Marcia Morgado (Tomado de 69: Memorias eróticas de una cubanoamericana. Casiopea, 1998)
Ilustración: Paul-Emile Bécat
Descansas medio acostado, arrellanado en los mullidos almohadones. Después del agradable brunch que tu mujer te prepara. Lascas de salmón ahumado aliñado con alcaparras, cebolla picada finamente y cuadritos de tomate maduro sobre bagels frescos untado con queso crema. Acompañado con copas de kir royale y fresones cubiertos de chocolate. En la lengua un cosquilleo. Ahora ella termina de leerles a los niños para que duerman la siesta. Entretanto, te adentras en la novela que Tatiana te ragaló. ¡Qué manera de conocer a un hombre! La lectura enriquece el consabido coito del domingo a media tarde. Antes que aparezcan los amigos para el ritual del barbecue. Sin perder el hilo de la lectura, buscas el vientre. Movimiento. Carne caliente, inflamada. Abarcas. Ondulas. Pellizcas un pezón. Retomas el pubis. El libro cae. Abres la portañuela. Erecto el miembro, lo frotas. Cierras los ojos. Gimes. Te contorsionas. El semen fluye a ritmo raveliano. Tatiana contempla la escena apoyada en el marco de la puerta. Sonríe. Siente el cosquilleo en el aire. Abres los ojos. La acaricias con la mirada. Ella comenta: No está mal, ¿verdad? Sobre el papel cromado de la portada unas gotas espesas. Tatiana se inclina, pasa el índice por una de ellas y lo lleva a su boca. Te mira. Desabotona la blusa. Bajo la seda lila palpitan los senos, cubiertos por el sostén que le compraste en La Perla, de Milán. Pequeños y bien formados, como imaginas los de la muchacha en la novela.
“¿Listo para la acción o estás deshidratado?”
“Siempre guardo una reserva para ti”.
“Nunca me decepcionas”.
Cosquilleo.
Descansas medio acostado, arrellanado en los mullidos almohadones. Después del agradable brunch que tu mujer te prepara. Lascas de salmón ahumado aliñado con alcaparras, cebolla picada finamente y cuadritos de tomate maduro sobre bagels frescos untado con queso crema. Acompañado con copas de kir royale y fresones cubiertos de chocolate. En la lengua un cosquilleo. Ahora ella termina de leerles a los niños para que duerman la siesta. Entretanto, te adentras en la novela que Tatiana te ragaló. ¡Qué manera de conocer a un hombre! La lectura enriquece el consabido coito del domingo a media tarde. Antes que aparezcan los amigos para el ritual del barbecue. Sin perder el hilo de la lectura, buscas el vientre. Movimiento. Carne caliente, inflamada. Abarcas. Ondulas. Pellizcas un pezón. Retomas el pubis. El libro cae. Abres la portañuela. Erecto el miembro, lo frotas. Cierras los ojos. Gimes. Te contorsionas. El semen fluye a ritmo raveliano. Tatiana contempla la escena apoyada en el marco de la puerta. Sonríe. Siente el cosquilleo en el aire. Abres los ojos. La acaricias con la mirada. Ella comenta: No está mal, ¿verdad? Sobre el papel cromado de la portada unas gotas espesas. Tatiana se inclina, pasa el índice por una de ellas y lo lleva a su boca. Te mira. Desabotona la blusa. Bajo la seda lila palpitan los senos, cubiertos por el sostén que le compraste en La Perla, de Milán. Pequeños y bien formados, como imaginas los de la muchacha en la novela.
“¿Listo para la acción o estás deshidratado?”
“Siempre guardo una reserva para ti”.
“Nunca me decepcionas”.
Cosquilleo.
Primero tengo que encontrarme el novio. De todos modos, la escena me provoca.
ResponderEliminarmuy bueno todo el blog..................boniatillo lee hasta abajo y se pone al dia con TU MIAMI. mandando muchos saludos tambien.
ResponderEliminarBravo Marcia... y dónde se puede conseguir ese libro?
ResponderEliminarEsa ilustracion calienta a cualquiera.
ResponderEliminarEn Fermo
Asi es como debe ser un hombre complaciente. Pero con la economia como esta la verdad que es dificil conplacer.
ResponderEliminar69 de MArcia es una obra maestra de la literatura cubana de realismo sucio.
ResponderEliminarLinda y caliente escena de erotismo cubanoamericano. Describe un perfecto domingo sibarita, con brunch a la americana y sexo a la cubana. Gracias a Marcia y a Tumiami.
ResponderEliminarLa ilustración es muy buena, aunque es un 69 a medias. Parece que los franchutes no bajan mucho al pozo.
el sexo
ResponderEliminares el mejor remedio
para el alma confortar
"El semen fluye a ritmo raveliano".
ResponderEliminarMe gusta esa imagen.
El Semantico
Lo leí cuando salió, y es un libro estupendo. Danaide.
ResponderEliminarFeminista: Creo que el libro está agotado. Voy a preguntar en la Universal a ver si tienen. Lo dudo.
ResponderEliminarRLR, no todo en el libro alude al ¨69¨, pero casi todo es materia erótica fuerte. Marcia se le adelantó a mucha gente que hoy pasan por sucios.
Gracias, Danae.
Marcia no puede responder. Está en Mérida en unos merecidos días de asueto.
good girls swallow
ResponderEliminarMarcia, que bueno leerte aqui, como puedo ponerme en contacto contigo?
ResponderEliminarMaria-Luisa Alvarez
OOOOOOOOO MAMA
ResponderEliminarMucho consentimiento, alguien tiene qué criticar. Allá voy... ;-)
ResponderEliminarA ver, ¿dónde coño está la suciedad? ¿En la capa del libro? Eso es una porcada higiénica, pero no moral. Y tanto alarde sobre el opíparo brunch, para luego mostrar que Tatiana se quedó con hambre. Es ridículo.
Encima, los niños son engañados vilmente. No se enteran de la vida como sus ex-paisanitos con más color y más al sur. Después serán unos pasmados cuando crezcan. Como los gringos.
Y, además, ¿qué rebuscamiento retorcido es ese? ¡Ponerse a perseguir con la vista a unas letricas para calentarse! Con lo fácil que es poner un DVD en el reproductor y convertir la habitación en un lupanar romano. ¡Ah, ya sé, por los niñitos! ¿Para que no llamen al 911?
Danaide, no Dánae.
ResponderEliminarJAJAJAJA. Bien por Guicho.
ResponderEliminarBuen punto Güicho, pero creo que exageras. Enseño, y el sexo está vivito y coleando en el college, desde que me llegan con 18, "mates" a diestra y siniestra. Por otra parte, no hay sociedad más hipócrita y puritana que la latinoamericana.
ResponderEliminarAsi hacen el sexo los intelectuales.
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