jueves, 15 de enero de 2009
Una muñeca para Natalia
Rosie Inguanzo
Resulta que esta fue en realidad la primera Navidad de Nana. Porque con dos años y medio las antepasadas estaba muy pequeña para entenderla. Pero ya sí; ahora Nana es un reguilete encantado que deslumbra a su paso, hasta comprende e investiga la mitología de estas fiestas. Con decirles que ella entra a una habitación e interrumpe las conversaciones, los ojos todos en ella, la atención a sus encantos, la expectativa ante su gracia, sus buenas maneras y ocurrencias. El caso es que la madre me dice algo contrariada que entre todos los regalos navideños nadie le había regalado una muñeca. Ahí salió la tía a buscar muñeca; no cualquiera sino “la muñeca para Nana” -que no es lo mismo. Pero el mundo de las muñecas es vasto y complejo (como bien sabe Grettel J. Singer). Fui a dos jugueterías y a tres tiendas por departamentos, ah, y hasta una tienda especializada en hacer peluches por encargo-, terminando en la Super Target de Sawgrass Mills, hurgando entre pilas, descartando impensables, estantillos e hileras de muñecas de todo tipo. Las hay preciosas de Madame Alexander; bebitas que ríen y balbucean delicias, toman leche, gatean y hacen pipi, de Baby Alive. Mis favoritas son las muñecas Only Hearts (tengo una jabaita en el librero) parecen adolescentes reales en miniatura –mulatitas, trigueñas, rubias, pecosas- como contrapartida a la estilizada Barbie. Pero las hay también tremendamente superfluas y hasta nocivas como las Bratz: niñas supermaquilladas, con el pelo decolorado y tieso, falseadas y materialistas. La búsqueda se complica porque Nana además tiene una madre negra preciosa, achinada y exótica, con el pelo hasta las nalgas, y un padre rubio de ojos azules, bombero de Hialeah (de calendario eh). Entonces no quiero darle una muñeca demasiado rubia nórdica y desprendida de su contexto. Hay muñecas y muñecas. Las hay de todos tamaños y colores, temáticas, escapadas de los cuentos de Disney (una tal Tina, pelirroja y con orejitas de hada afiladitas, la bata llena de mariposas posadas, me dejó boquiabierta -una nunca pierde la afición por las muñecas); otra bebita japonesa, gordita, para jugar a la hijita adoptada, casi la compro para mí. Pero no es tan sencillo además porque una muñeca para Nana ha de ser primeramente blanda y liviana ya que va a dormir con ella. Finalmente me fui por una bebé pelona y sonrosada -como muchos bebitos-, grande y grácil, no hace ruido alguno (esto enloquecería a mamá; también las eléctricas generalmente tienen el vientre duro por las baterías), viene con biberón, osito y bolsita, y tiene un terminado tremendamente realista: la boquita entreabierta, rosquillas, las piernitas regordetas. Quisiera que Nana aprendiera primero de su propio candor natural expresado en el simbólico juguete, ahuyentándole hasta donde se pueda la avalancha de estereotipos frívolos que inundan el mercado y las jugueterías.
Rosie, que casualidad. Yo tambien tengo una sobrina que le dicen nana. Su nombre es Fernanda. Casualmente hoy hablaba con nana sobre sus munecos, entonces ella me envio esta pagina web de munecas:
ResponderEliminarNo te las pierdas, tu tampoco Grettel.
http://www.starstore.com/acatalog/l_dead_dolls_7_L.jpg
Buen chiste el de tu Nana, gracias. No dejen de entrar que es un chiste de impacto.
ResponderEliminarRI
me encantó la de lust....
ResponderEliminarpues así es, mis niñas tienen una gran colección y selección de muñecas. desde pequeñitas les compré aquellas que eran alternativas, orgánicas, naturales. tenemos al chinito que se llama así, chino, a rita la pelirroja, a manolo el africano, a lourdiña la brasileña que da a luz a un bebecito negrito, al rubio pablo de ojos azules que tiene un simpático rabito por donde le sale pipi si le das un biberón, a yolanda la trigueñona, a ofelia la internacional que no le gusta el bróculi, a esos babies que describes, sonrosados y suavecitos a quienes les decimos los gringuitos, a lola la gorda deliciosa, a unas gemelas que no se parecen en nada y mis hijas usan de matrimonio lesbiano (siguiendo el modelo de unas amigas)... en fin, sigue y se extiende... pero también tenemos, gracias a la abuelas y la las amiguitas que se las regalan en fiesta de cumpleaños y navidad, a las horrorosas y malcriadas bratz, a las plasticonas y desorientadas barbies, y a las diminutas con cara de borrachas pollypockets. les gustan las otras, pero esas, las últimas que menciono, son con las que más juegan...
Bello Rosie. Quiero una ahora mismo.
ResponderEliminar:)
Mira cuando era chica me mataban las munecas de trapo. No pare hasta que mis padres me compraron una negra que estaba sentada en una silla a la entrada de la galeria de Linea y algo. La recuerdas? Aquella que quedaba en el cuchillo despues de la gasolinera. Mira era lo mas rico del mundo, con decirte que era del tamanio de mis padres te lo digo todo. Y era negra de pelos rojos, y tenia cocidas telas en los cachetes con pezpuntes asi como las payasas. Esa fue mi mejor muneca porque dormia conmigo y era como una almohada gigante. Y no era suave pero te digo que era inmoboble de lo gigantona que era. Y a mi me la compraron por sacar buenas notas en la escuela. Porque eso yo lo queria tanto que hacia que me llevaran a verla a deshora. La muneca mas preciosa del universo.
ResponderEliminarMuy bonito escrito Rosie y muy dulce mostra. Ser tia es lo maximo, de mi hacen cualquier cosa, siempre terminan saliendose con las suyas. Siempre...termino agotada siempre. Pero me rio demasiado, muchisimo. Besos y Gracias
ResponderEliminarRosie tienes toda la razon. Y ahora hay miles de munecas y ya no parecen munecas, sino robots. Algunas de ellas son realmente para adultos no para ninos. Es una locura.
ResponderEliminarPor que no abren los posts de abajo?
ResponderEliminarCuando era niña sólo tenía una muñeca viejita toda sarrapastrosa que me regaló una tía. Yo la llevaba a donde fuera, vestidita por la ropita que me hacía mi mamá y con el tiempo se fue desarmando toda pero de una manera muy linda: un brazo y después una pierna. Un día largó la cabeza y yo seguía recomponiéndola. Pues quién me iba a decir que esa muñeca terminó siendo la favorita de mis primitas.
ResponderEliminaray Rosie, q horror, las mias tienen una toda una coleccion de las plasticonas Bratz. este año les dio por cosas medio raras (para mi) huru humi, my meebas, funkeys. y los adorables littlest pet shop. pero si vieras su preferida, "Fiucha", una de trapo, horrible, sucia, deshecha, mueren por ella, como si fuera la tercera hermanita.
ResponderEliminarel anonimo anterior es de inge
ResponderEliminarMe han devuelto desde la memoria a mi entrañable Casimiro, amigo de goma de la infancia con su bombín y chaqueta azul prusia y los pantalones negros zurcidos. Me burlaba de sus zapatones rotos de los que asomaban los dedos regordetes y a los que mi madre les encasquetaba unas alpargatas de yute que ella misma había confeccionado a pedido mío para que mi socio no pescara un resfriado. Jamás olvido su narizota de tomate y los cachetes carmesí abultándose en los costados de la perenne sonrisa. Cada mañana me colaba en la cama de mis viejos y, mientras mi madre preparaba el desayuno, papo y yo dialogábamos con Casimiro, quien con voz gutural y simpática surcaba el asombro y me iba atrapando entre sus relatos desarrapados o me instaba a dar respuestas aritméticas que descostillaban de risa al viejo. Recuerdo vagamente que la música y los comentarios de Cita con Cuba, un antiguo programa que transmitía la Voz de Estados Unidos servían de background a la sesión matutina de mi querido clown. Ustedes pensarán en lo contrastante de aquella mezcla improvisada. Pero ese tiempo de disparate me legó una herencia de ternuras. Y sepan que nunca pregunté cómo era que mi payaso era capaz de articular palabras. Hay inocencias que se defienden a ultranza. Para mí bastaba que Casimiro hablara. Lo demás, era como una adivinanza concebida sin respuesta.
ResponderEliminarmi Cuca!!!! mi muneca de vinyl, calva (tuvo pelo en algun momento), vinyl de cabeza a pies, sin nada que interrumpiera, mas que unas costuras.no se quien me la regalo, ni de donde salio. ojala tu Nana quiera a su muneca tanto como yo a mi Cuca.
ResponderEliminarNo entiendo los anónimos; por Dios estamos hablando de muñecas y no hay peligro de revelar la identidad. No sean tan cobarditos.
ResponderEliminarQué grato son estos testimonios muñequeriles; deberían agregarse más a la lista de ese primer amor.
Bueno pues el mío fue Paquitín. Fue lo mejor del juguete básico, un sexto día, un muñeco producto nacional (los cubanos saben a qué me refiero). Zoé V. hace unos días subió una foto suya vestida de pepilla con uno de estos juguetes que nos tocaban según el bombo que dictaba el día.
Papi, que era muy buen carpintero, me le fabricó una sillita con hueco para tibor, barnizada. De modo que Paquitín convoyado así subió de categoría. Éramos tan humildes. RI
Esa foto de los ninios es muy bonita. Y tal pareciese que se ha perdido la esperanza sobre la posible amistad entre judios y arabes. Estan acostumbrados al negative-reinforcement mundial. Nunca veo en las noticias casos que existen muchos donde estos dos pueblos se unen por un bien comun. Si no lo piensas si no se visualiza, no existira jamas. Si tuviese mucho mucho dinero ahora mismo, comprara las VALLAS de la calle y pondria esta foto. Para que se incruste dentro de la conciencia social. El ideal es la amistad, y enfocarse solo en la guerra y en los malos habitos de estos derrumba de raiz esa posibilidad.
ResponderEliminarYou've got to be taught
ResponderEliminarTo hate and fear
You've got to be taught
From year to Year
It's got to be drummed
in your dear little ear
You've got to be carefully taught
You've got to be taught
To be Afraid
Of people whose eyes
are oddly made
And people whose skin
Is a different shade
You've got to be carefully taught
You've got to be taught
Before it's too late
Before you are 6 or 7 or 8
To hate all the people
your relatives hate
You've got to be carefully taught
Rodgers and Hammerstein
Musical- South Pacific
Sung by the charater Lt. Cable