De que pasa, pasa. Pero, como el ciego Osvaldo cantara "Quééééé pasará despues..." es lo que cuenta y no tanto el cuento del pase inmediato. La política es otro animal vivo y su clima presente se muestra (y demuestra) muy contaminado para garantizar salud de cualquier manera a largo plazo. "Veremos,-dijo el ciego- la tecnología del poder se encarga del asunto". Es un political ireality show, sin dudas. Con algo así (y pan) el imperio prosigue, flota.
Y pasó. De lo que pasrá después les debo los detalles. Soló sé que es preciso subir el picheo en materia de fé en el mejoramiento del culo humano. Más vale no preocuparse tanto por la proximidad de la reforma de salud con el socialismo como por evitar la recaída en la sinrazón: El socialismo es irreversible(al tragante las replicas de tercer orden latinoamericanas, que se deshacen en torpezas y que demasiado pronto dejan asomar la garrita elemental de las tiranias desacreditándolas en mucho menos que 50 años)no así el despotismo no-ilustrado reciente, el oscurantismo cívico de este capitalismo tardío norteamiricano. Los taimados monopolios trasmutan sin cesar, siguen detrás del baro, propician leyes que ponen el baro cada vez en menos manos y cada vez más manos en la generación y consumo de los valores que encarna el baro, manos mejor controladas por las secretas manos incontroladas en la cima de una pirámide cuya base en cada crisis ve temblar el suelo y el agua subiendo. Manos que inventan guerras contra demonios a los que han de chupar líquido negro para alimentar las máquinas que defenderán a la patria de nuevos demonios y a los patriotas que así se lo crean y pacten... Por ahora celebren la merecida pata los azules, mientras en la esquina roja -contra rojos- se trama el próximo escándalo organizado que de nuevo pondrá todo en juego: Un demócrata traficante de espinaca o bicéfalo sexual, un republicano hiperfilantrópico, alguna rareza comidilla de media... The show goes on, buen provecho.
De que pasa, pasa. Pero, como el ciego Osvaldo cantara "Quééééé pasará despues..." es lo que cuenta y no tanto el cuento del pase inmediato. La política es otro animal vivo y su clima presente se muestra (y demuestra) muy contaminado para garantizar salud de cualquier manera a largo plazo.
ResponderEliminar"Veremos,-dijo el ciego- la tecnología del poder se encarga del asunto".
Es un political ireality show, sin dudas. Con algo así (y pan) el imperio prosigue, flota.
Y pasó.
ResponderEliminarDe lo que pasrá después les debo los detalles.
Soló sé que es preciso subir el picheo en materia de fé en el mejoramiento del culo humano. Más vale no preocuparse tanto por la proximidad de la reforma de salud con el socialismo como por evitar la recaída en la sinrazón: El socialismo es irreversible(al tragante las replicas de tercer orden latinoamericanas, que se deshacen en torpezas y que demasiado pronto dejan asomar la garrita elemental de las tiranias desacreditándolas en mucho menos que 50 años)no así el despotismo no-ilustrado reciente, el oscurantismo cívico de este capitalismo tardío norteamiricano.
Los taimados monopolios trasmutan sin cesar, siguen detrás del baro, propician leyes que ponen el baro cada vez en menos manos y cada vez más manos en la generación y consumo de los valores que encarna el baro, manos mejor controladas por las secretas manos incontroladas en la cima de una pirámide cuya base en cada crisis ve temblar el suelo y el agua subiendo. Manos que inventan guerras contra demonios a los que han de chupar líquido negro para alimentar las máquinas que defenderán a la patria de nuevos demonios y a los patriotas que así se lo crean y pacten...
Por ahora celebren la merecida pata los azules, mientras en la esquina roja -contra rojos- se trama el próximo escándalo organizado que de nuevo pondrá todo en juego: Un demócrata traficante de espinaca o bicéfalo sexual, un republicano hiperfilantrópico, alguna rareza comidilla de media...
The show goes on, buen provecho.