Momentos palomenses

Adalberto Delgado

Hablando de metáforas, lo que parece ser el tema de la semana, ¿cuál es mi metáfora predilecta? La Paloma sin duda, con el sabor miamense de toda una época. Hoy se me antoja como un collage de momentos: Veo al dueño, el judío Aarón, chapuceando su poquito de español en medio de su terapia sexual con la sensual y envuelta en carne, Esther. Aclaro, no confundan La Paloma con La Pastorita, los edificios construidos detrás de lo que hoy es La Carreta, y bautizado con ese nombre por lo parecido al proyecto habanero de los años 60. Aparece Yoryi (uno de mis personajes favoritos) gritándole desde su ventana a Armando (el bugarrón que vivía con su mamá en el segundo piso a la izquierda). Yoryi, instigador, chismoso y jodedor, se las sabía todas. Gracias a él nos enteramos, por ejemplo, que Sahara “el fuerte” que parecía un Charles Atlas, era buga igual que Armando. Los hermanos Pinzones, ambos casados con unas gorditas risueñas de 250 libras cada una subiendo con los mandados de la bodega. Concha la culona, con sus caricias regañonas en compañía de su hijo Pepito, quien tenía la manía de cagarse en los pantalones (acompañado por lo general de un tropel de moscas). La Paloma era nuestro laboratorio: Aprendíamos la calle. Explorábamos el sexo, jangueábamos, rumbeábamos, jugábamos quimbe y cuarta, ñate y hasta la quimbumbia. Me vienen el hippie Luis C. paseándose por el medio de la 8 con su tacho y sus sandalias; Elio Penzo (judío cubano, hijo de joyero) visitante extraterrestre del palomar, Carol la americanita de enfrente junto a Xena y las otras guaricandillas, todas perfumaditas. No pueden faltar los niches: Mi querido Renecito y su papá, y más tarde, José y su esposa Mercedes con sus hijos (a las negras de La Paloma las protegía un servidor de los malandros sexuales del edificio, que eran muchos). Finalmente tenemos a “Mandrake” y “Cabeza” (les juro que no es invento) vendiendo bolsitas de hierba a cinco pesos, para aquellos que necesitaban “una fuma” en ayunas. ¿No será que Fellini visitó La Paloma antes de filmar Amarcord? Bueno caballero, ¡los dejo que se me evapora el café con leche que estoy calentando en la microwave!