Los días pasan y todo va volviendo a ser como antes. Yoani aun en muletas y Orlando que se niega a ir al médico, aun así las calles se van pareciendo de nuevo a las calles de mi ciudad. La Habana de los miedos solapados, de la pobreza que nadie quiere ver, de la policía reprimiendo y corrompiendo, de la seguridad gatuna, de la gente sin Fe, del arte decadente.
Tomado del blog Octavo Cerco.