustica y jodedora, oportuna para el resarcimiento. De no ser así, lo devorarían sus demonios pendientes de exorcismo. Engullirían pincel, cerebro y vísceras y hasta la apariencia pulcramente parisina del artista.
Curaduría de Joaquín Badajoz y Carlos Luna
En Edge Zones, 47 NE 25 ST, Wynwood
Hasta el 3 de julio
sábado, 26 de junio de 2010
¿Las alas, Gurú?
Ramón Williams
Ilustración y texto del autor
-Señor… -Diga, Gurú.
-El sistema de autopropulsión a chorros funestos sufrió una avería… Crece la presión en los efficiencies de máquinas. Hay fuga de ceros y rotación en el embudo central.
-¿Grave la fuga? Capital, diría, mi capitán.
-¿Las alas, Gurú? -Perdidas en la TMO, mi capitán.
-¿Y eso qué diablos es?
-Tasación Mefistofélica Originaria, mi capitán.
-Olvídalo y activa el piloto automítico, Gurú.
-Renunció, señor, partió con Bono en el cóndor de salvamento hacia la puesta del sol.
-Alista los paracaídas…
-Sacrificados los paracaídas, eran demasiado pesados. El especialista en cuentas y el cuentista ordenaron arrojarlos de la nave a finales del año pasado. O no estaríamos hablando ahora mismo, señor.
-Ah, grumete, con eso pudimos comprar un terrenito secreto en China luego del S.O.A y el rescate pertinente. Ahora todo es flotar.
-Por el momento, mi capitán.
-Explíquese, Gurú.
-Nos quedaremos sin energía de cachaza para suspensión invisible en treinta días, ocho horas y 57 minutos, señor capitán.
-Justo lo que falta para el fin del mundo, según las redes. Pero tú tranquilo, kid. Acomódate, cágate en las noticia y bebamos de la copa. Que no nos piensa la policía. Todavía escapamos como cafungas de este gris laberinto.
-Como usted y Newton manden, capitán señor.
-Enciende, sin comentarios.
viernes, 25 de junio de 2010
La noche de San Juan: Eros y tragedia
Amílcar Barca
Los hechos ya los conocen. Una fiesta de la inmmigración latina de Barcelona se convoca en una localidad próxima llamada Castelldefels. Un tren se detiene. Bajan los usuarios que tienen que cruzar por un paso subterráneo para encontrar la salida a la playa. Al haber numerosos pasajeros que quieren hacerlo, la impaciencia y la imprudencia individual de unos cuantos produce el efecto en cadena del grupo, y la gente para ahorrarse la cola decide cruzar las vías. (Numerosos carteles alertan de la prohibición y los recorridos de salida).
En el lado contrario un tren que iba a 100 millas por hora con destino Alicante, hace lo propio, es decir, silba antes de entrar en la estación como aviso. Pero ya es demasiado tarde: arrolla a más de treinta víctimas de las cuales trece perecen. El noventa por ciento eran jóvenes inmigrantes de Ecuador, Colombia y Perú. El Eros de una noche cercana al plenilunio se convierte en un eclipse negro para los familiares y para toda Catalunya y España. La noche de San Juan es la fiesta más importante de nuestro país (Catalunya) después de la conmemoración de la pérdida de la independencia el 11 de septiembre. Las casas se adornan con banderines de todas las naciones y una torta de pan y frutas almibaradas llamada Coca de San Joan, y unas cuantas botellas de cava del Penedés, no faltan en cualquier fiesta hogareña o de calle. En este mismo lugar los jóvenes montan hogueras y se aprovechan los muebles viejos para la quema. Los deseos prohibidos se diluyen entre el crepitar de las astillas y los petardos. Al anochecer, la carne llama a la carne en cualquier mirada que reciba otra mirada. Es una noche báquica, donde también se suma el ron negro quemado, en algunos ambientes el hashís, y la música que cada generación escoja. Es la noche que se celebra el solsticio de verano y la que permite que los nacimientos se concentren a menudo en el mes de marzo.
El miércoles por la noche no se encontraba Penélope en la estación, como aludía Serrat, “con sus zapatos de piel marrón y su vestido negro”, sino una multitud excesivamente inquieta que esperaba disfrutar de lo aludido en el párrafo anterior. Es decir, de combinar el Eros y el Tanatos de la mejor manera posible. Durante estas fiestas, los medios de comunicación siempre anuncian al suicida que se lanzó a las vías del tren para atropellar sus culpas, al cornudo desesperado que acuchilla a la mujer y al amante, al ebrio que arruinó su vida conduciendo un automóvil, o al incendio del bosque de pinos contiguo a un pueblo en plena bacanal. Durante la verbena de San Juán, simplemente, la muerte antes del evento, no permitió que trece jóvenes quizás de Lima, Arequipa, Guayaquil, Sucre, Cochabamba… conocieran los efectos de otra “muerte” que “el placer” resume en una metáfora contradictoria : “La fiesta fue para morirse”. Descansen en paz los que han venido a construir un país desde otro país. El verano a veces arruina la cosecha pero la tierra nunca olvida a quienes han venido a plantar sus frutos.
jueves, 24 de junio de 2010
La extinción del atún
Dramático artículo del NYTimes. Vivimos la era del atún, y el atún desaparecerá. Gracias al apetito del ser humano.
Los coaxiales
Ernesto González
Se estaba instalando el cable coaxial, grueso y complejo falo de comunicación que hendiría el subsuelo del Este al Occidente de la isla. Para emplazarlo, el gobierno contrató en el interior del país a veintenas de técnicos y obreros cuyas caras renovaron las noches habaneras, sobre todo las de Prado, zona donde se hallaban los albergues. Todo buen bugarrón, de visita en La Habana, sabía que su obligación era ir a Prado aunque fuera una sola vez durante su estancia capitalina. Esa era la regla, el mandamiento de la bugarronería. Nunca habría bugarroneado lo suficiente si no sacaba de Prado o de sus alrededores, alguna loca, o al menos un entendido de teatro y salón.
Yanez, dirigente de guajiros bugarrones, se había enrolado en el contingente del cable para irse un tiempo de Caibarién. En el albergue trabó amistad con cinco muchachones y los convidó a pasear. Cuando el tráfico de locas y la conversación evidenciaron el acuerdo de que ninguno dejaría de ser hombre por «darle un rabazo a un maricón», Yanez se acordó casualmente de la dirección de uno que había conocido en las parrandas de Caibarién. Se aparecieron en casa de Enos, quien los recibió encantado. Antes de notificar a sus amigos la presencia de esta remesa de carne fresca y androgénica en La Habana, Enos dejó pasar unos días. Dejó pasar, además, la pena que le daba decirle a Yanez que deseaba probar aquella remesa de coaxiales. Yanez, dirigente de bugarrones, corruptor de guajiros, luego de ir solo a visitarlo y pasársela muy bien, le contestó que no había tema: ¿Te gustan los muchachos? Pues mete mano.
En la siguiente velada, uno a uno fueron pasando al cuarto de Enos, mientras siempre quedaban cuatro coaxiales con Yanez en la sala, viendo la telenovela, la película, el noticiero de las doce de la noche, tomándose unos traguitos que Enos preparaba en la cocina entre disfrute de coaxial y coaxial. Entonces fue que Enos comunicó a sus amigos la noticia de las visitas coaxiales. Recomendó a los cinco de acuerdo con sus características peculiares, claro, nunca incluyó a Yanez, mulatón intocable, y nadie se lo censuró. Los coaxiales instalaron sus variados cables a todos los amigos de la casa. Y hasta a clientes de Enos que rompieron sus compromisos gays, a la vista de tanta hermosura y regalías androgénicas. Solamente uno dejó de comer coaxial: La Islámica, por esa manía suya de invitar al Club Árabe de Prado al posible amante, antes que a la cama. Cuando el coaxial designado la dejó esperando a las puertas del Club —te lo dije, que aprovecharas, ese se fue, seguro que regresó a Las Villas—, y La Islámica, histérica, decidió ser más directa, no había coaxial disponible para ella. Cada uno tenía ya pareja fija.
Enos regresó a Yanez, intocable mulatón que no aceptó jamás los requiebros amorosos de ciertos amigos de Enos. Yanez había trastocado su tortilla; en principio por hacer de todo, enseguida, por una extrema pasividad. Y Enos, deslumbrado de poder meterse dentro de un mulato de esa hechura, no demoraba en abrirle los muslos en la esquina de la cama para poseerlo interminablemente.
Cuando los coaxiales fueron trasladados a Pinar del Río, a instalar el cable allí, Enos se quedó sin pareja(S). Leyla, maricón con tetas, más maricón que lesbiana, se había separado de su amiga y fue a visitar a Enos acompañada de Jaco, admirador de las rancheras de Juan Gabriel cantadas por Rocío Durcal. Jaco había sido amante de Leyla, lesbiana maricona, quien se lo recomendó a Enos como un «ejemplar de magnitud».
En el umbral de la casa, Enos besa a Leyla y estrecha la mano que le tiende Jaco, examinándolo de un plumazo: rubio, de estatura mediana pero ancho de hombros, barbilampiño, labios muy colorados. La mirada de Enos asciende por las manos acabadas de estrechar, dedos inmensos, continúa por la muñeca proporcionada, la anchura del antebrazo, y adivina la solidez de los bíceps y del pecho. El abdomen se hunde, bajío terso, consagrable, y el sexo bajo el pubis, proporcionado, no inmenso pero sí robusto, grueso.
Jaco y Leyla fuman un cigarrillo tras otro. Leyla espera a una nueva amante. Viene a recogerla y parten. Jaco permanece recostado al espaldar de la cama, fumando incansablemente, oyendo las rancheras. Jaco, muy parco menos en el fumar, atento fan de las rancheras de Juan Gabriel cantadas por Rocío Durcal, impresionaba como un litoral acantilado, infranqueable. Es andrógeno puro, puro, insistía Manuela, dislocada, el día que lo conoció.
Y Enos: Me di cuenta de que estaba enamorándome de Jaco, aquella tarde en que me esperó en la escalera, a las puertas de casa, y se me encimó a darme un imperceptible beso en la boca. Una acción impensable en un andrógeno como él o en cualquier andrógeno que en realidad lo fuera. Ese recibimiento y el estilo de vida de Jaco —que introdujo cierto orden en mi existencia—, coadyuvaron a mi enamoramiento. Jaco impuso sus normas en casa. No había que gastar tanto dinero en ir a comer al Club Árabe de Prado. «¿Y quién va a cocinar, Jaco?, tú sabes que yo no resisto la cocina». «¡Cocino yo!» Había que planchar la ropa. «¿Cómo es que tú has podido vivir sin una plancha, Enos?» Tendría que restringir las amistades en casa. «Tú te sientes mejor con tus amistades que conmigo, no quiero ese entra y sale aquí, no le vas a alquilar a nadie más, no te hace falta».
Además de reorganizarme la vida, Jaco lavaba. Era adorable ver a aquel andrógeno, recostado a la batea, lavando con el cuidado de una lavandera profesional, restregando, enjuagando a la perfección mis calzoncillos. Jaco era muy limpio. Ni un pedo puedo decir que le escuché tirarse esas semanas que vivimos juntos. Ni un pedo, y tiene que haberlos tenido. En la cama, sin embargo, Jaco avanzaba poco. No soportaba los preámbulos tortilleros, por nada del mundo osaba posármele arriba. Cuando quería templar, Jaco hacía un movimiento con el mentón, señalándome que podía bajar, y yo bajaba a saciarme como una ternerita sedienta. Después —estilo vírate ya—, me clavaba sin nada de vicios, espejos, piso, bañadera ni butacón. Vírate y ya. Aquel beso en el pasillo había sido una esperanza falsa. Jaco era un bugarrón con alma de margarita. Bugarroneaba espantosamente bien y eso me encantaba; pero la conversación, fuera del ámbito de los problemas de la casa y su regusto por las rancheras, decaía sin remedio. Se encerraba en el cuarto a oírlas, mientras yo me quedaba viendo televisión en la sala. Allí recibía a mis amantes nocturnos mientras Jaco dormía.
Los sábados, para Jaco, no tenían mayor trascendencia que los lunes o cualquier otro día de la semana. Ese sábado hizo lo mismo que los seis anteriores que habíamos compartido: se encerró en el cuarto a fumar y oír las rancheras de Juan Gabriel cantadas por Rocío Durcal. La sala de casa se llenó temprano. La Chucha había prometido traer una película porno-gay, la única en su tipo que circulaba por La Habana y seguramente por el país, borrosa e inaudible. Era nuestra primera experiencia porno-fílmica, había que verla —vislumbrarla, adivinarla—, pues además era gay.
Jaco se insultó: No, qué va, ¿una película de maricones?, yo no veo esa mierda. Se trancó en el cuarto, encendió la grabadora y puso el casete de las rancheras de Juan Gabriel cantadas por Rocío Durcal. A pocos minutos de haber empezado la película, tocaron a la puerta. Salté de mi butacón a detener el vídeo rápidamente. La Chucha abrió las ventanas muy nerviosa, y el resto de los pájaros comentaba muy alarmado: ¡Qué horror!, ¡será la policía!, ¿los vecinos habrán oído algo?, si es que no se entiende nada de lo que dicen en la película, ¿y los suspiros?, ¿y los gritos? «Voy a abrir», dije, y ordené silencio y tranquilidad.
Regalo divino, era Yanez, mi dirigente de coaxiales. Había venido de Pinar del Río y estaba de tránsito en La Habana rumbo a Caibarién. Iba a visitar a su familia. Durante unos minutos el grupo se olvidó del filme. Las gays habían resortado pensando que Yanez venía acompañado. Pero nada, no traía ni un solo coaxial. Sólo mi Yanez, rector de bugarrones, mi mulatón abierto y pasional. Le brindé una cerveza y nos sentamos a continuar la función.
La trama de la película se desarrollaba en un cuartel. Los soldados tocaban a la puerta del urinario y entraban a hacinarse entre sus paredes, poseyéndose mutuamente. Los muchachos, rubios, trigueños, negros, forzudos, sin plumas, androgénicos —al menos en apariencia—, cogían y daban, se revolvían y eyaculaban. El vicio era tremendo, creo que todos estábamos excitados en la sala, adivinando lo que sucedía en aquella explotadísima copia de película porno-gay, probablemente única en el país. Yanez me miró. Con la barbilla le señalé la cocina. Él, de inmediato, se puso de pie y se dirigió hacia allí. Corrí tras él. Detrás de mí escuché a Chucha: Enos, ten cuidado, que Jaco puede levantarse, te puedes buscar un lío. Mi coaxial se bajó el pantalón, y sujetándose del techo del refrigerador se inclinó hacia adelante. Delante de mí, las nalgonas pétreas en las cuales me metí rápido acariciando la espalda extendida, los muslos inolvidables.
De súbito, la puerta de mi cocina se abrió golpeando el cráneo de mi amante. Jaco había ido a tomar agua. Al vernos, se escurrió fuera y clamó ensordecedor: ¡Enos! Me subí el short y lo seguí al cuarto. Estaba sacando su ropa del closet. Se detuvo frente a mí y me sonó un galletazo que se debe haber escuchado en los bajos del edificio. Manuela vino a calmarlo. Los dejé solos, conversando. Muy colorado, salí. Chucha estaba sola en la sala, repitiéndome: Te lo dije, te lo advertí, te va a matar, Jaco es un acomplejado y te va a matar.
Jaco atravesó la sala cargando su maletín. Lo seguía Manuela y algo como que él valía más que un negro y que no lo iba a permitir.
Se estaba instalando el cable coaxial, grueso y complejo falo de comunicación que hendiría el subsuelo del Este al Occidente de la isla. Para emplazarlo, el gobierno contrató en el interior del país a veintenas de técnicos y obreros cuyas caras renovaron las noches habaneras, sobre todo las de Prado, zona donde se hallaban los albergues. Todo buen bugarrón, de visita en La Habana, sabía que su obligación era ir a Prado aunque fuera una sola vez durante su estancia capitalina. Esa era la regla, el mandamiento de la bugarronería. Nunca habría bugarroneado lo suficiente si no sacaba de Prado o de sus alrededores, alguna loca, o al menos un entendido de teatro y salón.
Yanez, dirigente de guajiros bugarrones, se había enrolado en el contingente del cable para irse un tiempo de Caibarién. En el albergue trabó amistad con cinco muchachones y los convidó a pasear. Cuando el tráfico de locas y la conversación evidenciaron el acuerdo de que ninguno dejaría de ser hombre por «darle un rabazo a un maricón», Yanez se acordó casualmente de la dirección de uno que había conocido en las parrandas de Caibarién. Se aparecieron en casa de Enos, quien los recibió encantado. Antes de notificar a sus amigos la presencia de esta remesa de carne fresca y androgénica en La Habana, Enos dejó pasar unos días. Dejó pasar, además, la pena que le daba decirle a Yanez que deseaba probar aquella remesa de coaxiales. Yanez, dirigente de bugarrones, corruptor de guajiros, luego de ir solo a visitarlo y pasársela muy bien, le contestó que no había tema: ¿Te gustan los muchachos? Pues mete mano.
En la siguiente velada, uno a uno fueron pasando al cuarto de Enos, mientras siempre quedaban cuatro coaxiales con Yanez en la sala, viendo la telenovela, la película, el noticiero de las doce de la noche, tomándose unos traguitos que Enos preparaba en la cocina entre disfrute de coaxial y coaxial. Entonces fue que Enos comunicó a sus amigos la noticia de las visitas coaxiales. Recomendó a los cinco de acuerdo con sus características peculiares, claro, nunca incluyó a Yanez, mulatón intocable, y nadie se lo censuró. Los coaxiales instalaron sus variados cables a todos los amigos de la casa. Y hasta a clientes de Enos que rompieron sus compromisos gays, a la vista de tanta hermosura y regalías androgénicas. Solamente uno dejó de comer coaxial: La Islámica, por esa manía suya de invitar al Club Árabe de Prado al posible amante, antes que a la cama. Cuando el coaxial designado la dejó esperando a las puertas del Club —te lo dije, que aprovecharas, ese se fue, seguro que regresó a Las Villas—, y La Islámica, histérica, decidió ser más directa, no había coaxial disponible para ella. Cada uno tenía ya pareja fija.
Enos regresó a Yanez, intocable mulatón que no aceptó jamás los requiebros amorosos de ciertos amigos de Enos. Yanez había trastocado su tortilla; en principio por hacer de todo, enseguida, por una extrema pasividad. Y Enos, deslumbrado de poder meterse dentro de un mulato de esa hechura, no demoraba en abrirle los muslos en la esquina de la cama para poseerlo interminablemente.
Cuando los coaxiales fueron trasladados a Pinar del Río, a instalar el cable allí, Enos se quedó sin pareja(S). Leyla, maricón con tetas, más maricón que lesbiana, se había separado de su amiga y fue a visitar a Enos acompañada de Jaco, admirador de las rancheras de Juan Gabriel cantadas por Rocío Durcal. Jaco había sido amante de Leyla, lesbiana maricona, quien se lo recomendó a Enos como un «ejemplar de magnitud».
En el umbral de la casa, Enos besa a Leyla y estrecha la mano que le tiende Jaco, examinándolo de un plumazo: rubio, de estatura mediana pero ancho de hombros, barbilampiño, labios muy colorados. La mirada de Enos asciende por las manos acabadas de estrechar, dedos inmensos, continúa por la muñeca proporcionada, la anchura del antebrazo, y adivina la solidez de los bíceps y del pecho. El abdomen se hunde, bajío terso, consagrable, y el sexo bajo el pubis, proporcionado, no inmenso pero sí robusto, grueso.
Jaco y Leyla fuman un cigarrillo tras otro. Leyla espera a una nueva amante. Viene a recogerla y parten. Jaco permanece recostado al espaldar de la cama, fumando incansablemente, oyendo las rancheras. Jaco, muy parco menos en el fumar, atento fan de las rancheras de Juan Gabriel cantadas por Rocío Durcal, impresionaba como un litoral acantilado, infranqueable. Es andrógeno puro, puro, insistía Manuela, dislocada, el día que lo conoció.
Y Enos: Me di cuenta de que estaba enamorándome de Jaco, aquella tarde en que me esperó en la escalera, a las puertas de casa, y se me encimó a darme un imperceptible beso en la boca. Una acción impensable en un andrógeno como él o en cualquier andrógeno que en realidad lo fuera. Ese recibimiento y el estilo de vida de Jaco —que introdujo cierto orden en mi existencia—, coadyuvaron a mi enamoramiento. Jaco impuso sus normas en casa. No había que gastar tanto dinero en ir a comer al Club Árabe de Prado. «¿Y quién va a cocinar, Jaco?, tú sabes que yo no resisto la cocina». «¡Cocino yo!» Había que planchar la ropa. «¿Cómo es que tú has podido vivir sin una plancha, Enos?» Tendría que restringir las amistades en casa. «Tú te sientes mejor con tus amistades que conmigo, no quiero ese entra y sale aquí, no le vas a alquilar a nadie más, no te hace falta».
Además de reorganizarme la vida, Jaco lavaba. Era adorable ver a aquel andrógeno, recostado a la batea, lavando con el cuidado de una lavandera profesional, restregando, enjuagando a la perfección mis calzoncillos. Jaco era muy limpio. Ni un pedo puedo decir que le escuché tirarse esas semanas que vivimos juntos. Ni un pedo, y tiene que haberlos tenido. En la cama, sin embargo, Jaco avanzaba poco. No soportaba los preámbulos tortilleros, por nada del mundo osaba posármele arriba. Cuando quería templar, Jaco hacía un movimiento con el mentón, señalándome que podía bajar, y yo bajaba a saciarme como una ternerita sedienta. Después —estilo vírate ya—, me clavaba sin nada de vicios, espejos, piso, bañadera ni butacón. Vírate y ya. Aquel beso en el pasillo había sido una esperanza falsa. Jaco era un bugarrón con alma de margarita. Bugarroneaba espantosamente bien y eso me encantaba; pero la conversación, fuera del ámbito de los problemas de la casa y su regusto por las rancheras, decaía sin remedio. Se encerraba en el cuarto a oírlas, mientras yo me quedaba viendo televisión en la sala. Allí recibía a mis amantes nocturnos mientras Jaco dormía.
Los sábados, para Jaco, no tenían mayor trascendencia que los lunes o cualquier otro día de la semana. Ese sábado hizo lo mismo que los seis anteriores que habíamos compartido: se encerró en el cuarto a fumar y oír las rancheras de Juan Gabriel cantadas por Rocío Durcal. La sala de casa se llenó temprano. La Chucha había prometido traer una película porno-gay, la única en su tipo que circulaba por La Habana y seguramente por el país, borrosa e inaudible. Era nuestra primera experiencia porno-fílmica, había que verla —vislumbrarla, adivinarla—, pues además era gay.
Jaco se insultó: No, qué va, ¿una película de maricones?, yo no veo esa mierda. Se trancó en el cuarto, encendió la grabadora y puso el casete de las rancheras de Juan Gabriel cantadas por Rocío Durcal. A pocos minutos de haber empezado la película, tocaron a la puerta. Salté de mi butacón a detener el vídeo rápidamente. La Chucha abrió las ventanas muy nerviosa, y el resto de los pájaros comentaba muy alarmado: ¡Qué horror!, ¡será la policía!, ¿los vecinos habrán oído algo?, si es que no se entiende nada de lo que dicen en la película, ¿y los suspiros?, ¿y los gritos? «Voy a abrir», dije, y ordené silencio y tranquilidad.
Regalo divino, era Yanez, mi dirigente de coaxiales. Había venido de Pinar del Río y estaba de tránsito en La Habana rumbo a Caibarién. Iba a visitar a su familia. Durante unos minutos el grupo se olvidó del filme. Las gays habían resortado pensando que Yanez venía acompañado. Pero nada, no traía ni un solo coaxial. Sólo mi Yanez, rector de bugarrones, mi mulatón abierto y pasional. Le brindé una cerveza y nos sentamos a continuar la función.
La trama de la película se desarrollaba en un cuartel. Los soldados tocaban a la puerta del urinario y entraban a hacinarse entre sus paredes, poseyéndose mutuamente. Los muchachos, rubios, trigueños, negros, forzudos, sin plumas, androgénicos —al menos en apariencia—, cogían y daban, se revolvían y eyaculaban. El vicio era tremendo, creo que todos estábamos excitados en la sala, adivinando lo que sucedía en aquella explotadísima copia de película porno-gay, probablemente única en el país. Yanez me miró. Con la barbilla le señalé la cocina. Él, de inmediato, se puso de pie y se dirigió hacia allí. Corrí tras él. Detrás de mí escuché a Chucha: Enos, ten cuidado, que Jaco puede levantarse, te puedes buscar un lío. Mi coaxial se bajó el pantalón, y sujetándose del techo del refrigerador se inclinó hacia adelante. Delante de mí, las nalgonas pétreas en las cuales me metí rápido acariciando la espalda extendida, los muslos inolvidables.
De súbito, la puerta de mi cocina se abrió golpeando el cráneo de mi amante. Jaco había ido a tomar agua. Al vernos, se escurrió fuera y clamó ensordecedor: ¡Enos! Me subí el short y lo seguí al cuarto. Estaba sacando su ropa del closet. Se detuvo frente a mí y me sonó un galletazo que se debe haber escuchado en los bajos del edificio. Manuela vino a calmarlo. Los dejé solos, conversando. Muy colorado, salí. Chucha estaba sola en la sala, repitiéndome: Te lo dije, te lo advertí, te va a matar, Jaco es un acomplejado y te va a matar.
Jaco atravesó la sala cargando su maletín. Lo seguía Manuela y algo como que él valía más que un negro y que no lo iba a permitir.
miércoles, 23 de junio de 2010
McCrystal despedido
Ahora que el general McCrystal ha sido reemplazado por el general Petraeus, la diagnosis del artículo abajo parece ser compartida por varios conocidos comentaristas de Huffigton Post: Norman Solomon ("hay cada vez más dudas que la guerra de Afganistán puede ganarse"), Lauren Ashburn ("el general se dió cuenta que no podía ganar la guerra"), Richard Haass ("una retirada prudente, qué hacer para inducir a los líderes talibanes a rechazar a Al-Qaeda e incorporarse al proceso político).
En caso de dudas, este artículo en TIME no deja dudas.
En caso de dudas, este artículo en TIME no deja dudas.
Terror Inc.
1- Con la admisión de culpabilidad de Faisal Shahzad, el terrorismo vuelve a la primera plana de los diarios americanos. Sin remordimiento alguno, Shahzad ha dejado claro lo que ya sabíamos: que actuó solo -pero que no está solo. Seguirán los ataques (o los intentos de jaques). Lo que nos lleva a la llamada War on terror.
En efecto, existe un principio del terror: 9-11. Pero ¿y el final? No sabemos, no apostemos.
Es difícil para la primera potencia indiscutible -EE.UU.- lidiar con algo tan resbaladizo como el terror. Primero, es demoledor: a bombazo puro. Segundo, es sobrecogedor: hombres encapuchados llenos de trapos cortando cabezas. Tercero, -y peor- se está acabando el billete.*
:(
El asunto ha sido estudiado, clasificado y planeado... pero no aparecen las soluciones. No hay estrategia ni política que valga. Mientras más combatimos, más se permuta. Al-Qaeda es virológica, mutable, adaptable, flexible. Cortas y crecen más cabezas listas para el martirio. Sólo hace falta un loco iluminado, o alguien hastiado de la política errática de la gran potencia, un paquete de C4 y un teléfono celular. Lo que es peor, Terror Inc. ya se está infiltrando...
Estamos perdiendo la guerra en Afganistán. Al comienzo de la invasión parecíamos muy apurados por tomar las ciudades y dejarle el paquete a los "drug lords". ¿Y Bin-Laden y el tuerto Mohammad Omar? Los dejamos escapar de Bora Bora y plantaron tienda al otro lado de la frontera de Afganistán. Hemos repetido el error de los rusos: Poner un gobierno títere e incompetente que apenas controla la capital. Ya se habla de la talibanización de Pakistán.
¿Qué ocurre? Con miles de jóvenes desempleados, desencantados y adoctrinados, Al Qaeda & Co. puede darse el lujo de crear una nueva profesión global para el mundo islámico: el yijad a sueldo. ¿Y quién la subvenciona? NOSOTROS.
El asunto del terror nos recuerda la película Nightmare on Elm Street. El tema del film es el reino de la pesadilla donde un tal Freddy Krueger, con la cara quemada (imaginen a Krueger miembro de Al-Qaeda), ataca sus víctimas alimentándose de su miedo. Mientras más miedo le tienes, más Krueger es capaz de acariciarte con las largas cuchillas de su guante. ¿No es eso precisamente lo que hizo nuestro ex-presidente Bush cuando -al declarar la guerra de los imperios contra Al-Qaeda- la convirtió automáticamente en una corporación global del terror?
La empresa del terror nos ha costado más de $1 trillón = 1,000,000,000,000!
¿Hasta cuándo vamos a seguir subvencionando el Terror Inc. de Bin-Freddy-Laden?
___________
*Niall Ferguson, profesor de Historia de la Economía de Harvard lo dice claro: EE.UU. está en una posición débil, económica y política. Hay que arreglar la casa y olvidarse de malabares imperialistas.
martes, 22 de junio de 2010
=
Ilustración y texto: Ramón Williams
-A la izquierda quise decir.
- Multitask, apocalíptica, disléptica doncella. Ya me extrañaba.
-Y tu problema es que no descansas de hallar extrañamiento, como si lo visto no bastara. -Por fin con cuál te quedas para la cena, bloquera. Las dos tienen el mismo número de pisos. Más tu hambre exponencial mermada por lo incorpóreo en ti y el jet lag.
-La diamante verde. -¿Proyección del cambio de pigmentación del príncipe?
-También puedo perderme de tus letras si no acabas de respetarme y hacer las tareas: D. -¿Digo?
-No, dije D.
-Ok, pero ¿Valía la pena dejarlo todo por D?
-Como todo no es la plata, singar tampoco es todo. No lo toco, no me ha visto, no nos vemos. Nada más le sigo ideas, le creo, escribo tenerlo. Va y habremos templado por la paz en universos paralelos pero nada de nada sobre este mundo chueco, moreno.
-Y volaste con la herencia de Piloto Automítico y Bono...
-Hasta los muebles. Fines, medios, medios enteros, medios brujos, medios indiscretos…Todos los verdes no son iguales, siempre alguno lleva todo lo verde y rebelde posible. Una mitad dice que los comunistas traicionaron y la otra que la causa no es importante. Lo cierto es que en el 68 D puso el mensaje en botellas que arrojó contra el establecimiento…
-Pre cursado por el 59 pre cursó el 69.
-Cochino, pose y don hasta la sepultura…
-Poseidón.
-Seguro. Primero deja de mirarte en la mente de lo que cuentas. Despierta, saca la cuenta, cambia el mundo, retoña como este viejo. Mira que hay chistes inmortales y chistes que matan.
- No soy el especialista ni la ballena, tampoco el arquitecto, no agente ni ascensorista; no hablo turco ni griego, alemán menos. Por franco ni al castellano llego. Sólo soy tu críptico de arte, tu dueño sin cero.
-Ni soy yo la vacía sino la otra parte de tu esquizofrenia, la mera simetría atribulada de los azucareros. Di, qué te importan las preferencias de mis ecuaciones si te colegio con ventaja de tres ventanas y ocho sábados de peón y torres, 7/24x24, al otro lado de tu escritura ciega. D habla el lenguaje de una glasnost premoderna, lanza flecha contra las hipócritas potencias que exigen y desgobiernan. Él tiene talento para las revoluciones, sabe cómo respira la tierra y qué cosas terribles no deben hacerle, por lo menos. Sacó data de la manga y ha levantado urticaria por estos días en el Parlamento. Me trajo imágenes porosas con aquel vigor de F en la ONU, en el 79. Pero no hablemos de los muertos.
-Con suerte no lo invento y alguien en el restaurante me explica, copa en alto, la diferencia de igualdades y las desigualdades de las indiferencias mientras tú decides, bloguera, el color de lo que comemos.
-Estoy viendo los cristales verdes de la gemela y los neones encendiéndose. Hay gente celebrando por celulares con orejas remotas. A estas alturas, a quinientas yardas atravieso cristales, leo labios: Ganaron los Yankees. Quiero estar allí. Equivocamos la entrada de todas todas. No es aquí donde quiero cenar contigo, quiero La diamante verde te dije. -Otra vez la derecha por la izquierda. O fue al revés. Razona, hacia abajo el ascensor cambia de nombre, nos quema la entrada de la noche en la bahía y perdemos la chispa entre amarillo y azul. Quedémonos en La diamante azul, gacela, te lo ruego.
-No sirvió, chocolate, yo pago. Cenamos aquí si me argumentas de la otra por qué te parece igual verla que estar dentro, estar dentro que serlo, trascender por la demencia y no llegar a fin de mes por lo cuerdo. Cuento hasta diez, digo y no Diego.
-Igual, hoy te hacía yo en La Habana, ajena pero completa, entre millares de mulatos hermosos y peligrosos.
-Piso uno, please. Igual, mira dónde pones el dedo.
lunes, 21 de junio de 2010
domingo, 20 de junio de 2010
Guamá: tradición propagandística totalitaria virada al revés y destilada como choteo
Escribí una carta a los editores de Encuentro, indagando sobre el creador del dossier. La respuesta que recibí lo mantenía todo en el misterio. Me cuadró la idea de en silencio ha tenido que ser. Imaginé entonces una especie de Banksy colectivo subversivo. Publicamos varias salidas. Después la revista se convirtió en un ciclón humorístico obligado: citado y publicado por toda la blogosfera, con updates en la primera página de muchos blogs.
Por supuesto, no es fácil tirar tanto y tirar bien, algo que el colectivo comprendió y se dió a la tarea de reinventarse metamorfosearse. Abajo, Juventud Yénica:
Es como si el colectivo Guamá se propusiera "revisar" el humorismo revolucionario de la época utópica. Aquí no se salva nadie:
Bohimeo,
Pinguero,
Trabajodedores,
Zonzón,
Una manera post-moderna de redefinir la nostalgia guamándola, quemándola, es decir, parándola de cabeza. Siempre guamapermutándose...
Opinga -revista casi-paralela a Guamá- tiene (a)ciertos (á)cidos:
¿En qué consiste la onda Guamá? Imagen + punch line = Guamazo!
Imagen de archivo (revolucionario) que toca Guamá, imagen guamizada para la eternidad:
Me atrevo a decir que la producción del colectivo se ha convertido en un archivo imprescindible del post-castrismo. Lo que trae la pregunta ¿What's next?
Creo que hay un desarollo entre-col-y-col prometedor:
El mensaje es menos obvio, el gancho se disuelve en la retórica -imagen entre metonímica y casi-sinecdóquica- menos didáctica: Es decir, jodedera para finos jodedores. Por ejemplo, touché:
Era de esperarse que Guamá se metirea en Youtube con el periódico Guamá en formato noticiero. El trabajo de apropiación, edición, superimposición y música (a partir del minuto 5, a lo comedia del domingo) promete.
Guamá-video, otro camino. ¡Felicidades!
sábado, 19 de junio de 2010
Darle muerte a Castro
Shen Shaomin: "Cumbre"
Aquí, los otros dignatarios: Lenin, Mao, Kim Il Sung y Ho-Chi-Minh: Los delegados de la cumbre G5 no pudieron ejercer su
poder, y se limitaron a asistir a la cumbre. Mientras el mundo se hunde
en el desastre económico, y la gente se cuestiona el capitalismo,
¿volveremos la mirada a esos pioneros incomprendidos del socialismo?
Rosie Inguanzo
1. Me machuqué el pulgar de la mano izquierda. Cerré la pesada gaveta de metal del archivero, con toda la intensidad de mi carácter, encima del dedo. Chasquean las emociones con el dolor del dedo. A ver si pierdo la uña. Con un aula llena de muchachos y mi madre al teléfono soltándome el cuento angustiada: resulta que en el Metropolitan Hospital le robaron, mientras dormía, la manilla de oro, lo que es peor, le robaron su cadena de oro con el crucifijo, y se la reemplazaron por otra cadena más finita y un crucifijo pequeño y hueco. Una viejita muy enferma es asaltada en su somnolencia por un profesional del tumbe, en un centro médico vigilado (compruebo que en el Metropolitan casi todos los empleados son cubanos). Sólo alguien acostumbrado a los atracos se vale de un trueque de prendas para confundir a una anciana alelada por los medicamentos. Pero mami se dio cuenta. No obstante, después de la sorpresa del descubrimiento –y de responder las preguntas del reporte con un temblor en la mandíbula inferior- le ha resbalado la pérdida material. Su tiempo de vida se vierte en menesteres tibios y una brumosa modorra -como lento adiós: “Tienes que vivir tu vida, que ya yo viví la mía”-dice acariciándome la barbilla.
1. Me machuqué el pulgar de la mano izquierda. Cerré la pesada gaveta de metal del archivero, con toda la intensidad de mi carácter, encima del dedo. Chasquean las emociones con el dolor del dedo. A ver si pierdo la uña. Con un aula llena de muchachos y mi madre al teléfono soltándome el cuento angustiada: resulta que en el Metropolitan Hospital le robaron, mientras dormía, la manilla de oro, lo que es peor, le robaron su cadena de oro con el crucifijo, y se la reemplazaron por otra cadena más finita y un crucifijo pequeño y hueco. Una viejita muy enferma es asaltada en su somnolencia por un profesional del tumbe, en un centro médico vigilado (compruebo que en el Metropolitan casi todos los empleados son cubanos). Sólo alguien acostumbrado a los atracos se vale de un trueque de prendas para confundir a una anciana alelada por los medicamentos. Pero mami se dio cuenta. No obstante, después de la sorpresa del descubrimiento –y de responder las preguntas del reporte con un temblor en la mandíbula inferior- le ha resbalado la pérdida material. Su tiempo de vida se vierte en menesteres tibios y una brumosa modorra -como lento adiós: “Tienes que vivir tu vida, que ya yo viví la mía”-dice acariciándome la barbilla.
2. Para
espabilarla, ahí en la cama de hospital ensayamos un juego retórico macabro: ¿Qué le harías mami, si te lo
ponen delante? “Amarrarlo a cuatro caballos
así, y destriparlo, cogerlo a cuchillazos, agarrar un cuchillo y darle
siete puñaladas, ponerle veneno en el café con leche, colgarlo y
arrancarle los huevos y pincharlo, cortarle la lengua y meterle algo por
el culo, sacarle el demonio con candela con lo que sea, poner una bomba
y acabar con todos, con una ametralladora, con cianuro. Los alemanes
eran malísimos: les cortaban las plantas de los pies a los judíos y
después los obligaban a caminar. Ése es tan malo que hay que hacerle
algo grande, mi hija. Darle salfumán pa’que reviente. Machucarle los dedos pa’que
grite y decirle ¡por esto, por aquello! Darle palos hasta dejarlo
muerto. Qué va, a mí no se me escapa ése. No digo yo; le meto un judo. Fíjate que
es dos años más nuevo que yo y está peor que yo. Pero hay que hacerle
algo grande mi hijita ¿Tú has visto esos presos como salen muertos en
vida, hechos escombros? No, yo No lo haría de verdad; es imaginario; pero qué no le haría yo. No con mis manos, no; no tengo fuerzas para eso."
José Saramago e.p.d.
El cuento de la isla desconocida
Un hombre llamó a la puerta del rey y le dijo, Dame un barco. La casa del rey tenía muchas más puertas, pero aquélla era la de las peticiones. Como el rey se pasaba todo el tiempo sentado ante la puerta de los obsequios (entiéndase, los obsequios que le entregaban a él), cada vez que oía que alguien llamaba a la puerta de las peticiones se hacía el desentendido, y sólo cuando el continuo repiquetear de la aldaba de bronce subía a un tono, más que notorio, escandaloso, impidiendo el sosiego de los vecinos (las personas comenzaban a murmurar, Qué rey tenemos, que no atiende), daba orden al primer secretario para que fuera a ver lo que quería el impetrante, que no había manera de que se callara. Entonces, el primer secretario llamaba al segundo secretario, éste llamaba al tercero, que mandaba al primer ayudante, que a su vez mandaba al segundo, y así hasta llegar a la mujer de la limpieza que, no teniendo en quién mandar, entreabría la puerta de las peticiones y preguntaba por el resquicio, Y tú qué quieres. El suplicante decía a lo que venía, o sea, pedía lo que tenía que pedir, después se instalaba en un canto de la puerta, a la espera de que el requerimiento hiciese, de uno en uno, el camino contrario, hasta llegar al rey. Ocupado como siempre estaba con los obsequios, el rey demoraba la respuesta, y ya no era pequeña señal de atención al bienestar y felicidad del pueblo cuando pedía un informe fundamentado por escrito al primer secretario que, excusado será decirlo, pasaba el encargo al segundo secretario, éste al tercero, sucesivamente, hasta llegar otra vez a la mujer de la limpieza, que opinaba sí o no de acuerdo con el humor con que se hubiera levantado. Más aquí.
viernes, 18 de junio de 2010
TU ASTROGLOBO AQUÍ
Dña Edamame Guisant du Petit Pois
La astrocritiqué de TMB, tan anexada a la Poma que toman y retoman, se reubica renuente con sarna de sorna dentro de ese provincial guateque que hoy se autodenomina “primer territorio maldeliberado de Mayabeque”.
ARIES: Carnero, la torpeza es tu punto fuerte, por eso no sirves para cartógrafo. Para empezar, el sur no cuenta. Para nada. La historia así lo ha absuelto por los siglos de las luces. Si tú ya eras la bestia del norte y dominabas tu latifundio tropical, ¿a qué saltimbanqui de tu corte de castrati se le ocurrió dar nombre de riachuelo sureño a la ex-regia provincia de la Kapital en ruinas, ya antes denigrada a despalmado campo? Berrenchín, deja de fumar marabú por tu ojete del sur, que entre las hemorroides y la humareda te lo obstruyen, y mucho.
TAURO: A pesar de tu poca inteligencia, la paciencia te embellece, toro. Por eso, porque eres natural del área “Naranjito-Poco a poco” y has aguantado con resignación a la vera del camino —sin carretón ni guagua ni almendrón que te recoja en medio siglo—, te pones bellaco con esto de la reestructuración ganadera de las vacas mansas cubanas. Los celos de la incomprensión geográfica te ciegan porque ésas son TUS vacas, a fin de cuenta, que aquí el toro macho eres tú y sólo tú y nadie más que tú tiene derecho a moverlas de corral a corral. ¿O acaso hay un buey mayor…?
GÉMINIS: Gimagua, tú que ya te imaginabas poniéndoles losas a tus dos bohíos con los moneys incipientes de la indomitable industria tabacalera pinareña, hoy vas a tener que despedir en duelo y casi vuelta abajo a esos municipios recortados como frágil hoja de tabaco del brazo de occidente. Pa´entender este arte(de-la)misa en reconfigurado latín comucatonista, vete a confesar con algún cura proxeneta de Candelaria o de San Cristóbal, pero sal echando de Bahía Honda camino a Bahía de Cochinos, que el nombre por lo menos promete costillita asada.
CÁNCER: Ni la brújula de Colón le gana a tu crustácea desubicación. A partir de ahora eres artemisano de pura cepa, te guste o no, aunque tu sangrienta muda de exoesqueleto tuviera lugar en Caimito o en San Antonio de los Baños. Así que, cangrejo, asimila esto de la nueva división como uno de esos melodramas chaquesperreanos, donde la distribución de los reinos y los cielos conduce siempre a la traición de la sangre entre los más sangrones. Cruza tus pinzas y ojalá, a ver si al río mayabequiano llega el chorrito de la mala sangre verdeolivo.
LEO: Leonchuelo… aunque seas “palestino” —por traslado suboriental—, te crees el rey de Quivicán. A pesar de ser tremendo guanajo —por gallináceo de blandas carúnculas—, en Guanajay nadie quiere tus viejas plumas ver. Aunque obligues a tus cartógrafos a enfocar la lupa en Bauta y rebautizarla mayabelicosa, esa batea de recortes y ropa sucia nadie la va a lavar. Por Alquízar te recomiendo que ni asomes tus barbas en remojo… Y cuando te llegue la hora y por Mariel en lancha quieras huir, nadie, te auguro, te lo va a permitir.
VIRGO: Ay, virgenzuela abstracta y literata, que nunca comprendiste por qué un Ciego de Ávila y una abuelita Granma terminaron dando nombre a dos inventadas provinchatas, ahora andas al punto de la desazón total. ¿Arte-qué? ¿Maya-qué? ¿Y La Habana qué? Virgen, no pierdas el manto ni el halo y no delires más. Aterriza ya, aunque sea una toma de tierra forzosa y echando humo entre las enredadas Melenas de las Güiras de los Boyeros de Bejucal.
LIBRA: Equilibrano fino que eres, cada vez que en tu vida has tenido que mencionar a tus primos de Matanzas, un escalofrío de vergüenza te ha recorrido desde tu sucio calcañar de indígena al piojoso cuero cabelludo recién afeitado. Uff, qué barbarismo y morbo ese nombrecito de provincial poblado que encima se ufana de cultural, pensabas. Entonces dime, tú que naciste en El Sopapo y ahora eres residente de Mayabeque, ¿dónde te vas a esconder a partir de ayer?
ESCORPIÓN: En las cenas íntimas entre tus moninas y consortes siempre has dicho que aunque eras de Jaruco, los cien fuegos los tenías tú penetrados en el uterino placer de desfollar la margarita con tus pinzas de ladilla escarabajense. Y ya, a la hora del postre sin café siempre anunciabas que eras tremendo güey en la cama, bufando proposiciones a las jevas deslumbradas por tu guaniquiqui. Y toda esa guataca alardosa porque eras de Habana Campo. Y ahora, escarabajo permutado, ¿qué crees que va a pasar cuando tengas que confesar que eres el mequetrefe de Mayabeque?
SAGITARIO: Centauro, por hacerte el caballo te han mandado como figura de cera al Museo del Presidio Modelo de la Isla de la Juventud, a pasar una temporada entre alegres adolescentes. Lo que no te dijeron es que tu habitación, la misma que habitó la yegua de Birán, tiene vista directa al Plagión de Mayabeque, donde el teque nunca cesa y de merienda no hay ni panqueque. Y tú, que te consideras un ser elevado por el tamaño inflado de tus cascos, querías tamal en cazuela. Por lo que veo te vas a tener que jamar un majarete sin leche como consolación del sur.
CAPRICORNIO: Chivo, tú siempre has ido en contra de tu propia corriente de golfo. Que hayas nacido animalejo montés no significa que no te guste la playa. Arenas van y arenas vienen debajo de tus garras, desde la Tasajera a la del Caimito apurando el paso por llegar a la de Mayabeque. Allí te desplayas con tremendo desparpajo hippie, como si estuvieras en tus años de cabroncillo mozalbete. Por eso, de todas las víctimas del chícharo zodiacal, tú eres el único regocijado por estas nuevas fronteras divisiorias que nos embargan y nos bloquean.
ACUARIO: Agua, agua pa´Mayabeque, que está que arde de tanto alarde, anunciaron por la tele. Y tú saliste corriendo, enchufando tu manguera de boca en boca. Calma acuariano, mijo, que tú eres primogenético del aire, no te equivoques. Tú y tus tormentas de gases no tienen nada que ver con el aguamala que abunda en el caribe. Así que sopla huracanados vientos de tu fétido aliento sobre los techos nuevocapitalinos de San José de las Lajas, a ver si el guano sale volando en lascas, lonchas y rebanadas pa´limentar a la plebe.
PISCIS: Tú, pescao, siempre juegas de delantero central, sin arriesgar chute a derecha ni izquierda. Así que ibas dando coletazos anfibios de claria gigantesca por todos los arroyuelos de las villas de Santi Spiritus y Santa Clara cuando de pronto, casi desembocando en la ciénaga, te redirigieron como misil encasquillado. Hoy has amanecido en la Nueva Artemisa de Occidente sin agallas y hecho filete. Y reposando en el plato de un maceta que con el tenedor te estimula las huevas mientras te mira con ojos de gula. jueves, 17 de junio de 2010
El bloqueo está bloqueado por el bloque
Escribe Claudia Cadelo en su post Mi pobre cabeza:
Esa es mi opinión: puede estar errada, puede ser correcta. Quizás sea ingenuo pensar que estas flexibilizaciones promoverían la democratización de Cuba, sin embargo, lo contrario termina por ser -cuando se le mira fríamente- igualmente naif.Claudia, no eres naive. Estás clara. Pero se trata de algo complicado:
Primero, el eterno retorno de lo mismo: Cuando "el asunto" se repite tanto en la gruta de los ecos, la idea expresada pierde lo que en el libro de Génesis se llama "aliento de vida" (por una parte "obstruída", por otra parte, "ceñida" en su aporía).
Segundo: Lo metafísico, o en un orden menor (como base sustantiva del problema), en realidad estamos en presencia no de la acción "a favor" o "en contra", sino de un acto casi sólido, constipado, es decir, bloqueado. Ya no queda jugo -ni juego- para el verbo. Lo que queda es lo condensado del acto, lo abstracto del bloque de la acción, que no es lo mismo que la acción "en bloque", lo contrario de la acción bloqueada por lo simbólico.
La materia bloqueada aparece en lugares comunes, sea como punto cardinal del diferendo, ya sea pronunciada por la voz afónica del susodicho, o como saliva pretérita, viscosidad adherida a la pared anterior del bloque labial del nudo político castrista. Casi siempre termina en un área sanitaria elíptica: El inodoro metafórico.
Tercero: El proceso en sí, que no parece estar correlacionado con la "idea", o con la "i" de la "d" que (en lo freudiano) nos remite al id del bloque, su inconsciente (lo demás es "ea", bagazo desechable). Es por eso que se habla de "otro bloque" en el bloqueo, en término sicoanalítico, el bloqueo no manifestado. Es decir, es casi una causa previa, un apriori. Tomísticamente hablando, es como si se tratara del Dios del bloque. Sospecho que en algún momento se hablará de la desintegración misma (en tanto que bloque) de cada "blo" y "que", sin llegar al "qué" en su efecto cuántico de partícula y -a la vez- onda (ciertos círculos religiosos del exilio anticipan la segunda venida del bloqueo).
En un nivel simbólico, hablamos de la repetición "de bloque a bloque", es decir, como decía aquella canción/trova de Sara González: "en cada cuadra un"... BLOQUE. Examinemos el asunto como cambio, desde la metafísica de Aristóteles: ¿qué es un bloque antes de bloquear? ¿acaso un blo-(sin)-qué? Luego la lista dis-bloque o ex-bloque, denotando ese que dejó de serlo pero tiene fama. Otra pregunta que merece consideración es, ¿será acaso (para nuestra sorpresa) el no bloquear del bloque lo que produce el bloqueo del mismo?
Cuarto: Desde las vertientes, "a favor" y "en contra". ¿De qué? Depende. Y es que ambos "a favor" y "en contra" no hacen sino analizar el bloque ya desde el bloqueo mismo. Y surge la pregunta: ¿Cuál es "antes-de" del bloqueo si siempre lo hubo? ¿No será el bloqueo una condición necesaria para el bloqueo? En cuanto a su grado, tenemos el proto-bloqueo, el quasi-bloqueo y el seudobloqueo. En cuanto al parentesco, hay "bloqueo de madre", bloqueo mellizo y hay bloqueos idénticos (la identidad del asunto, el UNOQUEO). Desde su propincuidad, está el bloqueo intermitente, y la paradoja misma, el bloqueo a-la-inversa, mal interpretado como "bloqueo de mentirita" o "forroqueo", por algunos elementos subversivos del exilio. En Cuba se ha hablado del espíritu del bloqueo (lo que implica un ánima dentro del bloque).
Ahora bien, de nada valen estas especulaciones, son meras disgresiones. Cuando la idea se queda sin su jugo de naranja, cuando no le queda nada al gollejo, la idea se a-gota. Gota a gota sobreviene la casi-solidez en su casi-no-significar, una cojera en el vacío de su obesidad significativa. Es como si la acción de la no-acción fuera su propio recurso, como si, contra Hegel y su dialéctica, la acción le apostara todo a su negación.
Hablando en cubano: El bloqueo está bloqueado por el bloque.
martes, 15 de junio de 2010
lunes, 14 de junio de 2010
La "lolita" de Adalberto canta canciones de amor en silencio
Amílcar Barca
En un sofá donde el pecado está impreso en la tela, se sienta una mujer blanca y rubia con un vestido blanco. La mujer atentamente se fija en mí:
La niñita nabokoviana de Adalberto Delgado no habla ni canta pero me ha dicho todo lo anterior. Lo ha dicho con la inteligencia de los dobladores de ídolos, en este caso, de Norma Jean. Esta Lolita maldita sólo es visible a través de un cilindro negro y una pequeña pantalla de i-pod. Bien hubiera podido ambientar Adalberto una cabina de sex-shop con el kleenex y el posamonedas para repetir el visionado. Como se puede ver, el arte puede ser también un juego perverso y polisémico. Este arte que imita a la vida que no está o que nunca podremos poseer. Como una pieza de aros puntiagudos sobremontados que alguien en la exposición dijo que no se imaginaba que Snitzer hiciera este tipo de esculturas (…aaay si Duchamp levantara la cabeza y viera que hacen sus hijos camino hacia la ancianidad ).
El microrrelato en una micropantalla es el futuro de la narrativa visual. Y si no tiempo a la tiempo. La pieza es una pequeña joya en sí misma que encierra el homenaje y la creación al mundo erótico en un mismo pulso.
En un sofá donde el pecado está impreso en la tela, se sienta una mujer blanca y rubia con un vestido blanco. La mujer atentamente se fija en mí:
“Ven. Mírame. Quiero que veas la sayuela que esconde mi falda. Quiero que escuches como crepita en mis rodillas hermosas la licra. Fíjate en este peinado. Pon atención a las caracolas que se forman en mis dedos cuando te miro. Estos zapatos de tacón que repico en el suelo y en tu nostalgia. Oye! Espera! Que ahora viene lo bueno… espera un poquito tonto"La mujer blanca y rubia, cambia el salón por la silla de un comedor incitándome igual. Sigue cruzando las piernas varias veces, acurrucando el dobladillo de la falda hacia abajo o hacia arriba según sus deseos, y mostrando estas piernas que nunca van a estar en mis manos para sentir sus músculos o su temperatura interior.
La niñita nabokoviana de Adalberto Delgado no habla ni canta pero me ha dicho todo lo anterior. Lo ha dicho con la inteligencia de los dobladores de ídolos, en este caso, de Norma Jean. Esta Lolita maldita sólo es visible a través de un cilindro negro y una pequeña pantalla de i-pod. Bien hubiera podido ambientar Adalberto una cabina de sex-shop con el kleenex y el posamonedas para repetir el visionado. Como se puede ver, el arte puede ser también un juego perverso y polisémico. Este arte que imita a la vida que no está o que nunca podremos poseer. Como una pieza de aros puntiagudos sobremontados que alguien en la exposición dijo que no se imaginaba que Snitzer hiciera este tipo de esculturas (…aaay si Duchamp levantara la cabeza y viera que hacen sus hijos camino hacia la ancianidad ).
El microrrelato en una micropantalla es el futuro de la narrativa visual. Y si no tiempo a la tiempo. La pieza es una pequeña joya en sí misma que encierra el homenaje y la creación al mundo erótico en un mismo pulso.
domingo, 13 de junio de 2010
"Morir por la patria" y el crimen en el Yoyito de Hialeah
Alfredo Triff
Es difícil tragarse ciertos sucesos que suelen clasificarse como "rojos". Nada contra el color, la sangre llama y -luego- se derrama. En este caso, la página violenta, sangrienta ha venido ocupando los medios de prensa miamense. La gente piensa y comenta el evento truculento acaecido en el restaurante Yoyito de Hialeah como "crimen pasional". ¿Brutal? Es demasiado elemental.
Difícil de procesar: En tumiami preferimos analizar... si bien el suceso en Hialeah pasará a la historia de nuestro paso por la ciudad, lo menos que podemos hacer es examinar lo subyacente del asunto, es decir, debajo de la piel del asunto.
Vayamos a la desgracia misma: El domingo 6 de junio la joven Liazán Molina es brutalmente asesinada a balazos dentro del susodicho establecimiento en Hialeah, a manos de su marido Gerardo Regalado, quien llevaba unos años en Miami. ¡Qué regalo! Ella acababa de llegar. Él no sólo asesinó a su mujer, sino a otras tres empleadas -amén de tres infelices que resultaron heridas. ¿Y ese odio contra la mujer?, se preguntan los medios informativos y el público en general.
Primero, las balas tienen nombre de mujer. ¿Y qué es el castrismo? Placer de someter, id est, condición falocéntrica que nos habita a la especie cubanensis (en tumiami creemos que el castrismo es un síntoma de nuestra nacionalidad, más allá del poseedor de ese apellido). Expresado como igualdad de identidades: Castrista = ser macho = ser en sí.
El suceso en Yoyito (observen el mote guaposo en diminutivo del propio establecimiento), puede verse como la misión revolucionaria de Regalado, llevado a su última expresión, regalado en sí: La eliminación física del enemigo. Qué más da en este caso que se trate de su mujer. Y es que la mujer en el castrismo acusa signo débil. Simbólicamente hablando, "no seas mujercita", el "otro", no del hombre, sino del macho, especie de "maricón" sublimado, deseo masculino reprimido por el totalitarismo castrista = falo del Suso. Cuba, la mujer de nuestra historia procerista, es ser en falta (o "ser burócrata", especie de Celia Sánchez, funcionaria en aras de LA CAUSA). Así amamos los castristas: "A-ca-ban-do" (verbo que expresa la acción continua revolucionaria que sigue y no termina...).
El "amor" revolucionario devorador-de-maricones de Regalado es síntoma de la perversión totalitaria ("fuera de la revolución nada" y Regalado era revolucionario). Estaba entrenado: Había tiranizado a otras mujeres -a una infeliz posiblemente le quemó los senos (órgano lactante humectante que apenas ofrece peligro al falo del macho) confinándola a una cochiquera -que extiende paralelo asombroso escabroso: ¿habrá mejor símbolo de horror para ablandar "el diversionismo ideológico" que una celda tapiada?
El horror del opresor a toda máquina, y la pobre Molina disculpándolo: "él ha cambiado" -decía ella. La ceguera de Molina ante el totalitarismo abusivo de Regalado refleja la patética admisión del subyugado en el castrismo: Acribillados a golpes terminamos internalizando que nos merecemos la paliza. Así decíamos durante la era utópica: "Viva la Revolución" de diente-pa-fuera, a lo que seguía su negación: "Me cago en tu madre", en la soledad subjetiva del ser (esa madre era otro medio para proyectar nuestra represión simbólica enfermiza). Y la dinámica se repetía durante años interminables de ocasos y fracasos.
¿Cuántas veces no hemos dicho "ha cambiado", "vienen cambios" -cacareamos a cada nuevo evento de dominación castrista? Es difícil aceptar que nos gusta lo que odiamos. Para sobrellevar la cruz de la contradicción disciplinaria castrista nos convertimos en masoquistas (en cada cubano hay un sadomasoquista). No hay más remedio que "meterse forro", siendo nuestra manera de sobrellevar esa pesada condición.
La parábola no puede terminar sin volver al verdadero amor de Regalado. No por Molina, que en este caso no es más que un instrumento con el cual Regalado ejerce su perversión sexual fascista-castrista. El "celo loco" del macho cubanensis por Molina es puro teatro. No se asesina lo que se ama, a no ser que el amor oculte una perversión totalitaria. La prueba que no hay amor son las otras tres infelices ultimadas. La truculenta historia del Yoyito termina predeciblemente con el suicidio de Regalado. Ojo, lo que pasa por cobardía adulta no es más que una regresión infantil (¿y no estamos todos en un círculo infantil simbólico?).
Al final Regalado encarna nuestro himno: Morir por la patria es vivir (obsérvese que es Patria, nunca "Matria" como acuña Ileana Fuentes).
sábado, 12 de junio de 2010
BP no es la culpable
La gente está frustrada con BP y con razón. Desde el mes de abril venimos lidiando con el derrame en el golfo (ya se sabe que supera 10 veces el desastre del Exxon Valdés). La gente está furiosa, se sienten agredidos (¿por la tecnología y no por el capitalismo sin frenos?), y en protesta, han decidido boicotear las estaciones de gasolina BP.
Queridos amigos, el problema es que ese boicott no le hace ni cosquillas a BP. De acuerdo con el NYTimes, BP sólo posee un puñado de las 11,000 estaciones que llevan su marca y además está tratando de vender las que le quedan. Lo que están haciendo es joder a los dueños de clase media y las familias casi pobres que trabajan en dichos negocios.
Entonces, ¿cómo pisarles los callos? Aclaremos un par de cosas: El fuerte de BP no es la venta de gasolina, sino la exploración y almacenamiento de petróleo. Es posible (cortesía de la globalización y el capitalismo financiero) que la estación al frente de BP, donde pones gasolina pensando que se la quitas a BP, esté usando gasolina almacenada por dicha compañía, o proviene de un pozo que es propiedad de BP. El asunto está en las redes de distribución, pero es más complicado: estaciones de servicio independientes, cadenas de supermercados al por mayor, gasolina que viene viene directamente de las refinerías o de mayoristas propiedad de BP.
¿Y entonces? El asunto del boicott de BP apunta al lugar más inusitado: A nosotros, los consumidores. ¿Es que no nos damos cuenta que el poblema es realmente nuestro? Tiene que ver con nuestra adicción al... PETRO. En EE.UU. quemamos 378 millones galones de gasolina diarios. Somos el tercer productor de petro del mundo (después de Rusia) y no nos alcanza. ¿Cómo es posible?
No te metas más forro: ¡El callo de BP somos todos nosotros!
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Nota: Nuestra adicción al petro funciona de una manera insidiosa que podríamos llamar la paradoja del consumo vs. la ganancia: Necesitamos más petro y tenemos menos. De ahí que haya que comprarlo. Resulta entonces que el precio total por concepto de adquisición supera el precio relativo (productivo) de dicha fuente energética. Es decir, pagamos $69 por el barril de crudo, pero termina costándonos $480. ¿Sorpresa?
Queridos amigos, el problema es que ese boicott no le hace ni cosquillas a BP. De acuerdo con el NYTimes, BP sólo posee un puñado de las 11,000 estaciones que llevan su marca y además está tratando de vender las que le quedan. Lo que están haciendo es joder a los dueños de clase media y las familias casi pobres que trabajan en dichos negocios.
Entonces, ¿cómo pisarles los callos? Aclaremos un par de cosas: El fuerte de BP no es la venta de gasolina, sino la exploración y almacenamiento de petróleo. Es posible (cortesía de la globalización y el capitalismo financiero) que la estación al frente de BP, donde pones gasolina pensando que se la quitas a BP, esté usando gasolina almacenada por dicha compañía, o proviene de un pozo que es propiedad de BP. El asunto está en las redes de distribución, pero es más complicado: estaciones de servicio independientes, cadenas de supermercados al por mayor, gasolina que viene viene directamente de las refinerías o de mayoristas propiedad de BP.
¿Y entonces? El asunto del boicott de BP apunta al lugar más inusitado: A nosotros, los consumidores. ¿Es que no nos damos cuenta que el poblema es realmente nuestro? Tiene que ver con nuestra adicción al... PETRO. En EE.UU. quemamos 378 millones galones de gasolina diarios. Somos el tercer productor de petro del mundo (después de Rusia) y no nos alcanza. ¿Cómo es posible?
¡Somos el mayor comsumidor de energía del mundo!
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Nota: Nuestra adicción al petro funciona de una manera insidiosa que podríamos llamar la paradoja del consumo vs. la ganancia: Necesitamos más petro y tenemos menos. De ahí que haya que comprarlo. Resulta entonces que el precio total por concepto de adquisición supera el precio relativo (productivo) de dicha fuente energética. Es decir, pagamos $69 por el barril de crudo, pero termina costándonos $480. ¿Sorpresa?
viernes, 11 de junio de 2010
Foto: Pedro Portal
"Naked Men Standing", del artista inglés Anthony Gormley, en los techos de algunos edificios alrededor del Madison Square Park.
Ponte en FIU
Foto: Pedro Portal
Antonio José Ponte: Arte, política y nuevas tecnologías en Cuba.
Miércoles 16 de junio, a las 7pm
The Cuban Research Institute
Modesto A. Maidique Campus
Graham Center, 243
jueves, 10 de junio de 2010
El especialista
Texto e ilustración: Ramòn Williams
-Ya se lo expliqué, señora.
-¿Me lo dices otra vez, mijito?
-Con gusto, señora. Mire…
-Llevo muchos años en este país, fui maestra y nunca escuché algo así.
-Pues yo he nacido aquí y puedo decirle, señora, que los tiempos cambian. Mire, aquellos relojes de péndulo y madera real tenían reales ventajas sobre los plásticos digitales que usted ve hoy por todas partes. Sin embargo, a los antiguos había que servirlos todo el tiempo y su precisión era dubitativa, imagine usted con embargo. Por tal razón nos mudamos a un mundo de ceros y unos donde la exactitud es sólo el comienzo y las baterías enduran más de un invierno. La cara baja de los nuevos viene a ser, además de la ausencia de barnices, casi puntuales pajaritos y verdes pálidos en los bronces, el deterioro de los circuitos al mínimo contacto con la humedad. Por otra parte, cómo esconderle a usted, señora, la situación con esta gota de agua que no cesa de filtrarse en cataratas por el eje del mal geopardizando a su paso todo el montaje…
-¿Pardo todo el planeta?
-Efecto dominus bobiscum-sálvese-quien-sepa le llamamos los especialistas, también conocido por los ejecutores del orden central como R.I.B.A o Rebote de la interface Bélica Autosolventada. La materia de facto es que ahora su casa no vale nada. Más bien, usted nos debe dos veces la mitad del costo de la tasación originaria por concepto de ciudad en obliteración educacional, sin contar sus pensiones y pro-pensiones gastadas en alucinantes ilegales, las filiaciones tripartitas con extranjeros del patio y los taxes el día su penúltimo cumpleaños en las playas del Este…
-No he cogido taxis en mi cumpleaños…
-Pero la han cogido los años y eso es un problema que encaramos o encaramamos con la juventud y el asunto de las clonaciones de cuentas dentro de nuestro engranaje corporativo. En fin, en el departamento de cuentos pudiéramos refinar su impropiedad, si usted se halla en condiciones de probar al departamento de estadísticas que usted no morirá en los próximos cuarenta años, dejándonos el peso de todas sus deudas, dudas e intereses tóxicos acumulados en una caja de zapatos en Hialeah.
-¿Y qué debo hacer, corazón?
-Nada, simplemente pase su tarjeta dévita por la ranura, acerque su ojo a la lucecita junto a la mesa y firme dentro de este círculo para que la atiendan en el círculo próximo. Allí le asignarán un número de grial socio-cultural que le garantiza su derecho a latencia y los bonos de inquilina para un solar efficiency en cual podrá reposar los huesos en las tardes como usted merece.
-Muy amable, mijo. ¿Estarás aquí mañana para traerte los otros papeles?
-Hasta el sol poniente, señora, no más.
miércoles, 9 de junio de 2010
Vivir sin agua
El día a día en Cuba desde Octavo Cerco:
Hay veces que eso que llaman en mi país “fatalidad geográfica” no nos toca por sólo unos metros, es mi caso: vivo en El Vedado, en una zona donde tengo agua todos los días. A pesar de la sentencia filosófica “el hombre piensa como vive”, trato de salirme de mi húmedo entorno para constatar que a mi alrededor, otros aprenden a vivir sin agua. Tengo una amiga que renunció hace tiempo a tener un inodoro blanco, el agua le entra cada dos días y el tanque no le alcanza para darse el lujo de descargarlo cada vez que lo usa: unas asquerosas marcas amarillas le recuerdan, cada cuarenta y ocho horas, que blanquear la loza puede convertirse en un lujo. Sin embargo no se queja, hay otros –y ella lo sabe– que están peor: A Leo le llega la pipa, allá en Centro Habana, una vez a la semana. Como tiene la casa declarada “inhabitable”, no puede poner su tanque en la azotea pues corre el riesgo de ver un día el techo caer sobre su cabeza.
Hay veces que eso que llaman en mi país “fatalidad geográfica” no nos toca por sólo unos metros, es mi caso: vivo en El Vedado, en una zona donde tengo agua todos los días. A pesar de la sentencia filosófica “el hombre piensa como vive”, trato de salirme de mi húmedo entorno para constatar que a mi alrededor, otros aprenden a vivir sin agua. Tengo una amiga que renunció hace tiempo a tener un inodoro blanco, el agua le entra cada dos días y el tanque no le alcanza para darse el lujo de descargarlo cada vez que lo usa: unas asquerosas marcas amarillas le recuerdan, cada cuarenta y ocho horas, que blanquear la loza puede convertirse en un lujo. Sin embargo no se queja, hay otros –y ella lo sabe– que están peor: A Leo le llega la pipa, allá en Centro Habana, una vez a la semana. Como tiene la casa declarada “inhabitable”, no puede poner su tanque en la azotea pues corre el riesgo de ver un día el techo caer sobre su cabeza.
TU ASTROGLOBO AQUÍ
Dña Edamame Guisant du Petit Pois
La astrocritiqué de TMB se sintoniza hoy con la (s)onda bolerista para introducírsexe con ganas y lenta, pero a toda (p)risa
ARIES: Qué he sacado con quererte, ayayay. Así queda canturreando la gentuza que haya tenido amantes arianos porque son unos egoístas que ni te champollan con chantillí.... Aparentan ser fogosos, pero es de mentirita; sólo quieren saquimete gratuito noche y día y nunca contribuyen a la causa del orgadúo. Además, en realidad son unos puritanos frígidos detrás de tanta fachada empinada y fija.
TAURO: Contigo, besos salvajes. Las mamacitas tarruditas que conozco son bien cochinillas y calentonas en la cama, pero sólo cuando la luna, las estrellas, los satélites y los cometas están alineados en línea recta perfecta, apuntando pa’tú-sabe-dónde… si no la cosa es aburridísima con frasecitas como "bésame eso ahí abajo.. ay, no... así no". ¿Se lo imaginan? Fuck-by-numbers, con instrucciones detalladas.
GÉMINIS: A que no te atreves es el estribillo que dedico a los patéticos jipipapas de este signo. Hablan mucho, sugieren más, pero no hacen ná. Y con los cambios repentinos de personalidad nunca se sabe si la cosa va en serio, que de radioescuchas pasan a ripioenchuchas en un santiameno. Estás en la cama con uno y cuando llega el momento de la verdad, el plan lujuria y deseo pasa a ser un planeamiento sociopútico abstracto e intelectual que mete miedo.
CÁNCER: La engañadora, con senos de silicona y culo de goma son estos cancerianos alterados que andan por ahí, mohínes en la boca de marañón, emplumados revuelos de pestañas y ojitos soñadores. Nunca se enreden con ellos, porque lo único que quieren es poner casa, tener hijos y ser señoronas de sociedad, todo lo contrario a las cancerianas, que les ha dado por escalar montañas con botas militares, linternas, guatacas al hombro y todo.
LEO: Voy, a mojarme los labios, con agua bendita, siempre andan amenazando los jungle queens, pero de ahí no pasan. Papitómanos, empápatelo tú solito, chillan las leonas en celo. Quieren dirigir el cuadro en vivo, pero los bon-vivants se los jaman vivitos. Aunque debo confesar que los afeminados leoncitos que han pasado por mi vida tienen un yenesecuá riquísimo escondido en rincones muy oscuros y las masculinizadas bestias felinas de vez en cuando prenden garras entre esos gruesos bigotes.
VIRGO: Te adoraré, añado yo todo tacto y sigilio frente a las vírgenes, que son tremendas anal-retentives, pero a los analGésicos como yo nos viene eso de perilla... Aunque se pasan la vida recogiendo los regueros ajenos, en la cama propia los virgoides azucarados por la pasión desencadenan situaciones muy bien regadas y húmedas, cargadas de doble sentido y sofocación. Esto está muy rico, mami, pero hay que comer, gritan confundidos al final de una vuelta por la pista resbalosa, desnutridos y realistas.
LIBRA: Me muero de ganas, dicen estos libertinos, que andan por ahí revolcándose y hambrientos de sensaciones. Ellos y ellas, reyes del equilibrio y del esteticismo, en la cama se convierten en destetadas cloacas que requieren limpieza inmediata, pero son de sabrosones igual que de mentirosos, así que no te coja de sorpresa luego la despedida por la retaguardia. Sacude y vamos, vaya.
ESCORPIÓN: Ven, devórame otra vez, gritan estos escarabajos en tono tan doliente que no nos queda otra cosa que complacerlos. Cuando la cuestión es carne, ellos son fanáticos carnívoros y no dejan ni el hueso en pie. Pero como yo no soy creyente de que en la cantidad está la calidad no me acaban de convencer de que son los amantes por excelencia del zodíaco. Tal vez del zócalo de algún pueblo en Michoacán...
SAGITARIO: La noche de anoche, qué noche la de anoche, siempre recuerda con desazón la gente que se ha montado a un caballo. Son divertidos y apasionados pero se convierten en pesados obsesionados una vez que tienen el pene bien ubicado. Son limpios con su personaje, pero sucios y temerarios en la camateatro. A pesar de tener un ego enorme, saben perder y perder, perder la paciencia... Son incomprendidas almas de su propia contradicción, por eso el mejor sexo siempre lo tienen con los signos matrematiquillosos.
CAPRICORNIO: Usted es la culpable, siempre acusan ellos, capricornios ofuscados e inflados con ínfulas de superpotencia muy peligrosas. Acostarse con uno es el equivalente a tenerle desprecio infinito a la vida y por lo tanto, desperdiciarla de esa manera. Además, que son unos pazguatos del carajo a la hora de embarrarse del fango que conlleva la tan de moda (bi)sexualidad.
ACUARIO: Sin razón ni justicia se prende uno de esta gente tan afiliada al universo, pero tan separada de la vida carniemocional. Lo suyo es mental y de vez en cuando se dejan coger por aquello de un desahogo temporal. Yo digo que los acuarianos son primos hermanos de los marcianos y por lo tanto se les debería deportar ahora, para aprovechar la ola antimigratoria global.
PISCIS: Abrázame fuerte, pero fuuuerte fueeerte, demandan los piscianos histéricos y no te dejan ni respirar. Pero en la cama son saltimbanquis del placer y dan y cogen como maestros de ceremonias, porque el sexo para ellos es como una religión, benditos sean. Y cuando se van es tanto el alivio, que cambiamos la cerradura y todo... pero dejan sembrada la nostalgia de saber que van a volver, y volver volver volver… a tus labios otra vez.
La astrocritiqué de TMB se sintoniza hoy con la (s)onda bolerista para introducírsexe con ganas y lenta, pero a toda (p)risa
ARIES: Qué he sacado con quererte, ayayay. Así queda canturreando la gentuza que haya tenido amantes arianos porque son unos egoístas que ni te champollan con chantillí.... Aparentan ser fogosos, pero es de mentirita; sólo quieren saquimete gratuito noche y día y nunca contribuyen a la causa del orgadúo. Además, en realidad son unos puritanos frígidos detrás de tanta fachada empinada y fija.
TAURO: Contigo, besos salvajes. Las mamacitas tarruditas que conozco son bien cochinillas y calentonas en la cama, pero sólo cuando la luna, las estrellas, los satélites y los cometas están alineados en línea recta perfecta, apuntando pa’tú-sabe-dónde… si no la cosa es aburridísima con frasecitas como "bésame eso ahí abajo.. ay, no... así no". ¿Se lo imaginan? Fuck-by-numbers, con instrucciones detalladas.
GÉMINIS: A que no te atreves es el estribillo que dedico a los patéticos jipipapas de este signo. Hablan mucho, sugieren más, pero no hacen ná. Y con los cambios repentinos de personalidad nunca se sabe si la cosa va en serio, que de radioescuchas pasan a ripioenchuchas en un santiameno. Estás en la cama con uno y cuando llega el momento de la verdad, el plan lujuria y deseo pasa a ser un planeamiento sociopútico abstracto e intelectual que mete miedo.
CÁNCER: La engañadora, con senos de silicona y culo de goma son estos cancerianos alterados que andan por ahí, mohínes en la boca de marañón, emplumados revuelos de pestañas y ojitos soñadores. Nunca se enreden con ellos, porque lo único que quieren es poner casa, tener hijos y ser señoronas de sociedad, todo lo contrario a las cancerianas, que les ha dado por escalar montañas con botas militares, linternas, guatacas al hombro y todo.
LEO: Voy, a mojarme los labios, con agua bendita, siempre andan amenazando los jungle queens, pero de ahí no pasan. Papitómanos, empápatelo tú solito, chillan las leonas en celo. Quieren dirigir el cuadro en vivo, pero los bon-vivants se los jaman vivitos. Aunque debo confesar que los afeminados leoncitos que han pasado por mi vida tienen un yenesecuá riquísimo escondido en rincones muy oscuros y las masculinizadas bestias felinas de vez en cuando prenden garras entre esos gruesos bigotes.
VIRGO: Te adoraré, añado yo todo tacto y sigilio frente a las vírgenes, que son tremendas anal-retentives, pero a los analGésicos como yo nos viene eso de perilla... Aunque se pasan la vida recogiendo los regueros ajenos, en la cama propia los virgoides azucarados por la pasión desencadenan situaciones muy bien regadas y húmedas, cargadas de doble sentido y sofocación. Esto está muy rico, mami, pero hay que comer, gritan confundidos al final de una vuelta por la pista resbalosa, desnutridos y realistas.
LIBRA: Me muero de ganas, dicen estos libertinos, que andan por ahí revolcándose y hambrientos de sensaciones. Ellos y ellas, reyes del equilibrio y del esteticismo, en la cama se convierten en destetadas cloacas que requieren limpieza inmediata, pero son de sabrosones igual que de mentirosos, así que no te coja de sorpresa luego la despedida por la retaguardia. Sacude y vamos, vaya.
ESCORPIÓN: Ven, devórame otra vez, gritan estos escarabajos en tono tan doliente que no nos queda otra cosa que complacerlos. Cuando la cuestión es carne, ellos son fanáticos carnívoros y no dejan ni el hueso en pie. Pero como yo no soy creyente de que en la cantidad está la calidad no me acaban de convencer de que son los amantes por excelencia del zodíaco. Tal vez del zócalo de algún pueblo en Michoacán...
SAGITARIO: La noche de anoche, qué noche la de anoche, siempre recuerda con desazón la gente que se ha montado a un caballo. Son divertidos y apasionados pero se convierten en pesados obsesionados una vez que tienen el pene bien ubicado. Son limpios con su personaje, pero sucios y temerarios en la camateatro. A pesar de tener un ego enorme, saben perder y perder, perder la paciencia... Son incomprendidas almas de su propia contradicción, por eso el mejor sexo siempre lo tienen con los signos matrematiquillosos.
CAPRICORNIO: Usted es la culpable, siempre acusan ellos, capricornios ofuscados e inflados con ínfulas de superpotencia muy peligrosas. Acostarse con uno es el equivalente a tenerle desprecio infinito a la vida y por lo tanto, desperdiciarla de esa manera. Además, que son unos pazguatos del carajo a la hora de embarrarse del fango que conlleva la tan de moda (bi)sexualidad.
ACUARIO: Sin razón ni justicia se prende uno de esta gente tan afiliada al universo, pero tan separada de la vida carniemocional. Lo suyo es mental y de vez en cuando se dejan coger por aquello de un desahogo temporal. Yo digo que los acuarianos son primos hermanos de los marcianos y por lo tanto se les debería deportar ahora, para aprovechar la ola antimigratoria global.
PISCIS: Abrázame fuerte, pero fuuuerte fueeerte, demandan los piscianos histéricos y no te dejan ni respirar. Pero en la cama son saltimbanquis del placer y dan y cogen como maestros de ceremonias, porque el sexo para ellos es como una religión, benditos sean. Y cuando se van es tanto el alivio, que cambiamos la cerradura y todo... pero dejan sembrada la nostalgia de saber que van a volver, y volver volver volver… a tus labios otra vez.
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