jueves, 5 de junio de 2008

La lección de Moreno Fraginals


Gean Moreno

A name from the past recently sighted twice: Moreno Fraginals. Within a couple of weeks, I flipped through the pages of both Rafael Rojas’s Tumbas sin sosiego and Daina Chaviano’s El hombre, la hembra y el hambre. Pure coincidence. In the acknowledgements page of her novel, Chaviano writes: “… a Manuel Moreno Fraginals, porque sus conferencias—escuchadas cuando aún vivía en las isla—me impulsaron a explorar la historia oculta de Cuba, esa que nunca nos enseñaron en la escuela…” Rojas dedicates an elegiac essay to the eminent historian in his book. When I attended Moreno Fraginals’ seminar in the mid-90s, he was already suffering from acute respiratory disorders. He had trouble speaking more than a sentence at the time. Although the pace of the seminar was established by the choppy rhythm of his labored breathing/talking, the excitement in the room was always palpable. Something unexpected was afoot. Moreno Fraginals refused to give us a reading list. (A shock to any student in an American institution.) Instead, during our first meeting he handed out a stack of photocopies: the ledger of a Cuban plantation. A careful reading of those documents, he told us, will reveal more about family structures, plantation life and property relations in the Caribbean of the XVI century (the subject of our seminar) than any book. For an entire semester we combed those pages and others like them—always from original sources. We read them over and over, drew connections and conclusions, debated endlessly. We worked. What Moreno Fraginals taught was rigor, methodology, and this lesson: that the concrete things that a historical period leaves behind tell its story—and this story often doesn’t coincide with the accepted traditional narratives in our textbooks or with the graphs and statistics that dogmatic positivists stuff their lifeless studies with. This is why it isn’t at all surprising that one of the things that Rojas singles out and celebrates in Moreno Fraginals’ last book, Cuba/España España/Cuba, is that: “The references and documents that organize the interpretations of the text are of admirable diversity: along with statistics, there were coplas, verses, newspaper articles, reports, memorials and prints.” Rather than keeping a notebook, Moreno Fraginals always encouraged us to collect note-cards, to jot down and archive anything we came across from the period under study, insignificant or disconnected, as it may seem at first glance. The note-cards were each like a molecule—a physical unit of information—that we could move around, literally and figuratively, until a just semblance of the historical moment that we sought to find the shape of would coalesce from small, heterogeneous bits.

11 comentarios:

Alfredo Triff dijo...

Cool methodology. For what I gather, he told you guys to amass evidence like as a sort of material collage of the present. Although they are different disciplines, it makes me think of Rafael Fornés' idea of approaching architecture.

Unknown dijo...

He looks like a really cool professor.

JR dijo...

Nuestra Dinorah Pérez-Rementería en Cubaencuentro. Buen texto sobre el lente artístico de Liliam Domínguez. Enhorabuena, Dinorita!! http://www.cubaencuentro.com/es/cultura/articulos/expresiones-del-lente-89047#comment

Feminista dijo...

Moreno: I met with Fraginals several times during the 1990's. It was always a great pleasure to hear him talk. He was already old and fragile. We were able to give him a temporary position over at FIU. When he died it was a loss for the discipline.

JR dijo...

Recuerdo al profe, o sentado en el piso del proscenio del auditorio o sobre el escritorio del aula, balanceando sus largas piernas rematadas por las sandalias desvencijadas. Más que la de un académico, aparentaba la imagen de un viejo hippie. Desde sus lentes fondo de botella, se movía con avidez la mirada intensamente comunicativa. Y es que el efecto intelectual de sus charlas radicaba en el espíritu irreverente del coloquio. De ese didactismo desenfadado y circunstancial recuerdo con simpatía el mohín de disgusto entre los asistentes ortodoxos cuando Fraginals dislocaba la historia previamente estructurada por los ideólogos. Y lo hacía sobre el rigor de la estadística y la interpretación autóctona del dato. Creo que no era frecuente topar en la Colina universitaria con intelectos como éste que, desde a ras de tierra, podía erigirse con tanta naturalidad en debate ingrávido. Y abalanzarse, inadvertidamente, como sutil mercenario de la teoría.

Amilcar dijo...

He oído hablar cosas extraordinarias de este hombre. Tengo el libro en casa (Cuba/España.España/Cuba) que heredé de mi exsuegro un prominente político en la ciudad de Varadero que me decía: "a pesar que fue un marxista,cogió lo mejor de esta ideología: el método y la dialéctica. Pero fue un hombre objetivo, culto y democrátas como el que más. Léete El Ingenio.Me va animar más para tenerlo en mi mesita de noche.

Amílcar

Anónimo dijo...

Yo tengo un grato recuerdo de MMF. Estaba en primer o segundo año de artes plásticas en ISA y él daba
clases al curso por delante de mí, grupo al que yo había pertenecido antes de que me botaran un año de San Alejandro y del que me seguía sintiendo parte. Me colaba en sus clases y en sus "field trips" y aunque me veía medio extraño, nunca me echó ni me dijo nada. Sólo una vez mueleamos un poco sobre una variedad de piña que se llama "Cayena lisa", que yo conocía de una etapa de trabajo forzado agrícola infantil en la Meseta de Peña, al norte de San Antonio de los Baños. Fue en la Plaza de Armas, a propósito de un motivo decorativo reiterado en la arquitectura de la colonia, la piñita estilizada que remata los pilares del Templete, muy similar al símbolo que han escogido hoy para ilustrar el barrio histórico en el que vivo ahora en Miami, Buenavista. Buena vista sí no tenía, como esos lentes que le daban cara de goldfish telescópico indicaban. Andaba casi siempre de jeans Moreno y de sandalias bien usadas, como huaraches de albañíl azteca. Un amigo querido, tremendo jodedor entonces, el escultor Eliseo Valdés, parodiaba "Vereda Tropical", al estilo de Tito Gómez y cantaba "... quiero mirar tus ojos, a través del cristal...Moreno Fraginals...Moreno Fraginaaaals..." Creo que un día Moreno lo partió en el brinco y se echó a reir. Lo recuerdo como un ser extraordinario. Estudió en el Colegio de México, cuando a la gente le costaba de verdad entrar, no como la época del "deshielo" cubano del noventa en que los papás mandaron a los bitongos a preparase para la perestroika que suponían segura. Daban asco las rojas caras rollizas de los descarados hijitos de papi en el Colegio. "El ingenio", atizado por el revulsivo asesino asmático ultimado en La Higuera (y ojalá eternamente consumido en la hoguera del averno) es una de las obras más grandes de la inteligencia nacional. Lo uso ahora mismo para una cotorra colonial que escribo y que ya tiene cientocincuenta páginas. Bye.
machetico

MC dijo...

"La historia la escriben los vencedores". Un estereotipo verdadero.

La fe dijo...

So history is like a scrap book of our daily life. That sounds pretty good to me.

Unknown dijo...

LA HISTORI
A
ME
DISOLVER
A

P.L. dijo...

cuando se habla de la historia
se debe de hacer silencio
mucha es la "apariencia
de verdad" del desprecio
por los eventos
detalles, sufrimiento olvidado
¿alterados... inventados?
ah, la historia
ah, la memoria