Esta noticia en Diario de Cuba no puede ser más empalagosa. Los homosexuales pidiendo de favor a la hija de papá y mamá que el gobierno les permita reunirse. Un homosexual de nombre Félix Pérez es citado: "Los homosexuales también somos hijos de la Revolución".
¿Qué pasa caballero? Nosotros, anélidos setentosos, la pura escoria del Mariel, lo peor, jamás hubiéramos dicho algo tan... tan anti-cheo. Y que sea dicho por un cacho de macho se comprende. A un ejemplar de macho cubano se le aflojan las rodillas como condición posible de su especie, ¡pero a un buen chacho'e maricón, con años de persecución y umapización encima, ¿hijo de la Revolución!?
¡Coño que madre más sadista!
¿Sabrá Félix que la primera ofensa que le salió de los labios al SUSO, por teléfono, con la máquina que le corrieron los muchachos del Vacilón de la mañana de Miami fue "Ma-ri-con-són"?
Comprendo la estrategia de "hacerte el hijo de..." para que te dejen reunirte. Pero Felixito, ese derecho no se da como quien da un permiso de matrimonio. Nadie puede dártelo porque es tuyo. Dicho culológicamente, "te cabe" TODO el DERECHO porque tienes culo, no porque te lo otorgue la mamá Revolución.
Lo peor es que Mariela Castro, hija de papá y mamá, directora del CENESEX, les comunica a las muchachitas que la creación de organizaciones de gays y lesbianas tendrá lugar... "cuando lleguen propuestas convincentes."
¿Y desde cuándo la linda hija de papá y mamá -sobrina del susodicho- determina qué y quién merece ser "convincente"?