La ficción del arte
De ahí, la constatación siniestra de que la verdad es “producida”. De que en esa verdad producida hay algo fascista. De que es fascista, pero no en la medida en que es repulsiva, sino en la medida en que es “fascinante”, atractiva y no hay quien se resista a asumirla como lo real. Aquí, más sobre la ficción.