"El Ciro" y su trova/trash para "imbéciles"

Alfredo Triff

Dense una vuelta por El auditorio imbécil de "El Ciro". Este artista de video, cantante/performer, jodedor/conceptualista/comediante cubiche, se vale de la plataforma You Tube para brindarnos un híbrido refrescante -y alante- desde la isla aislada. A primera vista resalta cierto leitmotif que "El Ciro" desarrolla sistemáticamente: un estribillo que se repite, o una frase que se torna en semi-canción. El punch está en la manera ciroísta de proyectar el mensaje. Lo cierto es que en el país irrisorio, Ciro no se toma en serio. La cosa ya no es "protestar"¹, como los trovadores setentosos de "la nueva", sino todo lo opuesto (la onda de "El Ciro" puede verse como anti-protesta). Se trata de otra onda: trova-trash urbana cínico/absurdista.

El arte "trash" urbano/quasi punk de "El Ciro" es resultado de cinco décadas ininterumpidas de forro. Vean a "El Ciro" sentado en un sillón, portando sombrero, cerca de su consabido transportation con las botas encaramadas en el otoman, exhibiendo actitud trova/trash, ridiculizando la práctica trovadora setentosa/declarativa y protestosa/proto-segurosa de antaño, que se le pegó a cuanto cantante nuevo-trovadoresco se montaba en tarima con una guitarrita.² Ahí están los temas nuevo-trovadorescos: el amor del papirriqui, el heroísmo revolucionario y su secuela existencial. "El Ciro" lanza los acordes con despecho quasi-anarquista-cansado-de-la-vida. ¿La seriedad? Déjenle eso al susodicho. Poesía es tan -o más- subversiva que el "No coma Ud. tanta pinga"...³





El complejo de persecución (fenómeno que yo imaginaba particularmente imbíbito a mi generación setentosa) vuelve a la carga. Ciro interpreta dos personajes: el miedoso y el escéptico depechado: "Y a mi que pinga me importa", concluye "El Ciro". En Soy sólo título, el video funciona como mudo aviso conceptual:



"El Ciro" se caga en todo, hasta en su propio arte. Lo prueba "El arte y su mierda conceptual" (que haría orgulloso a Piero Manzoni). Con dos simples acordes, "El Ciro" nos regala su letanía: cantinela anarquista con la que se hace el harakiri: "Que mierdera es mi canción"…



Si bien la histórica, la constitucional, la empresarial Nueva Trova estaba llamada a despertarnos del letargo de la explotación-del-hombre-por-el-hombre, la trova/trash de "El Ciro" se exige mucho menos: deleitar a los imbéciles, es decir, la mayoría de la humanidad (con "El Ciro", me incluyo entre ellos).
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¹Después de tantos años, la protesta institucionalista sesentosa de los Silvios y Pablos, se me antoja hipocritona. Resulta que eran renglón revolucionario de exportación, consumo externo para las ERP, OSPAAL, Tupamaros y otros, pero "la canción protesta" era "sorda" ante los problemas del patio: la protesta civil -contrarrevolucionaria la llamaban- aplastada por la bota castrista). ²Esa trova declarativa setentosa/segurosa tiene un equivalente en el estilo de la escuela cubana de actuación, donde el actor siempre está "montao" con cierto espíritu tercermundista que no le permite ser él, sino una especie de profesor de marxismo. ³Prefiero la carcajada cínica al grito convencido. El segundo es demasiado engagé para mi gusto.