sábado, 28 de febrero de 2009

¡Hasta Buffett jodido?


Sí. Y para que el gran inversionista confiese: "He comido mucha mierda este año"...

Dinner at Eight



Dinner at Eight de George Cukor es una película para estos tiempos: La cena fabricada precisamente para estimular una inversión prometedora en Wall Street en tiempos de vacas flacas. Microcosmo del Gran Crack/29 nos viene de perilla a nuestra DEPRE económica actual (los acordes sombríos de la música de William Axt al principio del film no dejan duda alguna). Desconecte total de los ricos con la circunstancia: el ex-CEO al borde de bancarrota, la fastuosidad vacía de su mujer que no puede comprender que se viró la tortilla. El edificio de las apariencias se desfleca. La coletilla hiperbólico/moderna de la Harlow: "la máquina está substituyendo al hombre" del año 33 puede sustituirse con "la globalización es la causante de la crisis", en 2009. La película (pre-Code) anuncia un profundo cambio generacional e ideológico: del cine silente al talkie, de la pesadilla republicana de Hoover (con su ley seca) a la esperanza demócrata de Franklin D. Roosevelt. ¿Coincidencias? Además está el buen arte. ¿En qué otra película puede uno disfrutar de los hermanos Barrymore, bola-de-humo Harlow, Marie Dressler y Billie Burke al mismo tiempo?

Tecnología hiperbólica


Amazon apretó con su tableta de lectura de 10 onzas Kindle* (con capacidad para 1,500 libros). Kindle salió con voz robótica para lectores ¡vagos? (en América se usa el audiobook con las voces de los famosos). ¿Y quién necesita una voz robótica que te lea un libro?
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Se suponía que no hubiese biblión sin thekes. ¿Puede haber una biblioteca benjaminiana portátil? Empacar mis libros antes de cada mudanza... lo táctil y teatral, lo gutengberianamente voluminoso y premoderno del tradicional liber membranoso y apaginado.

la depre

El artículo de Peter Goodman en el NYTimes pinta un cuadro sombrío: La economía se encoje al 6.2%, con 10.5% de desempleo para 2011, los precios de bienes raíces cayendo otro 20% por encima del 27% anterior. De acuerdo a Goodman, Bernanke chairman del Fed, está hablando basura habciéndose el optimista). Se cita al economista Alan D. Levenson, jefe de T. Rowe Price en Boston: chief economist at T. Rowe Price in BaltimoreMr. Levenson noted la economía está tan débil que está ahogando la demanda de productos y servicios antes que el paquete de estímulo de $787,000 millones haga efecto.

viernes, 27 de febrero de 2009

Como una papaya ramonalejandrina



Jesús Rosado

Metástasis de mujer en garganta masculina. Así se escucha este Pianti Sospiri de Vivaldi intepretado por Philippe Jaroussky y su Ensemble Artaserse. Jaroussky es el ángel pervertido del género operático en Francia. Un talento que se ha ganado todos los galardones cultos y el aplauso difícil de los críticos. ¿Qué cómo calificarle? Contratenor, sopranista, mezzosoprano, vaya usted a saber… Lo cierto es que sus cuerdas vocales son tan delicadas que duelen. Y tras la elaborada dulzura se mueve un timbre veladamente viril, aunque en verdad el sexo sobra. Esta es una voz que como el más sofisticado empaste sobre una tela, puede lograr desconcierto por la bravura del color. Hay tesituras en el canto que casi se palpan como la masa granulosa de la nectarina. O mejor: como la pulpa de una papaya ramonalejandrina.

El intríngulis o tiquismiquis detrás de todo

Ramón Alejandro

Ahora me dice Viriato que en la estación de las Abadesas solamente existe una escalera caracol y no dos como yo le dije cuando le conté mi percance ese día en que no encontraba la salida a la calle, pero como no quiero volverme loco, por nada del mundo voy a verificar ese dato aunque esa estación me quede a dos manzanas de mi casa. Que una cosa es la topografía y la arquitectura, el urbanismo y la ciencia, y otra cosa es la literatura. El caso es que yo me tuve que mandar ese cojonal de escalones giratorios dos veces, bajándolos y volviéndolos a subir por gusto porque aunque desde un principio yo estuve cerca de la salida, lo que me sucedió fue que al querer salir lo que realmente hice fue volver a entrar de nuevo. Porque con los sesenta cinco años que ya tengo cumplidos a lo mejor ya me están fallando las neuronas, cuando sin embargo las piernas se mantienen mucho mejor que ellas. Que la gente dice por ahí que cuando uno no tiene cabeza es necesario tener buenos pies. Catherine me repetía muy a menudo el provervio francés que dice que lo excelente es lo contrario de lo suficiente. Le mieux est l’ennemi du bien, me decía con esa voz aterciopelada que parecía llegar a mis embelesados oídos como a través de un filtro de fieltro. Tenía una voz velada que me sedujo desde el día en que nos encontramos en casa de Fernand Firoulet el día que cumplió sus veintitrés años. A veces cuando yo me enrollaba en una pintura más allá de lo razonable y cogía una lucha que me quitaba el sosiego durante semanas enteras tratando de perfilar precisamente el dibujo de alguna compleja maquinaria de las que por ese tiempo inventaba, y me empecinaba insistiendo de nuevo, borrando cada intento precedente que descartaba como fallido, para volver recomenzar de nuevo incesantemente buscando en mi inquietud febril la solución más excelente y espectacular de ese andamiaje de palos ensamblados que constituía el tema de mis pinturas durante la década de los años setenta, ella me venía a desviar de mi obsesión con esa dulce cantilena: Le mieux est l’ennemi du bien. Como una sirena tentadora que trata que Ulises se desanude las gruesas sogas con las que sus marinos lo amarraron al mástil de su navío. O como Circe y Calipso intentando que se olvidara de Penélope. O como Antígona Le Yaouanc diciéndome que no tengo porqué contar las punticas de cada penca del penacho del cocotero que veo por los binoculares de su aparato de reeducación de los músculos oculares. Y mucho menos ponerme a especular sobre el posible significado que pudiera tener el número de ellas que hay en cada penca. O Si hay cábala o alcabala, intríngulis o tiquismiquis detrás de todo aquello que veo forzándo mi visión hasta más allá de las posibilidades que su soporte muscular tiene asignado. Preocupándome por saber si la relación entre las que están a derecha tienen con las que están a la izquierda del eje del cocotero está regida por una simetría o proporción especial que esconda un sentido oculto. Tratando de evitar la hipótesis de que todos esos detalles no tengan simplemente ningún sentido, que sean solamente un dibujito destinado a llevar a cabo algunos ejercicios de calistenia ocular para poder manejar sin innecesario cansancio el globo ocular. Evitando la tensión superflua que yo le inflijo a mis ojos con mis exigencias absurdas. Y me doy cuenta que yo lo que busco es descollar viendo mejor que nadie. Que quiero volver a ver tan infinitesimalmente como aquella vez que me anestesiaron para operarme de la apéndice.
Que vi las apariencias disolverse en sus átomos constitutivos girabando vertiginosamente en torno al núcleo de sus moléculas. Que en el fondo yo quisiera ver así con esa penetración sobrehumana cada instante de mi existencia. Y que eso no es solamente imposible, sino que no tiene ningún sentido, porque simplemente no es necesario. Pero eso es un pensamiento de mujer. Como Circe, Calipso, Catherine y la misma Antígona Le Yaouanc. Que yo tengo algo de varón a pesar de gustarme tanto los otros varones y de gozar como una yegua sirviéndoles de mujer. Si tú me la movietunes, y a mí se me paramount, yo te la metrogoldwinmayer por el cénturyfox de la columbiapictures, era lo que me decía irónicamente Héctor cuando me iba llevando hacia aquella casa desocupada junto a la Ceiba colosal de mediados de la cuadra de la calle Cortina entre Vistalegre y Cármen. Porque lo mío es esa aspiración descabellada a ver mejor que los demás. Que no me conformo con ser como cualquier hijo de vecino, porque como soy maricón, tengo que compensar esa desventaja llegando a cualquier excelencia que sea. Que es muy natural que quien se siente menos quiera aparentar ser más. Que eso sí que es lo propio de cualquier hijo de vecino. Que lo que caracteriza más típicamente a un hijo de vecino es justamente eso mismo, que no quiere ser como todo hijo de vecino y busca desesperadamente la excelencia. Porque al fin y al cabo todo individuo se siente inferior a sus supuestos pares y se despepita por sobrepasarlos en algo, y finalmente a un precio exagerado a veces lo logra. En fin, que logré pintar mejor que mi pobre Tío Pepe, y hasta mejor que mi abuelo, y de la pintura de mi bisabuelo no puedo juzgar porque nunca vi una en toda mi vida aunque me decía mi abuelo que su padre también había sido pintor y que por eso el firmaba sus pinturas con el apellido de su padre.

Amores en emergencia

............. de Wendy Guerra en El Mundo:

Amor y Bilocalidad son dos deidades rivales imposibles de complacer por mucho tiempo. Al final habrá que elegir. Los que llegaron a nuestras vidas fragmentadas cuando todo parecía perdido nos reinventaron. ¿Era a ellos a quienes siempre buscamos sin darnos cuenta? Los que se fueron cuando todo nos parecía eterno, siguen aquí dentro en esa infinitud que nos conserva adolescentes. Están en nuestras fotos y en nuestras mejores leyendas. Pero junto a nuestros Amores en Emergencia, envejecemos y compartimos los pequeños espacios de la incertidumbre diaria. Son ellos quienes cada diciembre preparan con nosotros una cena y hasta un Pin-Pan-Pún en la sala para hospedar a los que una vez se fueron y hoy no pueden ser nuestro pasado.

jueves, 26 de febrero de 2009

H(y)p(n)o(d)e(l)i(c)



¿El conejo? La nueva ternera (el cerdo el otro pollo, el avestruz el otro cerdo). ¿Aborrecer el capitalismo? Nos hemos condenado a una inmersión de por vida en lo arbitrario. De vuelta de Barcelona: MIA: en el mostrador de facturación, orquídeas –posiblemente carnívoras– nos dan la bienvenida. La crisis financiera, coyuntura irreversible, detrito para los pobres del mundo con que la neo-globalización alimenta a los desfranquiciados. Desecho ensuciauniverso, residuo que el ser humano deja sobre el planeta. Aunque cada una de sus partes sea el resultado de inventos brillantes, aunque hayan sido concebidos con lucidez por la inteligencia humana -y potenciados por la computación infinita- el resultado augura el fin de la Ilustración, su resurrección como farsa comparsa.

Amansaguapo


Grettel J. Singer
Ilustración: Eric Stanton

Si habré tenido yo que amansar a unos cuantos guapos. Meterlos por el aro para que obedezcan mi voluntad a como de lugar. Sólo que ellos no lo saben, ni siquiera se lo han imaginado. Pero es así de sencillo, cuando alguien a mi alrededor, normalmente hombre, se vuelve loquito, sacadito de sí, hay que tomar riendas en el asunto y domarlo, restarle los humos, tranquilizarlo, antes de que por culpa de un arrebato pasional, o simplemente un error casual, digamos menstrual, termine una aniquilándolo, como a veces da ganas. El motivo por el que les he mantenido el secreto a los sacrificados es francamente porque los remedios naturales no funcionan si la persona desconfía de ellos. ¿Y a qué hombre se le puede hablar de su desorden y ofrecerles un tratamiento? Además, unas goticas de Amansa Guapo nunca le hicieron daño a nadie, por el contrario, el resultado normalmente prevalece ante cualquier encrespamiento desconsolado, y logra, en su mayoría, apaciguar física y espiritualmente a esas personas que atraviesan por situaciones de naturaleza prepotente y por lo tanto se vuelven imposibles de sobrellevar. Así que la próxima vez que se sienta hostigada por un hombre rebelde y sin causa, subido de tono, acelerado a toda hora, soberbio hasta para dar los buenos días, y que repentinamente haya dejado de compartir su punto de vista, evite las broncas y prepare en su nombre un poquito de Amansa Guapo e inmediatamente se verá surtido el efecto. Le sorprenderá cuán obediente y proveedor se podría tornar. Permítale a ese señor desquiciado que sea su bondad y su cordura lo que rija su vida, y no ese ermitaño chiflado y controlador que lo usurpa a cada rato. Ayúdelo a aquietar sus ánimos de manda más, a suavizar las asperezas que nos joden el día cada vez que hacen acto de presencia. Préstele auxilio y socorro para conciliar la paz, rescatar la tolerancia, templar ese genio impertinente con el que pretenden mortificarnos y aturdirnos, y que sin duda lo consiguen. El buen humor es una de las virtudes que más apreciamos en las personas, en especial en esos hombres que tanto amamos. Pero aviso, si continúan así con ese carácter fuerte, ese humor de perros, preponderante, poniéndonos los pelos de punta por cualquier tontería, no se olviden que en un closet oscuro, en una gaveta olvidada, en un maletín de viaje, o en donde menos se lo imaginen, podría yacer en silencio un hechizo curativo, porque nosotras las mujeres sólo aspiramos al bienestar de ustedes; somos así de entregadas, de ingeniosas, de dispuestas a ayudarlos, a mimarlos, a curarlos, y créanos que haríamos todo a nuestro alcance antes de tener que liquidarlos.

miércoles, 25 de febrero de 2009

¿La próxima crisis? El plástico


Malas noticias (I'm sorry). De acuerdo a la Reserva Federal de EE.UU. el total de la deuda -por concepto de tarjetas de crédito- para 2008 alcanza la cifra récord de $951,000 (subirá más aún, ¿no es el plástico nuestra mejor fuente crediticia?). Lo peor es que un tercio de la deuda viene de ese sector con peor historia de pagos. A más individuos en bancarrota producto de la crisis, mayor el efecto tóxico de la caída.

No se trata precisamente de derivados financieros. Wall Street tiene su nuevo renglón llamado "credit card receivables" (no es más que la deuda de los pobres de América hecha picadillo y vendida al mejor postor). ¿La inversión por concepto de crédito/plástico? $365,000 millones. La estrategia de mercadeo consiste en estimular bancos y compañías para que ofrezcan tarjetas a clientes con riesgo, para de esa manera aumentar la deuda. Mientras, las bancarrotas continuan con su efecto dominó. Si te atrasas en un pago, el castigo es severo: te suben el por ciento de interés 6-9 puntos, o te joden el crédito.

Gasten blogueros, gasten, aunque no tengan nada que gastar.

martes, 24 de febrero de 2009

Paraíso



León Ichaso

You walk out that door. I stay, knowing you were never here. I wait for the next waiting. Tire myself with a flood of myself and snap the door open. Outside, a black snake curls around the curb. As my headlights wash her I almost hit another car. I drive fast, completely aware of a solitude that wraps around me. Wherever I go, I go with it. Like I’m no longer by myself. You wouldn’t want me to be this lonely. Or do you? In my dreams your voice keeps me company. You were that person that kissed me and loved me, and you’re gone. A love so strong that only returns in dreams. Now I’m falling. And that makes you smile, a dirty smile that spreads all over the room. You’ll come and follow your steps around the ceiling and through the fireplace to remind me that there are things: loves and hates that never go away. There’s no shortage of wanting or the fear of having it. As I drive and race (for no reason but the speed and to get my hands on cream for tomorrow's coffee) I relax, intermittently. Then, the market: Friday night is a parade of beautiful young women on their blackberries, getting the order for pink vodka and more tequila. I watch. Wow. I stumble into another slug, who is also watching. We collide and silently follow her and the other temptations on aisle 5. I race down the hill and again there’s the dying snake. Only tomorrow will tell what it really is -in my perverse cyclone here, where the ambush of the ghosts lives on. No sé, a quién querer, a quién odiar.

lunes, 23 de febrero de 2009

Felicidades... Pe


Amílcar Barca

Es la hija de una puta en un bar de carretera de Aragón y su madre es la amante de su novio rico que no ama. Se llama Silvia. De una forma brutal y apasionada alguien se posará en su vida y un diálogo marcará el inicio de dos carreras: la suya y la de su hombre actual Javier Bardem. “Me gustas tanto como el jamón” le dice él y ella le contesta en el baño de señoras de una discoteca donde la besa forzadamente “¿Quién es este tipo tan guarro?” Bigas Luna acababa de descubrir en Jamón Jamón (1992) a dos estrellas de la pantalla internacional de hoy. La lujuria sostenida de Penélope como actriz es una a combinación aniñada de varios personajes. Aparece bajo el desafío romano de Anna Magnani (Volver, 2006) a las órdenes de Almodóvar que también le dio su oportunidad como una modosita y monjil joven que quiere salvar al mundo marginal (Todo sobre mi madre, 1992). En Volver traslada el mundo femenino español a lo más alto: desde la hembra ruda del campo manchego a la mujer comprometida que alcanza lo que se propone. En Belle Epoque (1992) de Fernando Trueba hace de hermanita tonta en una comedia de acercamiento sobre la República Española, en medio de un elenco de lo mejor del cine en aquel momento (Jorge Sanz, Fernándo Fernan Gómez, Maribel Verdú, Ariadna Gil...). A las órdenes de Amenábar trabaja como Sofía, la mujer del amigo que traiciona ya con un glamour especial que, después con el mismo nombre a las órdenes de la producción de Tom Cruise en Vanilla Sky, intentará iniciar su vida en Hollywood y establecerá una relación personal con el actor. Pero aquí comienza una caída de sus posibilidades como actriz actuando en banalidades con otro gran actor, Nicolas Cage, que pierde su norte en la La mandolina del capitán Corelli (2001). O incluso probando juegos con su gran amiga Salma Hayek en Bandidas (2006). Pero bien, ¿es Woody Allen el artífice de este premio? Él fue muy honrado cuando en Vicky Cristina Barcelona (2008) en una entrevista que se le hace para la televisión catalana afirma: “Yo no estaba al corriente ni lo que decía en la escena ni que era lo mejor a la hora de interpretar a María Elena frente a Bardem. Así que les dejé a los dos que hicieran lo que mejor que supieran”. Como artista neurótica, vivaz, serpiente y locamente enamorada de la vida, Penélope hace de sí misma. O mejor dicho, de lo que mejor sabe interpretar, de histérica latina y apasionada ¿Pero es éste su mejor papel? O como decía una amiga mía de todos conocida en este blog por su cualidades como actriz... afirmó que “como valor de interpretación le era muy fácil este rol”. En Volver fue nominada y no pudo ser. Hoy no olvidaremos el “lengua a lengua” con Scarlett Johnson opacando a la musa del maestro. Mañana esperaremos a Pedro en su ya casi recién salida del horno Los abrazos rotos (2009), o junto Adrien Brody interpretando a Lupe la compañera sentimental del gran torero del cual toma el nombre la película Manolete (2009). Pe –así es como la llama Almodóvar- gracias por dedicar este Oscar también a tu tierra que siempre ha admirado desde tu belleza ibérica, hasta tu sencillez como mujer.

domingo, 22 de febrero de 2009

Por ahí viene...


Fotos: Juan-Sí

El lente de Juan-Sí en búsqueda de síntomas. ¿La segunda venida de Jesús? Pero este Hijo del Hombre* pantagruelesco viene convoyado con Sola Scriptura y Magnum calibre 44. Reino paradisíaco-terrenal con programa ideológico para un nuevo milenio fundamentalista (que comenzara en 2001 con el reinado del ex-presidente Mr. Cowboy GWB). Nada de jorobas... derechísima, teocrática, fideísta, anti-homosexual, anti-feminista, anti-aborto, antropocéntrica, anti-inmigración (con su "ala latina" convirtiendo las grandes pobres masas indocumentadas -a la vez que aumenta su poder político en Latino-América), anti-secular***, pro-Segunda Enmienda, dominionista**** y por último, cristiano-sionista.
Dios los cría y ellos se juntan. ¿Necesitas salvación?
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*La Solid Rock Church posee la segunda mayor escultura de Jesús en EE.UU (gracias Juan-Sí). Cuando se trata de Jesús, mientras más grande mejor. **En su mayoría evangélica, pentecostal, mormona y new born cristiana, la llamada "nueva ciudadanía cristiana" del Reverendo James Kennedy recuerda un poco el mapa religioso absolutista inmediatamente después de la Revolución Americana (¿La bestia de hoy en día? Los árabes y el Islam).
***Anti-evolucionista (nada más alejado de la fe que el método científico), "el Darwin ese con su teoría de los monos". Lo que hace falta es más intelligent design en las escuelas. ****Para el dominionista, la guerra de EE.UU. en Irak es parte de un plan divino (la Palin sería una filo-dominionista).

sábado, 21 de febrero de 2009

miércoles, 18 de febrero de 2009

Merecidas vacaciones


Queridos blogoamigos: Tumiamiblog se va de vacaciones hasta el próximo lunes.

martes, 17 de febrero de 2009

Dios auténtico te acoge en su cielo


Ramón Williams
Ilustración del autor

Si digo “sangras”, tú sangras. Densos hilos rojos te cruzan los labios con obediencia literaria pero no sientes dolor. Soplo en tu cara con viento norte, seco la sangre, te anestesio. En la bahía rizos de mar se alzan y salpican la Avenida del Puerto. Una brisa súbita cunde y se desborda sobre la ciudad dormida donde mis pasos marchan. Las páginas vuelan dispersas, los bárbaros de azul te sueltan y las persiguen como a pálidas mariposas de marzo. Amanece con cielo de plata. Desde el piso del auto me ves surgir en la mañana. No te moverás de ahí, ni lo piensas. Tu madre viene prendida de mi brazo, no pudiera concebir que la traiga a ver tu muerte. Sabes cuánto pudiera hacerla temblar entre sábanas purpúreas con sólo pensarlo. Mis ojos de camaleón despreciado por las tierras de las tumbas pueden ver tus pupilas dilatarse a cien yardas. No te importa lo que pienso, tienes un plan. Si no, cómo entiendo que no te inquietas ahora que te llegó la hora. Me miras como a través de una pantalla de TV que se apaga, un túnel tapiándose contigo adentro, un catalejo que mis manos hacen girar en tu mente. La puerta del auto se cierra con la lentitud del amanecer. Mis bárbaros vuelven al auto con las manos vacías y los trajes cubiertos de un polvo blanco. Ellos no te encuentran y me preguntan qué ha sido de ti. Tu madre no comprende nada, logro confundirla con palabras sobre El enemigo y el hambre de los pueblos sin trasmitirle mi propio asombro, la dejaré volver a casa. Los bárbaros dan vueltas en torno al auto y me juran que las páginas también volaron. Les creo, los calmo. No les cuento que tampoco yo te encuentro. No verán mis nervios. “Siempre hay con quién llenar los barcos”, los consuelo y ordeno olvidar el caso. Volverán a la estación luego de llevar a tu madre a su casa, que es mi casa. Atravieso la avenida y llego al malecón. Miro el mar sin ti. Dibujo con mis dedos sobre la piedra, conjuro a los maestros invisibles y ellos me hablan desde la espuma en las rocas: Estás allí, en algún lugar del darse cuenta donde a todo esclavo le llega un premio supremo de libertad: La desaparición absoluta. Nadie me asegura que un Dios auténtico te acoge en su cielo. Sólo sé que usted respira fuera de mis manos y que hasta lo eterno diera por vencer el miedo de seguirlo a usted.

lunes, 16 de febrero de 2009

Oh, la burbuja...


Como siempre, Krugman en NYTimes tira fuerte: La primera década del siglo XXI es lo más parecido que existe a una pirámide al estilo Madoff. ¿¿Cómo??

La Reserva Federal acaba de sacar resultados alarmantes: El total del capital de cada hogar norteamericano promedio de hoy es menor que el que existía en el año 2001. Es decir, no se ha producido riqueza alguna. ¿De qué se sorprenden? Por casi una década nos la hemos pasado gastanto dinero sin ahorra un centavo. De hecho los ahorros cayeron de 9% en 1980 a 5% en los años 90 a... ¿listos? 0.6% de 2005-2007.


al mal tiempo buena cara

adalberto delgado

la letra de algún bolero dice que los recuerdos de juventud se borran con los años. conmigo no es así. cuando pienso en la paloma no hay nada más real que aquella experiencia: un laboratorio del ser humano con experimentos en materia de amor, odio, envidia, sexo, inocencia y felicidad. cada apartamento como un cultivo especial con su historia bajo el microscopio. por ejemplo, el apartamento #7 de “concha la gorda” con pepito cagándose siempre en los pantalones, acompañado de una nube de moscas. lugar lleno de amor madre-hijo mezclado con una peste a mierda insoportable y silencio casi absoluto, a no ser por los gritos auténticamente solariegos de concha, desde su ventana, comunicándose con los vecinos. ¿el lugar de encuentro? la gente se acerca a la esquina para hablar por teléfono, actividad necesaria que en aquella época se resolvía con el tragapesetas de la esquina de la 18. pero no era sólo el teléfono, sino la estación de radio palomera. podías llegarte con la idea de conversar con un pariente en elizabeth, new jersey y terminar enterándote de los chismes últimos del solar. la familia del negro rené y renecito, mi socio íntimo y época, en el apartamento 5. rené era conocedor de la buena música cubana; idolatraba a la aragón de los años 50 y le regaló a su hijo una flauta de madera. a renecito le importaba un bledo la aragón, lo de él era jethro tull, aunque para complacer al viejo se aprendió aquello de “la gente va llegando al baile y todos los que no son bobos…” la vieja de renecito había fallecido recién llegada al exilio. rené había sido parte de la escolta de batista y tuvo que salir echando temprano en el juego. rené hablaba el inglés bastante bien y se defendía en los hoteles, aquí y en el norte, donde iba a trabajar las temporadas, junto con sahara “el buga”, armandito “el ganso”, con su maridito “el yorgi”, y otros que se le sumaban perdiéndose del barrio. ¡qué tranquilos los veranos en el palomar! hasta palucha subía al norte y la calma era tremenda, excepto por las tumbas matutinas sabatinas del “bolo”, oscar azcarreta con sus pailas y tocadisco, la esther escuchando “a to’pecho” a la olga guillot, fabricando gestos como los que hacía la intérprete y poniendo esas caras típicas de bolero feeling que parece que tienes dolor de barriga. si andre breton hubiera llegado a la paloma, hubiese escrito su manifiesto surrealista allí mismo. me veo yo mismo a las 4pm marcando la tarjeta en mi apartamento, donde mi vieja con su máquina estilo “mero”, igual que las de la factoría, hacía ajustadores para la fábrica de bikinis de un judío cubano. mi trabajo cooperativo con la pura era ponerle las “ballenas” o “bayonetas” a los ajustadores, para que después mi tía abuela emma le enganchara los cierres... y en esa pega nos metíamos hasta las 7pm, cuando comenzaba la programación del canal 23 (el único canal en español del momento). mi rutina después de la comida era buscar a omar, yiyito y lázaro para descargar en la azotea, coger fresco y reírnos de todo el mundo. algunas noches alternábamos mirando huecos, siendo esther nuestra preferida, lo cual no excluía a xiomara, la hermana mayor de aimara, que estaban todas bombones de verdá. xiomara sólo andaba con tipos de billete y no le hacía caso a ningún palomero. cada mañana comenzaba a las 6am con el olorcito a café y “la fabulosa” o “radio reloj” matutino con las noticias y el estado del tiempo. en otros apartamentos se escuchaba la wqam y su hit parade de los 50 y 60. la parada de guagua se empezaba a repletar con los nuestros y los chamacos listos para la jodedera y mataperrearías del día. xena, mi gordita piravadora hacia presencia desde muy temprano y me llevaba a desayunar a su casa un buen café con leche. ya el padre se había ido a trabajar y la madre se hacia la de la vista gorda cuando nos íbamos al cuarto “a jugar”. cotidiano verano de la paloma… como digo, ahora que las cosas están jodidas, cada época tiene su belleza y felicidad, no importa la necesidad.

domingo, 15 de febrero de 2009

"¿Qué es "Decadencia?"







Personajes por orden de aparición: Chef Luis Soler, Luis Mallo, Arnaldo Simón, Mayra Marrero, Jorge Moya (el invisible de Pedro Portal, cámara en mano), Ana María Sarlat, Germán Guerra, (¿?), Beatriz Urgelles, Rosie Inguanzo, Alina Brouwer con Alinita, Eloy Padrón (co-dueño), Susana Soler y las atentas camareras de "Decadencia", entre otros comensales.

Llamarnos decadentes es particularmente halagador; ser estéticamente decadentes es reposar el hastío de unos placeres efímeros, pero placeres al fin, redondos, completos. Según la RAE decadentismo es "tendencia de algunos escritores y artistas de fines del XIX y principios del XX, que afirman su personalidad en la sociedad tratando temas artificiosos con afectado refinamiento." De ahí que ser culinariamente decadente es poco menos que el cielo en el cielo de la boca. -RI

"Decadencia"
1401 Coral Way
(305)858-2295

sábado, 14 de febrero de 2009

Dientes voladores


Grettel J. Singer

-Esos colmillos tuyos me tienen loco de remate. Cada vez que te veo, que hablas de asuntos importantes, de los negocios que tenemos en común, aquellos colmillos se imponen de un modo formidable. Pierdo la concentración, y apenas brotan de tus labios me entra otra vez una piedra en el estómago, y de esa piedra se desprende una arenita que se riega por entre mis órganos y comienzo a sentir una resequedad interna y un cosquilleo casi casi insoportable.

-Ya aburres. Eso me lo has dicho un montón de veces. ¡basta por favor! Ahora resulta que por tu culpa no dejo de pensar en eso… mis dientes, mis dientes.

-En realidad no me interesan tus dientes tanto como tus colmillos.


-Mejor que no se hable más del tema. Lo leí en una revista, que visualizar con frecuencia realiza pesadillas.

-Cada vez que le metes un colmillazo a un Elena Ruth, y el queso crema se deja ver por entre los incisivos centrales, los laterales y esos dos colmillitos afilados que son más que gemas valiosas, siento el flaqueo de mi cuerpo ante tanta hermosura. Luego de perforar el corte de la mordida con absoluta magnificencia, el pan queda moldeado con la forma perfecta de la ausencia de una concha. ¡Cuánta belleza por Dios!

-Ya deja eso, no me gusta hablar acerca de dientes y menos sobre los míos. Últimamente me obsesiono, y me parece que los voy a perder, que de alguna manera los voy a perder. Ya cállate.

-¡Qué va, ahí hay dientes para rato!

-Si me dejaras en paz tal vez lo podría olvidar. Y lo intento, de verdad que sí, pero no sé qué me pasa que la testarudez se empeña en manipularme y otra cosa no puedo hacer que esa, pensar en mis dientes. Anoche fue terrible, venía en el carro manejando a casa y de no sé dónde salió una piedra gigante, como caída del cielo, tan veloz que no me dio tiempo a esquivarla. Tuve que frenar en seco y mi cara se incrustó en el timón; en mi sueños es así, no hay bolsas de aire protectoras. Mi cuerpo quedó intacto, ni un rasguño, ni un magullón. Sin embargo, mi boca sangraba… sólo mi boca. Primero pensé que mi nariz también, luego me di cuenta que la sangre corría de un mismo lugar. Mis dientes fracturados, algunos ya ni estaban. Y los colmillos que tanto te gustan se reían a carcajadas de todo aquello como si se tratara de algo cómico.-¿No te lo digo yo?, esos colmillos son bellos, inteligentes y además simpáticos. Si yo pudiera ingresarme ahora mismo dentro de tu boca me dejaría mordisquear…

- Eso no es todo. Hace unos días atrás también me embaucó un estado de pesadillas horripilante. Me mecía en un columpio del patio de la casa. Para arriba y para abajo, para arriba y para abajo. En una de esas, justo antes de que el columpio comenzara a descender con la típica rapidez y certeza, vi desde arriba en el aire un martillo verde que me esperaba como cosa buena. Como te podrás imaginar fue un encuentro inevitable, y el maldito columpio imparable. Alguien se cizañaba conmigo, o el columpio o el martillo, el caso es que el columpio bajó y el martillo subió, y en una posición magistral estaban mis dientes, que en pocos segundos dejaron de estar.

Día y noche me persigue una estela de dientes desfigurados que busca desesperadamente una boca, precisamente mi boca. Sueño con cosas terribles, por ejemplo que me cuelgan con una soga de mis dientes hasta que mi cuerpo se desprende de ellos. Un proceso que toma más o menos un par de días, así como degollar carneritos. O que una bala perdida se cuela en el mismo momento en que digo haaaa... O me tropiezo, me falta balance y caigo de cara al piso, y justamente son mis dientes los que sufren el impacto. Una bofetada muy fuerte que me dio un extraño me los aflojó. No vi la columna al abrir la puerta y perdí hasta los molares. Un niño travieso me pegó con su bate. El mismo aire se volvió plomo y me limpio la boca dejando sólo las encías. Las hadas o las brujas, no sé bien, se escondían allí dentro, jugaban un juego macabro, y el polvito que descaradamente botaban sus halas hacía que mis dientes se desprendieran de raíz y ni siquiera sangrara. Los muy necios se iban volando, como los graduados, a hacer vida en otro lugar.

Fíjate en esto que te digo, me consta que me acuesto con dientes, pero luego durante la noche de una forma u otra se esfuman, y cuando amanezco allí están otra vez. Me los toco, me los cepillo, les doy desayuno para asegurarme de que aún pueden triturar, y allí están por seguro, duritos y bien colocados. Es como si durante la noche mis dientes tuviesen algo que hacer más importante que dormir en mi boca. Ahora mismo sólo ruego encontrarlos ahí cada mañana.

-¡Asere, como he pensado en tus colmillos hoy! …y tú hablando tanta bobería.

-¡Qué bestia eres! ¿Así es como le hablas a las mujeres? No puedo contigo…

Pero esa noche sucedió algo diferente. Soñó que sus dientes eran definitivos, inmortales, que nada terrible podría ocurrirles jamás. Fue un sueño lindo, mágico, que hizo calmar sus angustias. Y mira lo que le pasó. Por la mañana cuando se despertó corrió como de costumbre al espejo del baño. Se miró un rato sin abrir la boca, y de golpe, con algo de desesperación sonrió y tremendo lo que vio allí, o lo que dejó de ver. No se encontró ni un diente, ni siquiera los colmillos. Todos se habían desdibujado o alguien se los había robado, nunca se supo bien.

viernes, 13 de febrero de 2009

De mi reciente visita a las ciudades de Palma Soriano y Santiago de Cuba (con reparto de La Víbora incluida)


Ramón Alejandro

Por supuesto que fui a Palma Soriano, y entré hasta el mismo patio de tu casa donde crece un árbol de naranja agria y otro de guanábana.
Está bastante bien pintada de verde claro, y actualmente alberga un bufete colectivo de notarios. Tiene a la entrada una placa que dice que es un heroico centro de trabajo o algo de ese jaez. Los que nos la mostraron están muy contentos de su buen estado de conservación, sobre todo el baño con sus baldosas y revestimiento de cerámica art deco intacto. Verde, negro y crema, si mal no recuerdo. Hay una escalera caracol recubierta de mampostería por fuera, con espaciados agujeros como si quisera ser una sumaria y algo recatada celosía. Las pinturas de aves, cisnes, gaviotas u otra especie de emplumado cuerpo y huesos ahuecados que aún vuelan en tu memoria, han sido ya varias veces repintadas y habría que descarcarar las succesivas capas de pintura que las cubren para que pudieran alzar su poético vuelo y lucirse de nuevo a la luz del sol. De todas formas es la casa más guapetona del modesto pueblo, y pudiera estar muy bien plantada entre las que adornan al Vedado o a La Víbora. Al llegar, primero le preguntamos por tu abuelo Don Mariano Esteva Lora a un viejo con bastante evidentes signos de depresión nerviosa, que estaba sentado aburridísimo en el contén frente a la casa contigua, y que se me antojó "de época". Y en efecto, había conocido a tu abuelo y al hablar de él le dió el calificativo de "Muy Buena Persona". Luego el chofer santiaguero que nos llevó hasta allá nos envalentonó, y con cierto pudor nos atrevimos a decir a lo que veníamos, y luego a pedir que nos dejaran visitar el interior a ver si encontrábamos aquellas aves perennes que allí estuvieron pintadas. Todos fueron extremadamente amables con nosotros. Después nos fuimos a buscar la finca o vaquería de tu tía. Pasamos por varias instancias administrativas averiguando, y desde la entrada de una de ellas pude ver una buena parte de la Sierra Maestra con todo el azul de su lejanía echado encima. En camino vimos un árbol con flores semejantes a orquídeas de color violeta, y pasamos por timbiriches en trance de desmonte después del final, seguramente apoteósico, del reciente carnaval. El suelo estaba tan enchumbado de grasa de cerdo que yo creí que todavía estaban vendiendo pan con lechón del fuerte olor que despedía. Por desgracia ya no quedaban ni chicharrones y teníamos hambre. Varios fueron los que nos dieron diversas indicaciones y sugerencias. Existe una finca de las características que me dijiste a la salida del pueblo después del puente de un trébol de reciente factura camino de un pueblo llamado ahora Mella, o con el nombre propio de algún otro héroe del proceso, que seguramente antes se llamaba Tumba Cuatro, o Cucalaméquete del Bajío o algo equivalente. El administrador, un flaco de bigote que se lo tomaba todo muy en serio, nos dijo que efectivamente esa señora Carmen Rosa, la antigua dueña, él se recordaba muy bien de que se había ido con su familia al Norte en los primeros tiempos de la Revolución. Seguramente era tu tía. No pude sacarle fotos a tu casa, ni a la finca Santa Rosa, porque Maikel se había gastado la reserva de la carga de la cámara filmando un toque de santo para San Lázaro el día de la víspera de su fiesta que tuvo lugar por los muelles del puerto de Santiago para probarme donde había ido, porque volvió a las nueve y media de la mañana sin que yo supiera donde estaba. Le dio por irse a beber cada noche después que yo me acostaba cansado de caminar por la calle Enramada y el Parque Dolores, el Tivoli, Chicharrones y otros barrios de la ciudad, con unos mulatos que incansablemente celebraban un vago cumpleaños desde hacía tres días en una casa situada en la misma calle San Pedro donde nos alojábamos. Otra vez, después de que yo cogí tremenda nota bailando con una deliciosa orquestica de Siboney que tocaba esa noche en la Casa de la Música. Bailé tanto y con tanto brío, para tener encima una tan venerable edad como la que tengo aunque, según me dicen seguramente para halagarme ciertos amigos, sin demasiado ostentarlo, que perdí uno de los dos aretes que llevaba colgados del lóbulo de mi oreja izquierda. Maikel ni corto ni perezoso con nota simétrica e igualmente paralela a la mía, se mandó a instancias y sugerencia del prieto e interesado chofer con el que me llevó a encerrarme a dormir la mona en nuestro albergue, hasta Palma Soriano, que en su borrachera decía llamarse "Palmira o algo de eso". Porque durante tres días consecutivos se estaba celebrando un carnaval, el mismo carnaval cuyos restos mortales pudimos disfrutar olfativamente cuando visitamos el pueblo. Esa vez volvió a las doce del mediodía siguiente pretendiendo no haberse acostado con nadie. Y capaz que es cierto porque lo suyo de verdad es la nota boba que se la pasa hablando mierda con el primero que se le apropincue. Que cuando no son los santos es un carnaval, o si no, las cotidianas orquestas que animan casi cada esquina del centro de Santiago para locura de las europeas que se frotan y remenean con los oriúndos, y muy especialmente con los de la antiguamente llamada "raza de color". Antes de volver de Palma, Maikel se comió una pizza tan asquerosa, calentada a penas en un mal simulacro de horno napolitano en una rústica tienda instalada en el portal de una casa particular que estaba toda cubierta con pinturas alusivas a los atributos de Changó y que por supuesto se llamaba "Santa Bárbara", que todavía se me revuelve el estómago al recordarla. El refresco que se metió entre pecho y espinazo, porque ese extraño líquido oscuro no merece que hablando de él se use el verbo beber, se exhibía en una pecera llena de grandes bolas casi redondas de hielo. Como si las hubieran hecho con calcetines o bolsas de plástico porque yo nunca antes había visto hielos tan grandes y redondos en toda mi vida. Y se quedó tan campante y después por la noche cenó de lo más bien. A él se le ocurrió que dibujara tu casa, pero la calle Maceo no daba demasiada perspectiva para abarcar bien sus dos pisos, y sólo tenía conmigo un bolígrafo y un cuadernito muy chico para eso. Te imaginé merodeando de niño por el parque que queda dos cuadras más lejos. Y pensé en lo distante que ahora estás de todo eso. Pero no te tuve lástima porque ya tampoco la siento por mi mismo. Irnos fue una gran suerte para todos nosotros. Aunque volver a La Víbora siga siendo un placer inenarrable para mi. Hacía cincuenta años que yo no había vuelto a Santiago. Me bañé en la playa de Siboney el mismo día del solsticio de invierno, y el agua estaba sabrosísima. Ya estoy de nuevo en México. Las últimas dos semanas empecé a extrañar mi disciplina de trabajo. Por suerte pude hacer mi Bandera Ubérrima en cuatro jornadas, y volveré a verla expuesta en la Bienal este mes de marzo que viene. Paseé a mi sobrino francés por La Habana y estuve celebrando las fiestas con la familia de Maikel y todo el contexto sociocultural del cual él es inseparable. Después de pasada la primera sorpresa, Emmanuel ya se iba acostumbrando a que los visitantes se echaran al suelo y sonaran el agogó de Ochún y la maraquita de Elegguá al llegar a la casa. Tu casa está ahí. En mejor estado que la mía. Y nosotros vivitos y coleando. No hay mal que por bien no venga, y todo lo que sucede conviene, mi hermano.

somos los mejores somos los mejores somos los


Ya era hora que dijeran que la culpa de la crisis es -en parte- del consumidor americano. Es cierto. Vivimos a tarjetazos, no ahorramos, nos creemos los mejores, apenas hablamos bien el inglés, no tenemos ni puta idea dónde está Madagascar, ni quién es Gaudí, nos atrae muchísimo el fundamentalismo religioso cristiano (y a otros de nosotros, el castrismo). Vivimos en un paraíso de ignorancia: nuestra deuda externa supera los $10 billones y seguimos pidiendo prestado, importamos 30,000 millones más de lo que exportamos, no tenemos infraestructura manufacturera, nuestra productividad está por el piso (aún así estamos en pie de guerra en Irak y Afganistán), tenemos casi 45 millones de personas sin seguro médico (mientras en Wall Street se reparten cientos de millones en bonos de inversiones fantasmas). Con todo eso, ¿no somos aún el mejor modelo a seguir?

jueves, 12 de febrero de 2009

Hagamos silencio


Ernesto Fundora

Hacer silencio en nuestros días se ha vuelto un conflicto, no hacerlo, una patología existencial. Quienes vivimos en grandes ciudades sabemos que por las noches nos arrulla un hum, susurrar imparable de vibraciones, emisiones, bullas urbanas que inciden involuntariamente en nuestro sentidos y que irritan sutil nuestra sistema nervioso. En occidente desde que nacemos nos enseñan a llorar propiciándonos nalgadas, y luego como primera gran meta de la enseñanza, a hablar hasta por los codos. Lamentablemente ni en casa, ni en la escuela, ni en la calle nos enseñan a callar o en su forma más elevada y menos represiva hacer silencio. La ruidosa vida moderna propone al hombre una insensibilidad con el silencio. El monstruoso legado industrial y tecnocrónico acrecienta el principio de desamparo y desolación. Aunque el espíritu de nuestra época intenta convencernos de que por habitar grandes urbes y estar rodeados por lo mediático así como vivir inmersos en la multitud, estamos menos aislados, reconocemos taciturnos que experimentamos una rarísima desconexión interpersonal. La seducción por las maaquinas comunicativas rompe la quietud de cualquier intento meditativo o relajante. Cuando no suena un celular se dispara una alarma, colapsa una lluvia de cláxones, resuena el estruendo de algún reactor. Somos los personajes operáticos al centro de un drama ruidoso e inclemente poblado de objetos que nos arrebatan la quietud. El retiro espiritual como búsqueda de paz interior promulgada por la tradición judeo-cristiana resultó insuficiente, y cada vez son más los jóvenes que se proyectan hacia las doctrinas alternativas de meditación: el budismo zen, el tibetano, el yoga, el tantra y otras teosofías o disciplinas organizadoras de nuestra unidad cuerpo-mente-espíritu. Desde Sai Baba hasta Chopra, desde Gautama a Krishnamurti, el equilibrio y la sincronización que proponen sus prácticas, nos resultan paradójicamente más alentadoras y modernas a pesar de su raíz milenaria y distancias culturales, algo que evidencia la crisis de paradigmas del occidente actual. Por consiguiente se impone hacer silencio. Tanto los emisores como los receptores, los productores como los consumidores, todas las partes necesitamos resetear el espíritu, reprogramar la máquina humana con endorfinas que garanticen un estilo de vida feliz y soportable. La mayor parte de los conflictos humanos tienen una raíz semántica: la vestidura lingüística con que el ego se explica a sí mismo sus problemas, el fracaso o la conquista de sus deseos. La gente olvida que la mente puede ser universal y debe estar conectada con la totalidad; olvidan además que su comportamiento inferior es ser individual , finita y estar obsesionada con la materia del deseo. La gente -yo incluido- se refugia en el reino dicotómico de la palabra y de los pensamientos para darle la espalda a la realidad que los hace mendigo. Ser o no ser, esa es la pregunta; la de Hamlet abrumado, la de todos nosotros, príncipes y obreros. Vanidad de vanidades, prestigio, autorrealización, liderazgo, posesiones que nos alejan de una paz urgida de lo ecuánime, con perfiles contemplativos quizás menos audaces y redituables materialmente, pero viscerales en la transformación de un modo de vida sobrado en desdichas y palabras ruidosas que pretenden llenar el recipiente que debió quedar vacío, o en su defecto , colmado de naderías, silencios y austeridades. Occidente siempre apela a lo legal para resanar pendientes morales. No os asombréis entonces sin en un futuro cercano a algún jurista soberbio se le ocurre legislar el uso de la palabra pública, en pro de la recuperación del socorrido silencio.

miércoles, 11 de febrero de 2009

W. o terapia antibush


Jesús Rosado

Cáustica, irreverente y mordaz, la cinta de Oliver Stone es un eficaz intento por plasmar en la gran pantalla la biocaricatura del peor presidente que haya desfilado por Washington. Definitivamente stoniana, lo cual quiere decir sobradamente partidista a la hora de satirizar sujetos y circunstancias, la película es, sin embargo, entretenida y refrescante y defiende su condición de mofa política con actuaciones sólidamente cumplidas, junto a un guión bien armado a partir de mezclar el dato veraz con la chismografía de salón. En su protagónico presidencial, Josh Brolin logra recrear con morbo la jerga gestual de W. Bush y entrega el personaje del modo intencionalmente animalizado que propone un director decidido a no escatimar en incriminaciones. El halconismo de Rumsfeld, el ideologismo imperial del Vice Cheney, la incondicionalidad de la Rice (contra la cual Stone descarga un sospechoso tono discriminatorio) y hasta el antagonismo contenido de Colin Powell son sometidos a la clonación más descarnada. ¿Dónde radica lo frustrante de W.? Pues que falla en el mercadeo. El filme entra a destiempo en los circuitos por la sencilla razón de que se topa a un espectador sobreavisado de las cretinadas de la administración saliente y, sobre todo, agobiado por su catastrófico legado. No hay mucho deseo de volver la mirada a pasado tan mediocre, a la sarta de mentiras deterministas y al discurso más burdo de la política contemporánea de Estados Unidos. Demasiado postraumático, y más cuando de inmediato urge la salvación del presente y el futuro económico de la nación. Es en esa desazón que se escurre lo que pudo ser notoriedad en W., y aún así, si disponemos de 129 minutos para verla -aunque sea en actitud resignada y sobreponiéndonos al síndrome Bush- no escaparemos a su predisposición polémica, a su capacidad de demolición. Reconoceremos que aún no estando ante el mejor Stone, o al menos ante el más reflexivo, en eso de adelantarse a los juicios historiográficos nos atrapará con su cuota innegable de osadía.

Quiero mis bonos, quiero mis bonos, quiero mis bonos quiero...

Por qué está Wall Street dando perretas? Aunque sólo momentáneamente, se les termina el vacilón

martes, 10 de febrero de 2009

Vagina parlanchina


Grettel J. Singer

Seamos sinceros, una vagina que hable, que ladre, que se burle de encuentros extraños, que escupa buches desagradables, que saque la lengua y diga "ahhh" o simplemente desmantele una sonrisa de placer, podría ser el descubrimiento más sagrado y a su vez más practico sobre la tierra. O como mínimo la respuesta de tantas preguntas. No es que una mujer no quiera decir las cosas como son, o lo que siente, pero a veces se pierde el hilo entre el deseo y el pensamiento, en mi opinión porque existe demasiada distancia de por medio. Por eso si la vagina pudiera expresarse, parlotear por sí misma, morder y masticar si se enfada, no se necesitarían intérpretes, y por supuesto no hubiesen esos malentendidos que a veces conducen el acto del amor a un adverso, precoz y tronchado final. La conversación, la comunicación, eso es imperativo entre órganos. ¡Qué cálida y civilizada sería una charla entre vagina y pene o entre vagina y la yemita de uno o varios dedos! Instrucciones claras, sin tapujos. ¿Y dos vaginas? Figúrense la compenetración, y qué jodida la bronca cuando las cosas no se ejecutan del modo acordado. Nariz y vagina, teta y vagina, rodilla y vagina ¡estupendo! Un dialogo de continuo flujo con cualquier visitante. O un ladrido rabioso y sangriento con los villanos no deseados. Eso mantendría a (especialmente) los hombres en un constante estado de nervios, digo, de consideración y alerta, porque quien se atreva a meterse en tal emboscada, más le vale saber cómo defenderse.

lunes, 9 de febrero de 2009

¿Qué es en verdad Slumdog Millionaire?


Amílcar Barca

A. Una pelicula honesta, de denuncia social y con final feliz
B. Una película independiente, algo bollywoodiana, con final feliz
C. Una película falsa, esteticista, tópica, inteligente y con final feliz
D. Una película mala, sin opción a pop corn y con final feliz

Piénselo bien. A la una, a las dos y a las tres. Señoras y señores la respuesta es C. Arrancó bien y con potencia agarradora, sin embargo a medida que avanza se descubre el maquillaje que esconde. Nos sumerge en dos mundos paralelos y distantes en la India de hoy a través de "¿Quiere ser millonario?" en el centro financiero y en los barrios lúgubres de Bombay. Y recorre la vida de Jamal el afortunado Abel que mientras cae en desgracia desde el principio hasta cinco minutos antes del final, gana fama, dinero y recupera a su amor a merced de un Caín que se autoinmola bañado en dinero y enemigos. Vamos al punto. ¿Por qué es falsa? Porque utiliza técnicas barriobajeras en los planos. Primeros planos (inteligentemente bien fotografiados), tremendistas frente al dolor, o clásicos planos generales y tomas de helicóptero, no para reforzar un diálogo o introducir una nueva escena sino para presumir de dominio y conocimiento de settings que harían la envidia de cualquier voyeur que se precie. En la dirección de actores, los malos son los malos de Oliver Twist que en una comedia estarían perfectos, pero que aquí son malos tan "malos" que de exagerados en la gestualidad -no digo que no existan estos tipos- se caen por sí mismos. ¿Por qué es esteticista? Porque los "quemados fotográficos" ayudan a contrastar lo lúgubre (otra vez muy inteligentemente) para hacer más "bella" la miseria. En una escena que el Jamal de niño aparece "estéticamente" cubierto de excrementos (robada con astucia del cine mudo de Chaplin) la función que cumple y resuelve a partir de un autográfo de un star-system, es banal, increíble y para mí nada cómica. ¿Por qué entonces es tópica? Porque la novia-hindú es clásicamente requeteguapa y pasa de prostituta forzada a princesa. Los pobres se regodean felices con la basura. Los malos maltratan a los niños abandonados con la crueldad de la novela romántica o aparecen como buenos con una coca-cola en la mano mostrando su lado pederasta. Porque lo ciegos "ven" y hasta reconocen un billete de $100 con la imagen de Benjamin Franklin como limosna, para responder una pregunta del concurso. Porque la adoración al héroe es de la factoría Disney con baile Bollywood al final para, supuestamente, hacerla más creíble. Pero sobretodo ¿por qué es inteligente? porque utiliza casi todos los géneros cinematrográficos haciéndonos creer que los domina (una escena en el ferrocarril intentando conseguir un torta es clásica del western más burdo de la Serie B), o sugiere un pretendido homenaje a los mismos. Y lo que se olvida es que las suma de las partes no es el todo. Sin embargo sería injusto no salvar a los actores no profesionales, los niños, y la banda sonora y musical de la película (A.R. Rahman), e incluso el montaje abominable y rápido de Chris Dickens. Pero lo siento por el guionista Beaufoy (The Fully Monty) y por Danny Boyle -del cual recomiendo Trainspotting, película independiente y hecha con una imaginación sucia increíble- porque no ha conseguido lo que Cidades de deus de Meirelles hizo brillantemente en las favelas de Rio de Janeiro. Disfrútenla como espectáculo y tomen conciencia de la situación social de los abandonados, pero por favor, desenmascárenla como obra y se darán cuenta de que Boyle nos engaña con la supuesta vileza denunciada, y aparente compasión sobre el relato.

domingo, 8 de febrero de 2009

Apropiaciøn



El artista Michael Samoroff se apropia de una imagen (Repostero, 1928) del conocido fotógrafo alemán August Sanders y la titula Repostero, 2007, en la que el repostero de Sanders no aparece. La manipulación de Samoroff nos deja intacto el environment con la ausencia del sujeto.

sábado, 7 de febrero de 2009

The Cramps: What's Inside A Girl?




Los Calambres es uno de los piquetes más originales del punk neuyorkino ochentoso. Grupo que casi genera un género en sí mismo, parte rockabilly, parte garage rock y su pizca inofensiva de pop, el sonido mágico y sórdido de The Cramps es inigualable. El gran personaje de la banda es "Lux Interior", figura única frontman del rock&roll, con calle suficiente para hacer gala de arsenal de inflexiones vocales: gritos, falsettos y glisandos semioperáticos en la mejor tradición de un Iggy Pop. En el video clip, The Cramps interpretan What's Inside A Girl del disco A Date with Elvis.

viernes, 6 de febrero de 2009

Decáete en "Decadencia"



Ya abrió "Decadencia" de Luis Soler*. Aquí convergen
el gusto por el buen comer y la amistad. ¿La receta de Soler? Precios módicos con los mejores ingredientes. Además de eso, tienes ese petit restaurant de sabor europeo justo en una esquinita mágica de Coral Way cerca de the Roads. Es fórmula ganadora.

Arriba, el plato del día: "Lubina al romesco", pescado preciado y gustoso, que Soler ofrece casi a costo**, con la famosa salsa tarragonesa -que nos consta- es base esencial de otros platos de "Decadencia".


Date una vuelta... verás que es adictivo.

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*Soler nos hace llegar uno de sus postres decadentes: Trifecta de guava, con helado -o yogurt- de guayaba, mermelada de guayaba y queso amarillo Gouda. Dice Soler: El problema de combinar tres elementos provenientes de una misma fruta. Con unas lascas de queso por encima y rematado con un recorte de hojas de menta este llamativo postre es una verdadera
paleta de pintura. Para el ahora chef, artista, escenógrafo (y... ¿futuro dramaturgo?) la comida es arte y el sabor color. **Pescado y mariscos garantizados por ese otro gran cocinero y amigo, Alejandro Etayo.

"Decadencia"
1401 Coral Way
305.858.2295

Pata de mariguana


Ramón Williams
Ilustración del autor

Un pitillo de fiestas se estira y repliega a causa de un mecanismo de soplido y succión. El soplido es voluntario, depende del que sopla; el repliegue del pitillo sobre sí ocurre cuando se para de soplar.
Otra vez el viento en la cara de Nilo, el pie en el estribo, el saco de yeso junto al pie. En las calles los mismos escolares del año pasado ensayan asaltos remotos por control remoto, usan iguales barbas postizas y escopetas de palo; son hijos de carreros sigilosos, nietos de héroes, biznietos de zacarócratas criollos, negros esclavos y reyes africanos, nobles y bandidos españoles. No se llega Nilo a la Liga contra la Ceguera, los ojos irritados se explican por las noches de apenas dormir. El repliegue del pitillo de fiesta apunta hacia el Instituto, se estira rumbo al anillo del padre y se detiene en la oficina de la facultad. Allí era cosa de proponer la conjuntivitis y dejar a un lado los tíos muertos reciclables del nagüe Armando. Nilo hubiera querido llegar al Instituto abriéndose paso por una neblina espesa que convirtiera muros y faroles en cosas vivas. Le estaba deparado que el mediodía reventara sobre su cabeza como en el agosto más bochornoso. Su reino por un cigarro. Las piedras del camino de los faroles se rajaban formando una arenilla intransitable al paso de Nilo, tenía el aspecto habitual y conservaba su carácter de rodeo inútil para llegar a las aulas. Con el trillo del bosquecillo quedaba resuelta la evasión del mediodía y era posible llegar más rápido a la Facultad si así lo deseaba. Nilo dedicaría unos minutos a buscar el anillo de Matías. Se detuvo en el sitio donde done lo había visto rodar semanas antes. La sospecha de puntapiés le hizo desviarse del trillo unos pasos. La cañasanta perturbó las primeras tentativas. Entonces optó por alejarse del asfalto y adentrarse en la vegetación, hacia la hojarasca y ramas secas caídas entre la hierba crecida. En contraste con el chorro de luz que peinaba las copas de los arbustos, se imponía una sombra difícil para buscadores de objetos pequeños. Encorvado por el peso del medio saco de yeso, lacerado por el filo de las hojas de hierba y con decenas de insectos volándole a la cara, Nilo tuvo la idea de que no valía la pena. Aquello, única reliquia del borroso de Matías, no era su vanidad; sólo traía corizas a la hora de encontrarlo en los nidos de polvo del apartamento y aquel atoro con agua de mar cuando era niño. Barriendo el suelo con los ojos, Nilo se culpó de un sentimentalismo relicario que implicaba también la herencia kármica del padre de su padre quien fuera el séptimo portador y consejero secreto de célebres suicidas de la epopeya cubana; culpó al pedacito de oro viejo por los desvelos recientes y se dispuso a sembrarlo en el olvido. Hombre erecto otra vez, soberbio sobre el fango, escupió en la hojarasca. En ese momento todo se compuso: Los insectos cesaron, el polvo de yeso se hizo ligero al hombro, el follaje tupido de los arbustos concedió una brecha y un hilo de luz rebotó entre las hierbas. Nilo caminaba en dirección del brillo que se entrecortaba con el movimiento de los arbustos en lo alto, cuando en lo bajo una pirámide de excremento humano se interpuso. Resbaló el estudiante. El saco de yeso fue a dar contra el tronco de un arbusto. La nevada se cernió sobre la pirámide y tapizó un lecho abandonado a dos pasos. Tendido en el suelo Nilo alcanzó el anillo y se lo llevó a un ojo como anticuario celoso. Imaginó a la pareja sin dinero ni tiempo para una posada; cercados por la oscuridad, las alimañas y los ruidos de la noche. Alguno de los dos sufrió la traición de los nervios y apenas logró alejarse para descargar una cantidad del miedo en la mierda. ¿Por qué olía a canela? Ninguno de los dos advirtió el brillo de oro bajo la luna. Nilo se llevó el anillo al anular de una mano que le pareció sólo familiar. El aro quedó trabado en la segunda falange, se negaba a desplazarse con facilidad de siempre. Aquello no le pertenecía, a menos que el dedo hubiera engordado independientemente de su cuerpo desde la pérdida. Hizo otro esfuerzo y el aro cayó con toda justeza en la base del dedo que le pareció apenas familiar. Resultaba difícil creer que aquellas no eran sus manos ni aquellos sus dedos. Prefirió imaginar que alguien cambiara aquel anillo por el suyo; de ser posible, que perteneciera a quien trajo a la escena unas hojas de canela sobre las mantas y un cigarro torcido a mano que, acercándole la nariz, resultó auténtica pata de mariguana. Para que aquel intercambio fuera dado se requería de un impulso económico-filosófico y poético consistente en obedecer, en primer lugar, a una conciencia de “a cada cual según su necesidad”, y en segundo, la certeza del regreso poco probable del otro dueño de anillo al pajar del bosquecillo. Difícil. Pero podía ser. Precisamente esto, la conversión de un vago, dicho de paso, “poder ser” en un ser irrebatible resultaba lo mortificante. Algo caía en su lugar. O un lugar, sus manos, crecían para ese algo. Con el rostro, las ropas y las manos blanqueadas por el yeso Nilo se acomodó en el lecho; miró el dibujo del mediodía entre las hojas en lo alto, encendió la pata, aspiró profundo y cerró los ojos.

jueves, 5 de febrero de 2009

Los caprichos de la post-postmodernidad

Escribe Jesús Rosado para Encuentro en la red: Desconozco si en alguna otra latitud la cultura transinsular cuenta con tertulias tan desprendidas. Esta de Miami se me hace peculiar experiencia. Es clara evidencia de que entre hedonismo y gesto estético se puede erigir un espíritu opuesto a los absolutismos que nos dañaron. Y conste que nadie está hablando de una solidaridad forzada entre autoestimas que consabidamente descuellan por su individualidad tan grávida.

Hombre = porno = ¿varón?


La pornografía legitima la inequidad sexual.--Gloria Steinem

Para el hombre, el derecho de abusar a la mujer es elemental, un primer principio sin fin... la pornografía* es la hostia bendita de ese hombre que prefiere morir antes de cambiar. Dachau traído a la cama y celebrado... que revela el placer del varón: victimizar, herir, explotar. Divertimento sexual y pasión sexual en la privacidad de su imaginación e inseparable de la brutalidad de su historia. (...) La valoración de la sexualidad de la mujer en la pornografía es objetivo y real, porque la mujer es usada y valorada como forma. La fuerza representativa de la pornografía es objetiva y real, porque es fuerza utilizada contra la mujer. La mujer rebajada por el uso de la mujer como instrumento de placer sexual del varón.-- Andrea Dworkin, Pornography: Men Possessing Women, 1979.
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*La pornografía… ¿un derecho? Dentro del liberalismo, por supuesto, es parte de la libertad individual, de la llamada “libertad sexual”. A la misma vez, no se puede negar que el límite entre lo privado y lo público no es tan fácil de definir. La privacidad funciona para los privilegiados, la propiedad privada tan protegida por los padres de la patria. Así lo ve el feminismo, la esfera “privada” que se considera la esfera de la familia, la casa, el hogar, es precisamente en área donde la mujer es explotada, sometida, como “propiedad” del varón. De modo que la familia no es lo que parece ser.-- Susan Sontag, entrevista con Rolling Stone, 1981.
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La pornografía es el "proceso" que re-construye lo que es una mujer... una práctica política del poder y la impotencia, una práctica de discriminación por razón de sexo, una violación de los derechos civiles de la mujer. (...) No sólo sexualiza la violación, el abuso sexual, la prostitución y el abuso sexual infantil, sino que lo celebra, promueve, autoriza y legitima. Más aún, la pornografía erotiza la dominación y la sumisión. A través de ese proceso se construye una imagen de cómo la mujer desea ser tratada sexualmente.-- Catharine A. MacKinnon, Feminism, Marxism, Method, and the State: Toward Feminist Jurisprudence,1983.