Las blogueras cubanas están haciendo filosofía política de primera. Comparado con eso, el discurso castrista estalla como pompa de jabón.
Claudia Cadelo en Octavo Cerco:
Disentir no es pecado, criticar es constructivo, no estar de acuerdo es sano y, decirlo públicamente es –más allá de sentimentalismos y patriotismos– una responsabilidad ciudadana. Parte de los miedos a “la desunión” y a “la falta de prudencia” son males arrastrados con dolor desde la primera reunión del PCC a la que nuestros padres asistieron. Prudencia es lo que día a día levanta al cubano de su cama y lo lleva, libreta de abastecimiento en mano, a comprar el pan; prudencia son los malabares conceptuales que los artistas hacen para colarse en galerías y en las bienales; prudencia es jugar al gato y al ratón con la dictadura; es la doble moral, el oportunismo y el arribismo. Desunión es lo que se respira entre el pueblo y el gobierno. Lo demás –crítica y opinión– es tolerancia, civismo y estimulación para una sociedad civil aun en pañales.