Alfredo Triff
¿Qué otro deporte revolucionario combinaba el cogitabundo periplo peripatético del intelectual con el placer quasi-burgués de fumarse un buen puro? El juego ciencia emanaba dignidad intelectual europea y moderna -que como sabemos le resultaba algo incómoda al susodicho.2 Jugar ajedrez -"entre pinchos"- era una forma de combatir al enemigo desde la lógica, con un nivel de tolerancia que sólo puede encarnar un juego metafísico concebido en la India. Y sí, el ajedrez tuvo su dialéctica, su détente y su carrera armamentística, que culmina en el año 1972. El juego no sólo era para dos: podía discutirse en grupo, hasta incluso sugerirle una jugada al Suso,3 como en este caso:
Volvamos al año 1966: Se celebra en el hotel Habana Libre (entre el 23 de octubre y 20 de noviembre), la XVII Olimpiada Mundial de Ajedrez. Es un momento en que la Revolución necesitaba "masificar el juego ciencia".4 Asisten más de 300 ajedrecistas de 52 países, incluidos los "pesos completos" de la URSS: el entonces campeón mundial Tigran Petrosian, el genial e hipocondríaco Mijail Tal (ya en decadencia), Victor Korchnoi (cuatro veces ganador del Campeonato nacional de ajedrez en la URSS y fácilmente a la par con Spassky). Por Dinamarca competía mi admirado Bent Larsen (considerado a fines de los 60 como el tercer jugador del mundo, después de Fischer y Korchnoi), aunque la estrella del evento era el estadounidense Bobby Fischer, quien llegó a jugar con el susodicho: ¿Quién ganó la partida?
Las autoridades cubanas se tiraron por todo lo alto: Instalaron un tablero lumínico gigantesco que cubría casi 10 pisos de la fachada del hotel Habana Libre y que se veía desde la universidad, o por 23, hasta F. Fui testigo: Me llevaba mi vecino, Thomas Elber Williams, viejo fanático ajedrecista que vivía en el primer piso del edificio, con tres perros peludos infestados de pulgas y a quien le decíamos "el jamaiquino". Yo con 11 años era su único rival. El ermitaño de Williams vivía en Cuba desde fines de los años 40, a donde había llegado persiguiendo a una mulata cubana que lo dejó plantado por un blanquito burguesito del Vedado (historias estas que hacía en voz baja y ronca, acento inglés muy fuerte, mientras mascaba tabaco que luego escupía en el piso de la sala de su apartamento, lleno de manchas de esputo). Thomas, socialista de los viejos, se había convertido en una especie de desafecto para mediado de los 60, era sin duda un aficionado aventajado. Cada tarde después de la escuela bajaba a su casa. Jugábamos una partida o dos y luego nos íbamos al Habana Libre, al gran salón habilitado espefícifamente para la ocasión, en el mezzanine del hotel.
El olor a tabaco y café con esencias aleatorias de bocadito con jamón y queso y batido de vainilla, me llevaba automáticamente a mi película franco-italiana del momento: Fantomas (con música de Michael Magne). El ambiente se compartía entre turistas, criollos curiosos y fanáticos. Mientras Williams seguía con interés las partidas de Larsen, Korchnoi y por supuesto, Fischer, yo me perdía en mi propio reverie viviendo realidades paralelas: De lo real al sueño. Casualmente, frente al Habana Libre vivía mi dentista, el doctor Humberto Castellón. Una noche de brisa, después de un café con leche en su consultorio, salí al balcón que daba a la calle L y me perdí en los colores lumínicos de la pantalla gigante, moviéndose por los pisos de la fachada del hotel. Es una foto de la memoria.
Invierno gris, casi azul, el de esas semanas de la Olimpiada. Y rescato algunas melodías para reconstruir mejor el eje musical habanero del momento: L'amour est blue, por la orquesta de Paul Muriat, Otro amanecer de los Meme, La gente va llegando al baile de Pello el Afrokán o el disco de los perreros en La Habana.
Vengo de una familia de aficionados ajedrecistas. Los caciques de la tribu, varones orientales inmigrantes, casi todos de vocación socialista durante fines de los años 20 y los 30, le transmitieron a los varones de la segunda generación esa propensión ideológica del juego ciencia. Mi tío me contaba que jugar bien ajedrez había sido para ellos signo de victoria intelectual sobre las injusticias de la época, justo después de "Las vacas flacas". Mi padre también me decía que en el Instituto de La Habana se jugaba mucho (y que los del partido auténtico siempre perdían contra los del partido socialista).
Pero regresemos al invierno de 1966. Justo antes de concluir la olimpiada, Williams tuvo una complicación renal y terminó ingresado en el Calixto García. Yo me quedé cuidando los tres perros; apenas podía con la tarea encomendada. La casa había sido tomada por miles de pulgas, el olor a orine de los animales era insoportable. Si había algo allí que me traía gratos recuerdos era su juego de ajedrez: el amplio tablero hecho en España, las fichas torneadas al estilo neoclásico, cada pieza con la base cubierta de felpilla verde. Williams llegó muy mal del hospital. Flaquísimo y barbudo, apenas se le entendía lo que hablaba. Creo que me dijo un lunes, "quiero regalártelo". Lo acepté, pero esa noche me marché muy triste. Al día siguiente llegando del conservatorio, vi un tumulto de gente en el segundo piso. Se habían llevado a mi amigo que no regresaría. Magda, la presidenta del comité me comunicó con cara de sepelio: "al jamaiquino le dio un ataque al corazón".
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1Me atrevo a decir que esa fiebre ajedrecística institucional de la que hablo termina con la muerte de Ché y la posterior invasión a Checoslovakia por la URSS, así como el giro derechista del susodicho. 2 Desde 1961 en "Palabras a los intelectuales". 3Para sorpresa de los entendidos y deleite de los anfitriones, la selección cubana —compuesta por Eleazar Jiménez (capitán) y Eldis Cobo y Jesús Rodríguez, además de los entonces suplentes Silvino García y Hugo Santa Cruz, accedió a la final "A", en lo que las autoridades llamaron "honroso décimo cuarto puesto del torneo" ganado por la entonces Unión Soviética, seguida Estados Unidos y Hungría.
4Dato curioso, siempre supuse que la fiebre soviética con el ajedrez era obra de V. I. Lenin (los imagino a él y a Tzara jugando una partida en el portal de un café del Zurich neutral de 1917). Pero el verdadero artífice del ajedrez soviético es Ilyin Zhenevsky, cuadro del partido (comunista primero, y maestro de ajedrez después), quien convenció al partido de incluir dicho deporte en sus programas de formación ideológica. El número de jugadores soviéticos matriculados aumentó de 24,000 en 1924 a 150,000 en 1929 y 500,000 en 1934, récord que alentó al Estado a aumentar su apoyo por el ajedrez. De 1952 a 1969 todos los campeones mundiales fueron soviéticos.
Después de los 60, el campeonato entre Fischer y Spassky (1972) sacó la fiebre otra vez a la calle. Los dos campeonatos posteriores entre Karpov y Korchnoi, también. Y los dos entre Karpov y Kasparov fueron el no va más (con la perestroika en medio). Korchnoi, que se exilió en Suiza, no ha sido campeón del mundo pero ha tenido una vida muy interesante. Sobre él se hizo una película ¡que ganó un Oscar! Y hasta una opera rock. Sigue jugando todavía.
ResponderEliminarTriff: Bello post. Una pena que no viví nada de eso. Al menos puedo leerlo escrito por otros.
ResponderEliminarEstoy corriendo; pero me encanta tu comentario que volvere a leer con mas detenimiento. Soy un admirador de Lanser -mi apertura favorita es el P4AR, que era la que usaba Lanser- y del ajedrez en general.
ResponderEliminarHay una partida del Susodicho circulando por internet. A simple vista se puede ver que era un pesimo jugador y que lo dejaro ganar.
Saludos.
podriamos hacer un torneo de ajedrez entre bloggeros y comentaristas de los blog.
ResponderEliminarDe todos los artistas cubanos , yo soy el mejor ajedrecista.
ResponderEliminarExtrañaba este tipo de cosas en tumiami. Y que conste NO es que este detras de la nostalgia.
ResponderEliminarMi tio abuelo jugo contra Capablanca.
ResponderEliminarHola amigos, muy buena publicacion, mi hermano mayor jugo en una simultanea con el Che y dice que este tenia un terrible mal olor mezcla de tabaco y sudor como de no banarse en dias, es un recuerdo de la adolescencia de mi hermano que no lo ha podido abandonar. Saludos a todos.
ResponderEliminarRandal Fernandez.
Tremenda pesadez eso de Polanski en el puente, quien es el Trapiche ese, que mal gusto, evidente que no sabe quien es Polanski, seguro le gustan las peliculas de Leon Ichazo.
ResponderEliminarABAJO EL TRAPICHE...
Muy bueno lo de Nina Simone, los quiero a todos.
Randal Fernandez
VIVA POLANSKI....ABAJO MIDIALA LA RIDICULA DEL SOMBRERO.
ResponderEliminarPerdon amigos me he exaltado leyendo los comentarios contra Polanski en uno de los post anteriores, un saludo a todos nuevamente.
Randal Fernandez.
Se te nota la herencia socialista. Por casualidad, tus antepasados se dedicaban a crear empleos o todos mamaban de la teta del gobierno también?
ResponderEliminarLAS FOTOS ESTAN BUENISISMAS. TE QUEDO BUENO EL TIRO ALFREDO
ResponderEliminarIván, cierto. Viví esa fiebre en el pellejo. Y todos reproduciendo las partidas (secretamente por el judío jodío).
ResponderEliminarGracias, Feminista y Ernesto.
Ahmed eso (cubanamente) te hace ni buen artista ni buen ajedrecista. LOL.
Bienvenido, Randal. Pero Trapiche es buen socio. Tiene una estética jodedora.
Abraxos a los amigos y buenos deseos a los enemigos.
Alfredo: Gracias por ese post que parece una "time capsule". Pensé siempre que la fiebre ajedrecística cubana era la conjunción del deseo de reclamar al Capa para "el proceso", el entusiamo guevariano por el juego y una dosis de mimetismo todo lo soviético.
ResponderEliminarAl margen, a proncipios de los años 80, cuando estudiaba Cibernética en la Universidad de La Habana, frecuentaba nuestras clases de álgebra, análisis matemático y ecuaciones diferenciales un señor mayor jamaiquino a quien llamaban Thomas. ¿Sería el mismo personaje? Saludos,
Tersites
Deberian violar a Polanski, a Ahmed y a Randal.
ResponderEliminarAT, Por que no hablas de Capablanca? Claro, como no fue un sovietico pa'que mencionarlo. Menos todavia por no ser un comunista, solo un cubano durante la real Republica, y mucho antes del hijo de gran puta barbudo que destruyo la isla de cuba, donde tu debes de estar.
ResponderEliminarJaque Mate
José Raúl Capablanca y Graupera
ResponderEliminarNacio en La Habana, 19 de noviembre de 1888 y murio en Nueva York, 8 de marzo de 1942.
Fue un ajedrecista cubano, campeón mundial de ajedrez de 1921 a 1927. Por su genio precoz, fue apodado "el Mozart del ajedrez"; por el aura de invencibilidad en su época dorada se le llamó "la máquina del ajedrez".
Jaque Mate
...y mucho antes del hijo de gran puta barbudo que destruyo la isla de cuba, donde tu debes de estar.
ResponderEliminar¿Debo... como en "Exigencia u obligación de una persona debida a algún precepto religioso, natural o humano"? Jaque: Nada me obliga a residir en la finca del Suso. En mi juventud, siempre fui buen cacho de anélido. Pasa la página y aborda otro tema.
La verdad es que hace rato no se ponia un tema tan bueno. Te puedop decir Alfredo, que mantuve muy buena amistad con el Maestro Silvino Garcia. Lo conoci cuando juntos hicimos todo el papeleo para formar el ISLA (Instituto Latinoamericano de Ajedrez)Quisimos hacer una ONG y el final fue un Instituto directamente adscripto al Consejo de Ministros. Se creo un libro que hoy dia es el Manual de Pedagogia del Ajedrez de la llamada Zona 8 (America Latina).
ResponderEliminarEs curioso como "El Susodicho" capitalizo esta corriente ajedrecistica, porque el componente psicologico de la "agresividad" en el ajedrez y del exito de los cubanos radica en la percepcion extendida de que "somos los mejores" y que "tenemos que ganar". Es cierto que la muerte del Che cerro una epoca y Silvino como talento ajedrecistico sufrio la 'incomprension" de los funcionarios del gobierno que "atendian" el ajedrez ya lo identificaron siempre como un problematico formado por el Che (su gran protector). Los Maestros de Ajedrez babalaos son otro aparte y en general la disidencia es lo que mas caracteriza a ese complejo grupo de "deportistas". Te la sacaste del sombrero Alfre, gracias.
EL ICONOCLASTA (Sergio Comas)
Gracias, Sergio. Por más que dediga el espíritu del Suso no se avenía al ajedrez. Demasiada flema para un corazón demasiado impaciente.
ResponderEliminarHace falta otra tanda de puros con ron como aquella en el CCE, pero ahora para hablar, largo, de ajedrez.
AT,
ResponderEliminarDe la manera que escribes, todavia parece que vives en una Cuba sovietica. Al leer tu articulo, me recordo de una mañana, yo sentado en mi sillon en el balcon, a finales de los 70's, en La Habana, oyende el radio, mientras que leia los elogios publicados en Granma. Todavia me recuerdo de la peste que subia desde el subterraneo, al ver los rusos camindo por las calles. Vestidos con sus diferentes camisas, indicando sus ranges oficiailistas, ellos con sus codificados uniformes, ellos mismos si eran los dueños de toda Cuba.
Jaque Mate
De la manera que escribes, todavia parece que vives en una Cuba sovietica.
ResponderEliminarEso hablaría bien de la forma de mi pieza, no así de tu coja inferencia.
... ellos con sus codificados uniformes, ellos mismos si eran los dueños de toda Cuba.
Jaque, por eso nos fuimos de la finca. Pero que mi pieza te traiga esos malos recuerdos no tiene nada que ver con mi intención. Te deseo una rápida recuperación.
Tienes un balcon como los de Cuba donde vives? Si quieres, cuando pase por Miami, podemos jugar un juego de ajedrez. Mi tio abuelo jugo varias veces con Capablanca, no gano, pero nunca se le olvido.
ResponderEliminarJaque Mate
Triff: Me parece comprender a esos lectores preocupados que quieren ver fantasmas en cada foto del pasado como tú le dices "del susodicho". Si bien tu post de la ajedrez en Cuba estremece la memoria, también puede alertrnos del peligro presente a cada momento, en cualquier parte de volver a caer en la misma pesadilla. Pero por favor, si seguimos buscando brujas, no le echemos ahora la culpa al ajedrez de que los rusos la hayan jugado tan bien.
ResponderEliminarQuizas, puedo quedarme unas noches tambien en tu residencia para ejercer este bello arte de ajedrez. Donde resido ahora, nadie juega.
ResponderEliminarJaque Mate
Socio, el unico juego de ajedrez que existe en Miami, es cuando montas tu coche, y tratas de manejar sin chocar en el Palmetto.
ResponderEliminarManejacon Cuidado
Gracias, Tersites y bienvenido. No, este Williams era otro.
ResponderEliminarRay Williams, a sus doce, acaba de ganar una simultanea de 100 tableros en la sala Bacardi en La Habana, categoria 13-14. Ha regresado a Madruga y derrotado al maestro del pueblito para no jugar "nuca mas", dice. Y piensa seriamente ser bombero, segunda base, mago tal vez...Le debo una partida y una pelicula de Takeshi Kitano para fines de diciembre.
ResponderEliminarUn post de oro para otro post de oro, A.T, Ivan.
AT, felicidades por la joyita dominical. He disfrutado la historia y que quede claro que soy un mediocre del tablero.
ResponderEliminarhttp://chiquitamala.blogspot.com/2009/10/pataita.html OTRO JUEGO MUY SALUDABLE PARA DESCATRIZRCE
ResponderEliminarDe velda que ta bueno. HLM
ResponderEliminarY si no preguntenle a Cuenca que me vino con su parafrenaria duchampeana y lo retire para siempre del tablero...
ResponderEliminarHay que reconocer que depues de la apertura del 59 , el medio juego de los 80 ,y los peones errantes de los 90 , al fifo no le dieron su jaque mate.
ResponderEliminarABAJO EL TRAPICHE...so? yo no soy fiscal
ResponderEliminarMira!, yo pensaba que "El Iconoclasta" era otro, me habian dicho que habia cierto pintorcillo en NY que llevava ese nombre.
ResponderEliminarEn la Valdez Rodriguez que despues se convirtio en una escuela de deportes, donde yo practicaba Gimnasia Ritmica en 3rd grade, se estudiaba tambien ajedrez desde 1er grado.
ResponderEliminarAlfred E'plicate esto!
"yo me perdía en mi propio reverie viviendo realidades paralelas: De lo real al sueño."
Asi me gustan los posts a mi, hay algo sobre los cuentos de la infancia de transparencia y serenidad. Un lugar sin lugar para ataques sin piedad. Beautiful, beautiful. Thanks
ResponderEliminarUn texto rememorador para mí. Con Felongo, mi viejo, en el balcón de esas memorias. Con él aprendí a jugar, y ya en ese año 1966, analizábamos juntos las partidas interesantes de la Olimpiada. La partida que se cita entre Fischer y el Susodicho, la ganó este último porque, obviamente, el Bobby le dejó ganar. Yo era un fan del americano, aunque como Alfredo le profesaba una gran simpatía a Larsen, cuya visión del juego ciencia estaba llena de frescura. Para mí, Larsen le imprimió -para decirlo de alguna manera - un aire beat a la zona de juego en el ajedrez. Permítanme recordar un nombre que poco se menciona y que es paradigma caribeño del ajedrecista aguerrido, me refiero a Rogelio Ortega, el negro relegado que había ganado dos campeonatos nacionales y en uno de ellos con ¡21 victorias en 24 partidas! Finalizo citando a una de los más brillantes ajedrecistas que he conocido -además de virtuoso en el violín- y quien es mi ídolo en el juego ciencia: el talentoso, versátil y sempiterno maestro de la lógica, Sir Sherlock Holmes.
ResponderEliminarJR, sera que Boby lo dejo ganar o que le recordaron, ...ya sabes, si no lo dejas ganar...de aqui no sales...y al pesca'o le bien aconsejo su buena mente logica? Algo por el estilo de que aquella batalla se perdia al principio y se ganaba a la larga.
ResponderEliminarHey! Alfre, lindo y agudo análisis de la meta-tranca del suso, el caballo, desde el ajedrez como espejo . Llegué tarde, pero he disfrutado/aprendido mucho leyéndolo e incluyo los comentarios. Gracias!!
ResponderEliminarJ-Si
Gracias, Juan-Sí.
ResponderEliminarI will not acquiesce in on it. I think nice post. Especially the designation attracted me to read the unscathed story.
ResponderEliminarGenial fill someone in on and this fill someone in on helped me alot in my college assignement. Thank you seeking your information.
ResponderEliminarWell I assent to but I contemplate the brief should prepare more info then it has.
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