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Reflexión de Alen Lauzán
Alfredo Triff
Video: Ramón Williams
¿Quién soy? Se pregunta Breton en el primer párrafo de L’Amour Fou. Estaba claro el surrealista. La pregunta nos lleva a un viaje de adentro hacia afuera. No soy yo sino “los nuestros”, los de este lado, defensores de la verdad. En nuestro caso, se trata de una labor persistente directamente proporcional a la vida del susodicho: centro mágico simpático-patético de nuestro teje-maneje. Volviendo a la pregunta ontológica: Das por sentado que la especie social cubensis tuvo un momento de transparencia histórica que llamas res-publica (redención social casi siempre bajo dictadura o coup d'état). Modelo castrado político muy nuestro -a mucho orgullo- y por si las moscas, siempre tienes algún abuelo español perdido por ahí que lo pruebe. TODO ESO LO OLVIDASTE. Sin embargo, las grietas de la historia no tardan en dejar salir el olor nauseabundo del FORRO. Y el oficialismo de ambos lados bombardea con la misma píldora binaria: Bueno/malo, opresión/libertad, democracia/tiranía, unidad/división; como si todo eso no hubiese existido antes del Spaltung. Por momentos intuyes que algo no funciona, que algo mayombe de nuestra esencia se agota en cada nueva firma, cada nueva denuncia, cada nuevo pataleo exiliado. Por momentos intuyes que hay “demasiado de allá acá”. Está dado en la misma “estrategia de lucha”, el chanchullo, lo “obsesivo-compulsivo” del tono, o acaso el despecho con que algunos proceristas describen su propia amargura ante cierta realidad. Es entonces que te iluminas con la duda, es entonces que comprendes que Freud era un cínico, que incluso el sicoanálisis es otra forma de lavado de cerebro. Que necesitas un poco de tiempo para hacerte preguntas duras, para fregarte los sesos y tratar de poder pensar por ti mismo. Mientras, prefieres escuchar la voz sensata de alguien que (hasta ahora) parece no responder a interés alguno. Dudar hasta de ti. Tu nuevo lema visual: WARNING.
Mais si tu crois un jour que tu m'aimes/Ne crois pas que tes souvenirs me gênent/Et cours, cours jusqu'à perdre haleine/Viens me retrouver/Si tu crois un jour que tu m'aimes/Et si ce jour-là tu as de la peine/A trouver où tous ces chemins te mènent/Viens me retrouver/Si le dégoût de la vie vient en toi/Si la paresse de la vie/S'installe en toi/Pense à moi/Pense à moi.
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Message Personnel es la canción de un álbum exquisitamente galo. Música de época cinemática coproducción franco-italiana, de narrativa novelada, llevada sobre los pedales de cuerda ampulosos (orquestados por el legendario Michel Bernholc). La Hardy se encarna as sí misma. No la chica-yeyé de los 60, sino la amante ofrendada y taciturna, que nos cuenta de su amor a nosotros, testigos citadinos. Ella lo sabe: La voz al otro lado del teléfono suplanta la carta decimonónica (menos explicativa e imaginativa, más personal, burda y directa), esa que nos inspira temor y deseo. Al fin y al cabo no es más que otro romance –especula Hardy cartesianamente-, repetido en tantas películas y canciones de la modernidad. ¿Qué es amar? Dudar, vivir en el subjuntivo (debería hablarle, pero tengo miedo que no me escuche). El mensaje que sigue, ahora cantado por la bella chanteuse representa la síntesis de la chanson francesa, su origen en el trobar. Así lo sugiere Ezra Pound en su Canto VII: The house too thick, the paintings a shade too oiled. And the great domed head, con gli occhi onesti e tardi/ Moves before me, phantom with weighted motion,/ Grave incessu, drinking the tone of things,/ And the old voice lifts itself/ weaving an endless sentence.
Algo nuevo en el blog Iván de la Nuez: Como en la eterna novela de Orwell, que sobrepasa los desmanes del stalinismo y estira sus parábolas hasta el presente, los cerdos lo han dejado muy claro: todo bicho que camina sobre dos patas es enemigo (...) ¿Qué nos dejará la actual epidemia? En estas jornadas -sin Salud, Dinero ni Amor-, no es difícil imaginar que los actos de histeria estatal y privada -otra vuelta de tuerca para afianzar la retención y la sospecha como norma política- provocarán alguna película o libro o serie fotográfica.