Interesante artículo de Miguel Fernández Díaz en Diario de Cuba sobre el emparentamiento fatal del Nuevo Herald:
Al darle la espalda a su periódico más rentable, McClatchy desaprovecha las oportunidades del mercado creciente de lectores y anunciantes hispanos en el sur de la Florida. Así, El Nuevo Herald no parece estar de vuelta al pesebre, como suplemento del Miami Herald, sino al borde de la tumba, arrastrado por su "primo corporativo" (¿o padrastro?).