lunes, 22 de febrero de 2010
Pello el Afrokán - Mozambique
Con Pedro Izquierdo, aka Pello el Afrokán, el aparato cultural castrista iniciaría el viaje forzoso hacia la “proletarización”de la música. La estrategia era oponer la africanidad y la tercermundización a las fusiones naturales de las sonoridades isleñas con las últimas tendencias provenientes de Estados Unidos y Europa. Bajo el pretexto de hacer frente al “sometimiento imperialista” en la esfera de la cultura y acusando de burguesa, contrarrevolucionaria y elitista a cualquier expresión artística que se acercara al flujo regular de la modernidad cosmopolita, talentos como el de Pello fueron manipulados para entronizar directrices dogmáticas. El propósito era crear una música que cautivara a los sectores históricamente marginados, a la vez que se desplazaba los géneros más sofisticados o cuya evolución iba al unísono del acontecer internacional. Hoy día, adolescentes de aquella época revalorizan los aportes meramente rítmicos de Pello, pero en esos años mucha juventud le hizo rechazo. Como detalle curioso, nótese que la precipitación de los tiempos en la música de Pello, el vértigo y el fragor temperamental de la percusión desbroza, desde ya, los senderos hacia la futura timba. (JR)