Ramón Alejandro (de su libro inédito Adua la pedagoga)
¿Quién era yo para ponerme a pintar mis insignificantes boberías cuando existían en la memoria colectiva obras como el Retablo de Issenheim de Mathias Grünewald que yo había ido a ver a Colmar, en el fin del cabo de la lejana Alsacia, con el mismo fervor con el que iban en la Edad Media los peregrinos a Santiago de Compostela? Y es que para complicar mi caso, a mí eso que llamaban «ganarse la vida» siempre me había parecido sinónimo de perder tristemente el tiempo. E, inversamente, aquello a lo que llamaban «perder el tiempo», que era en realidad dejarlo correr agradablemente siguiendo el libre curso de su afición, era la mejor manera de pasar inteligentemente la existencia. El vocablo griego que dio origen a nuestra palabra «escuela» significaba para ellos «ocio». Es decir que, inicialmente, aprender, era darse la oportunidad y tomarse el tiempo de filosofar e investigar las razones y las sinrazones de nuestras intrincadas y problemáticas circunstancias sociales. E, igualmente, darle el frente intelectualmente a los angustiosos desafíos existenciales que nos propone la vida, y su correspondiente reverso que es la muerte. Así como el darse generosamente la oportunidad de poder observar con respeto, descanso y delectación los maravillosos o sobrecogedores fenómenos que nuestro entorno natural nos ofrece, y satisfacer de este modo la inmediata curiosidad que su contemplación nos provoca. Eso era así en los inicios de nuestra civilización. Lo sigue siendo hoy. Y es justamente eso lo que sólo algunos privilegiados, los ociosos afortunados de siempre, pueden permitirse. Lo que yo andaba buscando era resolver mi problema de subsistencia material cotidiana para poder entregarme por entero al estudio, la meditación y el ejercicio de la que en mi opinión era la más bella de todas las artes: esa misteriosa pintura. Ni más ni menos. Y resultó de tal manera que todo se encadenó tan favorablemente en mi vida que por fortuna nunca tuve que pedirle dinero a nadie para poder ocuparme de aquello a lo que mi naturaleza me inclinaba, porque antes de que lo fuese a pedir hubo siempre quien me lo diera. Poco me importaba dejar jugar con mi cuerpo al primero que me lo pidiese prestado por un rato, si a cambio de eso me daba la información cultural, acceso a los libros que me interesaran, o me llevaba a escuchar conciertos para descubrir músicas desconocidas anteriormente. Es decir, todo lo que tanto deseaba escuchar, leer y obtener en mi insaciable curiosidad y deseo de llenar ese vacío interior que me torturaba, esa inconsistencia esencial que me constituía. De dar respuestas a las preguntas que me provocaba el complejo espectáculo del mundo que tan perplejo me tenía desde que constaté su misteriosa naturaleza. En la cama, por fortuna y por mi propia calaña, pocas cosas me daban asco.
Que bella historia Ramon. En la juventud somos ignorantes pero muy felices. Por que sera?
ResponderEliminarEste Ramon es un barroco de indias!
ResponderEliminarNa, nada de barroco, tine problemas de estilo. Alfredo y Rosie diganle o revisen el libro inedito que necesita una poda inmediata. OK
ResponderEliminarRamon escribe como un Francisco de Xerez apajarado.
ResponderEliminarLa pajara pinta.
Fernando Gracia es mercenario retirado?..Por que le pusieron una pijama en killing Time??..Con los espejuelos oscuros se parece a Osvaldo Rodrigues
ResponderEliminarNina Haguen
Que diferencia hay entre un retrato de Marti hecho por Machetico y un retrato del Che muerto hecho por Toirac?...Quien es el esbirro??
ResponderEliminarNina Haguen
Despues de "Antes que Anochesca" de Reynaldo Arena,..no hay nada que sirva...
ResponderEliminarNina Haguen
El tipo que esta cruxifricado en
ResponderEliminarla cruz es gay?
Haguen,Nina
Fernando Garcia es un Mercenario en silla de Ruedas???
ResponderEliminarNina Haguen
Yo realmente me siento desconcertado porque es como la tercera vez que noto que se refieren a la literatura de Ramón como barroca. No sé si estoy equivocado, pero no hallo ni la artificiosidad afectada, ni la ampulosidad sintáctica, ni el preciosismo retórico, ni el indisimulado desequilibrio, ni la acumulación, ni el culteranismo, ni el gongorismo, ni el marinismo, ni la exageración y la densidad de la estructura literaria que caracterizan a la literatura barroca. Yo percibo a un Ramón Alejandro comunicándose directo, elegante, testimonial, mezclando habilidosamente recursos del realismo sucio con un depuradísimo ejercicio de redacción donde la descarga autobiográfica condensa lo mejor de la literatura contemporánea, desde Truman Capote o Eduardo Mendicutti hasta Reinaldo Arenas. O a lo mejor es que he perdido definitivamente la pista.
ResponderEliminarRamon, Todavia tengo el libro de Grunwald que me diste antes de mudarte hacia paris...
ResponderEliminarIncreible artista fue Mathias, durante un tiempo de guerras y cambios violentos, como hoy. Siempre el aminal inhumano ha equivocadamente utilizando el nombre de Dios para destruir su projimo. Nada cambia del, todavia somos una cultura cruel y egoista, y cada dia mas cruel por el egoismo, independiente de la politica o sociedad.
Sabes quien.
What about Albrecht Durer?
ResponderEliminarWhat was his real name? It certainly was not Grunewald...
ResponderEliminarThe details of his life are unusually unclear for a painter of his significance at this date, despite the fact that his commissions show that he had reasonable recognition in his own lifetime. His real name remains uncertain, but was definitely not Grünewald; this was a mistake by the 17th-century writer, Joachim von Sandrart, who confused him with another artist. He is documented as "Master Mathis" or "Mathis the Painter" (Mathis der Maler), and as using as surname both Gothart and Neithardt - this last may have been his surname, or more likely that of his wife. He was probably born in Würzburg in the 1470s. It is possible he was a pupil of Hans Holbein the Elder. From about 1500 he seems to have lived at Seligenstadt, when not working elsewhere.
La Mano
jr, el estilo que usted define como "elegante" y "testimonial" incurre en "Y es que para complicar mi caso, a mí eso que llamaban «ganarse la vida» siempre me..." y en "...escuchar conciertos para descubrir músicas desconocidas anteriormente." El "anteriormente" sobra debido a probelams de estilo.
ResponderEliminarEl gramatico
Jajajajaja
ResponderEliminarQue chistosos estan todos hoy!
Nina necesita spellcheck.
ResponderEliminarLo de barroco depende cómo se mire. Sin duda Ramón es afectado. Incluso cuando habla, lo cual me divierte muchísimo. Escribe como pinta, enrevesadamente maravilloso.
ResponderEliminarComo por ejemplo, esta simpatiquísima oración: "Así como el darse generosamente la oportunidad de poder observar con respeto, descanso y delectación los maravillosos o sobrecogedores fenómenos que nuestro entorno natural nos ofrece, y satisfacer de este modo la inmediata curiosidad que su contemplación nos provoca."
ResponderEliminarDetras del ruido hay una gran verdad....para crecer se necesita comer mierda.
ResponderEliminarJo Semarti
JR: Buena tu definiciOn de barroco. Si de pintura de trata, la de RamOn, que tiene algo de (neobaroca?): su exceso frutal, su jouissance, su hIbrida afectaciOn, su metafisica heterodoxa...
ResponderEliminarEn la primera cita el "mi" "me" "mi"; en la segunda ya dije. Quise decir "problemas" naturalmente.
ResponderEliminarEl gramatico se rectifica.
La pintura sí, AT. Hay una exhuberancia en la imaginería de Ramón que lo hace neobarroco o un barroco de la modernidad a la manera carpenteriana. Pero su literatura no, porque si esta fuera barroca no admitiría llanezas, ni sería coloquial, y tendería a la confusión, a la conceptualización, a enrevesar las imágenes, a hacer profusas las metáforas, a la abundancia de evocaciones culteranas. Ramón escribe más como un existencialista que como un posible postrrenacentista. En la frase que cita soy feminista, por ejemplo, hay estilización, pero no barroquismo. El sentido léxico es totalmente directo, sin excesos ornamentales. No entiendo por qué lo ven barroco. En fin...
ResponderEliminarNo me habia fijado que las manos del Cristo estan todas desparramadas.
ResponderEliminarEl grafitti es mucho mas original y creativo que la propaganda castrista de Felix Beltran
ResponderEliminarPaulino de la Hoz
Esto no es barroco de Indias; esto es verraco de Indias. Verracos los que se leen las malaventuras picarescas, pretenciosas y mal contadas de Ardua la Pelandruja como si fuera la Biblia.
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