viernes, 15 de enero de 2010
masas negras sobre el polvo blanco
om ulloa
imagen:emil alzamora
nieva, detrás de los cristales nieva y nieva... y sucede con esa indiferencia propia de la naturaleza. en quiebra sí, pero nos sigue dominando con su fuerza contundente, como madre al fin. aspiro y huelo el hielo seco que ha de ser resbaloso que desde la ventana vislumbro. el polvo blanco, sucio y denso me recuerda una vida entera fuera de lugar. y tú una naturaleza muerta empanizada de carne, untada de grasa, salpicada de sensaciones pero olvidada prematuramente en la página de un libro cerrado. es la voz de siempre, protestona. no le hago caso ni ella a mí. así convivimos en una cotidianidad asimétrica y moderna.
pongo el ipod en shuffle y de pronto la voz del beny me vocifera que "no hay tierra como la mía...". deduzco que tiene tanta razón, pero que ningún motivo ni argumento sería válido para justificarlo en este momento. aquí, detrás de las persianas siento el friecillo que se cuela por las grietas. son brisas del norte de la otra tierra, patria aún más. es enero de la segunda década del siglo 21, ¿qué te parece? y yo sigo aquí.
pasa el autobús y veo las cabezas negras de siluetas quietas bajo la luz blanca. corren los autos y trazan sus gomas diseños industriales en el asfalto espolvoreado. en la gasolinera de la esquina apenas hay coches y aun menos gente. la luz rojiza de sus letreros tiñe la nieve de un rosa pálido y las banderas izadas en el techo crean destellos entre farol y farol. "sabes, te voy a confesar algo", me dijo aquélla en una noche nevada de frío de enero mientras ponía un disco de bola de nieve en el "estéreo". se esparció la melodía con la rapidez de un disfrazado tú no sospechas... las emociones que se van desatando...". en aquel amplio espacio trinó el tren que pasó entonces chisporroteando por la ventana del oeste justo cuando el piano se entristeció un toque más que la voz del elegante Ignacio. y se hizo una pausa. fue la interminable interrupción. hubo lentitud y tardanza y todo lo demás se desencadenó demasiado rápido. sí, protesta la voz que ya es casi mía. hubo el mismo silencio de duración que continúa hoy allá fuera, en la calle. la nieve como grupo fónico y yo aquí dentro, el signo ortográfico que lo representa indefinidamente: pausa...
cambia una vez más la canción del ipod y yo-yo ma acaricia las cuerdas de
bodas de prata & quatro cantos. unas cuantas bodas de planta descuartizadas guardo en cada dedo anular, le digo a la escultura que me mira con sus achinados ojitos africanos. aliviada por la falta de respuesta me siento en la chaise lounge roja a imaginarme masas negras sobre la nieve blanca. porque tiene que haber contraste. se revuelcan revoltosas y dichosas, masas que no son sombras. porque aquí, en este momento, no se permiten las sombras. las masas tienen manos con guantes, pero están desnudas y son gordas con enormes dientes blancos y rostros casi azul prusia. después de mucho jaleo caen desechas en el polvo blanco esfumándose como líneas de coca sobre un espejo. me río, o nos reímos, todos los que habitamos la sala en penumbras de este presente continuo. sigue sonando la musiquita constante y cambiante. nada fijo; nada eterno; todo sigue su ritmo. como debe ser.
las masas tienen manos con guantes, pero están desnudas y son gordas con enormes dientes blancos y rostros casi azul prusia. después de mucho jaleo caen desechas en el polvo blanco esfumándose como líneas de coca sobre un espejo.
ResponderEliminarme piace molto.
so evocative an image se oye la musica se vive el momento
ResponderEliminarCien puntos para este texto. Perdón, mejor doscientos.
ResponderEliminarParece la antípoda de lo que pasa ahora mismo en la tierra de los zombies y las segundas revoluciones: Polvo blanco sobre (magras) masas negras.
ResponderEliminarQue frío. Parece que esté escrito en Technicolor y rodado cintematográficamente en letras mayúsculas.
ResponderEliminarFelicidades
Amílcar Barca
Pdta: Volver a oír a Bola de Nieve enfría el aburrimiento y permite aumentar la temperatura interior.
ay oommmmmuuu Toda una vida fuera de lugar con ese ojo critico y afilado tuyo, con tu melancolico fondo musical trasteando el alma. Llegas, om, llegas.
ResponderEliminar¿Lo ven? OM lo hizo otra vez. Me hechizas cada vez más con tus escritos. Penetras dentro de mi piel y me sienta muy bien.
ResponderEliminarELF
Me atrapas,me transportas y me dejas un poco de tu nostalgia, mejor dicho nuestra nostalgia, dejandome un agradable sabor y los deseos de continuar leyendo.
ResponderEliminarBuen comienzo
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