domingo, 28 de diciembre de 2008
Grandenombrado
Ramón Williams
No dudaba: su nombre se perdía. Era un saber a la escucha de voces aéreas. Revoloteando las voces denostaban y él no podía dejar de sentirse aludido. Eran inflexiones, tonos, acentos diversos; sucios refinados, o con ricos adornos, pero siempre bordeantes e inequívocos. Después de las voces sin cuerpo, creyó ver en lugares y libros borrarse las letras de su gracia, hundirse en naves de motes. Nunca más embarcó. Para llamarlo solamente los compinches serviles repetían el nombre devenido ajeno. Al escucharlos a veces volvía el rostro en dirección del llamado, a veces respondía, a veces nada más. Los compinches le preguntaron y él se confesó. “Se me ha perdido, lo he olvidado, lo hemos olvidado millones y yo. De lo contrario, son demasiado los enemigos”. Los compinches lo creyeron enfermo, fueron al África y trajeron bangalas del alto Congo: Hijo de ángel, descuide – dijeron los bangalas-, enemigos perifrásicos no son enemigos; lo protegen a usted de espíritus malos. No bastó. Los compinches trajeron indios objeb wayes.: “Grandenombrado -le explicaron los indios- sepa que repetir su nombre real lo achica a usted. Así que pierda cuidado y olvídelo.” Desoyó a todos y se burló. Tales consuelos eran argucias, artimañas del olvido. Largos años alargaron la infinita angustia de su inquietud. Versos apostrofados rindieron poetas bermejos en todas las tierras sin saber su nombre (aquel que un agónico escribió en una puerta con sangre). Los últimos compinches murieron y dejaron a los nuevos el misterio por legado. Pero los nuevos envejecieron y olvidaron y también murieron. El hombre visitó vagamente pospostmodernos magos. En el ocaso del tiempo sintió la tristeza del ser más desconocido y solo en el mundo. Surcó entonces las extensiones de su reino. Subió al pico más alto donde, equivocado, pensaba que todo había empezado. Allí junto a las nubes, el innombrable invocó al cielo con un nombre que también le pareció el suyo. Con todas las fuerzas de su alma preguntó: ¿Qué habré hecho a los otros, Señor, qué para ver perdido mi nombre? La bóveda celeste apenas se abrió. “Durar” --dijo temblorosa la voz del Señor.
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13 comentarios:
Muy hermoso post de Ramón Williams.
Aprovecho para desearles a todos, y a los muy queridos Rosie y Alfredo todo lo mejor, y que se cumplan todos vuestros deseos.
Isis
No se si esta muy bueno o si es una burda imitacion de Severo Sarduy. Este es el reencarnado de MAYTREYA.
NODIREMINOMBRE
muy lindo Ramon ya lo habia leido hace como 3s anios. Pero con otra foto que no recuerdo. Esta es la foto de un brujo malo malo malo. Verdad?
Deja ya eso chico.
El ano de 10.38 me parece que se confunde de Ramón.
Esto nada tiene que ver con Sarduy.
Su moña está en otra parte, como diría Milan Cundera.
tela por donde cortar con el asunto de las influencias.
Rama, te comiste al león.
Speedy González
Speedy, ya te conseguiste el chaleco antibalas que te receté?
Gracias querida Isis. Nuestros mejores deseos siempre.
Me cuadra la estatua!
FELIZ CUMPLEAÑOS ALFREDO!
Feliz cumple alfredo.
-Hermosa Isis.
-Ya no sé de dónde salió qué.Cuidado con las asociaciones por contigüidad temática que casi siempre llevan a un pensamiento estrcho, dirigido...
-Sí, un brujo malo, muy solo y muy malo.
-Ya lo dejé, chico. Esto es sólo eco de la otra mitad de mis años.Si queda no será por que lo llore yo, si dura no será porque rías tú.
- La moña ya no está en el mundo, R.L.R.El comparador no se confunde, nada más que duda, fíjate.
-Telaraña para el que se engaña.
-Speedy, érase el tiempo de comer leones. Duro con el monstruo, no le regales pulmones a las balas de hielo, consíguete ese chaleco...
-Me cuadra el cuadrado, su madera y su parte blanda...
-Felicidades, A.T. Gracias por la repetición.
happy b-day alfred y feliz 2k9 para todos los compinches de aqui y los que visitan! flaca, el 2k9 viene bueno, contra el trafico y sin freno!
ramon, bello relato! bienvenidas las influencias! que fuera de nosotros si no?
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