Humor de Garrincha.
Y hablando del Garrix, y por eso de la crítica constructiva... si el humorista se deja llevar por la palabra, deberá tener cuidado que la imagen hable en delicado balance entre gesto e imaginación con prestidigitación y alevosía, como esta señora tira de arriba: ¡1,2,3 voilà!
Algo que Garrincha sabe muy bien. Pero la parole ¡ah, la palabra! enrreda la onda garrix-el-caos -ingenio del humorista-, no la ayudan ni los corsarios ni sus amiguitos en hojas voladoras. De nada vale la nostalgia en la isla solitaria:
Si el plan de la tira parte de la parole, el punctum -lo sabroso que mortifica del humor gráfico -eso que estimula al simpático- estará en función de lo más débil, pie forzado didáctico que fuerza la tira a volverse pujo letrado. Para probarlo: Charlot no necesita hablar para destornillar.
Touché!
Ahora bien, si de amor por la parole se tratara, el humorista entonces puede subir la parada y oscurecer aún más el mensaje, -eso sí, olvídate de punch line y lo que diga la gente- y entonces pasamos de humor a humo de metáfora, tira posmoderna, tira-y-encoge deconstructivista, que es como decir: A buen humor, navaja de Ockham.
Caramba Triff le diste la para a la lata.Con Garrincha.HLM
ResponderEliminarMuy bien. La obra de Garrincha merece esta mirada. Como también merece una difusión más amplia y en eso hay que ayudarlo.
ResponderEliminarBuena pincha la de Garrincha.
ResponderEliminarUn nuevo relato. Gracias.
ResponderEliminarhttp://losrelatosdemauricesparks.blogspot.com/2010/03/mensajes.html
Que bien y que bueno.
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