martes, 17 de febrero de 2009
Dios auténtico te acoge en su cielo
Ramón Williams
Ilustración del autor
Si digo “sangras”, tú sangras. Densos hilos rojos te cruzan los labios con obediencia literaria pero no sientes dolor. Soplo en tu cara con viento norte, seco la sangre, te anestesio. En la bahía rizos de mar se alzan y salpican la Avenida del Puerto. Una brisa súbita cunde y se desborda sobre la ciudad dormida donde mis pasos marchan. Las páginas vuelan dispersas, los bárbaros de azul te sueltan y las persiguen como a pálidas mariposas de marzo. Amanece con cielo de plata. Desde el piso del auto me ves surgir en la mañana. No te moverás de ahí, ni lo piensas. Tu madre viene prendida de mi brazo, no pudiera concebir que la traiga a ver tu muerte. Sabes cuánto pudiera hacerla temblar entre sábanas purpúreas con sólo pensarlo. Mis ojos de camaleón despreciado por las tierras de las tumbas pueden ver tus pupilas dilatarse a cien yardas. No te importa lo que pienso, tienes un plan. Si no, cómo entiendo que no te inquietas ahora que te llegó la hora. Me miras como a través de una pantalla de TV que se apaga, un túnel tapiándose contigo adentro, un catalejo que mis manos hacen girar en tu mente. La puerta del auto se cierra con la lentitud del amanecer. Mis bárbaros vuelven al auto con las manos vacías y los trajes cubiertos de un polvo blanco. Ellos no te encuentran y me preguntan qué ha sido de ti. Tu madre no comprende nada, logro confundirla con palabras sobre El enemigo y el hambre de los pueblos sin trasmitirle mi propio asombro, la dejaré volver a casa. Los bárbaros dan vueltas en torno al auto y me juran que las páginas también volaron. Les creo, los calmo. No les cuento que tampoco yo te encuentro. No verán mis nervios. “Siempre hay con quién llenar los barcos”, los consuelo y ordeno olvidar el caso. Volverán a la estación luego de llevar a tu madre a su casa, que es mi casa. Atravieso la avenida y llego al malecón. Miro el mar sin ti. Dibujo con mis dedos sobre la piedra, conjuro a los maestros invisibles y ellos me hablan desde la espuma en las rocas: Estás allí, en algún lugar del darse cuenta donde a todo esclavo le llega un premio supremo de libertad: La desaparición absoluta. Nadie me asegura que un Dios auténtico te acoge en su cielo. Sólo sé que usted respira fuera de mis manos y que hasta lo eterno diera por vencer el miedo de seguirlo a usted.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
Volao como siempre, broder Ramón. Limpia prosa, elaborada pero sin artificios relumbrantes ni pacotilla de marca.
Apretaste con ese final de bolero en paráfrasis.
Creo que aquí hay otro material interesante para la Editorial Blue Bird. Heribertoooooo
Ramon Williams, esta muy bueno tu arte tambien. Es conmovedor escribir aqui como si estuvieramos en Cuba. Porque no acabamos de irnos, cantamos los sentimental...Meme Solis
Atravieso la avenida y llego al malecón. Miro el mar sin ti. Dibujo con mis dedos sobre la piedra, conjuro a los maestros invisibles y ellos me hablan desde la espuma en las rocas: Estás allí, en algún lugar del darse cuenta donde a todo esclavo le llega un premio supremo de libertad: La desaparición absoluta.
Bello párrafo.
"Ten will get you Twenty" is a scam, people. Wise up!
Nilo, te quiero!
Desde las márgenes del río, Nilo, felicidades.
Hey!! Ramón, me gusto mucho lo que pude ver de tu show en los Lirios. Cómo siempre ha sido un placer leerte de nuevo. Un abrazo.
R.L.R, como siempre, tu lectura mejora esta novela.¿Heriberto?
Anónimo, la escribí en Cuba, unos quince años ha...
Cantemos Lo sentimental porque sí y donde nos enganche el sentimiento.
Gracias, A.T. Me costo cerrar.
Nos queremos,inkieta.
A los márgenes del Hudson saludan los meollos del Nilo.
J-Sí,todo un estímulo tu asistencia virtual a mis apariciones, gracias.
Cuiden la legitimidad de las inmersiones.
Las buenas noches, las gracias.
El Comité Central del Partido Comunista de Cuba anuncia que de aprobarse la enmienda constitucional, la dieta de todos los Cubanos será AJO y AGUA:
AJOderse Y AGUAntarse.
Publicar un comentario