
Rosie Inguanzo
1. Nuestro lindo apartamentico se ha devaluado miserablemente, debido en parte a las gestiones ladinas del banco que nos dio el préstamo: Bank of America. Y una trata de trepar el cerco burocrático a ver si nos bajan los intereses que pagamos en base al costo original inflado. Vejados por las pérdidas, la selva urbana nos traga, el salvaje con corbata nos devora, y yo soy yo y mi circunstancia. Antropofagia simbólica, atávica (que en un principio me inocularon en la eucaristía) y que en la situación económica actual encarna el tiburón ejecutivo. Sujeto sin remilgos que mediatiza mi paso por el mundo, nueva forma de canibalismo -abstracciones de la modernidad: tarjetas de crédito, deudas, posesiones dudosas como valor supremo. 2. En el mundo animal, Darwin por el piso. Hoy por hoy ni la supervivencia del más apto depende del éxito reproductivo. Veo en Youtube que mientras el gorila más fuerte y bello pelea por la supremacía, otro flaco y desgarbado, de apariencia enfermiza, goza la hembra en celo. Éxito reproductivo tuvo mi abuela muy a principios del siglo XX, con sus trece hijos y doce abortos (entre accidentales y buscados), y no yo que probablemente nunca tendré un hijo aterrorizada por mi circunstancia. Mi “oficio de cabo de raza” no da para más: mis hijos son abstracciones poéticas: libros, personajes, performances, proyectos. Queda la ironía del desencanto (que es fuente de poesía), sobrevivir al pensamiento salvaje, y un halo de tristeza. Mientras saboreo el garnacha, medito: el atavismo social no logra borrar que en el fondo sigo siendo una realidad primitiva: el espejo me devuelve esa constancia de la bestia, ese animal feroz que me desgarra. Entre-varada: el impulso genital sublimado en el amor. Por eso creo tótem propio, recompongo la máscara ritual desacralizada por la (in)civilización, des-cubro una pictografía espiritual en mis performances -juegos con el tiempo fuera del tiempo, tiempo mítico -para bandear los monstruos de la razón. Escribo el peor miedo para que no pase. Y me digo que el propósito de la vida es jugar: homo ludems con la cabeza encandilada.