miércoles, 12 de noviembre de 2008
Preguntas sinergéticas desde el impasse (3)
Ernesto Fundora
El modelo de desarrollo y crecimiento del occidente industrializado y “tecnocrónico” liderado por los Estados Unidos es improcedente para el resto del mundo, ya que implica un excesivo caudal de inversión financiera que exige, además, gasto y consumo desmedidos de los recursos naturales. Es esta la razón por la cual la China de hoy ⎯una consecuencia del diálogo de poder y contrapeso del gigante asiático con respecto a la globalización y al predominio mundial de USA⎯ no califica como nuevo paradigma. China, más temprano que tarde, insuficiente y exhausta de su materia prima interna, habrá de convertirse en una nación que devore a sus vecinos y que tienda a emprender derroteros de carácter imperialista como única forma de sostener el fuego interior de su demandante e insaciable economía. En los albores del esplendor económico de este país, puede avizorarse el remate o último subterfugio de un sistema capitalista viciado y arrogante mordiendo el anzuelo de un malestar histórico que se sustenta en su arquetípica idea de supremacía mundial, sistema astuto que incluso se oxigena y aprende de los errores del socialismo. China es también la confirmación de que el socialismo no supo abrir la puerta delantera que lo encauzaría hacia el sendero de un diseño social superior y se vio forzada a recurrir a la puerta trasera, en forma de capitalismo de estado, como salida emergente y retrógrada ante el callejón sin salida tras la “revolución cultural” maoísta que, lejos de elevar la conciencia ciudadana de los individuos y la esfera del conocimiento, alentó la concepción despótica ⎯por no decir neo esclavista⎯ y masificadora del estado. Para explicarlo a partir de una categoría sinergética: Mao encuentra un “atractor” en la cultura que le permita reestructurar la sociedad, pero descuartiza el componente principal de ese fenómeno que es el individuo como cúspide desde donde debe proyectarse una nación. Desecha la riqueza del pasado cultural y construye caprichosamente una identidad forzada del hombre chino. Luego de su muerte China hereda un estado parásito y burocrático que, temeroso de caer en desuso con la propagación del libre mercado y la crisis del socialismo real, deriva en un modelo de estado empresarial que nuevamente percibe a los individuos como ejércitos, masa amorfa, herramienta o mano de obra barata para cumplir su mesianismo histórico de pueblo elegido (“encarnación del Dragón”), erguido por sobre los otros países vecinos, marcado por el designio de cambiar el destino del planeta con un cóctel o cross over de ideologías: discurso socialista y accionar capitalista que produce un estilo económico atípico y delirante. Por otro lado, la China de hoy confirma que la sabiduría de una tradición milenaria sustentada en el triángulo Confucio, Lao Tse y el Budismo misericordioso del bodhisattva Kuan Yin no fueron suficientes para salvar a una sociedad; triángulo que quedó aletargado por dos dictaduras astutas y sombrías: la del casi emperador Mao Tse-Tung y ahora, la dictadura del Gran Mercado ⎯mimesis del pragmatismo norteamericano. Por un lado China privatiza más de un millón de empresas y crea un ejército de desempleados de entre doce y cien millones de habitantes, mantiene un totalitarismo centralista que censura y controla las libertades esenciales de la ciudadanía y negocia subrepticia y cómplice con a las izquierdas decrépitas latinoamericanas, pero solapadamente acomete la revolución capitalista más estrafalaria del mundo moderno. Da pavor, desde la sinergética, tener que aceptar que en esta dinámica social se halle un camino de reorganización y desarrollo con garantías de futuro.
Demasiado tarde. Como son los chinos de pacientes. Ahora que estan llegando no creo que haya forma de convercerlos.
ResponderEliminarLa Cafeina
creo que te equivocas fundora
ResponderEliminarlo de china no es socialismo, es maoísmo comunismo, la utopía con base socialista como regla distributiva.
el socialismo capitalista ya existe y funciona. vete a suecia.
Ese discurso esta agotado.
ResponderEliminarcoincido con anonimo de las 8 y 55, el socialismo capitalista funciona... china doesn't mean socialism Fundora, becareful.
ResponderEliminarMe gustaria referirme a una caricatura de Omar Santana que dice:
ResponderEliminar"Hablas tan profundo que no se te entiende nada"
Yo tampoco entiendo nada, pensaba que era yo que me estoy poniendo bruta.
ResponderEliminarSi se oye clarito, clarito...RETIRADAAAAAAAAAAAAAAA...
ResponderEliminarClase de economia hoy.
ResponderEliminarVa a haber prueba???
Aaaaayyyyyy...
Creo que la propuesta de Fundora (a su manera) busca un entre-medio difIcil entre el capitalismo rapaz y el capitalismo responsable. Que el modelo chino (como va) parece insostenible no es ninguna locura.
ResponderEliminarBueno AT, no solo no es una locura sino que ademas es sobre-sabido. Cual es la novedad? No hacen falta tres partes, ni diez millones de palabras. En la parte 1, si mal no recuerdo, cometio el grave error de obviar el modelo capitalista moderado. Aunque no sea el mas practicado ni por China ni por la mayoria de los Estados de EUA. Existe! Aqui para empezar no es obligatorio reciclar, se explotan derrochadoramente los recursos mundiales y ni hablar de los siglos de mano de obra barata y hasta de explotacion de la fuerza laboral infantil en paises del tercer mundo con tal de sostener el alto consumo. Mantengo que en el proceso de explicar su idea sobran tanto palabras como generalizaciones que al fin y al cabo lo que hacen es desviar la atencion de lo principal. Nada que no hay quien se lo dispare, en serio.
ResponderEliminarfundora we love you! FUNDORA QUE VOLA? JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA FUNDORA TU ESTAS RICO UNA PILA. ;+)
ResponderEliminarGo right ahead, sinergetico, siembra el panico.
ResponderEliminarTu Terror Interno
HORRIBLE. GRACIAS TU MIAMI POR PUBLICARLO. DA PENA Y ESPANTO.
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